domingo, 30 de diciembre de 2012

Plantas medicinales para cultivar en casa

Si quieres tener a mano ciertas plantas medicinales para utilizarlas cuando necesites, puedes cultivarlas tu mismo en tu casa, aunque tengas poco espacio. Estas plantas, no necesitan muchos cuidados, pero te pueden brindar muchos beneficios.

No sólo puedes conseguir plantas medicinales en una herboristería, también las puedes cultivar en tu casa, sin necesidad de mucho espacio ni mucho tiempo de cuidado. Hay 5 plantas que, de acuerdo a sus características pueden ser cultivadas en tu hogar.

ALOE VERA


Es una planta medicinal usada desde hace miles de año por egipcios, griegos, árabes, y chinos. Fue usada para ungir el cuerpo de Jesús según el evangelio de San Juan. En Oriente se le da en nombre de Bebida de la Perfección. Crece en climas cálidos, sus hojas son duras y carnosas, en forma de flecha, en los bordes tiene pequeñas espinas y florece en primavera con un racimo de flores amarillas o rojas. Lo mejor es usar la gelatina interna de sus hojas, actualmente se venden gel para uso externo y zumo para uso interno, debido a su sabor amargo es conveniente tomarlo con jugos de frutas, y al aplicarlos externamente poner después aceite debido a que es muy astringente y seca la piel. A nivel general hay que destacar su poder revitalizador, aumentando la energía del cuerpo físico.
PIEL:
- Quemaduras: aplicada durante las primeras 48 horas, de manera que la piel permanezca húmeda con una gasa mojada con gel, después seguir aplicando hasta la curación total. Es espectacular su poder curativo, desinfectante y regenerador celular, impidiendo que queden cicatrices o que estas sean mínimas.
- Heridas, cortes, cicatrices.
- Picores por cualquier causa: intoxicación por alimentos o medicinas, varicela, sarampión, picaduras de insectos
- Acné, psoriasis, eccemas, úlceras en las piernas: en uso externo aplicar el gel dos veces al día durante varios meses y por vía interna tomar dos o tres veces

ALBAHACA


Albahaca: (alhabéga, alfábrega, albaka, hierba real, hierba de olor, albahaca

de olor)
Procede del sur de Asia, Indonesia e India; el aceite contenido de las hojas destruye las bacterias e insectos. El zumo de las hojas alivia bronquitis, catarros y problemas digestivos. Con su olor agradable y suave sabor aromático se usa como condimento habitual. Contra flatulencia y gases, es antiespasmódica. Cinco gramos de hojas frescas de albahaca acaban con un fuerte dolor de estómago. La infusión de sus hojas es diurética, estimulante, digestiva y relajante; el zumo de las hojas con miel de abejas alivia la fiebre.
El té de albahaca hace producir más leche en las madres. Como gargarismo combate hongos en garganta y boca. El té frío es bueno para problemas en los ojos, tanto en enjuague como bebida. Cuando hay dolores en el parto, se toma la raíz de esta planta y pronto aliviará el dolor y lo acelerará. Un ramito de albahaca en la habitación aleja los insectos. Una cucharadita de hojas secas tomadas en infusión combaten el vómito y el vértigo. Una infusión de hojas frescas y gotas de limón calman los dolores de estómago y espasmos intestinales.
Un puñado de hojas frescas cocidas y aplicadas sobre la cabeza masajeando, elimina la caída del cabello. Las hojas secas trituradas se usan como cataplasma para aliviar párpados, labios y pezones lastimados. La albahaca es el gran regulador del sistema nervioso.

TOMILLO


Pocas cocinas hay que no dispongan de esta hierba, que durante mucho tiempo fue apreciada también por sus propiedades antisépticas.
En el siglo pasado y principios del presente se usaba para calmar y desinfectar las heridas de los soldados.
Los antiguos romanos lo ponían en el agua del baño.
El tomillo es un arbusto diminuto, perenne y con hojas de color verde oscuro dotadas de un aroma característico; produce ramilletes de flores malva que salen de los codos de las hojas a principios de verano.
Estas flores suelen producir grandes cantidades de semilla.
El tomillo se encuentra fácilmente tanto en forma de semilla como de plantas jóvenes.
Sus hojas secas se encuentran en las tiendas naturistas y de alimentación en general.
El tomillo sigue usándose para la elaboración de jabones y antisépticos y su papel es importante en muchos productos de tocador de elaboración casera.
Con él se hace un tónico facial refrescante y astringente, un baño de pies relajante y un buen aditivo para el agua del baño, además de un champú delicioso.

BÁLSAMO DE LIMÓN


Los elementos naturales nos ofrecen una amplia gama de posibilidades para el tratamiento de diversas afecciones, desde la fatiga hasta el resfriado. Los usos del bálsamo de limón son muy apropiados ya que no causan efectos secundarios y es muy fácil de utilizar.

El bálsamo de limón es una mezcla de hierbas que suele contener también menta y valeriana, por lo que es recomendado para casos de tensiones y estrés, sobre todo en la medicina alternativa. Además de proveer un delicioso sabor, contiene flavonoides y polifenoles.
Usos del bálsamo de limón:
Puedes colocar un poco de esta mezcla en tus bebidas y disfrutar de su sabor y sus beneficios para la salud. Asimismo, es muy recomendable añadir la mezcla de estas hierbas a las comida. Les dará un buen sabor y te proveerá los nutrientes que necesitas para mejorar la salud.
El té de bálsamo de limón trata las dolencias gastrointestinales, flatulencias e indigestión, por lo que resulta una opción atractiva para aquellas personas con un sistema digestivo sensible.
Calma los nervios y las tensiones musculares, con el consecuente beneficio para las personas que sufren de ansiedad, inquietud, depresión y agitación; independientemente de que el estado sea generado a partir de una dolencia física o psíquica.
También se utiliza para asegurar una noche de sueño continua y tratar la apnea del sueño, por lo que se consigue un buen descanso al consumirla con regularidad.
Por sus propiedades antibacteriales sirve para tratar las afecciones de la piel. Puedes consumirla y a la vez aplicarla en forma de cataplasmas o lavar la zona afecta con el té.
Es un repelente natural, por lo que los puedes aplicar tanto sobre la piel como sobre las superficies de los muebles de la casa.
Utiliza esta mezcla de hierbas y disfruta de sus beneficios.

MENTA


Menta: (Mentha piperita, herbaboa urmenda, menta verde, mentha virdis)

Hierba de verde intenso y aroma resfrescante; es tónica, estimulante y estomacal.
Se recomienda en debilidad de estómago.
Igual que el romero y el alcanflor, se para irritaciones cutáneas y resfriados, dolores de cabeza y dolor de muelas –masticar la hoja- Las hojas en infusión, se emplean contra el insomnio.
Los tallos machados son eficaces contra las picaduras de insectos.
No se debe consumir durante el embarazo, ni a menores de cinco años.

PEREJIL


Los griegos creían que el perejil germinó en la sangre derramada de Arquemoro a quien tenían por gran héroe.

Los campeones de los juegos ístmicos eran coronados con guirnaldas de perejil.
Se supone que el uso de esta hierba fue extendido por Europa por los romanos, pero hasta 1548 hay pocas pruebas de que se cultivara.
Una de las variedades que más se encuentra hoy día es C. p. crispum, o perejil rizado, proveniente de la especie original.
Es una planta robusta y bianual que se cultiva como si fuera anual, su follaje es verde brillante y rizado y es rica en vitamina C.
En verano le crecen breves tallos con umbelas de flores verdiamarillas.
Las casas de semillas, viveros de plantas y tiendas de jardinería venden tanto semillas de perejil como plantas jóvenes.
A lo largo de casi todo el año se encuentran ramilletes verdes de perejil en pescaderías y verdulerías.
A mi juicio el perejil es uno de los materiales crudos para preparados de belleza a base de hierbas más injustamente olvidado.
Es excelente para realzar el cabello oscuro y resulta un buen antídoto contra la caspa. Los que tienen la piel fnuy grasa pueden aplicarse tanto una crema nutritiva antiacné a base de perejil y lavanda como leche de menta y perejil.
Este tratamiento, combinado con una mascarilla facial de frecuencia semanal, puede producir resultados muy notables.
También a base de perejil se elaboran lociones para los ojos y contra las arrugas y un excelente líquido para limpiarse la boca.

ROMERO


En la antigua Grecia los estudiantes llevaban ramilletes de romero en el cabello porque se creía que el romero auxiliaba a la memoria.

Las primeras plantas de romero que se sabe llegaron a Inglaterra lo hicieron hacia el 1300, enviadas por la condesa de Hainault a su hermana, reina consorte de Eduardo III.
En el siglo XV era una planta de cultivo extendido y se empleaba como sustituto barato del incienso.
También se incluía en ciertos tónicos y remedios cotidianos.
Este arbusto, originario de Asía Menor y del sur de Europa, tiene hojas coriáceas y verdosas con el envés cubierto de pelillos finos y blancos.
Sus flores de color lila se abren a principios de primavera y siguen floreciendo intermitentemente hasta principios de otoño.
Cuando crece en condiciones naturales, suele preferir zonas costeras; y esto no es sorprendente, pues por algo su nombre genérico, Rosmarinus, proviene de las palabras latinas ros (rocío) y marimis (marino).
El romero seco es de uso común en la cocina y se encuentra sin dificultad ninguna.
En muchos viveros y establecimientos de jardinería se venden las plantas vivas en tiestos.
El romero ha sido durante mucho tiempo ingrediente adecuado para el agua de colonia y muchos preparados para el cabello.
Se hace con él un eficaz remedio contra la caspa que, magnífico acondicionador y tónico del cabello, deja el cabello brillante y con aspecto sano; además puede prepararse en casa.
El romero también es bueno para tratamientos faciales al vapor, para echarlo en el agua del baño y para darse friegas en la piel.

SALVIA


Salvia officinalis L.

