sábado, 24 de abril de 2010

Cochabamba, la guerra del agua y el cambio climático

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En esta pequeña nación andina [Bolivia] de diez millones de habitantes, los glaciares están sufriendo el deshielo, amenazando el suministro de agua de la mayor zona urbana del país, El Alto y La Paz, con tres millones y medio de personas que viven a más de tres mil metros de altura. Viajé desde el Aeropuerto Internacional El Alto, el aeropuerto comercial más alto del mundo, a la ciudad de Cochabamba.
El Presidente boliviano Evo Morales llama a Cochabamba el corazón de Bolivia. Fue aquí donde hace diez años, como dijo un observador, tuvo lugar «la primera rebelión del siglo XXI». En lo que fue denominada la Guerra del Agua, la gente de todo Bolivia se congregó en Cochabamba para exigir que se pusiera fin a la privatización del sistema público de agua. Como me dijo Jim Shultz, fundador de la organización Centro para la Democracia, con sede en Cochabamba, «A la gente le gusta una buena historia del estilo de David y Goliat, y la revuelta del agua es David no sólo golpeando a un Goliat, sino a tres. Los denominamos las tres B: Bechtel, Banzer y el Banco». Shultz explicó que el Banco Mundial coercionó al gobierno boliviano del entonces Presidente Hugo Banzer, que había sido dictador en la década del 70, para que privatizara el sistema de agua de Cochabamba. La empresa multinacional Bechtel, la única licitante, asumió el control de la gestión pública del agua.
El domingo caminé por la Plaza Principal, en el centro de Cochabamba, con Marcela Olivera, que participó en las protestas callejeras hace diez años. Le pregunté acerca de la pancarta original del movimiento, que fue colocada para el aniversario y dice «¡El agua es nuestra, carajo!». Bechtel estaba aumentando las tarifas del agua. Los primeros en sentirlo fueron los campesinos, que dependen del riego. Solicitaron el apoyo de los trabajadores fabriles de la ciudad. Oscar Olivera, el hermano de Marcela, era su líder. Proclamó en una de las manifestaciones: «Si el gobierno no quiere que la empresa de agua se vaya del país, la gente los echará». Marcela recordó: «El 4 de febrero convocamos a la gente a una movilización aquí. La llamamos ‘la toma de la plaza’. Iba a ser el encuentro de la gente del campo, el campo viniendo aquí para reunirse con la gente de la ciudad, porque era una demanda de la gente del campo y una demanda de la gente de la ciudad. Todos reunidos aquí al mismo tiempo. […] El gobierno dijo que no iba a permitir que eso sucediera. Varios días antes de que esto fuera a suceder, enviaron policías en patrullas y motocicletas que rodearon la ciudad, tratando de sembrar el miedo en la gente. Y el mismo día de la movilización no permitieron que la gente caminara siquiera diez metros y comenzaron a lanzarles gases. Muchos de nosotros, estoy segura, regresamos a nuestras casas y vimos en la televisión lo que estaba sucediendo en la mañana y lo que aún estaba sucediendo. Dijimos que esto no puede suceder. Estaban golpeando a las mujeres, estaban golpeando a los niños, les lanzaban gases a la gente, entonces nos alzamos y salimos a las calles».
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Cochabamba fue sitiada por la coalición de campesinos, trabajadores fabriles y cultivadores de coca, conocidos como «cocaleros». Los disturbios y las huelgas se expandieron a otras ciudades. Durante la represión militar y el estado de emergencia declarado por Banzer, Víctor Hugo Daza, de diecisiete años, murió de un disparo en el rostro. En medio del escándalo público, Bechtel huyó de la ciudad, y su contrato con el gobierno boliviano fue cancelado. Los «cocaleros» jugaron un papel fundamental en la victoria. Su líder era Evo Morales. La Guerra del Agua de Cochabamba lo terminaría lanzando a la presidencia de Bolivia. En la cumbre de cambio climático de las Naciones Unidas en Copenhague pidió que se tomaran las medidas más estrictas para combatir el cambio climático.
Luego de la cumbre, Bolivia se negó a apoyar el Acuerdo de Copenhague no vinculante, promovido por Estados Unidos. El embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, me dijo que como consecuencia de esto «fuimos notificados por los medios de que Estados Unidos eliminaría alrededor de tres a 3,5 millones de dólares para proyectos relacionados con el cambio climático. Y la explicación que dieron fue que nosotros no apoyábamos el Acuerdo de Copenhague».
En lugar de aceptar el dinero de ayuda de Estados Unidos para el cambio climático, Bolivia está asumiendo un papel de liderazgo al ayudar a organizar a la sociedad civil y los gobiernos a nivel mundial con una meta común: cambiar el curso de la próxima cumbre de clima de la ONU que tendrá lugar en diciembre en Cancún, México. Por este motivo 15.000 personas de más de 120 países se han reunido aquí esta semana del Día de la Tierra, en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Morales convocó la conferencia para darle a los pobres y al Sur Global la oportunidad de responder a las frustradas negociaciones de clima en Copenhague.
El embajador Solón explicó el motivo de la cumbre de los pueblos. Me dijo: «La gente me pregunta cómo esta iniciativa proviene de un país pequeño como Bolivia. Soy el embajador ante la ONU. Conozco esta institución. Si no hay presión de la sociedad civil, no habrá un cambio desde la ONU. La otra presión a los gobiernos proviene de las empresas trasnacionales. Para poder contrarrestar eso, necesitamos desarrollar una voz desde las bases».
Esas fueron las palabras de Pablo Solón, cuyo hermano fue desaparecido por el régimen de Banzer. Ahora, como embajador de la ONU, es el único representante diplomático de Bolivia en Estados Unidos, porque este país expulsó al embajador boliviano en su territorio.
Amy Goodman es la presentadora de «Democracy Now!», un noticiero internacional diario de una hora que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 250 emisoras de radio en español. Es coautora del libro «Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in Extraordinary Times,» recientemente publicado en edición de bolsillo.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español
spanish@democracynow.org
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miércoles, 7 de abril de 2010

