viernes, 24 de febrero de 2012

Evo llevará a consulta el conflicto en el Tipnis


El gobierno boliviano consiguió el respaldo de una organización indígena para llamar a una consulta, de acuerdo con la Constitución del país y las leyes internacionales, para avanzar en el proyecto de construir una carretera que atraviese el parque ecológico Tipnis, en el que viven 63 comunidades de pueblos originarios. En octubre, la Central Indígena de Pueblos del Oriente Boliviano se movilizó hasta La Paz para forzar al gobierno a aprobar una ley que frenara el avance del proyecto.Los indígenas agrupados en el sindicato Conisur (Consejo Indígena del Sur), cercanos al Gobierno, llegaron la semana pasada con una marcha a La Paz para pedir que se construya la carretera de 300 kilómetros en el Tipnis. El grupo respaldado por Morales rechazó la ley que la Cidob había conseguido tras las movilizaciones de octubre para vetar la construcción de la carretera, que tiene un costo de 415 millones de dólares y fue adjudicada hace tres años a la firma privada brasileña OAS.
La empresa brasileña comenzó a construir los primeros tramos, pero todavía no llegó al Tipnis, una región que tiene 1 millón de hectáreas de superficie. Los delegados de Conisur se reunió en los últimos días con los presidentes oficialistas de las cámaras de Senadores y Diputados para alcanzar una solución y propuso que se realice una consulta previa, en el marco de las leyes bolivianas.
El planteamiento fue aceptado, y ahora el oficialismo aprobará, probablemente durante los próximos 7 días, una ley de consulta en el parque ecológico, donde habitan unas 100 mil personas de varios pueblos nativos. Indígenas y delegados gubernamentales "concluyeron el proyecto de ley de 11 artículos que establecen el derecho a la consulta", confirmó la presidencia del Congreso boliviano.
"Este es un acuerdo entre el Estado y los indígenas y el encargado de hacer la consulta es el Estado boliviano, los sujetos de la consulta son las 63 comunidades de los pueblos que habitan el Tipnis", agregó en una rueda de prensa la presidenta de la Cámara de Senadores, la oficialista Gabriela Montaño.
La consulta previa es un mecanismo que reconoce la Constitución boliviana, coincidente con el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas, para que los lugareños decidan, cuando en sus tierras se ejecutan obras o se explotan los recursos naturales. En el caso boliviano, el resultado es vinculante.
"Estamos realmente preocupados y molestos por ese acuerdo entre el Conisur y el MAS (partido gobernante) porque se está queriendo desconocer una ley. Hay una ley para que no se construya la carretera y el gobierno persiste en hacerla", declaró el dirigente de la Cidob, Lázaro Tacó, en diálogo con AFP. "Vamos a analizar qué medidas vamos a adoptar para que se respete la ley y por supuesto que no se descarta otra marcha" de protesta a La Paz en las próximas semanas, explicó.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-187116-2012-02-07.html



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¿Dictadura de Repsol y Nizcor en zona guaraní?




Zacarías Cuellar, responsable de Infraestructura de la Asamblea del Pueblo Guaraní en Itika Guazú (APG IG), en carta a Teodoro Suruguay, alcalde del Municipio de Entre Ríos (enclavado en el departamento de Tarija y próximo a los mega campos de gas), le PROHIBE proporcionar información alguna sobre los habitantes de la región, así como asistir a cualquier reunión en la que podría discutirse el derecho propietario del pueblo indígena sobre su territorio. El periódico tarijeño “El País”, informó el 03-02 pasado, que el Municipio de Entre Ríos, intenta desarrollar planes de vivienda, para lo cual trataba de conocer las necesidades habitacionales de los guaraníes.

Ese derecho propietario fue puesto de relieve por el Presidente de la APG – IG, Never Barrientos, al explicar que los convenios suscritos por su entidad con Repsol y la ONG Nizkor pasan por “la defensa de nuestros usos y costumbres y por hacer frente a los que pretenden usurpar nuestra tierra, nuestras masas forestales y, lo que es más grave, nuestras autoridades”. (Carta del 23-03-11). Los acuerdos citados permanecen en reserva, pese a fomentar el etnicismo que debilita aún más la ínter subjetividad del pueblo boliviano. El convenio con Repsol estableció un Fondo de Inversión de 14.8 millones de dólares, administrado por el Banco do Brasil, y del que la APG IG se beneficia con el 10 %, es decir con 140 mil dólares mensuales.