Familia: Labiatae
Otros nombres populares: Salvia blanca, selima fina, sage, salbei, sauge officinale.
La familia Labiatae, es amplia y cosmopolita. Agrupa a unos 224 géneros y 5600 especies, de las cuales muchas son cultivadas con fines ornamentales, culinarios o medicinales. El género Salvia abarca unas 900 especies de las cuales, en Chile existen cuatro especies silvestres (Hoffmann et al, 1992).
La salvia es un subarbusto provisto de raíz fusiforme ramificada y lignificada, con tallos cuadrangulares erguidos y muy ramificados, blancos y tomentosos. Sus hojas son opuestas, elípticas, pecioladas las inferiores y sésiles las apicales, con la base curvada o aguda, margen dentado, blandas, reticuladas, blanquecinas en la cara inferior (Chiej, 1983).
Las flores se disponen en verticilos con el cáliz tubular trilobulado. La corola tubular presenta el labio inferior trilobulado y de color azul violáceo. El fruto es un tetraquenio ovoide (Chiej, 1983).
Como planta rústica, se adapta a gran variedad de suelos, ácidos y básicos, con una escala muy amplia de pH, de 4 a 9, soportando gran concentración de cal, arcilla e incluso yeso, aunque prefiere los suelos de consistencia media, algo ligeros y calcareos, de exposición sur; además, se puede desarrollar hasta una altitud de 1.800 m.s.n.m.
Usos medicinales populares
Se utiliza en infusiones para excitar las secresiones y tonifica el sistema nervioso. Alivia la atonía del estómago y órganos digestivos, diarrea, dispepsias inveteradas, vómitos nerviosos, resfriados, catarros, fiebres nerviosas, gota, reumatismo crónico, congestión cerebral. Favorece la cicatrización de las úlceras de las piernas y activa la circulación sanguínea. Eficaz en la diabetes, disminuye el azúcar en la sangre (Koller, 1997).
También se utilizó en tratamientos de enfermedades convulsivas y de cólicos intestinales, así como en el tratamiento de artritis y para reblandecer tumores y durezas del bazo (Hoffmann et al, 1992).
Fue utilizada por los egipcios, durante la edad media, para asegurar la fertilidad de las mujeres, luego de que la población mermara a causa de una peste (Pamplona, 1996).
Composición química y propiedades medicinales
Se compone de esencia, saponina, tanino, resina, ácidos, mucílagos, sales, vitaminas, estrógenos, asparagina.
Es rica en alcanfor, cineol y otras sustancias aromáticas; contiene taninos y sustancias amargas (Forès, 1997).
La presencia de alcanfor y salviolo, le otorga a la infusión propiedades anhidróticas, amargo-tónica, emenagogas y antidiabéticas (Fernández, 1994).
Posee un aceite esencial compuesto por d y l-alcanfor, alfa-tuyona, cineol y otros compuestos hidrocarbonados. Posee un claro efecto estrogénico lo que evidencia una serie de propiedades secundarias a esta acción, como por ejemplo, la detención de la lactancia en madres amamantando, la protección específica que brinda en la mucosa vaginal y el control sobre la menstruación. (Hoffmann et al, 1992).
Las hojas contienen ácido ursólico (1 a 2%); flavonoides, glucósidos de luteolina y de la apigenina; ácidos: rosmarínico (2 a 3%), caféico y clorogénico; un principio amargo diterpénico, la pricosalvina o carnosol (0,35%), que es la forma lactónica de la salvina, un ácido diterpénico, contenido en la flor y su éter monometílico. Taninos catéquicos.
El principal componente del aceite esencial es la tuyona (40 a 50%), que es una cetona terpénica; además contiene terpenos, pineno, cineol, borneol, alcanfor, etc.. (Fernández, 1994).








madalbo@gmail.com

jueves, 27 de diciembre de 2012

El capitalismo extractivo y las diferencias en el bando latinoamericano progresista




Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez.

Introducción
Los principales países exportadores en el sector agro-minero, entre los que se encuentran los más implicados con las principales multinacionales energéticas y de la minería del mundo, son también los que se caracterizan por ejercer las políticas más independientes y progresistas. En apariencia, la primacía de las economías basadas en el «capitalismo extractivo» y la exportación de bienes, ya no guardan correlación con gobiernos «neocoloniales».
Se puede argumentar que las concesiones a las multinacionales del sector extractivo y las clases «dirigentes» locales garantizan estabilidad e ingresos constantes y financian los crecientes gastos sociales que permiten la reelección de gobiernos de centro-izquierda. Dicho de otro modo: el fundamento no declarado de los éxitos electorales del centro-izquierda es una alianza de facto entre «la cúpula» y «la base» de la estructura de clases, a pesar de la creciente divergencia política entre los gobiernos y algunos sectores de los movimientos sociales.


El bando progresista
Existe consenso generalizado acerca de que hay siete gobiernos de siete países de América Latina que constituyen lo que se podría denominar el «bando progresista»: Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Uruguay, Perú y Venezuela.
Algunos rasgos definitorios que se suelen atribuir a los gobiernos de estos países son: 1) la trayectoria política anterior: la mayoría están encabezados por dirigentes y activistas de movimientos sociales, sindicatos o grupos guerrilleros, 2) las declaraciones relativamente independientes que hacen en el ámbito de la política exterior, en especial en lo referente a la intervención y las medidas sancionadoras estadounidenses, 3) la retórica ideológica que rechaza el liderazgo estadounidense en organismos regionales y favorece a organizaciones centradas en América Latina, 4) los programas electorales populistas acerca de la igualdad social, el ecologismo y los derechos humanos, 5) el rechazo vehemente del «neoliberalismo» y de las personalidades, partidos y privatizaciones neoliberales tradicionales, 6) la perspectiva estratégica que concibe un proceso prolongado de transformación social que subraya un calendario compuesto de modernización, prioridades desarrollistas y altos niveles de inversión orientada a los mercados globales y, 7) la permanencia política en el tiempo basada en reformas constitucionales que les permiten ser reelegidos amparándose en la necesidad de completar esa concepción transformadora.
El bando progresista tiene de sí mismo una imagen, que se proyecta hacia su electorado, según la cual representa una ruptura o quiebra «histórica» con el pasado; en primer lugar, en lo relacionado con la oligarquía neoliberal tradicional y, en segunda instancia, con la izquierda «estatalista». En los casos de Bolivia, Ecuador y Venezuela, suelen recurrir a una retórica alusiva al «socialismo del siglo XXI». La potencia del llamamiento a la originalidad radical tiene un alcance temporal limitado que depende del grado con el que los gobiernos desarrollan políticas discrepantes con el gobierno neoliberal predecesor.

La «división entre izquierda y derecha» tal como la representa el Bando Progresista (BP)
Las percepciones de la divergencia objetiva y subjetiva entre el bando progresista y la derecha varían en función de si emanan de fuentes oficiales o de una investigación empírica crítica. Según los ideólogos del BP, hay al menos cinco ámbitos políticos importantes que reflejan la ruptura radical con la derecha neoliberal tradicional:

(1) Nacionalismo: a) mediante la renegociación de contratos con las multinacionales del sector extractivo, el BP garantiza una elevada tasa de recaudación de impuestos e incrementa los ingresos para las arcas públicas; b) mediante el aumento de la inversión estatal, convierte empresas de titularidad íntegramente privada en iniciativas conjuntas del sector público y privado; c) mediante el incremento del pago de regalías suaviza la «explotación extranjera»; y d) mediante una mayor presencia de «tecnócratas locales» acrecienta el control nacional de decisiones estratégicas.
(2) Política exterior: El bando progresista ha desarrollado una política exterior independiente, cuando no explícitamente antiimperialista. Para evitar deliberadamente la presencia de países imperiales norteamericanos y europeos, el bando progresista ha consolidado varias organizaciones regionales latinoamericanas y caribeñas, como ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas). El BP ha rechazado las sanciones contra Cuba, Irán, Siria y Gaza y se ha opuesto a la guerra estadounidense contra Libia respaldada por la OTAN. Criticaron la posición estadounidense en la reunión de la Cumbre de las Américas celebrada en abril de 2012 en, al menos, tres cuestiones importantes: la inclusión de Cuba, la oposición al control británico de las Malvinas y la despenalización de las drogas. El BP ha manifestado su oposición a la hegemonía estadounidense, a las «reformas estructurales» del FMI y al control euro-estadounidense de las principales instituciones de crédito. Con la excepción de Venezuela, el BP ha diversificado sus mercados de exportación. Brasil, por ejemplo, exporta a Estados Unidos solo el 12,5 por ciento de sus bienes y servicios; Argentina, el 6,9 por ciento; y Bolivia, el 8,2 por ciento..
(3) Política social: El BP ha incrementado el gasto social, en especial en lo relacionado con la reducción de la pobreza en zonas rurales; ha elevado el salario mínimo; ha aprobado incrementos salariales. En unos cuantos países ofrecen créditos y financiación asequible para pequeñas y medianas empresas, han concedido títulos de propiedad legal a ocupantes de tierras y han distribuido parcelas de terreno público sin cultivar al modo de pequeña «reforma agraria».
(4) Regulación: Con un grado de coherencia dispar, el BP ha impuesto controles al sector financiero y ha regulado el flujo de capital especulativo y la volatilidad de los mercados financieros. En lo que se refiere a las normativas que rigen el sector extractivo, se han suavizado para favorecer la afluencia a gran escala de capital y para que las empresas agrarias puedan utilizar de forma generalizada productos químicos tóxicos y semillas transgénica. Han autorizado la expansión de la minería, la agricultura y la industria maderera en reservas indígenas y naturales. Han financiado proyectos de infraestructura a gran escala que vinculan a empresas del sector extractivo con mercados exportadores, invadiendo hábitats naturales protegidos anteriormente protegidos. La normativa se ha justificado aduciendo que pretende facilitar el desarrollismo extractivo «productivo» y limitar la «financiarización» de la economía.
(5) Política laboral: Se ha basado en un «modelo corporativista» de negociación y conciliación empresa-Estado-sindicato (tripartito) para limitar las huelgas y los paros patronales y para mantener el crecimiento, las exportaciones y los flujos de ingresos. La política laboral ha quedado condicionada a la de limitar los déficits presupuestarios a la tasa de inflación mediante la fijación de los incrementos salariales. En sintonía con las medidas fiscales ortodoxas, las pensiones de los trabajadores del sector público se han congelado o reducido, en especial entre los funcionarios de rango medio y alto. Las garantías laborales tradicionales se han mantenido intactas y la indemnización por despido no se ha aumentado. Las huelgas de trabajadores del sector público, sobre todo de profesores, personal sanitario y trabajadores sociales, han sido frecuentes y han desembocado en conquistas menores a través de la mediación gubernamental. La política gubernamental se ha orientado a la protección de las prerrogativas de la dirección, al tiempo que se respetaba la situación legal y los derechos de negociación colectiva de los sindicatos. En las empresas nacionalizadas gobiernan directivos nombrados por el Estado y no hay movimientos hacia la autogestión obrera o la «co-gestión», salvo en casos muy concretos de Venezuela. La estructura de las relaciones laborales sigue el modelo jerárquico de la empresa privada. La mano de obra, en el mejor de los casos, desempeña un papel consultivo en lo referente a la salud y la seguridad, pero no ejerce influencia determinante, ni invierte en el interior de este marco empresarial. Ha sido necesaria la presión sindical a través de la huelga y las protestas, a menudo aliada con grupos comunitarios, para corregir las violaciones más atroces de la normativa sanitaria o de seguridad por parte de las empresas. Aunque los gobiernos progresistas evitan públicamente las medidas neoliberales de «flexibilidad laboral», han hecho muy poco para ampliar y profundizar en las prerrogativas laborales sobre la mano de obra y el proceso de producción.
La principal diferencia de política laboral entre los gobiernos progresistas y la derecha tradicional es la «puerta abierta» a los dirigentes sindicales, su disposición a mediar y garantizar el incremento de los salarios, en especial el salario mínimo y, por lo general, la disminución de la represión brutal y violenta.

