viernes, 24 de febrero de 2012

Evo llevará a consulta el conflicto en el Tipnis


El gobierno boliviano consiguió el respaldo de una organización indígena para llamar a una consulta, de acuerdo con la Constitución del país y las leyes internacionales, para avanzar en el proyecto de construir una carretera que atraviese el parque ecológico Tipnis, en el que viven 63 comunidades de pueblos originarios. En octubre, la Central Indígena de Pueblos del Oriente Boliviano se movilizó hasta La Paz para forzar al gobierno a aprobar una ley que frenara el avance del proyecto.Los indígenas agrupados en el sindicato Conisur (Consejo Indígena del Sur), cercanos al Gobierno, llegaron la semana pasada con una marcha a La Paz para pedir que se construya la carretera de 300 kilómetros en el Tipnis. El grupo respaldado por Morales rechazó la ley que la Cidob había conseguido tras las movilizaciones de octubre para vetar la construcción de la carretera, que tiene un costo de 415 millones de dólares y fue adjudicada hace tres años a la firma privada brasileña OAS.
La empresa brasileña comenzó a construir los primeros tramos, pero todavía no llegó al Tipnis, una región que tiene 1 millón de hectáreas de superficie. Los delegados de Conisur se reunió en los últimos días con los presidentes oficialistas de las cámaras de Senadores y Diputados para alcanzar una solución y propuso que se realice una consulta previa, en el marco de las leyes bolivianas.
El planteamiento fue aceptado, y ahora el oficialismo aprobará, probablemente durante los próximos 7 días, una ley de consulta en el parque ecológico, donde habitan unas 100 mil personas de varios pueblos nativos. Indígenas y delegados gubernamentales "concluyeron el proyecto de ley de 11 artículos que establecen el derecho a la consulta", confirmó la presidencia del Congreso boliviano.
"Este es un acuerdo entre el Estado y los indígenas y el encargado de hacer la consulta es el Estado boliviano, los sujetos de la consulta son las 63 comunidades de los pueblos que habitan el Tipnis", agregó en una rueda de prensa la presidenta de la Cámara de Senadores, la oficialista Gabriela Montaño.
La consulta previa es un mecanismo que reconoce la Constitución boliviana, coincidente con el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, para que los lugareños decidan, cuando en sus tierras se ejecutan obras o se explotan los recursos naturales. En el caso boliviano, el resultado es vinculante.
"Estamos realmente preocupados y molestos por ese acuerdo entre el Conisur y el MAS (partido gobernante) porque se está queriendo desconocer una ley. Hay una ley para que no se construya la carretera y el gobierno persiste en hacerla", declaró el dirigente de la Cidob, Lázaro Tacó, en diálogo con AFP. "Vamos a analizar qué medidas vamos a adoptar para que se respete la ley y por supuesto que no se descarta otra marcha" de protesta a La Paz en las próximas semanas, explicó.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-187116-2012-02-07.html



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¿Dictadura de Repsol y Nizcor en zona guaraní?




Zacarías Cuellar, responsable de Infraestructura de la Asamblea del Pueblo Guaraní en Itika Guazú (APG IG), en carta a Teodoro Suruguay, alcalde del Municipio de Entre Ríos (enclavado en el departamento de Tarija y próximo a los mega campos de gas), le PROHIBE proporcionar información alguna sobre los habitantes de la región, así como asistir a cualquier reunión en la que podría discutirse el derecho propietario del pueblo indígena sobre su territorio. El periódico tarijeño “El País”, informó el 03-02 pasado, que el Municipio de Entre Ríos, intenta desarrollar planes de vivienda, para lo cual trataba de conocer las necesidades habitacionales de los guaraníes.

Ese derecho propietario fue puesto de relieve por el Presidente de la APG – IG, Never Barrientos, al explicar que los convenios suscritos por su entidad con Repsol y la ONG Nizkor pasan por “la defensa de nuestros usos y costumbres y por hacer frente a los que pretenden usurpar nuestra tierra, nuestras masas forestales y, lo que es más grave, nuestras autoridades”. (Carta del 23-03-11). Los acuerdos citados permanecen en reserva, pese a fomentar el etnicismo que debilita aún más la ínter subjetividad del pueblo boliviano. El convenio con Repsol estableció un Fondo de Inversión de 14.8 millones de dólares, administrado por el Banco do Brasil, y del que la APG IG se beneficia con el 10 %, es decir con 140 mil dólares mensuales.

La APG – IG fue representada en la negociación por Nizkor, entidad patrocinada por First Peoples Worldwide (FPW), la que se volvió parte del Centro Tides, uno de cuyos financiadores es la “Open Society” de George Soros. FPW es uno de los 28 miembros del Global Philantropy Comité del Council on Foundations, al igual que las fundaciones, Rockefeller, Ford y Bush. En nota distribuida desde EEUU, el 22-06-11, FPW advirtió, con inocultable satisfacción, que los indígenas tienen ahora derecho a veto sobre cualquier disposición legal que afecte a sus intereses.

Si no se permite establecer el número de habitantes de la región, ¿cómo se distribuirán los beneficios del Fondo de Inversión, además de otras conquistas ya conseguidas? El propio Barrientos destacó que los convenios con la petrolera y Nizkor “permitirán por primera vez tener una estrategia real y cierta con relación a la legalización de la explotación maderera en nuestra Tierra Comunitaria de Origen (TCO), con la asistencia técnica y jurídica necesaria QUE YA HEMOS CONCRETADO y que pondremos en desarrollo en los próximos cinco a diez años” (Carta de 23-03-11). A lo anterior se suman otras actividades rentables, como el turismo y la comercialización de cueros de lagarto.

La APG – IG ha garantizado no sólo su derecho propietario sobre sus tierras, sino también su derecho a veto sobre toda actividad económica en la zona. El convenio 169 de la OIT, de 1989, y la Declaración de Naciones Unidas sobre pueblos indígenas, de 2007, preservan también los beneficios de la APG – IG.

El que los guaraníes de la APG IG mejoren su nivel de vida sólo puede alegrar al resto del país. Lo que preocupa, en cambio, es que alrededor de 3 millones de bolivianos (la población total de Bolivia llega a 10 millones), han emigrado a otros países, en busca de sustento.

La transformación del in constituido Estado nacional en Estado Plurinacional está terminando de atomizar al país. En este contexto, Nizkor, que no tiene personería jurídica en Bolivia, escribe y distribuye los comunicados de la APG IG. El Fondo de Inversión fue suscrito con desconocimiento del Estado, pese a que Repsol lo utiliza para entrabar la construcción de gasoductos internos e incrementar los volúmenes de exportación de gas.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) parece haber tomado conciencia del riesgo de desintegración que pesa sobre los Estados de la región, en caso de seguirse adoptando las políticas indigenistas y ecologistas (ambas están indisolublemente ligadas), de los centros de poder mundial. Por esta razón, resolvió participar de manera coordinada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río + 20), a realizarse del 20 al 22 de junio próximos.

Para ese objetivo, se están realizando reuniones preparatorias de Ministros de Medio Ambiente que debatirán respuestas propias, que contemplen, al mismo tiempo, los aportes de culturas ancestrales a la formación de nuestras sociedades y la satisfacción de sus demandas. La falta de políticas endógenas permitió que las naciones industrializadas se apropien de las reivindicaciones del indigenismo y del ecologismo, a fin de preservar sus patrones de producción y consumo.





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"Sí a la carretera pero con otro trazado"

as entrevistas de Andrés Gómez en Erbol con comunidades del TIPNIS puede servir como una vía para bajar los decibeles y retomar una senda de discusión más seria sobre el conflicto, dejando de lado los hiperbolismos inconducentes. Esas entrevistas –junto a las opiniones de varios técnicos-abren un camino de solución bastante racional: sí a la carretera, pero con otro trazado. En este conflicto es necesario aislar a quienes sobreponen a la discusión de la carretera pedidos de renuncias del presidente y cosas por el estilo. Pero también debería lucharse contra la idea de un sector del oficialismo de imponerle una derrota estratégica a los indígenas de tierras bajas para avanzar en los proyectos de desarrollo. Si tal como indica el mapa difundido estos días, la ruta solo pasa por un puñado de comunidades y deja a la mayoría fuera, el principal argumento del trazado –integrar a los indígenas del TIPNIS y mejorar sus condiciones de vida- se cae. Por otro lado, si se trata de mejorar la ansiada integración física del país también se puede mejorar la carretera Trinidad-La Paz, entre otras cosas.