La APG – IG fue representada en la negociación por Nizkor, entidad patrocinada por First Peoples Worldwide (FPW), la que se volvió parte del Centro Tides, uno de cuyos financiadores es la “Open Society” de George Soros. FPW es uno de los 28 miembros del Global Philantropy Comité del Council on Foundations, al igual que las fundaciones, Rockefeller, Ford y Bush. En nota distribuida desde EEUU, el 22-06-11, FPW advirtió, con inocultable satisfacción, que los indígenas tienen ahora derecho a veto sobre cualquier disposición legal que afecte a sus intereses.

Si no se permite establecer el número de habitantes de la región, ¿cómo se distribuirán los beneficios del Fondo de Inversión, además de otras conquistas ya conseguidas? El propio Barrientos destacó que los convenios con la petrolera y Nizkor “permitirán por primera vez tener una estrategia real y cierta con relación a la legalización de la explotación maderera en nuestra Tierra Comunitaria de Origen (TCO), con la asistencia técnica y jurídica necesaria QUE YA HEMOS CONCRETADO y que pondremos en desarrollo en los próximos cinco a diez años” (Carta de 23-03-11). A lo anterior se suman otras actividades rentables, como el turismo y la comercialización de cueros de lagarto.

La APG – IG ha garantizado no sólo su derecho propietario sobre sus tierras, sino también su derecho a veto sobre toda actividad económica en la zona. El convenio 169 de la OIT, de 1989, y la Declaración de Naciones Unidas sobre pueblos indígenas, de 2007, preservan también los beneficios de la APG – IG.

El que los guaraníes de la APG IG mejoren su nivel de vida sólo puede alegrar al resto del país. Lo que preocupa, en cambio, es que alrededor de 3 millones de bolivianos (la población total de Bolivia llega a 10 millones), han emigrado a otros países, en busca de sustento.

La transformación del in constituido Estado nacional en Estado Plurinacional está terminando de atomizar al país. En este contexto, Nizkor, que no tiene personería jurídica en Bolivia, escribe y distribuye los comunicados de la APG IG. El Fondo de Inversión fue suscrito con desconocimiento del Estado, pese a que Repsol lo utiliza para entrabar la construcción de gasoductos internos e incrementar los volúmenes de exportación de gas.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) parece haber tomado conciencia del riesgo de desintegración que pesa sobre los Estados de la región, en caso de seguirse adoptando las políticas indigenistas y ecologistas (ambas están indisolublemente ligadas), de los centros de poder mundial. Por esta razón, resolvió participar de manera coordinada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río + 20), a realizarse del 20 al 22 de junio próximos.

Para ese objetivo, se están realizando reuniones preparatorias de Ministros de Medio Ambiente que debatirán respuestas propias, que contemplen, al mismo tiempo, los aportes de culturas ancestrales a la formación de nuestras sociedades y la satisfacción de sus demandas. La falta de políticas endógenas permitió que las naciones industrializadas se apropien de las reivindicaciones del indigenismo y del ecologismo, a fin de preservar sus patrones de producción y consumo.





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"Sí a la carretera pero con otro trazado"

as entrevistas de Andrés Gómez en Erbol con comunidades del TIPNIS puede servir como una vía para bajar los decibeles y retomar una senda de discusión más seria sobre el conflicto, dejando de lado los hiperbolismos inconducentes. Esas entrevistas –junto a las opiniones de varios técnicos-abren un camino de solución bastante racional: sí a la carretera, pero con otro trazado. En este conflicto es necesario aislar a quienes sobreponen a la discusión de la carretera pedidos de renuncias del presidente y cosas por el estilo. Pero también debería lucharse contra la idea de un sector del oficialismo de imponerle una derrota estratégica a los indígenas de tierras bajas para avanzar en los proyectos de desarrollo. Si tal como indica el mapa difundido estos días, la ruta solo pasa por un puñado de comunidades y deja a la mayoría fuera, el principal argumento del trazado –integrar a los indígenas del TIPNIS y mejorar sus condiciones de vida- se cae. Por otro lado, si se trata de mejorar la ansiada integración física del país también se puede mejorar la carretera Trinidad-La Paz, entre otras cosas.