Continuidades y semejanzas entre los gobiernos neoliberales del pasado y los progresistas actuales
Los autores, profesores universitarios y periodistas de derecha y centro-izquierda subrayan la diferencia entre los gobiernos progresistas y los gobiernos neoliberales del pasado, sin reparar en que hay semejanzas estructurales políticas y económicas a gran escala. Un análisis más matizado y equilibrado requiere tener en cuenta las continuidades porque desempeñan un papel fundamental en el análisis de las limitaciones y los conflictos emergentes y la crisis que espera a los gobiernos progresistas. Además, estas limitaciones, fundadas en las continuidades, resaltan la importancia de los modelos de desarrollo alternativos propuestos por los movimientos sociales populares.
El modelo de exportación agro-mineral ha hecho gala de deficiencias estratégicas profundas en su propia estructura y rendimiento. El fomento de las exportaciones agro-minerales ha venido acompañado de la entrada a gran escala y largo plazo de capital extranjero, lo que a su vez determina la tasa de inversión, las fuentes de incorporación de maquinaria, tecnología y conocimiento, así como el control del procesamiento y la comercialización de materias primas. Los «socios» multinacionales de los gobiernos progresistas han condicionado su participación sobre la base de (a) la desregulación en la protección del medio ambiente, (b) el cese del control de precios y la introducción de «precios internacionales» para la venta en el mercado interior y (c) la libertad para gestionar las ganancias del comercio interior y transferirlas al extranjero.
También controlan las decisiones relacionadas con la explotación de las reservas mineras. La expansión de la producción se rite por criterios multinacionales propios y no por las necesidades del país «anfitrión». En consecuencia, a pesar de la «renegociación» de contratos que los gobiernos progresistas celebran como «avance gigantesco» hacia la «nacionalización», la pérdida acumulativa de los ingresos y el reequilibrio de la economía son sustanciales. Si se observa más allá del entorno agro-minero, el impacto negativo para el desarrollo posterior es importante. El muy limitado impacto que el modelo agro-minero ejerce sobre el conjunto de la economía ha desembocado en abril de 2012 en un conflicto concreto entre la empresa nominalmente española Repsol y el gobierno argentino de Cristina Fernández. La conducta de Repsol ilustra los escollos que presenta la colaboración con empresas extranjeras del sector extractivo. Repsol se negó a aumentar las inversiones aduciendo que la regulación local de los precios reducía sus márgenes de beneficio. En consecuencia, entre 2010 y 2011 la factura energética de Argentina se multiplicó por tres pasando de los 3.000 millones a los 9.000. Además, Repsol repatriaba sus beneficios, pagaba elevados dividendos a los accionistas del exterior y, por tanto, influía muy poco en la creación de industrias en el interior que supusieran aportaciones al proceso o refinerías para procesar el petróleo. La tentativa del fallecido presidente Kirchner de acrecentar las «propiedades nacionales» incorporando a un capitalista local (el grupo Peterson) no tuvo ningún impacto positivo, sino la mera consolidación del control de Repsol. Cuando Fernández se apropió de la mayoría de las acciones con el fin de establecer un control público e incrementar la producción local, la totalidad de los dirigentes de la Eurozona encabezada por el gobierno español y la prensa económica occidental lanzó una campaña furibunda, amenazó con litigar y auguró catástrofes económicas. El problema de «invitar» a multinacionales extranjeras a invertir es que resulta difícil retirarles la invitación. Una vez que entran en un país, al margen de lo defectuosa que sea su actuación, es difícil rectificar o corregir el perjuicio y pasar a un nuevo modelo de desarrollo centrado en lo público.
Todos los gobiernos progresistas, con la posible excepción de Venezuela, han firmado contratos de larga duración y a gran escala con multinacionales extranjeras importantes del sector extractivo. Aparte del incremento de las regalías, los acuerdos no difieren demasiado de los contratos firmados por los gobiernos neoliberales de derechas que les precedieron.
Evo Morales firmó un contrato de explotación a gran escala con Jindal, una multinacional india, para explotar la mina de hierro Mutun, importando prácticamente todas las aportaciones (maquinaria, transporte, etc.) y con un grado de «industrialización» muy limitada de la mena de hierro (en su mayoría, simples «pepitas» de hierro). La gran mayoría del gas y el petróleo de Bolivia la explotan «iniciativas conjuntas» del sector público y el multinacional y se envía al extranjero, lo que deja a más del 60 por ciento de los hogares rurales sin gas canalizado y significa que Bolivia tenga que importar casi todo su gasoil.
El Ecuador de Correa, otro presidente progresista destacado, firmó dos contratos importantes con grupos petroleros extranjeros en febrero de 2012, a pesar de la oposición de la mayoría de las organizaciones indígenas, entre ellas CONAI. En Ecuador, igual que en Bolivia, si bien las grandes empresas del sector petrolero y del gas plantean objeciones a una renegociación de contratos que supone incrementar del pago de regalías y una mayor presencia de autoridades públicas, conservan una posición privilegiada en decisiones fundamentales relacionadas con la gestión, la comercialización, la tecnología y la inversión. A pesar de que se afirme lo contrario, los dirigentes de los gobiernos progresistas y de las multinacionales no son muy diferentes de lo que se sabía que sucedía bajo gobiernos «neoliberales» anteriores. Además, tanto en Ecuador como en Bolivia, muchos de los «tecnócratas» y administradores que trabajaron con gobiernos neoliberales anteriores desempeñan un papel destacado en la dirección de las iniciativas mixtas.
Si bien los gobiernos progresistas han puesto en marcha programas contra la pobreza y han registrado algunos éxitos en la reducción de los niveles de pobreza, lo hacen como consecuencia del crecimiento de la economía, no a través de la redistribución de la riqueza. De hecho, los gobiernos progresistas no han implantado políticas redistributivas: la concentración de rentas y de tierras, con elevados niveles de desigualdad, continúa intacta. En realidad, la jerarquía de la estructura de clases no se ha alterado y, en la mayoría de los casos, se ha visto reforzada por la inclusión de nuevos candidatos a la clase media y alta. Entre ellos se encuentran muchos antiguos dirigentes y activistas de la clase media y trabajadora que han ingresado en el gobierno, así como «nuevos capitalistas» que se benefician de los contratos estatales del gobierno progresista.
El sistema financiero se ha mantenido intacto y ha prosperado bajo los gobiernos progresistas, sobre todo porque esos gobiernos endurecen las políticas fiscales, acumulan reservas extranjeras, controlan el gasto público y reducen la tasa de inflación. Los beneficios del sector financiero son especialmente elevados en Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia y Ecuador. Brasil, concretamente, ha atraído grandes flujos de capital especulativo de Wall Street y la City londinense debido a sus elevados tipos de interés en relación con los de América del Norte y Europa.
Junto con la concentración de la propiedad en los sectores extractivo y financiero, los gobiernos progresistas no han introducido impuestos progresivos para reducir las diferencias de riqueza. La renta de las élites del sector agrario en Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil y Ecuador es varios cientos de veces más alta que la de la inmensa mayoría de los granjeros, campesinos y jornaleros dedicados a la agricultura de subsistencia. Muchos de estos últimos siguen sometidos a unas condiciones de vida y laborales atroces. En muchos casos, los gobiernos progresistas han hecho muy poco por fortalecer la normativa laboral y sanitaria en las gigantescas plantaciones agrarias mientras los trabajadores quedan expuestos a la fumigación de productos químicos tóxicos no regulados.
Si la configuración de la propiedad y la riqueza sigue relativamente inalterada desde el pasado neoliberal, los gobiernos progresistas han acentuado la tendencia a la especialización en la exportación. Con los gobiernos progresistas, las economías se han diversificado menos y dependen más de la exportación del sector agro-mineral y energético, y su crecimiento depende de la inversión extranjera a largo plazo y gran escala. Los ingresos del Estado y el crecimiento dependen más de la exportación de productos primarios.
Las políticas de libre mercado de los gobiernos progresistas exportadores de productos del sector agro-minero han estimulado el crecimiento de la actividad comercial a gran escala. El sector comercial está cada vez más influido por la entrada masiva de multinacionales de titularidad extranjera, como Wal-Mart, cuyos productos tienen origen en el exterior, lo que perjudica a los pequeños productores locales y a los minoristas.
La apreciación de la moneda ha afectado negativamente al sector manufacturero tradicional y a la industria del transporte, lo que ha supuesto una destrucción de empleo significativa, sobre todo, en el sector textil, del calzado y automovilístico de Brasil, Bolivia, Perú y Ecuador. Además, las medidas de apoyo para favorecer a los exportadores mayoristas del sector agro-mineral han venido acompañadas por una restricción del crédito a los pequeños empresarios locales, en especial a los abastecedores de mercados locales, que han recibido un duro golpe con la importación de bienes de consumo baratos (procedentes de Asia). Los agricultores que producen alimento para los mercados locales han visto reducido su impulso expansivo para ampliar la producción de cultivos de exportación como la soja.
En resumen, los gobiernos progresistas han mantenido un doble discurso de múltiples caras: una retórica antiimperialista, nacionalista y populista de consumo interno, al mismo tiempo que ponían en práctica una política de fomento y expansión del papel del capital extractivo extranjero en iniciativas conjuntas con el Estado y una creciente burguesía nacional nueva. Los gobiernos progresistas articulan una narración de socialismo y democracia participativa pero, en la práctica, desarrollan políticas que vinculan el desarrollo a la concentración y centralización del capital y el poder ejecutivo.
Los gobiernos progresistas predican una doctrina de justicia social y equidad y desarrollan una práctica de cooptación de dirigentes sociales y de clientelismo mediante los programas contra la pobreza para los sectores más depauperados de la sociedad.
Los gobiernos progresistas han combinado medidas de aumento de las rentas con cambios estructurales a gran escala que benefician al sector primario extractivo. La estabilidad del BP depende abiertamente del aumento de la demanda de materias primas, del elevado precio de los bienes y de la apertura de los mercados. Los gobiernos progresistas han logrado vincular a sectores sindicales y del movimiento campesino con el Estado y han socavado o debilitado a organizaciones de clase independientes y las han sustituido por estructuras corporativas tripartitas.
Los progresistas han conseguido «reformar» o sustituir las políticas caóticas, desreguladas, conflictivas y racistas de sus predecesores y han institucionalizado el «capitalismo normal». Han introducido reglas y procedimientos para favorecer la estabilidad institucional, la disciplina fiscal y el incremento de beneficios, pero desigual. En otras palabras: los «parámetros del neoliberalismo» se administran ahora de forma eficiente y se legitiman mediante un falso nacionalismo basado en una mayor autonomía política y diversificación mercantil. La toma de decisiones ejecutivas centralizadas basada en unos acuerdos que requieren que las multinacionales del sector extractivo inviertan y desarrollen las fuerzas productivas se legitima mediante un marco electoral y una coalición política entre muchas clases sociales.
Las políticas interior y exterior de los gobiernos progresistas extractivos reflejan dos experiencias contradictorias: sus orígenes radicales en las campañas para tomar el poder y la posterior adopción de una estrategia de exportación agro-mineral desarrollista, propugnada por tecnócratas neoliberales. La «síntesis» de estas dos experiencias aparentemente «contradictorias» encuentra expresión, por una parte, en la adopción de una posición política independiente y crítica hacia el militarismo y el intervencionismo imperialista y, por otra, en la colaboración económica con los agentes del imperialismo económico, a saber: la firma de contratos a gran escala y largo plazo con multinacionales del sector energético y agro-minero estadounidenses, europeas y canadienses. Dicho de otro modo: los gobiernos progresistas extractivos han «redefinido» o reducido el significado del imperialismo a sus estructuras y políticas estatales, y no a sus elementos económicos (las multinacionales) dedicados a la extracción de materias primas y la explotación de la mano de obra. Del mismo modo, redefinen el significado de «antiimperialismo» equiparándolo al de oposición a las intervenciones político-militares y a la «justa distribución» de los beneficios entre el gobierno y su «socio» multinacional. Esta redefinición permite a los gobiernos progresistas reclamar legitimidad popular sobre la base de la crítica regular a las políticas y prácticas del Estado imperial, mientras que la colaboración y los acuerdos con las multinacionales permiten a los gobiernos progresistas conservar los apoyos de los intereses empresariales del interior y el extranjero. Cuando un gobierno progresista, como en el caso de la Argentina gobernada por Cristina Fernández, decide «nacionalizar» o, dicho con más precisión, obtener la mayoría de las acciones de Repsol, la multinacional petrolera de titularidad nominal española, toda la prensa económica, la Unión Europea y Washington denuncian la medida y amenazan con represalias. En otras palabras: el pacto tácito entre el bando progresista y los gobiernos imperiales consiste en que las diferencias políticas son tolerables, pero las medidas económicas nacionalistas no son aceptables. La renegociación de los contratos para aumentar los ingresos del Estado puede producir la suspensión temporal de nuevas inversiones, pero no una confrontación política. Sin embargo, la apropiación pública de una empresa extranjera del sector extractivo hace pensar en una hostilidad previsible y en represalias de los Estados imperiales. La suscripción por parte del gobierno progresista de Argentina a una medida de nacionalismo económico estuvo limitada, no obstante, a una empresa y un sector. El gobierno de Fernández no tenía y no tiene planes para expropiar en el futuro otras empresas del sector extractivo, ni la medida formó parte de una estrategia nacionalista general para avanzar hacia una mayor cuota de propiedad de titularidad pública. Más bien, la negativa de Repsol a aumentar las inversiones y la producción acrecentaba la dependencia de Argentina de la importación de petróleo, lo que estaba deteriorando su balanza de pagos y sus reservas de moneda extranjera. La negativa de Repsol a obedecer la agenda desarrollista de Argentina se basaba en la política de Fernández de mantener el precio del petróleo de consumo para el mercado interior por debajo del precio internacional. El descenso de la producción de Repsol era una forma de presionar al gobierno para que eliminara el control sobre los precios. De todos modos, el aumento del precio del petróleo tendría un impacto negativo sobre los consumidores industriales y locales, elevando los costes y reduciendo la competitividad de los exportadores y productores argentinos. En realidad, la intransigencia de Repsol amenazaba con debilitar el equilibrio de fuerzas social y político entre mano de obra y capital y entre exportadores del sector extractivo y consumidores populares, que sustenta la coalición mayoritaria del gobierno. En resumen, la medida tenía forma nacionalista pero contenido capitalista desarrollista.
Aún así, la medida ha polarizado la economía mundial entre el Occidente imperial y la izquierda latinoamericana, en la que los sátrapas latinoamericanos de siempre (Calderón, de México, y Santos, de Colombia) han apoyado a Repsol.