También deberían evitarse, en mi opinión, argumentos demasiado exagerados: tipo "el de Evo es el gobierno más útil a los intereses del capitalismo global", o abusar del uso del IIRSA para cualquier cosa. ¿acaso el IIRSA impide pensar en un trazado alternativo, por ejemplo por el este del TIPNIS? Hay una hipótesis de que la intransigencia oficial sobre el trazado se debe a una promesa de Evo Morales a sus bases campesina-cocaleras. Suena verosímil. Más allá de que sea así o no, es cierto que tal como está planeada es bastante funcional a la expansión de la zona de colonización. Una vez estuve en la llamada “línea roja” y es evidente que lo que limita la expansión cocalera, más allá del acuerdo del 94, es un gran río que hoy solo se puede cruzar en canoa. Bastaría un puente –no solo una carretera- para que el polígono 7 rompa su actual límite de contención. ¿Ya habrá gente que como ocurría con los ferrocarriles en el siglo XIX haya empezado a especular con la tierra por donde pasará la carretera en caso de concretarse el proyecto? Si bien en toda lucha se necesitan aliados, la derecha y los racistas súbitamente ecologistas y defensores de la Madre Tierra hacen un flaco favor a la lucha de las comunidades del TIPNIS. Tampoco ayudan al debate las diatribas del compañero Rodolfo Machaca –secretario de Tierra y Territorio de la CSUTCB- señalando que todo es una gran conspiración del “capitalismo verde” o que Alejandro Almaraz es un “enemigo de los campesinos”. Pero el descubrimiento por algunos compañeros simpatizantes de la “reconducción” de que gran parte de las bases del MAS son sectores vinculados al capitalismo popular -lo que era evidente ya en 2002 y mucho antes- no habilita buscar ahora en los indígenas del oriente el nuevo sujeto revolucionario reconductor del proceso de cambio. Las propias aristas complicadas de la CIDOB –y del Conamaq- y su dependencia de una variedad de ONG ponen en cuestión de que si ellos estuvieran en lugar de Evo las cosas estarían mejor. Al tiempo que el “vivir bien” es hoy un proyecto sin sujeto y sin traducción en políticas públicas (más allá del veto a proyectos desarrollistas inconsultos). Ni una carretera resuelve la pobreza de las comunidades ni las condiciones de vida del TIPNIS son tan idílicas como algunos neo roussonianos creen ver. Muchos volvieron de la marcha del TIPNIS a sus soleadas casotas de la zona sur con una doble satisfacción: ahora se pueden oponer a Evo apoyando una noble causa ecopachamámica; pero los marchistas volvieron a comunidades sin agua, sin comunicaciones, con escuelas y educación precarias; a esa "otra cultura" que pasó por el tamiz de la colonización española y republicana-gamonal.

Para avanzar es necesario densificar más la discusión del país que queremos –incluyendo las carreteras y otros proyectos de modernización- tratando de reducir las descalificaciones y mejorar los argumentos. Quizás sea el momento de iniciar la postergada discusión sobre el proyecto de país, cómo debería ser la “expansión hacia el norte” amazónico, si queremos "represas monstruosas" y qué tipo de industrialización sería adecuada para Bolivia (incluyendo qué política educativa necesitamos). La canción de Luis Rico sobre el bosque chimán emociona, pero si simplemente se logra el veto a la carretera y todos los emotivos marchistas urbanos se vuelven a olvidar del TIPNIS –como durante los casi 200 años de historia nacional- todo habría sido una mezquina pulseta política; está tan “lejos” el TIPNIS que los medios no se dignaron a enviar allá a sus periodistas para captar que piensan las comunidades y si sus deseos y demandas coinciden con las traducciones de sus dirigentes que viven en Trinidad. Entretando quizás se pueda avanzar en una discusión sobre el trazado alternativo. La intransigencia conspira contra el proceso de cambio.





                                                                                              Pablo Stefanoni




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lunes, 13 de febrero de 2012

Los casos de Petrobras en Angola y de Vale en Mozambique, dos ejemplos de la política subimperialista de Brasil en el continente



Los casos de Petrobras en Angola y de Vale en Mozambique, dos ejemplos de la política subimperialista de Brasil en el continente
En octubre de 2011 tuvo lugar el primer periplo africano de la presidenta brasileña Dilma Rousseff desde que asumió el poder ejecutivo. Su itinerario no dejó de lado Mozambique y Angola. Ni podría: lo que le llevaba a África no eran los indudables lazos históricos y culturales que nos unen a las ex colonias portuguesas, sino los intereses de media docena de transnacionales brasileñas que destinan gran parte de sus recursos al continente“hermano”.

El gobierno de Rousseff no hizo el esfuerzo de disimular. “La presencia comprometida de empresas brasileñas en este país [Angola] refleja la vitalidad de nuestros vínculos económicos bilaterales. Las inversiones crecientes traducen sentimiento de confianza mutua entre nuestros pueblos, nuestras economías y nuestros gobiernos”, proclamó la presidenta antes de una comida con su homologo angoleño, José Eduardo dos Santos.

Delante de la Asamblea del país, Rousseff fue aún más enfática: “Estoy convencida de que la misión empresarial brasileña que vendrá a Luanda ampliará esta relación, y ahí incluimos las preocupaciones de vuestro gobierno en lo que se refiere a la expansión y al fortalecimiento, entre otras cuestiones, de la matriz energética”. Dilma Rousseff se refería al petróleo y, consecuentemente, a Petrobras, la tercera mayor empresa de energía del mundo [1].

El anuncio de la presidenta coincide con la declaración del presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para apoyar, a través de créditos fáciles, a las empresas brasileñas que quieran iniciar el proceso de internacionalización hacia África.

La misión diplomática de la presidenta en África conlleva toda una estrategia de consolidación empresarial de Brasil en el continente y va de la mano a los últimos esfuerzos del país en asumir un rol cada vez mayor en el sistema internacional. Ideológicamente, es la materialización del subimperialismo brasileño, un movimiento que ya se ve con claridad en el horizonte latinoamericano pero que apenas empieza a nacer en las naciones africanas.

BRASIL, UNA NACIÓN SUBIMPERIALISTA

El investigador brasileño Ruy Mauro Marini fue uno de los principales articuladores del concepto de “subimperialismo” dentro de la teoría marxista de la dependencia. Y aunque lo propusieran a partir de una realidad distinta (la de la dictadura militar, entre 1964 y 1985), aplicaremos sus rasgos básicos para encuadrar, explicar y problematizar la actuación brasileña en África para ir más allá de los acercamientos estrictamente políticos o diplomáticos.

Antes de todo, y así como lo describen Fábio Marvulle Bueno y Raphael Lana Seabra [2], es importante resaltar que el subimperialismo no es exclusivo de Brasil, aunque el país funcione como ejemplo primordial para Marini. También es necesario apuntar que el subimperialismo no constituye una superación de la dependencia. En realidad, los dos papeles (la dependencia y el subimperialismo) conviven a la luz de la “integración de los sistemas de producción de los países dependientes en la etapa monopolista de la economía imperialista”.

Ese subimperialismo se articula por dos vías complementarias: la primera es la de la burguesía nacional que, dado el agotamiento del sistema, pasa a buscar las fronteras internacionales para viabilizar su proyecto de acumulación capitalista; la segunda es estatal, ya que el gobierno también consolida una esfera de influencia regional al aliarse a las empresas transnacionales [3] e incorpora nuevas pautas y criterios a sus agendas diplomática y económica.

Otro punto fundamental en el subimperialismo es lo que Marini llamó de “cooperación antagónica”. Bajo esta concepción, el país subimperialista no cuestiona el poder ejercido por la potencia dominante para alcanzar sus intereses particulares. Es decir, en el interior de su subordinación, el país subimperialista consigue una autonomía relativa.

En el ámbito internacional esa situación puede ser comprobada en la medida en que no se da una confrontación abierta con la potencia dominante (Estados Unidos) en ningún tema estructural. Las discordancias son meramente puntuales.“Sin poder cuestionar el dominio imperialista en si mismo (porque entonces estaría cuestionando el propio capitalismo) la burguesía nacional puede, entretanto, regatear mejores condiciones dentro de su subordinación”, resume Eric Sachs [4]. Esa descripción encuadra perfectamente, por ejemplo, la insistencia de Brasil en reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, no por un ímpetu de democratizar la institución, sino de garantizar su influencia.

EL DESEMBARCO DE PETROBRAS ENANGOLA

Petrobras es una empresa estatal brasileña de capital abierto que explota, extrae y refina petróleo, además de poseer una red propia de distribución de sus derivados. Llegó a Angola en 1979, antes de que se vislumbrara en el país cualquier señal de democracia y de paz. Hasta 2006 esa presencia estuvo limitada a dos campos de extracción de crudo. Ahora tiene los derechos de otros cuatro.

La apuesta de Petrobras por ganar más espacio en Angola va de la mano de los datos del Banco Mundial y del Departamento de Estado estadounidense que le ponen entre las cuatro naciones que más han engordado su PIB en la última década5. En 2007, el crecimiento económico llegó al impensable 22,7 por ciento. Actualmente, y en gran medida por cuenta de la presencia de Petrobras, se estima que Angola es la nación que más recibe inversiones brasileñas, alrededor de cuatro mil millones de dólares. Teniendo en cuenta que el petróleo representó el 58 por ciento del PIB angoleño de 2009, no se puede ignorar la importancia de la actividad brasileña en la economía de ese país.

La presencia de Petrobras en Angola está completamente volcada hacia la exportación (el crudo representa el 90 por ciento de las exportaciones y el 80 por ciento de los rendimientos tributarios del país), lo que torna aún más vulnerable su ya frágil economía. Además, no atiende a la demanda de “angolanización” del sector. Pese a que la mayor parte de los funcionarios son nacionales, los cargos gerenciales, directivos y administrativos siguen en manos de brasileños, como ha denunciado el abogado Irineu Chingala6. En definitiva, Petrobras cumple en Angola el mismo papel de las petroleras estadounidenses y europeas que, en 1953, cuando fue creada, pretendía combatir.