También deberían evitarse, en mi opinión, argumentos demasiado exagerados: tipo "el de Evo es el gobierno más útil a los intereses del capitalismo global", o abusar del uso del IIRSA para cualquier cosa. ¿acaso el IIRSA impide pensar en un trazado alternativo, por ejemplo por el este del TIPNIS? Hay una hipótesis de que la intransigencia oficial sobre el trazado se debe a una promesa de Evo Morales a sus bases campesina-cocaleras. Suena verosímil. Más allá de que sea así o no, es cierto que tal como está planeada es bastante funcional a la expansión de la zona de colonización. Una vez estuve en la llamada “línea roja” y es evidente que lo que limita la expansión cocalera, más allá del acuerdo del 94, es un gran río que hoy solo se puede cruzar en canoa. Bastaría un puente –no solo una carretera- para que el polígono 7 rompa su actual límite de contención. ¿Ya habrá gente que como ocurría con los ferrocarriles en el siglo XIX haya empezado a especular con la tierra por donde pasará la carretera en caso de concretarse el proyecto? Si bien en toda lucha se necesitan aliados, la derecha y los racistas súbitamente ecologistas y defensores de la Madre Tierra hacen un flaco favor a la lucha de las comunidades del TIPNIS. Tampoco ayudan al debate las diatribas del compañero Rodolfo Machaca –secretario de Tierra y Territorio de la CSUTCB- señalando que todo es una gran conspiración del “capitalismo verde” o que Alejandro Almaraz es un “enemigo de los campesinos”. Pero el descubrimiento por algunos compañeros simpatizantes de la “reconducción” de que gran parte de las bases del MAS son sectores vinculados al capitalismo popular -lo que era evidente ya en 2002 y mucho antes- no habilita buscar ahora en los indígenas del oriente el nuevo sujeto revolucionario reconductor del proceso de cambio. Las propias aristas complicadas de la CIDOB –y del Conamaq- y su dependencia de una variedad de ONG ponen en cuestión de que si ellos estuvieran en lugar de Evo las cosas estarían mejor. Al tiempo que el “vivir bien” es hoy un proyecto sin sujeto y sin traducción en políticas públicas (más allá del veto a proyectos desarrollistas inconsultos). Ni una carretera resuelve la pobreza de las comunidades ni las condiciones de vida del TIPNIS son tan idílicas como algunos neo roussonianos creen ver. Muchos volvieron de la marcha del TIPNIS a sus soleadas casotas de la zona sur con una doble satisfacción: ahora se pueden oponer a Evo apoyando una noble causa ecopachamámica; pero los marchistas volvieron a comunidades sin agua, sin comunicaciones, con escuelas y educación precarias; a esa "otra cultura" que pasó por el tamiz de la colonización española y republicana-gamonal.

Para avanzar es necesario densificar más la discusión del país que queremos –incluyendo las carreteras y otros proyectos de modernización- tratando de reducir las descalificaciones y mejorar los argumentos. Quizás sea el momento de iniciar la postergada discusión sobre el proyecto de país, cómo debería ser la “expansión hacia el norte” amazónico, si queremos "represas monstruosas" y qué tipo de industrialización sería adecuada para Bolivia (incluyendo qué política educativa necesitamos). La canción de Luis Rico sobre el bosque chimán emociona, pero si simplemente se logra el veto a la carretera y todos los emotivos marchistas urbanos se vuelven a olvidar del TIPNIS –como durante los casi 200 años de historia nacional- todo habría sido una mezquina pulseta política; está tan “lejos” el TIPNIS que los medios no se dignaron a enviar allá a sus periodistas para captar que piensan las comunidades y si sus deseos y demandas coinciden con las traducciones de sus dirigentes que viven en Trinidad. Entretando quizás se pueda avanzar en una discusión sobre el trazado alternativo. La intransigencia conspira contra el proceso de cambio.





                                                                                              Pablo Stefanoni




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lunes, 13 de febrero de 2012

Los casos de Petrobras en Angola y de Vale en Mozambique, dos ejemplos de la política subimperialista de Brasil en el continente



Los casos de Petrobras en Angola y de Vale en Mozambique, dos ejemplos de la política subimperialista de Brasil en el continente
En octubre de 2011 tuvo lugar el primer periplo africano de la presidenta brasileña Dilma Rousseff desde que asumió el poder ejecutivo. Su itinerario no dejó de lado Mozambique y Angola. Ni podría: lo que le llevaba a África no eran los indudables lazos históricos y culturales que nos unen a las ex colonias portuguesas, sino los intereses de media docena de transnacionales brasileñas que destinan gran parte de sus recursos al continente“hermano”.