Las divisiones entre los gobiernos progresistas y los movimientos sociales
Antes de acceder al poder mediante procesos electorales, los dirigentes progresistas mantuvieron lazos estrechos y apoyaron y participaron activamente con la «acción callejera» y la lucha de masas de los movimientos sociales. Esgrimieron las banderas del nacionalismo económico, la conservación del medio ambiente y el respeto a las reservas naturales de las comunidades indígenas, la igualdad social y la revisión de la deuda externa incluyendo el rechazo de las «deudas ilegales».
Los movimientos sociales desempeñaron un papel importante en la politización y la movilización de las clases trabajadora y campesina para elegir a los presidentes progresistas. Esa convergencia duró poco. Una vez en el poder, los gobiernos progresistas nombraron ministros económicos ortodoxos para que dirigieran la economía. Adoptaron la estrategia extractiva, abandonaron una economía nacionalista del sector público, concebida para diversificarse, y se pasaron a una «economía mixta» basada en empresas participadas con capital extranjero del sector extractivo. Primero, las comunidades indígenas de Perú, Ecuador y algunos sectores de Bolivia pasaron a la oposición aduciendo que no se tenían en cuenta sus intereses y que no se les consultaba. Luego, sectores de la clase trabajadora y el funcionariado se arrancaron a demandar salarios más altos y un incremento en el gasto público. Los pequeños campesinos y productores reclamaron estímulos económicos para las explotaciones familiares y las industrias locales, en lugar de subsidios para las multinacionales agro-minerales, ortodoxia fiscal y estrategias de explotación basadas en la reducción de los costes laborales y el abandono del mercado interior.
Los campesinos radicales sindicados y los dirigentes indígenas de los movimientos sociales pusieron en duda la estrategia extractiva agro-mineral en su conjunto, la distribución y la administración de ingresos y gastos del Estado. Reafirmaron su apoyo a un programa social defendiendo la reforma agraria, incluida la expropiación de grandes plantaciones y la redistribución de tierras a campesinos desposeídos. Los dirigentes laborales reclamaban una política industrial que procesara «materias primas» con el fin de crear puestos de trabajo en el sector manufacturero. Algunos sindicalistas reclamaron la nacionalización de bancos e industrias estratégicas. Sin embargo, a pesar de algunas protestas importantes, la gran masa de seguidores de los movimientos sociales y la mayoría de sus líderes abandonaron muy pronto el rechazo radical del modelo extractivo y empezaron a reclamar una parte mayor de los ingresos. Los gobiernos progresistas atrajeron a la gran masa de los dirigentes sociales a mesas de conciliación tripartitas para negociar y garantizar cambios progresivos. Los gobiernos progresistas resaltaron su oposición al «neoliberalismo». Lo redefinieron para calificarlo de capitalismo no regulado y basado en regalías bajas y financiación insuficiente de programas sociales. Los gobiernos progresistas consiguieron dividir a los movimientos sociales entre opositores radicales «utópicos» y reformistas progresistas. En época de luchas sociales, los gobiernos progresistas aludían a una «alianza de izquierda y derecha» y acusaban a quienes les criticaban de actuar en nombre del imperialismo, ignorando que ellos mismos colaboraban con multinacionales con fundamento imperial. Los llamamientos presidenciales, un discurso populista nacionalista y el incremento de los ingresos con los que se financiaba el creciente gasto social debilitó a la oposición de izquierda. Los aumentos moderados pero sostenidos de los programas contra la pobreza y el salario mínimo neutralizaron los llamamientos de los dirigentes radicales de los movimientos sociales. A pesar de la ruptura de los gobiernos progresistas con sus «raíces igualitarias radicales», fueron sobradamente capaces de obtener apoyo electoral masivo basándose en el crecimiento dinámico general de la economía y el crecimiento sostenido de la renta. Ambos fueron apuntalados durante largos periodos por un precio elevado de las mercancías.
Los presidentes extractivistas populares ganaron elecciones una y otra vez por mayorías sustanciales y fueron capaces de movilizar a sectores de los movimientos sociales moderados para que contrarrestaran los movimientos sociales contrarios al extractivismo. El elevado precio de las mercancías y las múltiples oportunidades para la explotación de recursos atrajo a inversores extranjeros, a pesar del cada vez más elevado precio de las regalías. Los inversores extranjeros se sintieron atraídos por la estabilidad social que garantizaban los gobiernos progresistas, a diferencia de la inestabilidad de los gobiernos neoliberales anteriores. Los gobiernos progresistas han prosperado a base de lazos económicos con las multinacionales y de una alianza electoral con las clases bajas.