VALE SE LO LLEVA TODO ENMOZAMBIQUE

La compañía minera Vale do Rio Doce surgió en 1942 como una empresa pública brasileña. La actual Vale nació como consecuencia del proceso de desestatización llevado a cabo en los años 90, es decir, ella misma es un subproducto de las políticas de privatización y liberalización que hicieron parte de la agenda económica de Brasil en el periodo post dictatorial. Hoy, Vale es la mayor empresa privada de Latinoamérica y la segunda mayor minera del mundo.

En 2003 surgió el proyecto de Moatize, que prevé la explotación de las reservas de carbón mineral térmico e industrial en la provincia de Tete. Moatize es considerada la mayor provincia carbonífera no explotada del mundo. La producción tendrá como destinos naturales la industria metalúrgica brasileña y los países de Golfo.

Pese a que su implantación ha sido motivo de disputas con los tradicionales dueños del área y que ha conllevado un controvertido desahucio de 5.104 personas [5], su proyecto se beneficia de incontables privilegios. Es más, se le vendió a Mozambique todo un paquete desarrollista que tiene a Brasil y sus transnacionales a la cabeza. Eso por no hablar de los proyectos en el ámbito de la cooperación, que van desde el intercambio de técnicas para la plantación de soja y de caña con fines industriales hasta la creación de centros de distribución de antiretrovirales.

LA REALIZACIÓN DE UNA ESTRATEGIA

Se han descrito apenas dos breves ejemplos de la actividad de transnacionales brasileñas en África. No han sido fortuitos y tampoco dan cuenta de la extensión de toda la estrategia que se monta desde las oficinas en São Paulo, en Rio de Janeiro, y también en Brasilia. Que sean dos breves ejemplos no puede servir para limitar el abordaje, sino ayudar a dar cara y tamaño a las prerrogativas que fueron levantadas hace décadas por teóricos como Marini. La conciencia de la actuación de Vale y de Petrobras en África sirve como primer paso hacia una mirada más crítica del doble discurso brasileño en las esferas internacionales, tantas veces subrayado, resaltado y aprovechado por los actores Occidentales. Que Brasil aplique a Mozambique y a Angola las mismas estrategias que le relegó al subdesarrollo y a la dependencia es, como mínimo, un asalto a la historia y a los que, más que hermanos, son nosotros mismos.

*Laura Daudén es colaboradora de Pueblos - Revista de Información y Debate.

Este artículo ha sido publicado en el nº 50 de Pueblos - Revista de Información y Debate, primer trimestre de 2012
Notas

[1] Según el ranking PFC Energy 50 de 2011, que relaciona las cincuenta mayores empresas de energía con acciones en bolsa.

[2] “A teoria do subimperialismo brasileiro: notas para uma (re)discussão contemporânea”. Ponencia en el 6o Coloquio Internacional Marx y Engels. Unicamp: Campinas, 2009.

[3] Luce, M. O subimperialismo brasileiro revisitado: a política de integração regional do governo Lula. UFRGS: Porto Alegre, 2007.

[4] Sachs, E. In: Ernesto Martins. APERJ, Coleção DARF, Documento 545, p.4. Apud: idem.

[5] Para más informaciones sobre las disputas entre comunidades mozambiqueñas y la Vale, consultar “Dossiê dos Impactos e Violações da Vale no Mundo”, documento derivado del Primer Encuentro Internacional de Atingidos por la Vale, 2010, disponible en: http://atingidospelavale.wordpress.com

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martes, 31 de enero de 2012

¿Qué son los humedales?




¿Qué son los humedales?
El término humedales se refiere a una amplia variedad de hábitats interiores, costeros y marinos que comparten ciertas características. Generalmente se los identifica como áreas que se inundan temporariamente, donde la napa freática aflora en la superficie o en suelos de baja permeabilidad cubiertos por aguas poco profunda. Todos los humedales comparten una propiedad primordial: el agua juega un rol fundamental en el ecosistema, en la determinación de la estructura y las funciones ecológicas del humedal.
Esta predominancia del agua determina que los humedales tengan características diferentes de los ecosistemas terrestres, una de ellas es que suelen presentar una gran variabilidad tanto en el tiempo como en el espacio. Esto tiene efectos muy importantes sobre la diversidad biológica que habita en los humedales que debe desarrollar adaptaciones para sobrevivir a estos cambios que pueden llegar a ser muy extremos, por ejemplo, ciclos hidrológicos de gran amplitud con períodos de gran sequía y períodos de gran inundación.
Existen muchas definiciones del término humedales, algunas basadas en criterios principalmente ecológicos y otras más orientadas a cuestiones vinculadas a su manejo. La Convención sobre los Humedales los define en forma amplia como: "las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros" .

¿Por qué es importante conservar los humedales?
Los humedales son ecosistemas de gran importancia por los procesos hidrológicos y ecológicos que en ellos ocurren y la diversidad biológica que sustentan.
Entre los procesos hidrológicos que se desarrollan en los humedales se encuentran la recarga de acuíferos, cuando el agua acumulada en el humedal desciende hasta las napas subterráneas. Las funciones ecológicas que desarrollan los humedales favorecen la mitigación de las inundaciones y de la erosión costera. Además, a través de la retención, transformación y/o remoción de sedimentos, nutrientes y contaminantes juegan un papel fundamental en los ciclos de la materia y en la calidad de las aguas.
Los humedales generalmente sustentan una importante diversidad biológica y en muchos casos constituyen hábitats críticos para especies seriamente amenazadas. Asimismo, dada su alta productividad, pueden albergar poblaciones muy numerosas.
Diversas actividades humanas requieren de los recursos naturales provistos por los humedales y dependen por lo tanto del mantenimiento de sus condiciones ecológicas. Dichas actividades incluyen la pesca, la agricultura, la actividad forestal, el manejo de vida silvestre, el pastoreo, el transporte, la recreación y el turismo. Uno de los aspectos fundamentales por los que en los últimos años se ha volcado mayor atención en la conservación de los humedales es su importancia para el abastecimiento de agua dulce con fines domésticos, agrícolas o industriales. La obtención de agua dulce se evidencia como uno de los problemas ambientales más importantes de los próximos años; dado que la existencia de agua limpia está relacionada con el mantenimiento de ecosistemas sanos, la conservación y el uso sustentable de los humedales se vuelve una necesidad impostergable.
No obstante la importancia que se le da hoy en día a la conservación de los humedales, durante siglos fueron considerados tierras marginales que debían ser drenadas o "recuperadas", ya sea para mejorar las condiciones sanitarias o para su afectación a la producción, principalmente para la ampliación del área agrícola o urbana. Por ejemplo, se estima que en los EE.UU. se perdieron más de un 50% (87 millones de hectáreas) de sus humedales originales; los porcentajes podrían ser iguales o mayores para otros países.
Además de las acciones directas que se han realizado para drenar y "recuperar" humedales, estos están sujetos al deterioro tanto por las obras que se desarrollan en los ecosistemas acuáticos que provocan modificaciones en el ambiente, como represas y canalizaciones, como por actividades que se realizan en zonas terrestres cercanas a los humedales, ya sea por extracción de agua o por adición de nutrientes, contaminantes o sedimentos, por ejemplo la agricultura, deforestación, minería, pastoreo y desarrollo industrial y urbano. Debe tenerse en cuenta que dado el carácter dinámico de los ambientes lóticos, cualquier parte del ecosistema puede ser afectado por eventos que sucedan aguas arriba (contaminación). La presencia de especies migratorias también sufre el impacto de la alteración de la condición original del curso de agua (represas, dragados y puentes).

Conceptos importantes en relación con el manejo de los humedales:
Los humedales proporcionan recursos naturales de gran importancia para la sociedad. Por tal motivo, su manejo implica la necesidad de desarrollar su uso racional o uso sustentable. Este concepto ha sido definido como "la utilización sostenible que otorga beneficios a la humanidad de una manera compatible con el mantenimiento de las propiedades naturales del ecosistema".
Dado que el agua fluye naturalmente, existe una estrecha vinculación entre los ecosistemas acuáticos permanentes, los temporariamente húmedos y los terrestres adyacentes. Esto determina que los humedales son vulnerables a los impactos negativos de acciones que ocurren fuera de ellos. Por tal motivo, la conservación y el uso sustentable de los humedales deben desarrollarse a través de un enfoque integrado que considere los distintos ecosistemas asociados. Para el caso de los humedales continentales, resulta esencial referirse a las cuencas hidrográficas como unidades ambientales. Asimismo éstas influyen fuertemente las zonas costeras marinas donde desembocan.
La herramienta más eficaz para lograr una gestión de humedales que promueva su conservación y utilización sustentable a través de un manejo integrado, es el desarrollo de planes de manejo. Estos pueden realizarse a diferentes escalas según el objetivo perseguido. Deben tener un enfoque interdisciplinario que, a través del conocimiento profundo de las características y funciones del humedal y los aspectos socio-económicos propios del área, examine los diferentes usos posibles del ambiente. Con el fin de que los planes de manejo sean realmente eficaces deben dar importancia a la participación de los diferentes sectores involucrados en la utilización de los recursos naturales y la comunidad local. Finalmente, dado que los humedales son zonas dinámicas que presentan variabilidad temporal, los planes de manejo deben someterse a análisis y revisión permanentes.
La Convención sobre los Humedales:
La Convención sobre los Humedales es un tratado inter-gubernamental aprobado el 2 de febrero de 1971 en la ciudad iraní de Ramsar, relativo a la conservación y el uso racional de los humedales. A pesar de que el nombre oficial de la Convención de Ramsar se refiere a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, con los años su enfoque se ha ampliado y actualmente se utiliza apropiadamente el nombre de Convención sobre los Humedales.
La Convención entró en vigor en 1975 y en la actualidad más de 100 países de todo el mundo han adherido a la misma (Partes Contratantes).