El gobierno de Rousseff no hizo el esfuerzo de disimular. “La presencia comprometida de empresas brasileñas en este país [Angola] refleja la vitalidad de nuestros vínculos económicos bilaterales. Las inversiones crecientes traducen sentimiento de confianza mutua entre nuestros pueblos, nuestras economías y nuestros gobiernos”, proclamó la presidenta antes de una comida con su homologo angoleño, José Eduardo dos Santos.

Delante de la Asamblea del país, Rousseff fue aún más enfática: “Estoy convencida de que la misión empresarial brasileña que vendrá a Luanda ampliará esta relación, y ahí incluimos las preocupaciones de vuestro gobierno en lo que se refiere a la expansión y al fortalecimiento, entre otras cuestiones, de la matriz energética”. Dilma Rousseff se refería al petróleo y, consecuentemente, a Petrobras, la tercera mayor empresa de energía del mundo [1].

El anuncio de la presidenta coincide con la declaración del presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para apoyar, a través de créditos fáciles, a las empresas brasileñas que quieran iniciar el proceso de internacionalización hacia África.

La misión diplomática de la presidenta en África conlleva toda una estrategia de consolidación empresarial de Brasil en el continente y va de la mano a los últimos esfuerzos del país en asumir un rol cada vez mayor en el sistema internacional. Ideológicamente, es la materialización del subimperialismo brasileño, un movimiento que ya se ve con claridad en el horizonte latinoamericano pero que apenas empieza a nacer en las naciones africanas.

BRASIL, UNA NACIÓN SUBIMPERIALISTA

El investigador brasileño Ruy Mauro Marini fue uno de los principales articuladores del concepto de “subimperialismo” dentro de la teoría marxista de la dependencia. Y aunque lo propusieran a partir de una realidad distinta (la de la dictadura militar, entre 1964 y 1985), aplicaremos sus rasgos básicos para encuadrar, explicar y problematizar la actuación brasileña en África para ir más allá de los acercamientos estrictamente políticos o diplomáticos.

Antes de todo, y así como lo describen Fábio Marvulle Bueno y Raphael Lana Seabra [2], es importante resaltar que el subimperialismo no es exclusivo de Brasil, aunque el país funcione como ejemplo primordial para Marini. También es necesario apuntar que el subimperialismo no constituye una superación de la dependencia. En realidad, los dos papeles (la dependencia y el subimperialismo) conviven a la luz de la “integración de los sistemas de producción de los países dependientes en la etapa monopolista de la economía imperialista”.

Ese subimperialismo se articula por dos vías complementarias: la primera es la de la burguesía nacional que, dado el agotamiento del sistema, pasa a buscar las fronteras internacionales para viabilizar su proyecto de acumulación capitalista; la segunda es estatal, ya que el gobierno también consolida una esfera de influencia regional al aliarse a las empresas transnacionales [3] e incorpora nuevas pautas y criterios a sus agendas diplomática y económica.

Otro punto fundamental en el subimperialismo es lo que Marini llamó de “cooperación antagónica”. Bajo esta concepción, el país subimperialista no cuestiona el poder ejercido por la potencia dominante para alcanzar sus intereses particulares. Es decir, en el interior de su subordinación, el país subimperialista consigue una autonomía relativa.

En el ámbito internacional esa situación puede ser comprobada en la medida en que no se da una confrontación abierta con la potencia dominante (Estados Unidos) en ningún tema estructural. Las discordancias son meramente puntuales.“Sin poder cuestionar el dominio imperialista en si mismo (porque entonces estaría cuestionando el propio capitalismo) la burguesía nacional puede, entretanto, regatear mejores condiciones dentro de su subordinación”, resume Eric Sachs [4]. Esa descripción encuadra perfectamente, por ejemplo, la insistencia de Brasil en reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, no por un ímpetu de democratizar la institución, sino de garantizar su influencia.

EL DESEMBARCO DE PETROBRAS ENANGOLA

Petrobras es una empresa estatal brasileña de capital abierto que explota, extrae y refina petróleo, además de poseer una red propia de distribución de sus derivados. Llegó a Angola en 1979, antes de que se vislumbrara en el país cualquier señal de democracia y de paz. Hasta 2006 esa presencia estuvo limitada a dos campos de extracción de crudo. Ahora tiene los derechos de otros cuatro.