Estudio de casos del capitalismo extractivo y el bando progresista
Aunque los siete gobiernos del «bando progresista» comparten una estrategia común de desarrollo basada en la exportación de bienes primarios, hay diferencias significativas en el grado de diversificación de sus economías, en la naturaleza y características de los bienes que exportan, en la intensidad de la polarización y cohesión sociales y en la envergadura y el alcance de la oposición. En consonancia con estas diferencias, también hay diferencias sustanciales en el grado de sostenibilidad del «modelo progresista y extractivo», o en la medida en que pueden verse sometidos a contestación o regresión.
En el bando progresista se pueden realizar distinciones siguiendo muchos criterios: entre los gobiernos basados en dirigentes carismáticos y que tienen una dependencia extrema de la exportación de bienes primarios (Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela) y quienes cuentan con sectores industriales y una dirección política más «institucionalizada» (Brasil, Argentina y Uruguay). También hay diferencias significativas en el grado de conflictos de clase y étnicos: Perú, Bolivia y Ecuador atraviesan por una etapa de resistencia generalizada importante por parte de las comunidades indígenas relevantes, mientras que en Brasil, Argentina y Uruguay, donde la población indígena es escasa, solo hay oposición aislada. En términos de lucha de clases, Bolivia ha vivido una generalización de las protestas por asuntos relacionados con la sanidad, la educación, la minería y los obreros fabriles. Venezuela ha tenido que hacer frente a cierres patronales y boicots organizados por la élite económica («lucha de clases desde arriba»). Ecuador encontró protestas generalizadas por parte de la policía. Casi todos los demás países (Brasil, Argentina y Uruguay) padecieron huelgas limitadas, en buena medida, por cuestiones salariales. Con la excepción de Bolivia, las principales confederaciones sindicales trabajan estrechamente y colaboran con los gobiernos progresistas; en cambio, los movimientos campesinos y de trabajadores rurales de Brasil, Ecuador y Perú han conservado mayor grado de independencia y militancia, sobre todo porque han sido los más perjudicados por las estrategias de exportación agro-mineral. En Venezuela y Brasil, los ejércitos privados de los terratenientes han desempeñado un papel fundamental en la lucha relativamente impune contra los beneficiarios de la reforma agraria.
La degradación medioambiental y más persistente se ha producido en Brasil, donde durante la década de gobierno del Partido de los Trabajadores se han «desbrozado» millones de hectáreas de bosque tropical. La explotación agrícola mediante productos químicos es contundente en la mayor parte de los países, en especial en Brasil, Argentina y Uruguay, donde la soja se ha convertido en el cultivo de producción preponderante. Todos los principales exportadores agro-industriales (Brasil, Argentina y Uruguay) recurren a productos químicos tóxicos y semillas transgénicas que desencadenan infinidad de casos de perjuicios nocivos para los indígenas y sus hábitats naturales. La cuestión de la toxicidad y la degradación del medio ambiente derivada de las gigantescas empresas mineras y madereras está bien documentada en Perú, Ecuador y Uruguay. En general, cuanto más numerosa es la población urbana y cuanto más dispersas están las comunidades rurales afectadas negativamente, menor es la protesta ecológica y la probabilidad de que las ONG ecologistas desempeñen un papel importante en la protesta.
Como las industrias del sector extractivo están en las afueras de los principales núcleos urbanos; como la mayoría de las confederaciones sindicales colaboran con los gobiernos progresistas y consiguen incrementos salariales progresivos; y como la economía en general ha estado creciendo y el desempleo ha disminuido, los desequilibrios macroeconómicos, la dependencia de los bienes y las vulnerabilidades estructurales conexas no se han traducido en confrontaciones importantes entre capital y mano de obra. Los conflictos más discutidos que se han producido se han dado entre las élites neoliberales ortodoxas respaldadas por Estados Unidos y las potencias europeas y los gobiernos progresistas. Nos vienen a la memoria varios ejemplos.
El 12 de abril de 2001 y entre los meses de diciembre de 2002 y febrero de 2003, la clase capitalista venezolana apoyada por Estados Unidos y España organizó un golpe de estado fallido que fue contenido y un cierre patronal en el sector petrolero que fue derrotado. En el año 2011, un levantamiento encabezado por la policía de Ecuador y un golpe de estado abortado en Bolivia fueron desbaratados con éxito antes de que adquirieran empuje. En el año 2008, una protesta agraria empresarial a gran escala en Argentina paralizó el sector de exportaciones agrarias que se movilizaba contra una tasa impuesta a la exportación y acabó con concesiones del gobierno.
En buena medida, estas «luchas de clases desde arriba» operaron a favor de los gobiernos progresistas porque les permitió plantear la cuestión de forma unificada como si se tratara de una lucha entre un gobierno democrático popular y una oligarquía autoritaria y retrógrada. En consecuencia, los gobiernos progresistas consiguieron neutralizar, al menos temporaleente, las críticas internas procedentes de la izquierda. La derrota de «la derecha» pulió las credenciales del bando progresista y elevó su popularidad.
Aunque el apoyo popular era importante para el sostenimiento de los gobiernos progresistas frente a las campañas de desestabilización más derechistas respaldadas por Estados Unidos y la Unión Europea, tuvo igual o mayor importancia el respaldo del ejército, de algunos sectores de la élite empresarial y de los capitalistas del sector extractivo. Los progresistas, adoptando «políticas moderadas» (entre las que se encontraban los subsidios empresariales y una generosa subida de sueldos al ejército) consiguieron dividir a la élite, conservar el apoyo del ejército y aislar a la oposición de derechas. La derecha ha seguido siendo marginal desde el punto de vista electoral y ha supuesto un límite muy estrecho para la capacidad de injerencia e influencia de Estados Unidos y la Unión Europea sobre el programa progresista.
El grado de «progresismo» en el seno del bando capitalista extractivo progresista varía de manera muy importante.
El gobierno de Chavez ha presentado un programa antiimperialista y socialista que supone el rechazo de los golpes de estado, las guerras y el bloqueo de Estados independientes por parte de Estados Unidos: ha apoyado la re-renacionalización del petróleo, el aluminio y otras materias primas, la minería y las fuentes de energía. Su reforma agraria generalizada, que ha beneficiado a 300.000 familias, tiene por objetivo la autosuficiencia alimentaria. La salud pública y la educación superior universal y gratuita, el subsidio de los precios de alimentos básicos a través de supermercados de propiedad pública y la vivienda pública de bajo coste y a gran escala para los pobres, junto con las campañas de alfabetización y la formación de miles de consejos de barrio para arbitrar y resolver asuntos locales han profundizado y ampliado el proceso de socialización.

A menor escala, Bolivia, Ecuador y Argentina han desarrollado políticas exteriores independientes. Sus nacionalizaciones parciales y selectivas están pensadas para incrementar los ingresos, más que producirse en el marco de una estrategia de transformación a gran escala y largo plazo. No han seguido los pasos de Chavez sobre la reforma agraria y un mayor refuerzo del gasto social en salud, vivienda y educación superior. Presentan como «reforma de las tierras» la gestión de tierras lejanas, públicas y de dudosa calidad. Han sido defensores de los cambios progresivos en lo relacionado con los salarios y prestaciones sociales para hacerlos acordes con el aumento de los ingresos derivados de la exportación de bienes y en sintonía con la tasa de inflación; Bolivia y Ecuador han desalojado a ocupantes de tierras y defendido a los principales titulares de terrenos del sector agrario. Los gobiernos menos «reformistas» y con las credenciales «progresistas» más dudosas son los de Brasil, Uruguay y Perú (bajo el gobierno de Humala), que han adoptado un programa de libre mercado; fomentan activamente la gran afluencia de inversiones extranjeras no reguladas, rebajan la categoría de millones de hectáreas de bosques tropicales (en especial, Brasil), promueven el sector agrario empresarial y se oponen a la reforma agraria en todas sus modalidades y han recurrido a la dispersión de campesinos y personas sin tierra a las ciudades grandes y pequeñas, donde ejercen de reserva de mano de obra para el capital o se suman al sector informal mal remunerado. Estos gobiernos progresistas «moderados» han firmado acuerdos militares con Estados Unidos y adoptan un perfil bajo de oposición a las medidas imperiales estadounidenses en Oriente Próximo. Su «progresismo» se ve en el apoyo que prestan a la integración regional, en su oposición a la hegemonía estadounidense en el continente (oponiéndose al golpe de estado de Estados Unidos en Honduras, al bloqueo de Cuba y a las injerencias en Venezuela) y en la diversificación de los mercados exteriores. Brasil encabeza la marcha en la asistencia a los especuladores de Wall Street y en el gasto público contra la pobreza con unas cestas de alimentos básicas. La reducción de la pobreza queda igualada por el espectacular aumento del número de millonarios vinculados a los sectores financiero y de la exportación de productos agro-minerales. Los progresistas «moderados» tienen el historial más imponente (y bien documentado) de degradación medioambiental en curso. En Perú, Humala ha dado luz verde a una explotación minera que amenaza al medio de vida de millares de campesinos y empresarios locales de Cajamarca; los presidentes Lula da Silva y Dilma Rouseff, del Partido de los Trabajadores, han fomentado en una década la destrucción de millones de hectáreas de bosque tropical amazónico y el desplazamiento de montones de comunidades indígenas. En Uruguay, los presidentes Tabaré Vazquez y Mújica, del Frente Amplio, favorecieron que la fábrica de celulosa Botina, muy tóxica, contaminara el río Paraná a pesar de las protestas masivas.
En resumen, es difícil generalizar acerca de la actuación del bando progresista, dadas las divergencias de política social y económica. Pero se puede esbozar una especie de «tarjeta resumen».
Todos los gobiernos han reducido los niveles de pobreza e incrementado la dependencia con respecto a las exportaciones e inversiones del sector agro-mineral. Todas han firmado y/o renegociado contratos con multinacionales del sector extractivo; muy pocos han diversificado su economía. Los que cuentan con un tejido industrial relevante (Argentina, Brasil y Perú) han sufrido un declive importante en su sector manufacturero debido a la apreciación de las monedas y la pérdida de competitividad derivada de la subida de los precios de los bienes de exportación. Los acuerdos de aumento progresivo de salarios han desembocado en un menor nivel de conflicto social en las ciudades (con la excepción de Bolivia), pero el desplazamiento de campesinos y la degradación han intensificado conflictos en el interior entre las comunidades rurales y las multinacionales, lo que ha dado lugar a represión del Estado (Perú).
El impacto social de los gobiernos progresistas tiene un abanico de variaciones muy amplio, donde Venezuela registra los cambios estructurales de mayor alcance y el resto carece de visión o proyección a largo plazo para redistribuir la riqueza, las rentas o la tierra. Su apoyo común a la integración regional va aparejado de divergencias importantes en el acomodo a la política militar estadounidense. Venezuela, Ecuador y Bolivia, miembros del ALBA, rechazan los tratados militares, mientras que Brasil, Uruguay y Perú han firmado acuerdos militares con el Pentágono.
El rendimiento económico general es desigual. La economía de Brasil, en especial su sector manufacturero, se está estancando en un crecimiento cero o negativo en los años 2011 y 2012; Venezuela se está recuperando pero con una tasa de inflación del 20 por ciento, mientras que el resto del BP está experimentando un crecimiento sostenido pero una creciente dependencia de la exportación de bienes al mercado asiático (China).
Las alternativas a las economías extractivas vigentes varían enormemente. En Venezuela, el gobierno ha convertido la diversificación en una alta prioridad; los gobiernos brasileño y argentino están adoptando medidas proteccionistas para fomentar la industria con un éxito limitado, sobre todo porque sus políticas vienen contrarrestadas por la expansión real de la extensión de tierras dedicada a la producción de soja y bienes de exportación. Uruguay, Perú, Ecuador y Bolivia hablan de diversificación, pero han evitado tomar medidas para pasarse a la producción de alimentos y la agricultura familiar y todavía tienen que adoptar medidas concretas para estimular la industria local mediante una política de industrialización con financiación pública.




madalbo@gmail.com

¿Cómo es posible que una patrona explotadora y racista represente a Bolivia en Alemania?