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jueves, 26 de enero de 2012

En Bolivia se cultivó maíz desde la época pre cerámica


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La labor de domesticación y selección de especies vegetales se ha constituido en el mayor aporte económico y tecnológico del nativo americano a toda la humanidad. De 260 razas de maíz descritas para América, 132 son originarias de la zona andina.

El contexto de la historia de la agricultura previa al descubrimiento de América sugiere que el maíz ingresó a Bolivia “en una etapa de domesticación muy temprana y de hecho en un periodo de evolución cultural pre-cerámico”, según las evidencias científicas sistematizadas por Gonzalo Avila Lara en su libro El maíz y su mejoramiento genético en Bolivia.
La publicación que contiene información sobre las zonas de cultivo, producción y productividad, así como el origen, filogenia y clasificación del maíz, entre otros aspectos, destaca que tanto en la región andina central como en los llanos orientales “la labor de domesticación y selección de especies vegetales, se ha constituido en el mayor aporte económico  y tecnológico que el nativo americano ha dado a toda la humanidad”.
En su revisión de los antecedentes históricos de este cultivo, Gonzalo Avila – ingeniero agrónomo y Director del Centro de Investigaciones Fitoecogenéticas de Pairumani – refiere que estudios que datan de 1926 establecen que “que casi todas las plantas cultivadas se originaron en ocho lugares del mundo”, reconocidos como centros de origen primario, los mismos que casi siempre están situados en regiones montañosas.
“Todos los centros de origen fueron la cuna de grandes civilizaciones del pasado” y contribuyeron a los importantes “logros conseguidos en materia de domesticación y mejoramiento”, asegura el investigador a tiempo de destacar que “solo mucho más tarde y en base a las especies domesticadas en los centros de origen, las extensas llanuras del mundo alcanzaron un gran desarrollo agrícola”.
Las plantas más importantes para la agricultura se originan en sólo una fracción del globo, en áreas llamadas centros de origen, y los centros se origen cubren apenas 2 a 3% de la superficie terrestre.
Fue en la época de las grandes civilizaciones cuando se produjo la domesticación del maíz así como el desarrollo de técnicas de conservación de alimentos y culinarias, de  gran importancia para la humanidad.
Avila Lara recuerda que “en la época incaica, se consolida y ordena la domesticación y mejoramiento genético. Dicha ordenación fue posible gracias al uso de marcadores genéticos en los maíces andinos que permitió el reconocimiento de las diferencias de calidad. Los maíces amarillos tienen textura semidura, los blancos son harinosos, los de textura suave, para tostarlos, son moteados”.
En Bolivia, se desarrollaron bastantes  tipos de maíz bastantes diferenciados de las especies mexicanas, “por haber estado sometidos a patrones evolutivos muy variados, haciendo de la región el centro de diferenciación secundario, con una enorme cantidad de variabilidad genética, especialmente por la diversidad de los granos. Goodman y Brown (1998) señalan que del total de 260 razas descritas para América, 132 son originarias de la zona andina”.
La secuencia evolutiva de los maíces sudamericanos muestra enormes modificaciones morfológicas en los tipos de grano, según Avila, con más variabilidad que en México. Los tamaños de grano alcanzados en México y Cochabamba no tienen similitud en el mundo, tampoco la enorme variabilidad de colores y formas. En Bolivia se cultiva hasta los 3800 m.s.n.m.
Los maíces andinos tienen alto grado de especialización adaptativa a su propio valle, debido al aislamiento geográfico provocado por las montañas.
“Los maíces bolivianos fueron clasificados en 7 complejos raciales, 45 razas y centenares de variedades, considerando como raza a una población con características en común que ocupa un área geográfica definida y que han sido seleccionadas para finalidades utilitarias definidas y con características fisiológicas y morfológicas comunes, ejemplos son los complejos raciales Alto Andino, Amazónico, Perla, Morocho, Harinoso de los Valles Templados, Pisankalla, Cordillera. Una raza de maíz de introducción posterior es el maíz Cubano amarillo que colonizó toda el área tropical y subtropical, habiéndose cruzado casi con todas las razas existentes en esta zona al punto que casi no existen variedades libres de contaminación con esta raza”.
Actualmente la Colección del Centro de Investigaciones Fitoecogenéticas de Pairumani alberga unas 1500 accesiones producto de la recolección en todo el país, del mejoramiento y distribución de variedades propias y también de las estrategias de conservación in situ.


Fuente: Avila Lara, Gonzalo. El maíz y su mejoramiento genético en Bolivia.  Academia Nacional de Ciencias de Bolivia y Fundación Simón I. Patiño.  Cochabamba, Bolivia. 2008.

Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

domingo, 22 de enero de 2012

ECOALFABETIZACIÓN


"La educación ambiental es una problemática que no es específica de una asignatura exclusiva, sino que atraviesa todas las materias y su enfoque requiere un compromiso social", explica Dina Foguelman, doctora en biología. Considera que en sus propósitos prevalece la idea de lograr que individuos y comunidades entiendan la naturaleza compleja del hábitat como resultado de la interacción de sus aspectos físicos, biológicos, sociales, culturales y económicos.

"Hay una tendencia a entender por educación ambiental la divulgación que se hace sobre los recursos naturales, pero debe ser considerada como un nuevo enfoque para valorar las relaciones del hombre con su entorno, y cómo afecta al mundo que lo rodea, como un proceso integrado. Los educadores siguen anclados en hacer una pedagogía basada en la naturaleza"


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viernes, 13 de enero de 2012

Resumen de las tesis preliminares que caracterizan el neo-extractivismo de los gobiernos progresistas en América del Sur



1.- Persiste la importancia de los sectores extractivistas como un pilar relevante de los estilos de desarrollo.

2.- El progresismo sudamericano genera un extractivismo de nuevo tipo, tanto por algunos de sus componentes como por la combinación de viejos y nuevos atributos.

3.- Se observa una mayor presencia y un papel más activo del Estado, con acciones tanto directas como indirectas.

4.- El neo-extractivismo sirve a una inserción internacional subordinada y funcional a la globalización comercial y financiera.

5 .-Sigue avanzando una fragmentación territorial, con áreas relegadas y enclaves extractivos asociados a los mercados globales.

6.- Más allá de la propiedad de los recursos, se reproducen reglas y funcionamiento de los procesos productivos volcados a la competitividad, eficiencia, maximización de la renta y externalización de impactos.

7.- Se mantienen, y en algunos casos se han agravado, los impactos sociales y ambientales de los sectores extractivos.

8.- El Estado capta (o intenta captar) una mayor proporción del excedente generado por los sectores extractivos, y parte de esos recursos financian programas sociales, con lo que se ganan nuevas fuentes de legitimación social.

9.- Se revierten algunas contradicciones sobre el extractivismo, y se lo pasa a concebir como indispensable para combatir la pobreza y promover el desarrollo.

10.- El neo-extractivismo es parte de una versión contemporánea del desarrollismo propia de América del Sur, donde se mantiene el mito del progreso bajo una nueva hibridación cultural y política.

Fuente:
"DIEZ TESIS URGENTESSOBRE EL NUEVO EXTRACTIVISMO"
Contextos y demandas bajo el progresismo sudamericano actual
Eduardo Gudynas*
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Desarrollo, decrecimiento y economía verde (Parte I)


domingo, 08 de abril de 2007
ImageLa protesta ante el crecimiento económico y del productivismo es un fundamento de la Ecología política. No es posible un crecimiento económico en un planeta finito donde los recursos son por definición limitados. Según los ecologistas, nuestros modos de vida son perjudiciales tanto para los recursos naturales y ecosistemas como para la cohesión social y los individuos. Por lo tanto, hace falta reflexionar sobre un nuevo modelo de desarrollo basado en una verdadera sostenibilidad y justicia global.

1. SALIR DEL DOGMA DEL CRECIMIENTO Y DEL PRODUCTIVISMO

El sistema socio-económico actual, apoyándose en las ideologías dominantes dentro de las izquierdas y de las derechas, sigue esperando con paciencia el regreso del crecimiento económico que permitirá, según las diferentes teorías, conseguir el pleno empleo y el bienestar social (1). Sin embargo, este planteamiento no toma en cuenta el carácter finito de la Tierra que le impide soportar un desarrollo económico que supere la capacidad de carga de los ecosistemas (2) .

