Luís Rico
Cantautor
En marzo de 1983, diez mil mineros llegaron a ciudad
de La Paz
mientras, Don Hernán Siles Suazo, perdido en su laberinto de soledad, pensaba
en cómo abatir la hiperinflación.
Los mineros recorrían la ciudad para concentrarse en la
Plaza San Francisco mientras Jaime Paz
Zamora pensaba en abandonar al Presidente de la República.
Los mineros
tomaban la Avenida Camacho
para hacer explotar sus cachorros de dinamita envueltos en dólares, mientras
Víctor Paz Estensoro pensaba en acortar el mandato del otrora entrañable amigo,
el presidente Hernán Siles Suazo.
Los mineros escuchaban el discurso de Don Juan Lechín Oquendo
que daba la bienvenida a los mineros mientras los militares renovaban sus
fuerzas para retomar el poder.
Los mineros se daban cuenta que entre ellos estaban
sus compañeras, sus mujeres que habían abandonado la humilde cocina de las
minas para defender el salario de sus maridos pagado con fajos de dinero que no
servía para nada, mientras Dante Pino, entonces dirigente máximo del sindicato
de trabajadores del Banco Central, arrojaba dinero devaluado desde el piso 20
del edificio más alto de la calle Mercado y Ayacucho.
Los mineros pasaban por la Universidad Mayor
de San Andrés, eran coreados por los universitarios mientras los dirigentes
políticos apoyaban a Víctor Paz iniciando la era de la democracia pactada y
corrupta.
Liber Forti asesor cultural de la Federación Sindical
de Trabajadores Mineros de Bolivia nos convoca a todos los artistas comprometidos
para hacer un concierto en el Teatro al Aire Libre donde los dirigentes: El
Filemón Escobar, Don Juan Lechín, el Huracán Ramírez, Don Víctor López, El Simón
Reyes, Jorge Saral, sorprendidos por la presencia de las mujeres de los
trabajadores que organizadas, venían a marchar junto a los compañeros mineros para
lograr los objetivos.
Qué objetivos? preguntábamos a los dirigentes y las
respuestas eran difíciles de entender. Las palabras se mezclaban con las
imágenes del Che, la bandera roja con la hoz y el martillo dividida en diez
pedazos, la marcada ausencia de Marcelo Quiroga Santa Cruz, líder del Partido
Socialista 1, la vital presencia de Róger Cortéz del Partido Socialista en
ayuno y de Ramiro Velasco, líder del Partido Socialista Humo. (A decir de Coco
Manto) Eran confusas las respuestas de las izquierdas mientras la derecha
seguía rompiéndose los nudillos tocando las puertas de los cuarteles.
Las únicas que sabían la respuesta, eran las
cocineras, las mujeres de las minas, las mamás de esos niños que quedaron en el
campamento, las amas de casa.
EL COMITÉ DE AMAS DE CASA DE LAS MINAS DE BOLIVIA. Tímidamente
repartido entre los dirigentes mineros nos hacían comprender que la lucha era
para llenar la olla y alimentar a sus wawas. Por eso, y a todo pulmón, en ese
escenario que tenía las graderías con olor a copajira, canté la canción:
Armas
de Casa.
Las mujeres de las minas
Que solo eran amas de casa
Por las conquistas sociales
Se han vuelto “armas de casa”
Señora de cuello alto
Aprendan esta lección
Hay que tener su coraje
Para construir esta nación.
Ahí estaba Domitila Chungara que me preguntó ¿Por qué
has cantado pues, esa canción comparádonos con armas de casa? ¿Quién nos va a
disparar pues? Y yo le respondí. –Ustedes nomás pues compañera! porque los
compañeros mineros van a tardar en entender la igualdad de la lucha por las
reivindicaciones sociales. Allá comenzó nuestra amistad.
Algunas veces le hablaba como hermana, otras veces
como madre. Hoy martes de 13 de Marzo ha partido. Solo yo se dónde estará a
partir de mañana. Ha de ser fácil encontrarla porque en este infierno y en el
cielo que le toca forjar, la imagen de una heroína del siglo XXI es notoria.
Hasta pronto Domitila.
Luís Rico Cantautor
madalbo@gmail.com
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