TESTIMONIO SOBRE EL CASO DE LA TRABAJADORA DEL HOGAR EXPLOTADA Y MALTRATADA POR LA HIJA DE LA MINISTRA NARDI SUXO; BERLÍN, 21 DE NOVIEMBRE DE 2012

Charlotte Müller *

Estimadas señoras, estimados señores: Soy Charlotte Müller, ciudadana alemana que vive en Berlín, Alemania. Conocí a la señora Naira Cecilia Rivero de Marter (hija de la ministra anticorrupción Nardi Suxo) en diciembre del año 2011 aquí en Berlín. Recién me enteré por las noticias que hay la necesidad de testimoniar.



La señora Naira Rivero de Marter y yo nos llevamos muy bien y charlamos, salimos, reímos, compartimos y festejamos juntas. Me invitaba a su casa donde conocí a la señora Antonia Ramos Posto. Ella me dijo que estaba (trabajaba) en Alemania para apoyar a su hija con sus estudios en Bolivia.
Entre diciembre 2011 y junio 2012 había muchas ocasiones en las cuáles la señora Rivero me comentaba sobre su vida privada. En cuanto a la señora Ramos Posto me sorprendían las horas largas que trabajaba para la señora Rivero de Marter. Y le pregunté a la señora Rivero de Marter cuánto le costaba tener una trabajadora del hogar y niñera para su hija.
Ella me dijo que eran solamente 300 euros al mes, aunque había declarado ante la Cancillería Alemana que le iba a pagar 900 euros al mes. También me dijo que no pagaba el seguro de salud para su empleada porque era caro. Esto me parecía incorrecto y le dije que tenía que cumplir con sus responsabilidades de empleadora. Pero ella simplemente respondió que yo no sabía nada acerca de cómo se hacen las cosas en Bolivia y que ella puede hacer lo que quiera porque está protegida por la Convención de Viena.
Según mis observaciones, la señora Antonia Ramos Posto se levantaba en la mañana a las 6:30 horas y se acostaba con suerte a las 10:00 horas por la noche. Al preguntarle cómo piensa ella que la señora Ramos iba a apoyar a su hija en Bolivia con un sueldo tan bajo, ella me respondió sonriendo: “Que me importa su hija; ella ha venido para cuidar a la mía”.
Mientras que su marido la llevaba a ella y a toda la familia en coche a cualquier lugar, esperaba de la señora Antonia Ramos Posto que caminara a pie. Me comentó varias veces que su empleada le molestaba, que le faltaba el respeto, que no conocía su lugar. Y preguntándole por detalles me respondió: “Es terca, insiste en que le pague más o que trabaje menos horas”.
La señora Naira Rivero me preguntó si podría ayudarla a encontrar una guardería para su hija porque quiere deshacerse de su empleada porque no tiene intención de pagarle más; que le busque una guardería donde se habla español porque en las guarderías alemanas los niños son maltratados (debido) al carácter frío de los alemanes.
Además, me comentó que la señora Antonia Ramos Posto quería aprender el alemán y se burlaba de ella diciendo que ‘cómo va a querer estudiar si ni sabe leer o escribir esta tonta’, y que ni siquiera tiene tiempo para estudiar porque tiene que trabajar para ella. Me comentaba que su madre (la ministra Suxo) lo veía igual y ella es la que sabe.
Un día le ofrecí a la señora Antonia Ramos enseñarle el alemán si quiere, y ella estaba muy contenta. Sin embargo (pasaron) seis semanas más para que empezáramos la primera lección.
Observar cómo la señora Naira Rivero trataba a su niñera que había trabajado para toda la familia durante tantos años me ponía muy triste. No eran solamente las horas largas, la falta de un seguro de salud o el sueldo indignante, sino también la falta de respeto, el menosprecio y también que le dificultaba el acceso a la educación.
Así que pasaba semanas en mediar y convencer a la señora Naira Rivero de que le deje estudiar el alemán conmigo y que le baje las horas, que le pague más sueldo y un seguro de salud. Al final ella me dijo que no entiendo nada con mi cabeza cuadrada de alemana y que así se hace en Bolivia.
Adquiriendo más información sobre Bolivia me daba cuenta que había muchos cambios positivos en este país. Que el pueblo boliviano lucha para cambiar las cosas para mejor. Era impresionante conocer toda la información sobre una Bolivia en cambio constructivo con una visión tan buena: los derechos de los indígenas, la anticorrupción, la transparencia, la justicia, el vivir bien. Percibía a este país con su visión y sus logros de manera muy optimista y positiva.
Y es por esto que me quedé muy decepcionada de esta persona, la señora Naira Rivero de Marter, hija de la ministra Nardi Suxo. ¿Cómo es posible que una persona con actitud racista represente a un país maravilloso como Bolivia, que represente un pueblo que lucha tan fuerte por sus cambios positivos y sus logros? Al final nos peleamos tanto sobre este tema que dejamos de ser amigas.
Durante nuestras clases de alemán me comentaba la señora Ramos muchas cosas acerca de su vida en Bolivia, su trabajo para laministra Suxo ysus familiares, y también de su vida aquí en Berlín con la señora Naira Cecilia Rivero.
Veía sufrir a la señora Ramos por las promesas incumplidas de la ministra Nardi Suxo, por sus amenazas si no obedece a su hija. También la veía sufrir por los maltratos y manipulaciones por parte de Naira Rivero, hija de la ministra.
En consecuencia sé que las dos mujeres, la ministra Suxo y su hija Naira abusan de sus privilegios y no cumplen con las responsabilidades de sus cargos, que buscan solamente su propio bien. Son mal educadas en el corazón por falta de conocimiento ético y de empatía.
Me comentaba Naira Rivero personalmente cómo iba a deshacerse de las personas competentes en la embajada que no le gustaban, y esto con la ayuda de su madre la ministra Suxo; que no quería ser “portabolsas para la embajadora sino algo más”.
Me explicaba que quería ser cónsul para hacer botar al personal de la Embajada aquí en Berlín. En esta época pensaba yo que por suerte no iba a poder hacerlo. Pero ahora que ha conseguido el cargo por su madre ya no sé. El trabajo de Naira Rivero en la Embajada era decepcionante porque no posee las competencias. Incumplía sus responsabilidades con los bolivianos que viven en Alemania.
¿Cómo habría conseguido la ministra que su hija sea cónsul cuando hay personasmucho más competentes y mucho máscalificadas tanto en profesión y carácter para un cargo tal?
Espero mucho que con la presente pueda dar un voz a la señora Antonia Ramos Posto y revelar la injusticia que ha sufrido por parte de la señora Naira Rivero de Marter. Estoy dispuesta a testimoniar ante cualquier foro o tribunal si es necesario. Ojalá que al menos esta vez se revele la verdad acerca de dos mujeres en el poder que deberían ser más solidarias con otras mujeres y no abusar de su valioso cargo.
No duden en contactarme si requieren más información sobre el caso Naira Rivero de Marter contra Antonia Ramos Posto. Mi correo electrónico es ms.charlotte.mueller@web.de
* Ciudadana alemana, ex amiga de la funcionaria diplomática Naira Rivero de Marter. Leibnizstraße 86 // HH 10625 Berlín, Alemania.