Además, a pesar de vivir en un mundo tecnológicamente cada vez más eficiente, asistimos a un aumento de la presión sobre los ecosistemas y del consumo energético. Esto debilita la teoría productivista que afirma que la cantidad de recursos naturales requerida por unidad de producto disminuye con el progreso técnico. El aumento general de la brecha entre pobres y ricos contradice también la dudosa teoría según la cual el crecimiento económico es capaz de reducir las desigualdades y de reforzar la cohesión social (3). Estos errores teóricos se materializan en el cálculo actual de la “riqueza de la nación” a través del PIB (4), herramienta parcial que sólo suma las riquezas llamadas productivas y no el conjunto de las riquezas sociales y ecológicas (5).

ImageEl desarrollo reciente de conceptos como la huella ecológica (6) o la deuda ecológica (7) pone en evidencia que los modelos socio-económicos vigentes no son viables a largo plazo. Además de ser insostenibles, tampoco son justos ya que actualmente un 20% de la población mundial (de los países del Norte) consume el 80% de los recursos planetarios. La reflexión ecológica no se puede desvincular por lo tanto de una reflexión social sobre el reparto justo de los recursos naturales. En otras palabras, la justicia global tiene relación directa con el espacio ecológico ocupado tanto por los países mal-llamados “desarrollados” como por las élites de los países del Sur.

Esta situación viene provocada por varios siglos de un sistema capitalista y productivista basado en la acumulación y la explotación de los ecosistemas. Sin embargo no tenemos que olvidar que, más allá del capitalismo, es la ideología productivista dominante la que está arruinando el planeta. El conjunto de los productivismos mantienen una fe ciega en el progreso tecnológico y en la dominación del ser humano sobre la naturaleza. En este sentido, la construcción de un nuevo modelo de desarrollo supera la cuestión de la propiedad de los medios de producción y del reparto de las riquezas producidas. Más allá de la lucha entre capital y trabajo, es crucial la cuestión del sentido, la calidad y la finalidad de la producción.

2. HACIA UN DECRECIMIENTO SELECTIVO Y JUSTO

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Cumbre de Johannesburgo 2002
El concepto de “desarrollo sostenible” elaborado en el Informe Bruntdland (8) y popularizado en la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro en 1992 es una definición consensuada que proviene de una correlación de fuerzas entre fuerzas productivistas y ecologistas. A pesar de representar una inflexión positiva en la reflexión sobre la finitud del Planeta, este concepto se sigue basando en el dogma del crecimiento (9) y no fija ninguna prioridad entre lo económico, lo social y lo medioambiental. Dicho de otra manera: confunde fines y medios y ha resultado ser presa fácil para las fuerzas políticas y mercantiles dominantes. Por lo tanto parece imprescindible que el concepto de “desarrollo sostenible” pase a una segunda fase de su existencia.

Por ello, es posible apoyarse en un principio básico de la “bioeconomía” (10): un subsistema no puede regular a un sistema que le engloba. Dicho de otra manera, la regulación del conjunto, del sistema vivo, no se puede realizar a partir de un nivel de organización inferior como es la economía, que actúa con sus propias finalidades. La economía es parte íntegra de la sociedad, ella misma parte de la biosfera. Por lo tanto, el mercado –que no es más que una parte de la economía- no puede imponer su modo de funcionamiento al resto de los niveles. Sólo una organización controlada por finalidades globales tiene legitimidad en un sistema ecologista.

Así, el desarrollo humano y sostenible, fenómeno cualitativo y cuantitativo, sólo se puede conseguir si se respetan los mecanismos reguladores de las esferas humanas y naturales en las cuales se encuentra. El objetivo es una mejora en la calidad de vida de las poblaciones humanas y la sostenibilidad de los ecosistemas que permite la regeneración de nuestro medioambiente. Si queremos dejar en herencia a las generaciones futuras un mundo viable, cualquier actividad humana se tiene que situar en los límites de las capacidades de regeneración de los ciclos naturales, es decir respetando la capacidad de carga de los ecosistemas. 

Para lograr esta meta, es decir un desarrollo tanto humano como sostenible, se plantea la idea de un decrecimiento selectivo y justo. Sin dogmatismos, se trata de alentar a través de vías únicamente democráticas el decrecimiento donde resulta necesario y el crecimiento donde es posible y deseable. El término “decrecimiento” (11) por su impacto y su significado semántico resulta mucho más difícil de fagocitar como ocurrió con el término “desarrollo sostenible” y, como lo recuerda Serge Latouche –principal teórico del decrecimiento en Francia- “tiene como objeto primordial marcar fuertemente el abandono del insensato objetivo del crecimiento por el crecimiento” (12).

Sin duda, queda todavía por realizar un estudio más profundo de los aspectos teóricos y prácticos del “decrecimiento”, principalmente en relación con el desarrollo de los países del Sur. Además recordamos que por “decrecimiento” no hay que entender un crecimiento negativo de la economía instituido como un fin en si mismo, ni tampoco una búsqueda del decrecimiento por el decrecimiento, metas tan absurdas como el dogma del crecimiento. Por “decrecimiento” entenderemos más bien un cambio radical de modelo socio-económico tanto en las estructuras como en las mentalidades que permite concebir las finalidades y las riquezas humanas de otro modo. Un cambio imprescindible hacia la sostenibilidad ecológica y la justicia social, porque la verdadera utopía es pretender que podremos seguir desarrollándonos así mucho tiempo.

Continuará…
 
(1) Aunque existen en Europa corrientes verdes minoritarias tanto dentro de la social-democracia como dentro del marxismo (ver el ecosocialismo por ej.), la publicación del Informe del Club de Roma que propone un crecimiento 0 provoca un escándalo tanto en el seno de la izquierda como de la derecha, ambos sectores considerando el informe como una herejía contra el “progreso”.(2) La capacidad de carga es el nivel de población que puede soportar un medioambiente dado sin sufrir un impacto negativo significativo. La capacidad de persistencia puede variar a lo largo del tiempo, en función de los factores de los que depende: cantidad de comida, hábitat, agua y otras infraestructuras vitales. Para saber más: http://www.eurosur.org/futuro/fut53.htm (3) Para desarrollar estos dos aspectos, ver el artículo de Jean-Marie Harribey “Alternativas: Por una sociedad ahorrativa y solidaria” publicado en Le Monde Diplomatique y disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=4293(4) El PIB (Producto Interno Bruto) es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado. Hoy en día el uso del PIB per cápita como medida de bienestar se ha generalizado. Para saber más : http://www.econlink.com.ar/dic/pib.shtml (5) La definición de las riquezas productivas encuentra sus raíces teóricas en economistas como Smith, Malthus y sobre todo Ricardo.(6) Definida en 1996 por William Rees y Mathis Wackernagel en la School for Community & Regional Planning de la Universidad de la Columbia Británica, “la huella ecológica es un indicador ambiental de carácter integrador del impacto que ejerce una cierta comunidad humana, país, región o ciudad sobre su entorno. Es el área de terreno necesario para producir los recursos consumidos y para asimilar los residuos generados por una población determinada con un modo de vida específico, donde quiera que se encuentre esa área.”(7) El concepto deuda ecológica sigue todavía en debate. M. Robleto y W. Marcelo (Instituto Ecología Política) sostienen que “es el patrimonio vital de la naturaleza, necesario para su equilibrio y reproducción, que ha sido consumido y no restituido a ella”. Según Acción Ecológica de Ecuador, “la Deuda Ecológica es la obligación y responsabilidad que tienen los países industrializados del Norte con los países del Tercer Mundo, por el saqueo y usufructo de sus bienes naturales como petróleo, minerales, bosques, biodiversidad, conocimientos, bienes marinos y por el uso ilegítimo de la atmósfera y los océanos”.(8) Ver Florent Marcellesi, “Historia del movimiento ecologista y verde (parte II) : hacia la ecología política” disponible aquí
(9) El informe Bruntdland enuncia: “lo que necesitamos es una nueva era de crecimiento, un crecimiento vigoroso y, al mismo tiempo, social y ’medioambientalmente’ sostenible".(10) René Passet, “Principios de Bioeconomía”, Economía y Naturaleza 5. Fundación Argentaria-Visor Distribuciones, 1996(11) El economista de origen rumanés Nicholas Georgescu-Roegen es considerado como el padre de la idea de decrecimiento. Ver su libro “La Ley de la entropía y el proceso económico” Madrid : Fundación Argentaria, Visor , 1996.(12) Serge Latouche, “Décoloniser l’imaginaire : la pensée créative contre l’économie de l’absurde”. Editions Broché, 2003

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Ivan Illich, una crítica ecológica de las instituciones



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Iván Illich
El original pensamiento de Iván Illich (1921-2002) ha marcado de manera profunda el siglo XX, ya que no dudó en denunciar la medicina que enferma más que cura, el automóvil que nos hace perder más tiempo del que ahorramos, la escuela que deforma más que educa. Illich es, ante todo, un pensador de la resistencia. Podemos considerarle también con su amigo y filosófo francés Jacques Ellul como uno de los padres de la idea de decrecimiento.