La apuesta de Petrobras por ganar más espacio en Angola va de la mano de los datos del Banco Mundial y del Departamento de Estado estadounidense que le ponen entre las cuatro naciones que más han engordado su PIB en la última década5. En 2007, el crecimiento económico llegó al impensable 22,7 por ciento. Actualmente, y en gran medida por cuenta de la presencia de Petrobras, se estima que Angola es la nación que más recibe inversiones brasileñas, alrededor de cuatro mil millones de dólares. Teniendo en cuenta que el petróleo representó el 58 por ciento del PIB angoleño de 2009, no se puede ignorar la importancia de la actividad brasileña en la economía de ese país.

La presencia de Petrobras en Angola está completamente volcada hacia la exportación (el crudo representa el 90 por ciento de las exportaciones y el 80 por ciento de los rendimientos tributarios del país), lo que torna aún más vulnerable su ya frágil economía. Además, no atiende a la demanda de “angolanización” del sector. Pese a que la mayor parte de los funcionarios son nacionales, los cargos gerenciales, directivos y administrativos siguen en manos de brasileños, como ha denunciado el abogado Irineu Chingala6. En definitiva, Petrobras cumple en Angola el mismo papel de las petroleras estadounidenses y europeas que, en 1953, cuando fue creada, pretendía combatir.

VALE SE LO LLEVA TODO ENMOZAMBIQUE

La compañía minera Vale do Rio Doce surgió en 1942 como una empresa pública brasileña. La actual Vale nació como consecuencia del proceso de desestatización llevado a cabo en los años 90, es decir, ella misma es un subproducto de las políticas de privatización y liberalización que hicieron parte de la agenda económica de Brasil en el periodo post dictatorial. Hoy, Vale es la mayor empresa privada de Latinoamérica y la segunda mayor minera del mundo.

En 2003 surgió el proyecto de Moatize, que prevé la explotación de las reservas de carbón mineral térmico e industrial en la provincia de Tete. Moatize es considerada la mayor provincia carbonífera no explotada del mundo. La producción tendrá como destinos naturales la industria metalúrgica brasileña y los países de Golfo.

Pese a que su implantación ha sido motivo de disputas con los tradicionales dueños del área y que ha conllevado un controvertido desahucio de 5.104 personas [5], su proyecto se beneficia de incontables privilegios. Es más, se le vendió a Mozambique todo un paquete desarrollista que tiene a Brasil y sus transnacionales a la cabeza. Eso por no hablar de los proyectos en el ámbito de la cooperación, que van desde el intercambio de técnicas para la plantación de soja y de caña con fines industriales hasta la creación de centros de distribución de antiretrovirales.

LA REALIZACIÓN DE UNA ESTRATEGIA

Se han descrito apenas dos breves ejemplos de la actividad de transnacionales brasileñas en África. No han sido fortuitos y tampoco dan cuenta de la extensión de toda la estrategia que se monta desde las oficinas en São Paulo, en Rio de Janeiro, y también en Brasilia. Que sean dos breves ejemplos no puede servir para limitar el abordaje, sino ayudar a dar cara y tamaño a las prerrogativas que fueron levantadas hace décadas por teóricos como Marini. La conciencia de la actuación de Vale y de Petrobras en África sirve como primer paso hacia una mirada más crítica del doble discurso brasileño en las esferas internacionales, tantas veces subrayado, resaltado y aprovechado por los actores Occidentales. Que Brasil aplique a Mozambique y a Angola las mismas estrategias que le relegó al subdesarrollo y a la dependencia es, como mínimo, un asalto a la historia y a los que, más que hermanos, son nosotros mismos.

*Laura Daudén es colaboradora de Pueblos - Revista de Información y Debate.

Este artículo ha sido publicado en el nº 50 de Pueblos - Revista de Información y Debate, primer trimestre de 2012
Notas

[1] Según el ranking PFC Energy 50 de 2011, que relaciona las cincuenta mayores empresas de energía con acciones en bolsa.

[2] “A teoria do subimperialismo brasileiro: notas para uma (re)discussão contemporânea”. Ponencia en el 6o Coloquio Internacional Marx y Engels. Unicamp: Campinas, 2009.

[3] Luce, M. O subimperialismo brasileiro revisitado: a política de integração regional do governo Lula. UFRGS: Porto Alegre, 2007.

[4] Sachs, E. In: Ernesto Martins. APERJ, Coleção DARF, Documento 545, p.4. Apud: idem.

[5] Para más informaciones sobre las disputas entre comunidades mozambiqueñas y la Vale, consultar “Dossiê dos Impactos e Violações da Vale no Mundo”, documento derivado del Primer Encuentro Internacional de Atingidos por la Vale, 2010, disponible en: http://atingidospelavale.wordpress.com

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