madalbo@gmail.com

sábado, 15 de diciembre de 2012

CARACTERISTICAS FISICAS DEL LAGO TITICACA

3. Características físicas de la cuenca
3.1 Geología
Según los estudios geológicos, durante el cuaternario, la evolución del altiplano ha estado ligada fundamentalmente a los cambios de clima. La alternancia de los períodos húmedos y secos, cálidos y glaciares, han determinado en la cuenca endorreica del altiplano el desarrollo de lagos sucesivamente más amplios o más reducidos que los actuales.
Los estudios existentes (SERVANT, FONTES) muestran que durante el Pleistoceno superior se sucedieron varias fases glaciares que determinaron una progresiva reducción de la superficie lacustre, que al comienzo del Pleistoceno se nivelaba alrededor de 200 m por encima de su nivel actual, con un área de más de 50.000 km2; contra aproximadamente 8.400 actuales. Los lagos más antiguos del cuaternario (Mantaro y Cabana) ocupaban todo el altiplano, el cual ya formaba una cuenca endorreíca. Los posteriores lagos Ballivian, al norte y Escara al sur, estaban separados por el paso Ulloma-Callapa. Sin embargo, en la época del lago Minchín todo el área comenzó a tributar hacia los salares de Copaisa y otras depresiones meridionales.
En algunos períodos del Pleistoceno, el Lago Titicaca alcanzó niveles bastante más bajos que los actuales, de manera especial durante las glaciaciones (algunos autores hablan de 60 m). En el Holoceno, las investigaciones arqueológicas y los datos de espesor de aluviones muestran que el nivel del Lago alcanzó fluctuaciones cercanas a los 30 m. Hace 500 años el nivel del Lago era mayor que el actual, en unos pocos metros. Durante los periodos de descenso el clima era seco y el Desaguadero no llevaba agua fuera de la cuenca endorreíca del Titicaca. La divisoria con las cuencas del sur se encontraba en la zona de Aguallamaya. Los ríos que tributaban al Titicaca presentaban lechos erosionados y formaban canales que penetraban en el lago actual varias centenas de metros. Evidencias de tales canales se encuentran en el fondo del lago, a profundidades de 10 y 20 metros frente a las desembocaduras actuales (en el Lado peruano se ha encontrado una formación arcillosa lacustre con paleocauces colmatados a 30 m de profundidad con respecto al nivel actual, debajo de un relleno de limos, arenas y gravas). Evidentemente, durante los periodos de bajos niveles el río Desaguadero vertía al lago mismo, al igual que los flujos de todas las napas localizadas aguas arriba de Aguallamaya. Al sur de esta divisoria, los flujos se dirigían  hacia el Desaguadero y los lagos del sur.
 3.2 Topografía
Es una típica cuenca de montaña, donde la porción del altiplano es reducida y en gran parte cubierta por las aguas del Lago, rodeadas por las cordilleras oriental y occidental. Las vertientes oriental y nor-oriental son muy irregulares, con pendientes moderadas a altas y están constituidas por montañas y colinas de rocas sedimentarias en gran parte disectadas y con importantes acumulaciones de material detrítico, especialmente fluvioglaciar; la red hidrográfica es bien organizada y densa. La vertiente occidental, en su mayor parte perteneciente a la cordillera occidental, está constituida principalmente por macizos montañosos volcánicos de laderas redondeadas y amplias intercaladas con algunos relieves sedimentarios.
 3.3 Suelos
Según el "Diagnóstico Ambiental del Sistema Titicaca-Desaguadero-Poopó-Salar de Coipasa (Sistema TDPS)", en la región es posible encontrar siete de las ocho clases de suelos que establece el UnitedStates  (USCS), en función de la pendiente del terreno y otros factores limitantes al uso, de manera especial los riesgos de erosión, las condiciones físico-químicas principales de los suelos y las condiciones de drenaje y humedad. Estas clases a su vez se pueden agrupar en 4 divisiones: tierras arables (Clases II,III,IV), tierras no arables (Clases V,VI), tierras marginales (Clase VII) y tierras no aptas (Clase VIII).
Clase II: Suelos profundos, de topografía plana a ligeramente inclinada, bien drenados, con buena fertilidad natural y alta capacidad productiva. Son tierras mecanizables. Aptas para todos los cultivos propios del altiplano y para pastos. Localmente puede haber limitaciones de uso y manejo por condición de suelo y porsuceptiblilidad a la erosión (ligera). En general, estos suelos forman parte de la llanura deposicional.
Clase III: Suelos profundos a moderadamente profundos, de topografía plana a ligeramente inclinada, con drenaje imperfecto o algo excesivo y moderada fertilidad natural. Como la anterior, son tierrasmecanizables y aptas para una gran variedad de cultivos del altiplano y para pastos. Sin embargo, pueden presentar limitaciones locales por textura gruesa, sales, drenaje y susceptibilidad a la erosión. En general, estos suelos ocupan la llanura deposicional y los valles aluviales.
Clase IV: Suelos de excasa profundidad efectiva, de topografía plana moderadamente inclinada, drenaje interno excesivo o pobre, textura pesada o moderadamente gruesa, fertilidad natural baja. En general, también son tierras mecanizables, aptas para cultivos de raíces poco profundas y para pastos. Sus limitaciones son mayores que en la clase anterior y se relacionan con los factores anotados y con una mayor propensión a la erosión, la cual exige prácticas sencillas de conservación de suelos. Debido a su altitud y bajas temperaturas, la mayor parte de los suelos es deficiente en materia orgánica y nitrógeno, y consecuentemente requiere prácticas especiales para poder mantener e incrementar su productividad.
Clase V: Suelos desarrollados sobre relieves de colinas redondeadas, con pendiente suaves a moderadas, profundidad efectiva escasa, drenaje bueno y fertilidad variable en función del material parental, aunque por lo general baja. El principal limitante de estos suelos es su propensión a la erosión, debido a la pendiente y a las condiciones climáticas. Por esta razón se desarrolló el sistema de terraceo. La cobertura vegetal de estas colinas debe estar basada en pastos naturales y arbustos, con un pastoreo controlado de camélidos y/u ovinos. La agricultura sólo puede ser practicada en terrazas debidadamente construidas o readecuadas.
Clase VI: Terrenos de diferente naturaleza, de topografía plana hasta moderadamente inclinada, cuya principal característica es la presencia de un factor limitante fuerte, en especial texturas gruesas a muy gruesas (arenas), piedra abundante en todo el perfil, alta humedad o frecuencia de inundaciones, o susceptibilidad a una erosión moderada a alta a causa del clima y la naturaleza del suelo. En consecuencia, su uso se reduce a usos silvopastoriales relacionados con el pastoreo extensivo de camélidos, especialmente en los bofedales.
Clase VII: Tierras marginales caracterizadas por procesos erosivos de intensidad moderada a fuerte que han dado lugar a un modelado de disección visible en las colinas disectadas, en la terraza degradada y en la meseta volcánica degradada, o por relieves montañosos de vertientes largas y redondeadas. Dado que la fuerte erosión constituye el factor limitante principal en el primer caso y la alta pendiente en el caso de las vertientes montañosas, los usos posibles de estas tierras deberían ser la restauración y el pastoreo extensivo de camélidos respectivamente.
Clase VIII: Tierras no aptas con factores limitantes muy agudos, tanto por pendiente como por naturaleza del suelo. La fuerte pendiente y los afloramientos rocosos son el factor crítico en las montañasdisectadas. En consecuencia, estas tierras sólo son aptas para la protección de los recursos hídricos; para fines recreativos, declarándolos y manejándolos para que funcionen como parques nacionales o áreas de conservación; y para actividades mineras.
En el Sistema TDPS la tercera parte, sin tener en cuenta las superficies acuáticas, corresponde a tierras arables de las Clases II a IV. La mayor parte, el 21,6 %, corresponde a suelos de Clase IV que, como se ha dicho anteriormente, ocupan las unidades geomorfológicas de la terraza y meseta volcánica conservada y algunas depresiones salinas del sur que incluyen bofedales.
Poco más de la quinta parte de la región está cubierta por tierras no arables, en las que predominan ligeramente los suelos Clase V sobre Clase VI, destinados a camélidos y/o ovinos, especialmente en losbofedales. Finalmente, cerca de la mitad de la superficie firme de la región corresponde a tierras marginales y no aptas, Clases VII y VIII respectivamente.
Al comparar la capacidad de uso de los suelos con el uso actual se observa que por lo menos una tercera parte de las tierras del Sistema TDPS está siendo sobreexplotada por encima de su capacidad de uso. Esta sobreexplotación se lleva a cabo sobre todo en las tierras marginales y no aptas para cultivos anuales, permanentes, ni para usos silvopastoriles controlados.
La pérdida de los suelos agrícolas está determinada básicamente por la erosión y la salinización. Se ha estimado que el 30% de los suelos presentan procesos de erosión severa y muy severa por las actividades agrícolas y pastoriles actuales y pasadas y favorecidos por las condiciones geológicas del Sistema. En efecto, los más graves problemas se han desarrollado sobre terrenos de colinas, terrazas y mesetas de pendientes suaves y fuertes. En ciertas situaciones específicas, la erosión puede estar más ligada a la evolución geológica natural y propia del área que al uso del suelo.

3.4 Climatología
La climatología del lago Titicaca ha sido estudiada previamente por diversos autores entre los cuales ARCE (1966), DAVILA (1957), MONHEIM (1974), TAYLOR y AQUIZE (1983).
Todos los datos utilizados, tanto para las interpretaciones climáticas como hidrológicas, provienen de los Servicios Nacionales de Hidrología y de Meteorología (SENAMHI) de La Paz y Puno, quienes efectuaron las colecciones.
En las zonas de altitud inferior a 4.000 m, las temperaturas medias anuales varían entre 7 y 10 ºC. Alrededor del lago mismo, las temperaturas son, sin embargo, superiores a 8 ºC. BOULANGE y AQUIZE (1981) evalúan que la temperatura media anual a nivel del lago debería ser de 0 ºC y atribuyen la diferencia de temperatura al efecto térmico de la masa de agua. No obstante, el mapa de las temperaturas medias anuales de Bolivia (ROCHE et al., 1990) muestra también valores próximos a 8 ºC en toda la mitad este del Altiplano boliviano (7,3 ºC en Uyuni) y en el lago Poopó, de influencia térmica más reducida. Se debe también notar que estaciones comprendidas entre 3.900 y 4.000 m, en los extremos sur y norte de la región del lago, tienen temperaturas del orden de 7 ºC. El lago tempera el clima, sobre todo disminuyendo la amplitud de las temperaturas, pero no parece ocasionar en su contorno un aumento de la temperatura media anual superior a 2 ºC.
El mapa de curvas isotermas de la hoyada fue trazado con la correlación establecida entre temperatura y altitud, y a partir del mapa de curvas de nivel. Los datos de algunas estaciones situadas fuera de la cuenca fueron también tomados en consideración para obtener una escala de altitudes la más amplia posible. El gradiente térmico es de 0,76 ºC/100 m.
Para la zona comprendida entre 3.800 y 4.000 m, la dispersión de las temperaturas es grande debido a los efectos de exposición, de abrigo y de distancia al lago. En las cimas más altas que delimitan la cuenca, la temperatura media anual desciende bajo cero alrededor de 5.100 m.
En toda la cuenca, las temperaturas medias más bajas tienen lugar en julio, en pleno invierno, mientras que las más elevadas se sitúan de diciembre a marzo, generalmente centradas en febrero.
Por otra parte, según las “Memorias del Simposio Internacional sobre el Sistema del Lago Titicaca” (2001) la zona de la cuenca del Lago se caracteriza por tratarse de un clima  templado, diferenciado en distintas áreas:
à         El tipo de clima lluvioso y semifrígido con otoño, invierno y primavera secos ocurre en las cabeceras de las cuencas del río Suchez, río Ramis y cuenca del río Coata a altitudes entre 4.400 y los 5.000 metros. Los días helados son superiores a los 150 días. Si bien la precipitación tiene un carácter lluvioso, precipita entre los 700 y 1.000 mm, las características térmicas determinan una restricción en la utilización de la tierra con fines agrícolas.
à         El área circunlacustre, cuenca del río Suchez, parte media de la cuenca del río Ramis, cuenca del río Coata y cuenca del río Ilave quedan incluidos dentro del tipo climático lluvioso y frío con otoño, invierno y primavera secos. Su carácter lluvioso  está dando precipitaciones también entre 700 y 1000 mm.
à         El tipo de climático semilluvioso frío con otoño, invierno y primavera secos corresponde a la parte baja de la cuenca del río Ramis y gran parte de la cueca del río Huancané, y al sur del lago, hasta las zonas de Pizacoma en el Perú e Irpa Chico en Bolivia. En esta subzona la precipitación disminuye y varía entre 600 y 800 mm. El número de heladas es menor y las condiciones para las actividades agrícolas son buenas.

Temperaturas máximas y mínimas medias y amplitudes


La temperatura mínima media mensual se produce en julio. Por ejemplo, se observan  valores de 1,8ºC en Copacabana (3.810 m, a orillas del lago) y de -11,8 ºC en Charaña (4.069 m, muy alejado del Lago), o de -1,2 ºC  en Juliaca.
La temperatura máxima media mensual es respectivamente de 15,3 ºC y 3,6 ºC en estas dos estaciones meteorológicas. Se establece en octubre o noviembre, ya que la nubosidad es entonces menos fuerte que en pleno verano cuando se produce el máximo de precipitaciones. Por esta misma razón, un máximo secundario se observa en marzo-abril. En cambio, la temperatura mínima está centrada en el invierno, ya que se produce de noche y depende así poco del tiempo de insolación.
Las amplitudes aumentan desde el lago, donde los valores mínimos son de 10,7 ºC, hacia las planicies.