Iván Illich murió el 2 de diciembre de 2002 en Bremen, Alemania, a la edad de 76 años. Sacerdote alejado de la Iglesia, propuso en los años 1970 una crítica radical y global de la sociedad industrial, de la escuela y de la medicina. Iván Illich nació el 4 de septiembre de 1926 en Viena, de padre croata católico y de madre judía sefardí. Expulsado en 1941 tras la aplicación de las leyes raciales nazis, se marcha a estudiar a Florencia, entra en la universidad gregoriana del Vaticano en Roma, para luego convertirse en sacerdote. Políglota, devora los conocimientos y las ideas. Influenciado por el filósofo Jacques Maritain, consigue su licienciatura de teología en 1951 para entrar más tarde, en 1961, en el CIDOC (Centro Intercultural de Documentación) en Cuernavaca, México. Este centro se convertirá en un extraordinario cruce de discusiones entre intelectuales y estudiantes de América Latina o de jóvenes occidentales, a menudo religiosos. Esta universidad sin jerarquía y sin títulos es también un terreno de experimentación de sus ideas. En 1969 renuncia al ejercicio y a su cargo como sacerdote, sin renunciar a su fe. Su pensamiento consiste en tomar a contrapie las verdades oficiales y, principalmente, aquellas que componen el fundamento de la modernidad humana. Se interroga sobre el “progresismo”, como postulado no criticado y como legitimación, casi tautológica, de la conducta de las sociedades industriales modernas. Tiene una “mirada sin respeto” y utiliza sin duda también una técnica de dramatización y de sistematización del fenómeno estudiado. Esta toma de postura radical lleva a algunos a menospreciar su reflexión... mediante simplificaciones rápidas o resúmenes truncados, para concluir con el calificativo “utópico, irracional” que pone punto final a cualquier discusión...

ImageEn sus escritos Illich construye una teoría crítica de la sociedad industrial. Al llegar los años 1970 es el portavoz reconocido y brillante de una crítica no marxista de las instituciones que fundan la economía contemporánea: la escuela, la salud, el desarrollo y el consumo energético son las dianas de un discurso potente que da a la ecología una base sólida. Estudia la lógica de las instituciones de la sociedad industrial y las condiciones de su superviviencia, tanto en su dimensión colectiva como en el nivel individual. Para Illich, la función de estas instituciones es legitimar el control de los hombres, su esclavización a los imperativos de la diferencia entre una masa siempre creciente de pobres y una elite cada vez más rica. Ni la enseñanza ni la medicina ni la producción industrial están dadas ya a escala de la convivencialidad humana. Su función real está en contradicción con el discurso común que se basa en la idea del progreso indefinido.

Iván Illich insistirá en sus obras en la desmesura de las herramientas que aplastan al hombre y, entre otras, en la cuestión clave del umbral de desarrollo racional de estas herramientas. En la “Convivencialidad”, Illich analiza la transformación de la herramienta en un aparato esclavizante: “al traspasar un umbral, la herramienta pasa de ser servidor a déspota. Pasado un umbral la sociedad se convierte en una escuela, un hospital o una prisión. Es entonces cuando comienza el gran encierro. Importa ubicar precisamente en dónde se encuentra este umbral para cada componente del equilibrio global. Entonces será posible articular de forma nueva la milenaria tríada: hombre, herramienta y sociedad. Llamo sociedad convivencial a aquélla en la cual la herramienta moderna está al servicio de la persona integrada en la colectividad y no al servicio de un cuerpo de especialistas."

No crítica la tecnología sino el monopolio que le ha sido otorgado y que es nocivo para la libertad de cada uno de satisfacer sus propias necesidades. Illich describe la lógica de la sociedad que persigue un crecimiento sin límites, por aculturización de los grupos y de los individuos, sin aportar respuestas contra la pobreza que, al contrario, se sigue expandiendo. “La organización de la economía entera hacia la consecución del mejor-estar es el obstáculo mayor al bienestar”, resume Illich. Luego anuncia que “convivencial es la sociedad en la que el hombre controla la herramienta.” La sociedad convivencial tiene que llevar remedios en varios ámbitos (la sobreprogramación, el monopolio radical, la devalorización, el rendimiento negativo) y por supuesto para el medioambiente cuya destrucción hay que parar. Sin embargo la Ciencia es incapaz de preveer las consecuencias de la destrucción de la fauna y la flora (entre otros la submarina) o los efectos combinados que los ingredientes químicos de los alimentos, los insecticidas y las píldoras contraceptivas tendrán sobre el patrimonio genético de las generaciones futuras. Pero Iván Illich quiere insistir en la dimensión banal de su crítica. Así pues se puede denunciar el transporte automovilístico por ser un ejemplo de “monopolio radical”, según la teorización que hace del mecanismo socio-económico. En esta perspectiva, la evolución de las sociedades industriales occidentales parece haber otorgado al coche un lugar tan privilegiado que éste se convierte en hegemónico frente a los otros modos de transporte, disminuyendo por lo tanto la autonomía del individuo para sus desplazamientos. El argumento es central en la reflexión de René Dumont, figura histórica e influyente de la corriente ecologista francesa. Illich establece una equivalencia original entre tiempo ganado -por la rapidez- y tiempo perdido –trabajando para conseguir estos medios que permiten ir más rápido. Lo esencial en la revolución que Illich desea, consiste en la aceptación de dos cambios solidarios: la institución de procedimientos políticos de “autolimitación” de producción y consumo y la adopción preferencial de herramientas conviviales.

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Caricatura de Illich
En 1971 se publica un éxito mundial: “Una Sociedad sin escuela” (...). Este ensayo plantea que la escuela actúa como un sistema de exclusión, rechazando a las y a los que no han obtenido un título y, al mismo tiempo, monopolizando lo que es digno de ser reconocido como “saber” y excluyendo las otras formas de conocimiento humano. Para Illich, la enseñanza está en manos de profesionales y se convierte en una enorme máquina, centralizada y automatizada, destinada a fabricar desigualdad social. La educación se vuelve por lo tanto problemática. Tiene como objetivo adaptar la enseñanza vinculada a los imperativos económicos. La cuestión central es saber si la escuela tiene como meta el desarrollo del poder de los individuos de todas edades para su propia formación (escolar o extra-escolar) o el aumento de la dependencia de cada uno en relación con el saber útil a los intereses de la clase dominante. Se trata por lo tanto de “descolarizar” la enseñanza, suprimir los programas y enseñanzas profesionales... Hay que instaurar “redes de enseñanza” donde las y los que solicitan conocimientos se relacionarían con las personas dispuestas a suministrarles la información.

En 1973, “Energía y equidad” (...) critica el análisis clásico de la crisis energética -vista de forma general como un problema de recursos escasos- y muestra que se vincula con el consumo, es decir los usos, mediante el desarrollo ilimitado del transporte.

En la segunda mitad de los años 1970, Illich sigue con su trabajo de denuncia de las instituciones médicas (con “Némesis medica”), las ilusiones del trabajo (“El Trabajo fantasma”), el concepto de medioambiente (“H20”). Pero el optimismo de los años 60 ha desaparecido y poco a poco se olvida a Illich. Trabaja en México y, a partir de 1990, enseña cada otoño en la Universidad de Bremen en Alemaña. En su “Espejo del pasado”, en 1994, propone sus nuevas reflexiones sobre el compromiso social o el lenguaje. Sin embargo, tiene dificultad para entender los fenómenos de los años 1990 como Internet y la biotecnología e inicia una crítica aguda de las tesis de Hans Jonas (por ejemplo del principio de responsabilidad). En uno de sus últimos ensayos (“La perdida de los sentidos”), sigue con sus reflexiones teológicas.


Autor: Bruno Villalba
Publicado en la revista EcoRev: “Figures de l’écologie politique”, número 21, otoño-invierno 05
Disponible en versión original en www.ecorev.org

Traducido del francés por Florent Marcellesi

Para saber más sobre Iván Illich: www.ivanillich.org

Principales Obras:
Alternativas, Joaquín Mortiz, México, 1974, 1977. 189 pp.
Energía y equidad. Desempleo creador. J. Mortiz /Editorial Posada, México,1978. 204 p
Némesis médica, Joaquín Mortiz, México, 1978. 385 pp.
La sociedad desescolarizada, Joaquín Mortiz, México,1985. 161 pp.
La convivencialidad, Joaquín Mortiz /Planeta, México, 1985. 161 pp.
Némesis médica, Joaquín Mortiz, México, 1986. Reimpresión, 385 pp.
Alternativas II, Joaquín Mortiz / Planeta, 1988. 190 pp.
El género vernáculo, Joaquín Mortiz / Planeta, 1990. 207 pp.
El H2O y las aguas del olvido, Joaquín Mortiz / Planeta, 1993. 122 pp

Señalamos también la publicación en 2006 de todas las obras de Iván Illich reunidas en 2 volúmenes:
Iván Illich, Obras Reunidas I y II, rev. de Valentina Borremans, Javier Sicilia, México: FCE, 2006
 

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Historia del movimiento ecologista y verde (Parte II): Hacia la ecología política


A partir de los años 70, el movimiento ecologista se radicaliza buscando un nuevo estilo de vida y alternativas globales a la sociedad industrial y consumista. Los conocimientos se profundizan y la conciencia colectiva está lista para sacar a la luz un pensamiento crítico, global y transformador: la ecología política.
 