LAS PLACAS SOLARES CONTAMINAN,EMITEN GASES DE EFECTO INVERNADERO Y NO SON BIODEGRADABLES

Zapatero y su equipo de ministros pelotas y mangantes, financian con nuestro trabajo el nuevo timo de las renovables un sistema nada ecológico y que de verde solo tiene el del color de los billetes.
las placas solares térmicas o fotovoltaicas contaminan,generan residuos tóxicos,producen gases de efecto invernadero y encima no son bio degradables.
Algunos componentes son muchísimo más radiactivos que el famoso U238 para la misma actividad y no están guardados dentro de varios metros de hormigón y acero.
Los “progres”,los ecologetas y los meritorios de la secta Algoriana de Greenpeace con este post me acusarán de que trabajo para una multinacional del sector nuclear o algo por el estilo,son tan bobos y manipulables que no saben que las energías alternativas tienen el mismo dueño y distribuidor que las nucleares,EON,ENDESA,IBERDROLA,GAS NATURAL,UNION FENOSA.
Contaminan en la fabricación
Durante la producción de las placas solares,ademas del silicio,se están usando metales pesados como el plomo (para las soldaduras) y pequeñas cantidades de cadmioademas de otros componentes químicos altamente tóxicos para la salud y la atmósfera.
El NF3 produce efecto invernadero
El trifluoruro de nitrógeno, NF3, se utiliza para limpiar la última (y más barata) generación de dispositivos solares fotovoltaicos.
Un reciente estudio publicado en Scientific American, indica que la industria de la energía solar fotovoltaica, está emitiendo grandes cantidades de NF3 que puede ser un problema medioambiental grave, ya que el efecto invernadero de las emisiones de NF3es 17.000 veces mayor que las de CO2.
“El NF3 tiene un posible efecto invernadero superior a las mayores centrales alimentadas con carbón del mundo”, según un estudio publicado en junio de 2008 por investigadores de la Universidad de California.
Contaminan en la degradación al no ser Biodegradables
Silicon Valley Toxic Coalition, está solicitando a los fabricantes de paneles solares, que tomen medidas preventivas en la fabricación, ya que de no hacerlo después de 20 o 25 años de vida útil se convierten en basura contaminante.
First Solar desarrolla paneles de cadmio para evitarlo, sin embargo en el proceso de fabricación pueden resultar peligrosos para los trabajadores por la radiación emitida.
Conclusión
La  energía nuclear es sucia,tóxica y un grave peligro y tenemos que acabar con ella cuanto antes,pero no con las las placas solares que no son una alternativa eficiente ni económica ni ecológicamente.
No existe ninguna energía renovable eficiente,todas contaminan,asesinan aves como la eólica y solo son útiles para aquellos que viven de las subvenciones de un gobierno que cada día bate mas récords de gente en el paro y de déficit publico,España es un país a imagen y semejanza de los proyectos energéticos de Zapatero,un desastre de chiste.
Existen métodos igual de lamentables como el de la energía osmótica (entre otros)
Consiste en aprovechar la presión energética producida entre el agua dulce y las moléculas de sal al pasar por membranas de osmosis colocadas estrategicamente en las desembocaduras de los rios.(Otro timo)

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