Humedad relativa
La humedad relativa media anual en el contorno del lago varía de 50 a 65%, para temperaturas de 8 a 10ºC. Los valores más bajos, de 50 a 45% se observan en el sur de la cuenca. De manera general, aumentan con la altitud, con un valor máximo de 83% en Chacaltaya (5.200 m). La variación anual sigue la de las precipitaciones, con un aumento durante los meses de diciembre a marzo (máximo en enero o febrero, alcanzando el 70%), y una disminución entre junio y octubre (mínimo en julio, con menos del 50%). En Copacabana, estos dos valores son respectivamente de 70% y 52%.

Vientos dominantes
Los vientos dominantes, de fuerza moderada, generalmente perturbados por brisas locales, son de sectores nordeste durante la época de lluvias y de sector oeste a sudoeste el resto del año.

Tiempo de insolación
La insolación a proximidad del lago es de 2.915 h/año en Belén y de 3.000 h/año en Puno. Se observan valores mínimos de respectivamente 167 y 180 h en enero y febrero, durante el máximo de las precipitaciones, mientras que valores máximos de 298 y 296 h se notan a mediados del invierno. La radiación solar global medida en el Altiplano en Viacha y Patacamaya tiene un valor medio de 8,8 mm/día (VACHER et al., 1989).

Precipitaciones
En conjunto de la información pluviométrica ha sido homogeneizado mensualmente y anualmente por el método del vector espacio-temporal (VECSPAT, Logicial CLIMAR2, ROCHE 1988), que consiste en un tratamiento matricial, basado en la pseudo-proporcionalidad de los datos (HIEZ, 1972; ROCHE, 1988). Este método informatizado permite adquirir automáticamente datos completados, estimando los datos que faltan, o enteramente calculados.
El período común de homogeneización retenido para el establecimiento del balance hídrico es 1968-1987, las estaciones climatológicas siendo poco numerosas antes de 1968.

Repartición espacial y mecanismos de las precipitaciones
Las isohietas son globalmente concéntricas al lago, al centro del cual se observan precipitaciones superiores a 1.000 mm. Las lluvias tienden a disminuir cuando la distancia al lago aumenta, hasta mínimos de 600 a 500 mm. Luego nuevamente aumentan hacia las cimas de la Cordillera Oriental donde los valores extremos pueden ser superiores a 800 mm, así como hacia el oeste, hasta las cimas del masivo de Pecajes Caranjas donde los máximos pueden sobrepasar los 1.000 mm.
Esta distribución espacial está determinada por la circulación regional de las masas de aire, y por la influencia de la orografía y de la importante masa de agua que representa el lago.
El aire amazónico húmedo desborda episódicamente de las cimas de la Cordillera Oriental situadas entre 4.500 m y más de 6.400 m, esencialmente en época de lluvias. Los alisios de sector nordeste llevan así el agua al sistema hidrológico, aunque en cantidad menor sobre la vertiente del Altiplano que sobre el flanco amazónico. Cuando la altitud disminuye en dirección del lago, la presión y la temperatura del aire aumentan, permitiendo una disminución de la humedad relativa; las precipitaciones disminuyen también.
Es particularmente notorio el efecto de pantalla y de abrigo bajo el viento, asegurado por las cimas más altas. La masa de aire húmedo amazónico se encuentra bloqueada frecuentemente detrás de las cimas, pudiendo pasar generalmente las crestas menos elevadas del resto de la cuenca. La zona del río Suchez, abrigada por la Cordillera de Apolobamba cuya altitud sobrepasa los 6.000 m, recibe así pocas precipitaciones. Los mínimos de precipitación sobre la cuenca tienen lugar al sudoeste del Illampu y de la Cordillera de Apolobamba (Escoma: 507 mm, Belén: 452 mm).
La influencia del lago es consecuencia de su extensa superficie ligada a un volumen importante debido a las grandes profundidades. La fuerte capacidad de absorción de las radiaciones solares induce temperaturas de las aguas (10 a 14ºC) netamente más elevadas que las del aire de las tierras circundantes, La restitución térmica por la masa de agua es entonces progresiva. Pasando por el lago, el aire se calienta enriqueciéndose al mismo tiempo en vapor de agua. Sufre entonces una ascensión, más fuerte durante la noche ya que el contraste de temperatura se acentúa entonces. Esta convección provoca tormentas más frecuentes sobre el lago que sobre las tierras, con un total superior a 800 mm, y pudiendo alcanzar más de 1.200 mm en el centro del lago. Los valores disminuyen de 1.200 mm a  700 mm a unas decenas de kilómetros de su orilla. El máximo es observado sobre la isla de Taquili con 1.535 mm. Este valor único en la cuenca parece elevado, y se debe notar que el valor calculado es sólo de 1.272 mm. El aire húmedo del Lago Mayor puede atravesar el istmo de Yunguyo -Copacabana o el estrecho de Tiquina, para pasar al Lago Menor, provocando precipitaciones aún elevadas sobre la parte oeste de este último, en Desaguadero (797 mm) o en Tiquina (1.050 mm). En cambio, en la parte sudeste del lago, los vientos procedentes del NE afectan insuficientemente el Lago Mayor. En efecto, son desviados parcialmente por el masivo del Illampu o sufren una subsidencia sobre su flanco oeste. Asimismo, las partes sudeste del Lago Mayor y del Lago Menor son relativamente secas.

Precipitaciones medias ponderadas sobre las cuencas y sobre el lago Titicaca
Las alturas de lluvias medias mensuales, anuales e interanuales fueron calculadas automáticamente ponderando las lluvias de las estaciones por las áreas de influencia de las estaciones (polígonos deThiessen). Esto fue realizado para un período de 20 años (1968-1987), para 82 cuencas elementales, principales y agrupadas, a partir de los valores homogeneizados, completados por una parte y enteramente calculados por otra parte. Sólo son mencionados en detalle los valores completados.
La pluviometría interanual más baja de este conjunto alcanza 585 mm/año en la cuenca del río Keke. La precipitación interanual más elevada es de 811 mm/año en la cuenca del río Coata y de 889 mm/año en el Lago Mayor.
El conjunto de la cuenca recibe una precipitación de 758 mm/año, o sea, un volumen de 43,6 x 109 m3. La lluvia media interanual sobre la totalidad del lago es de 880 mm/año, o sea, un volumen de agua de 7,47 x 109 m3/año, equivaliendo a un caudal de 236,7 m3/s. El Lago Mayor recibe interanualmente 889 mm/año de lluvia y el Lago Menor, con menores precipitaciones, 829 mm/año. Traducidas en volumen, estos valores (6,42 x 109 y 1,05 x 109 m3/año) corresponden a 86% y 14% de la alimentación pluvial del conjunto del lago.Precipita 664 mm/año sobre la parte boliviana de la cuenca, de los cuales 635 mm/año sobre las cuencas y 735 mm/año sobre el lago boliviano. Asimismo, la parte peruana recibe 786 mm/año, de los cuales 762 mm/año sobre las cuencas y 964 mm/año sobre el lago peruano. Expresadas en volumen, estos valores equivalen respectivamente a 9,01 x 109 m3, 6,48 x 109 m3, 2,54 x 109 m3, para Bolivia, y 34,5 x 109, 29,4 x 109, 4,94 x 109 m3/año para el Perú. Se observa así que las partes boliviana y peruana del lago reciben en alimentación directa, respectivamente 34% y 66% de la cantidad de lluvia caída en el conjunto del plano de agua.
Las cinco cuencas peruanas para las cuales se observan los caudales, reciben juntas una precipitación media interanual de 769 mm/año, mientras que el resto de la cuenca recibe 682 mm/año.
Distribución temporal de las precipitaciones
La época de lluvias está centrada en enero. Comienza generalmente en diciembre para terminarse en marzo. La época seca, centrada en junio, se escalona de mayo a agosto. Dos períodos de transición separan estas dos épocas, uno en abril y el otro de septiembre a noviembre. Según las cuencas, del 65 al 78 % de la precipitación anual se acumula durante los cuatro meses de la época de lluvias, mientras que solamente del 3 al 8 % intervienen durante la época seca. Los dos períodos ntermedios corresponden a una participación  de 18 a 29 %.
 Sequía e inundaciones
Según el PELT, de la observación de la serie histórica de niveles medios mensuales de agua en el lagodurante los años 1914-1991, así como de la serie de precipitación anual promedio (1960-1990) sobre los sectores peruanos y bolivianos del altiplano, se puede deducir que los períodos más secos fueron los años 1943, 1982-83 y 1990, y que la frecuencia de aparición de períodos secos, con mayor a menor intensidad, es relativamente alta.
En relación a las inundaciones, en la segunda mitad de la década de los ochenta, varios años consecutivos de fuertes lluvias produjeron un aumento de los aportes al lago, cuyo nivel fue ascendiendo progresivamente, anegando decenas de miles de hectáreas de las zonas ribereñas (en 1986 existían 4.800 ha inundandas). Este fenómeno, que tuvo su máxima expresión en el período 1986-87, trajo consigo un gran aumento de las descargas por el río Desaguadero, que al verse incrementadas con los aportes de sus afluentes originaron graves inundaciones a lo largo de su curso.
 Granizo
La gran irradiación solar existente en el altiplano produce una dilatación del aire próximo al suelo y éste se hace más liviano; como consecuencia, se forman unos movimientos de aire ascendentes que originan nubes de mucha altura, y cuanto más altos estén los extremos superiores de las nubes, tanta más probabilidad de granizada existe. Pueden producirse daños considerables a la agricultura en la zona de los valles, debido a que este tipo de precipitación tiene una gran intensidad, más que duración o volumen de agua que proveen.
Es difícil detectar las frecuencias de las granizadas, ya que su ocurrencia es función de una variedad de condiciones atmosféricas. Zonas altiplánicas con más de 20 días de granizo por año, se presenta a altitudes de 4.800 m o superiores como el río Suchez. En los alrededores de lago, en el centro y sur del altiplano, elnúmero de días con granizo disminuye paulatinamente hasta llegar a valores menores de 5 días por año.
http://www.alt-perubolivia.org/web_lago/WEB_LT/Finales/2_carac_fisicas/CARAC_2.htm#carac
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com