Los primeros partidos verdes: radicalidad y renovación

Por lo tanto, en numerosos países europeos, la creación de partidos políticos “verdes” corresponde a la necesidad de los y las militantes ecologistas quienes, al haber perdido la confianza en los partidos productivistas clásicos tanto de izquierdas como de derechas, quieren poder contar con un movimiento que les represente en la teoría  y en la práctica.

Durante los años setenta, junto con el nacimiento de los Amigos de la Tierra (1971) o Greenpeace (1973), vislumbramos los primeros intentos para dar cabida a la opción verde en el espacio político europeo. A pesar de una postura muy crítica frente al sistema electoral y una apuesta radical por la democracia participativa heredada de la contra-cultura de 1968 (1), sale elegido en 1974 en Suiza el primer diputado verde en un parlamento estatal. El mismo año, René Dumont, ingeniero agrónomo y considerado como el padre de la Ecología política en Francia, se presenta a las elecciones presidenciales francesas.

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Petra Kelly
En 1979 con el eslogán “Die Zukunft ist grün” (“el futuro es verde”), se crea el partido verde alemán, desde entonces uno de los principales motores del ecologismo político en Europa. Unos años más tarde, en 1984, tras la constitución de los partidos ecologistas de Alemania, Bélgica, Francia, Holanda, Luxemburgo, Reino-Unido, Suecia y Suiza, se pone en marcha la Coordinación de los partidos verdes europeos que se transformará en 1993 en la Federación de los Partidos Verdes europeos. De la misma manera, se crea en 1988 la Federación de los Jóvenes Verdes europeos, hoy integrada por más de 30 organizaciones juveniles u ONGs ecologistas.

En España, el impulso viene directamente de mano de la principal actriz de Los Verdes alemanes, Petra Kelly. El 29 de mayo de 1983 y aprovechando su visita, 16 activistas ecologistas de todo el Estado firman el “Manifiesto de Tenerife” en el que se expone que no se puede seguir confiando en los partidos existentes para conseguir “cotas crecientes de calidad de vida y de disfrute adecuado de los recursos naturales”.

Tanto en la península ibérica como en el resto de Europa, se imagina la idea de un partido verde desde un rechazo a las organizaciones jerárquicas, machistas y muy poco participativas. Bajo la influencia de los movimientos medioambientalistas, feministas, regionalistas, libertarios y la aportación de unas corrientes marxistas renovadoras (2), se construye la opción verde desde la horizontalidad, la igualdad de género y la participación activa de sus integrantes. Además, tal y como lo plantea el Manifiesto de Tenerife, un partido verde sólo tiene interés si no se olvida “el ejercicio irrenunciable de la presión social”, es decir un movimiento con un pie en los movimientos sociales y otro pie en las instituciones.

Fechas clave para la concienciación de las multitudes


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Hundimiento del Rainbow Warrior
El hundimiento en 1985 por los servicios secretos franceses del barco de Greenpeace, el Rainbow Warrior, conmociona fuertemente al mundo. Este atentado perpetrado por un Estado para evitar que se llevaran a cabo protestas en contra de las pruebas nucleares en el Atolón de Mururoa (Pacífico) pone en evidencia, además de la impunidad de los y las criminales, la falta total de democracia y transparencia en la imposición tecnocrática de la energía nuclear tanto civil como militar.

Apenas un año más tarde, en abril de 1986, surge la catástrofe de Chernobyl que marca también profundamente las mentes y refuerza aún más la conciencia ecologista, al poner en evidencia la globalización y la ausencia de fronteras para los problemas ecológicos y sus repercusiones sociales. Más que nunca la lucha contra la energía nuclear se posiciona en el centro de las reivindicaciones verdes y ecologistas por un mundo más sostenible. Más allá, Chernobyl marca el inicio del derrumbe del bloque comunista productivista donde la labor de terreno de los movimientos ecologistas aportó mucho en el intento de democratización de la región.

En 1987, se publica el informe Brundtland (3) que plasma de forma menos radical que lo hubiera hecho el mismísimo movimiento ecologista pero de forma muy didáctica, una definición hoy bastante popularizada del “desarrollo sostenible”. Definido como aquél que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones, el desarrollo sostenible introduce un concepto básico de la Ecología política: la solidaridad temporal o intergeneracional.

Basándose en este concepto, tiene lugar la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en  1992. Este primer evento tiene una repercusión mundial y le siguen otros eventos internacionales hasta llegar a la Cumbre de Kyoto y su protocolo homónimo, cuyos alcances, a pesar de su valor simbólico, satisfacen a medias al movimiento ecologista frente a la gravedad del cambio climático.

Lo Verde en la actualidad: profundización y globalización

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Caída del muro de Berlín
Con la caída del muro de Berlín en 1989 se destruye uno de los dos sistemas en competición. Frente a la incapacidad del socialismo realmente existente de proveer democracia, justicia social y sostenibilidad ecológica, las miradas se concentran en el sistema capitalista. A pesar de su victoria geopolítica, el sistema socio-económico dominante se muestra igual de productivista e incapaz de resolver el incremento de las destrucciones medioambientales y las desigualdades sociales. Peor: las políticas neoliberales aplicadas a partir de principio de los años 80 han profundizado las crisis ecológicas y sociales. Por lo tanto, se afirma desde los partidos verdes una tercera vía ecologista fuera de la dicotomía capitalista-comunista.

Aunque busca a sus aliados con exclusividad o prioridad -según los países y sus evoluciones históricas- a la izquierda (4), el ecologismo político representa un paradigma ideológico autónomo en fuerte desarrollo, rebasando en numerosos sitios los partidos de vieja izquierda. En Europa, basándose en su característica transnacional, Los Verdes son el primer movimiento que ha creado un partido político europeo (Roma – 21/02/2004) que haya presentado un programa común en las elecciones europeas de 2004.

A nivel mundial, gracias al empujón del ecologismo en América del Norte (5) y en África (6)  y a pesar del más lento desarrollo de la opción verde en América Latina, la Ecología política se afirma poco a poco como una visión necesariamente global capaz de federar a una gran diversidad de movimientos sociales y políticos del planeta como lo demuestra la Carta de los Verdes Mundiales firmado en Canberra (Australia – 2001). En enero de 2007, tendrá lugar el Congreso de Los Jóvenes Verdes Mundiales y en enero de 2008, el Congreso de Los Verdes Mundiales, lo que demuestra una vez más que el eslogan de los primeros activistas de la Ecología política sigue vigente: “piensa globalmente, actúa localmente”.
 
(1) El actual coportavoz del Grupo Verde europeo, Daniel Cohn-Bendit, fue uno de los líderes de la rebelión estudiantil de 1968 en Francia, lo que le costó su expulsión a Alemania.
(2) Pensadores y teóricos de origen marxista como André Gorz y Alain Lipietz teorizan el paso de lo “rojo al verde”. Ver por ejemplo, “Adiós al proletariado”, 1980 de André Gorz.
(3) Informe Escrito para la ONU. Originalmente se llama “Nuestro futuro común” (“Our common future”).
(4) El partido verde francés afirma en su congreso de 1994 que la ecología política, desde su condición autónoma, sólo puede entrar en coaliciones con partidos de izquierdas. Al mismo tiempo, el partido verde alemán llega en algunos casos a realizar alianzas puntuales con partidos democristianos mientras en Europa del Este, Los Verdes, por haber sido víctimas de la represión soviética, ven con recelo a los herederos del movimiento comunista.
(5) El movimiento verde americano existe desde el principio de los 1980s, tiene 305.000 afiliados y cuenta con la fuerte influencia del abogado y activista Ralf Nader conocido por su lucha contra la cultura del consumo.
(6) Bajo la impulsión de la premio nobel Wangari Maathai, diputada por Los Verdes en Kenia, y del Green Belt Movement, la ecología se instala en África. Por  otra parte, en agosto de 2006, se creó la Federación de los Jóvenes Verdes Africanos.



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Historia del movimiento ecologista y verde (Parte I): Génesis y toma de conciencia


Ubicamos con frecuencia el nacimiento del movimiento ecologista en los anõs 1960-1970. Sin embargo, hace falta volver un poco más atrás en el pasado para entender los cambios paulatinos de mentalidad, así como los movimientos y estructuras correspondentes, que estuvieron en el origen de la Ecología política.

Un primer enfoque conservacionista

El concepto de protección de la naturaleza nace en la segunda mitad del siglo XIX, aunque hacía referencia sobre todo a valores estéticos. No es de extrañar que las primeras huellas del ecologismo se puedan encontrar en Inglaterra, donde la explotación abusiva de la naturaleza por la incipiente industrialización crearon  un espacio favorable al desarrollo de las ciencias naturales. Aparecen entonces organizaciones potentes de protección de las aves y poco a poco van consolidando un movimiento internacional para la convervación de la flora y fauna. Aunque la primera guerra mundial interrumpirá esta dinámica, en 1914 se instaura en Suiza el primer parque nacional de Europa.

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Dust Bowl
Por su lado, en 1930, los Estados Unidos viven uno de los mayores desastre ecológico de su historia: el Dust Bowl (Bola de polvo)(1). Marcando profundamente la sociedad americana, se pone en evidencia que las malas prácticas agrícolas que sólo buscan la rentabilidad y competición sin frenos influyen en los equilibrios ecológicos.

La segunda guerra mundial transforma los valores y actitudes hacia las relaciones internacionales, que a su vez modifican profundamente las orientaciones para la protección del medioambiente. El 5 de octubre de 1948, tras 50 años de lucha, se crea la Unión Internacional por la Protección de la Naturaleza (UIPN). 15 años más tarde se funda el WWF a partir de la UIPN, en un principio para financiarla aunque seguirá rápidamente sus propias metas. Con el Plan Marshall, el fin de la segunda guerra mundial marca también un esfuerzo mundial sin precedentes con el fin de dominar los recursos naturales mundiales al servicio del “progreso”, tanto en el bloque capitalista como comunista.

Inflexión de los años 1960 y ampliación de las reivindicaciones

La “protección de la naturaleza” fue en un principio sobre todo una cruzada moral que se centraba en la estética y la conservación del entorno natural y de la vida salvaje. A partir de 1960, el ecologismo incipiente opera un cambio profundo para centrarse en el entorno humano con un tema nuevo: la supervivencia de la especie humana. A diferencia del movimiento conservacionista, el término “supervivencia” introduce el sentido de sentimiento de crisis, urgencia y concepción del ser humano en la biosfera. Emerge la noción de catástrofe ecológica en el seno de la contra-cultura subversiva que critica el crecimiento económico, la sociedad de consumo y anuncia una crisis de civilización.

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Rachel Carson
El movimiento se asienta en una literatura cada vez más abundante que expone los múltiples aspectos ecológicos, sociales, culturales, políticos, militares, económicos y tecnológicos de la crisis de sociedad. Basándose en autores como Ivan Illich, asistimos a una crítica cada vez más aguda del papel de la ciencia occidental, técnica y del mito del progreso. Además de los efectos negativos de la “sociedad de la abundancia”, varios acontecimientos jugarán un papel determinante en la construcción de la conciencia ecológica: las pruebas nucleares, el libro "Primavera silenciosa”(2) y una serie de catástrofes ecológicas(3) difundidas por los nuevos medios de comunicación de masas.

La influencia de nuevos movimientos sociales lleva a la ampliación de la reivindicaciones hacia también la defensa de los consumidores y salud pública, la responsabilidad científica, el pacifismo y no-violencia, la renovación política y la democracia participativa. Se suman también los movimientos por la autonomía, donde los militantes redescubren el mundo rural, vinculando las palabras ecologismo y  comunidad, iniciando un retorno a la Tierra, así como a la práctica de la agricultura biológica y técnicas alternativas.

Más allá, el año 1968 marca un punto de inflexión en la lucha social y ecologista. En diferentes partes del planeta, las revueltas juveniles ven converger en movimientos medioambientalistas, pacifistas, feministas, culturales, libertarios o autonomistas en contra de la cultura del progreso ilimitado, consumista, jerárquico y patriarcal. Mientras surge la represión, especialmente sangrienta en México o Praga, y mientras el movimiento obrero desconoce estas revueltas, esta “revolución mundial” marca una ruptura profunda con los movimientos de viejas izquierdas y el surgimiento de nuevas aspiraciones transformadoras.

Una propagación mundial del ecologismo
En 1972, y gracias a nuevos conocimientos científicos, se publica el primer informe del Club de Roma que prevé el colapso del sistema mundial debido a los “límites del crecimiento”. La crítica del dogma del crecimiento provoca un escándalo tanto en el seno de la izquierda como de la derecha, considerando el informe como una herejía contra el “progreso”. Sin embargo, este informe viene alimentado la gran Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente de Estocolmo de junio de 1972 que permitirá la creación del Programa de las Naciones Unidas por el Medioambiente (PNUM – UNEP en inglés).

La conciencia ecológica se reforzará aún más tras el primer choque petrolero de octubre de 1973 que pone en evidencia la feroz dependencia de los países “desarrollados” al oro negro. Por vez primera, se ponen en marcha planes energéticos para ahorrar energía y diversificar las fuentes de energía. Por desgracia, una vez superado el choque, los planes pasarán poco a poco al olvido.

El movimiento ecologista se radicaliza buscando un nuevo estilo de vida y alternativas globales a la sociedad industrial. Los conocimientos se profundizan y la conciencia colectiva está lista para sacar a la luz un pensamiento crítico, global y transformador: la ecología política.

Continuará…

(1) Más de 200 tormentas de polvo tuvieron lugar  en las Grandes Llanuras. Algunas llegaron a ocultar la luz solar y a provocar la creación de taludes de 6m de altura.
(2) Rachel Carson publica en 1962 el libro “Primavera silenciosa” sobre el uso de los pesticidas. La autora es considerada como una de las fundadoras de la Ecología política.
(3) En particular, el naufragio del Torrey Canyon en marzo de 1967, la marea negra de Santa Barbara en California en enero de 1969 y la enfermedad de Minamata debida a la contaminación con mercurio en Japón

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La Ecología política: una visión crítica, global y transformadora


De la ciencia a la política 

Término usado en biología, la “ecología” es – en su origen – una disciplina científica. Es la ciencia que estudia la relación triangular entre los individuos de una especie, la actividad organizada de esta especie, y su medio ambiente, que es a la vez condición y producto de esta actividad, condición de vida de esta especie. Sin embargo, los hombres – al contrario que el resto de las especies – son animales no sólo sociales sino también políticos.

El paso de la ecología como ciencia a la ecología como pensamiento político introduce entonces la cuestión del sentido de lo que hacemos, lo cual implica una serie de interrogaciones: ¿en qué medida nuestra organización social, la manera en que producimos, en que consumimos modifican nuestro medio ambiente? Dicho de otra manera, ¿cómo pensar la combinación, la interpenetración de estos factores en su acción sobre el medio ambiente? ¿Favorecen o no a los individuos estas modificaciones? La ecología política nos dice cuáles son los efectos de nuestros comportamientos y prácticas, pero no es ella sino los hombres los que deben escoger el modo de desarrollo que desean, en función de la evolución de los valores en el debate público y demócratico. Al tomar en serio los desequilibrios ecológicos generados por la actividad humana, la ecología política cuestiona la modernidad y desarrolla un análisis crítico del funcionamiento de nuestras sociedades industriales y de la cultura occidental, así como los valores y conceptos clave sobre los que descansa.

Una visión crítica y global del mundo


La ecología política entra entonces en el campo de la crítica y de la acción política y, al igual que otras ideologías – socialismo, comunismo, liberalismo, etc., propone una visión global de la sociedad, de su futuro, de las relaciones entre seres humanos, de las relaciones entre éstos y su entorno natural y de las actividades productivas humanas. La ecología política no es la parte medioambiental de un programa político, sino que afecta directamente al corazón de las sociedades humanas puesto que vincula la sostenibilidad ecológica con la justicia social, tanto a nivel local como mundial.

No se puede hoy pensar un modelo de desarrollo que no tome en cuenta estas dos facetas. No se puede hablar de un desarrollo que no sea al mismo tiempo humano (justo) y sostenible. ¿Qué vale el bienestar de una sociedad y de sus miembros sin que ese mundo tenga viabilidad a largo plazo para las generaciones futuras? ¿Qué vale la sostenibilidad del mundo si mientras tanto las riquezas naturales y productivas se quedan en manos de unos/as cuantos/as?

Por lo tanto, la ecología política propone un abanico completo de ideas y actuaciones, siempre tomando en cuenta las relaciones íntimas que unen los ecosistemas con las organizaciones sociales. En ningún momento puede considerarse que la ecología política es una “ideología parcial”, ni puede reducirse a otro pensamiento político (capitalista, comunista o social-demócrata – cada uno con sus numerosas variantes). Surge en un momento histórico preciso y viene dando respuestas a una determinada crisis social, ecológica y económica que los otros pensamientos mencionados no sólo no habían previsto sino incluso provocado. De hecho, la ecología política critica tanto a los movimientos de derechas como a los de viejas izquierdas por ser “desarrollistas” y “productivistas”, es decir, por ignorar las relaciones entre modelo de desarrollo, desequibrios ecológicos e injusticia social.

Una visión transformadora


La ecología política busca a la vez sostenibilidad y justicia y, por lo tanto, ataca a las propias bases de los sistemas socio-económicos productivistas actuales. Propone un cambio radical de rumbo lo que le confiere, a largo plazo, una dimensión profundamente transformadora y revolucionaria. Al mismo tiempo, no rechaza el reformismo del día a día ni la “política de los pequeños pasos”. Este camino, que hace una síntesis entre objetivos radicales a largo plazo y acciones reformistas a corto plazo, es conocido como “reformismo radical”. Para llevar a cabo este planteamiento, y por esencia, la ecología política escoge el camino del pacifismo y de la democracia que se define ante todo como participativa.

Por último, la ecología política plantea la necesaria acción conjunta de los movimientos sociales y políticos, y promueve la acción tanto dentro como fuera de las instituciones, tomando en cuenta la fértil interacción continua de la sociedad civil con lo político. Ambas, sociedad civil y política, son las dos caras de una misma moneda, o sea las dos piernas para caminar con equilibrio hacia el cambio.

* Este apartado “De la ciencia a la política” se inspira en los trabajos de Alain Lipietz, economista y eurodiputado verde. Ver http://lipietz.net 


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