Dedicatoria: A la memoria de Alberto Jaime Montes Muñoz, Jaime Montes, como a él le gustaba presentarse. Primero le conocí como amigo, coincidente con él en la tertulia literaria «Charlas de Café» (“nido de comunistas”, a decir de algunos), hasta el paréntesis que supuso su detención y encarcelamiento, por su actividad política, para después reanudar nuestro contacto en el seno de Comisiones Obreras, en donde pude contar con su ayuda, incluso económica, en momentos difíciles para mí. Valiosísimo factótum y “lubricante” humano en el funcionamiento de la “maquinaria” sindical, y maestro de la sensatez, a la hora de planificar la acción sindical en el seno de las empresas, y frente a las instituciones, o en las relaciones con los demás sindicatos. Mi actual alejamiento del ambiente y tareas sindicales, han determinado que yo no conociera su óbito, hasta mucho después de sucedido. De ahí, esta extemporánea dedicatoria, este modesto homenaje de ahora, a quien dedicó toda su vida a la acción sindical y política, desde su primera actividad laboral, como aprendiz de mecánico, en la desaparecida «Hispano Aviación», “cuna” ideológica de varios otros renombrados sindicalistas, parte de los integrantes del famoso Proceso 1001, entre los que cabe recordar también a Fernando Soto, fallecido de mesotelioma, a causa del amianto, al que estuvo laboralmente expuesto, tanto en la citada factoría aeronáutica sevillana, como, después, durante varios meses, en la de la empresa Uralita –empresa en la que yo también trabajé-, haciéndolo él como trabajador de una de las sub-contratas que en la fábrica de Bellavista prestaron sus servicios en tareas externalizadas, pero dentro de su recinto.
Fibrosis retroperitoneal
El aneurisma inflamatorio de la aorta abdominal y la fibrosis retroperitoneal, son considerados como dos manifestaciones de la misma enfermedad: la periaortitis crónica. El vínculo de la periaortitis crónica con la exposición al amianto, como patología inespecífica asociada, es abordado en: Vaglio & Buzio (2005), Vaglio et al. (2006), Warnatz et al. (2005), Salvarani et al. (2005), Neidl et al. (2006).
La fibrosis retroperitoneal, o enfermedad de Ormond, es relacionada de forma inespecífica con la exposición al amianto. En Sauni et al. (1998), en una revisión de casos, que previamente habían sido considerados como de etiología idiopática, esto es, de causa desconocida, pasaron a ser considerados casos de fibrosis retroperitoneal secundaria, por asbesto. Tanto en esta última modalidad, como en la idiopática, se las considera como unas patologías reactivas del sistema inmunitario.
Se trata de una enfermedad con consecuencias muy serias: genera nefropatía obstructiva y fallo renal.
También encontraremos establecida su relación con la exposición al asbesto, en Uibu (2009), Uibu et al. (2004), (2008) & (2009), en cuyos trabajos se especifica que en la población finlandesa, la exposición al asbesto es el factor de riesgo más importante para la fibrosis retroperitoneal. La presentación más frecuente, es en coincidencia con el engrosamiento pleural difuso. Véase también: Maguire et al. (1991), Boulard et al. (1995), Cottin et al. (2008), Vaglio (2009), Vaglio et al. (2006), Ineichen (2006), Ha et al. (2011), Castro Iglesias et al. (2010).
En Uibu et al. (2009), los autores informan de la presencia, con concentraciones importantes, de fibras de los diversos tipos de amianto, localizadas en los tejidos de los nódulos linfáticos retroperitoneales.
El nexo causal, como patología inespecífica, entre fibrosis retroperitoneal y exposición al amianto, cuenta también con respaldo en la experimentación animal: Sukagawa et al. (2008).
Un lugar en Internet, específicamente dedicado a la relación entre fibrosis retroperitoneal y exposición al amianto, y correspondiente al conocido bufete de abogados “Irwin Mitchell”, especializado en demandas de compensación por enfermedades derivadas de la exposición al asbesto, es el siguiente:
La aseguradora suiza “SUVA”, tiene reconocida como enfermedad profesional a la fibrosis retroperitoneal: Ineichen (2006).
En esperpéntico contraste con todo lo antes citado, la fibrosis retroperitoneal, en relación con la exposición laboral al amianto, la veremos mencionada en la sentencia española STSJ CAT 10474/2012, pero en la misma, lo será para denegar el nexo: “OCTAVO.- Que las dolencias del actor, conforme el Médico Forense son: FIBROSIS RETROPERITONEAL DE AÑOS DE EVOLUCIÓN. ATENDIENDO A LA LITERATURA MÉDICA REVISADA Y AL HECHO DE QUE LA ASOCIACIÓN ENTRE ASBESTO Y FIBROSIS RETROPERITONEAL NADA MÁS ESTA DEMOSTRADA A NIVEL EXPERIMENTAL, PERO NO A NIVEL CLÍNICO, PUES SE HACE REFERENCIA EN TRES CASOS AISLADOS, EN TODA LA LITERATURA MÉDICA, EN QUE A NIVEL CLÍNICO SE HA ESTABLECIDO UNA RELACIÓN ENTRE EL ASBESTO Y LA FIBROSIS PERITONEAL, NO OBSTANTE INDICA QUE: PUEDE DECIRSE QUE LO MAS PROBABLE ES QUE SU CAUSA SEA UNA ENFERMEDAD COMÚN O BIEN DE TIPO IDIOPÁTICO”.
Por lo visto, a este Médico Forense no se le han caído los anillos, precisamente, en su afán de búsqueda de casos precedentes (atiéndase a la fecha de la sentencia), registrados en la literatura médica; en perjuicio, obviamente, del demandante y de su derecho a una justa indemnización.
La fibrosis retroperitoneal se caracteriza por la substitución del tejido normal del retroperitoneo, con fibrosis y/o inflamación crónica. Corresponde a procesos fibróticos y/o inflamatorios que afectan a las estructuras retroperitoneales. Ver: Burkhardt Soares et al. (2007).
La fibrosis retroperitoneal abarca una gama de enfermedades, que se caracterizan por la presencia de un tejido fibro-inflamatorio, que suele rodear la aorta abdominal y las arterias ilíacas y que se extiende hasta el retroperitoneo, para envolver a las estructuras vecinas, como, por ejemplo, a los uréteres.
Si no es adecuadamente diagnosticada o tratada, la enfermedad puede causar complicaciones graves, como es el caso de una insuficiencia renal, en su etapa terminal: Maguire et al. (1991).
Excepcionalmente, se puede presentar en coincidencia con una fibrosis en el mediastino, de la cual también nos ocuparemos aquí, más adelante. Ver: Jahnz-Rózyk et al. (2001).
La fibrosis retroperitoneal puede presentarse simultáneamente con la pericarditis constrictiva, en un mismo paciente: Ishizaka et al. (2012), Caiafa et al. (2013). Ambas patologías son abordadas en el presente trabajo, en relación con su eventual etiología inespecíficamente asociada a la exposición al asbesto.
Asimismo puede presentarse en coincidencia con fibrosis pleural y pulmonar: Uibu et al. (2008).
No obstante, la presentación más frecuente, corresponderá a una placa fibrótica aislada, en la región lumbar baja. Ver: Vivas el al. (2000).
Eventualmente, puede presentarse una degeneración maligna de nódulos retroperitoneales. Ver: Koep & Zuidema (1977), Arrivé et al. (1989).
Su etiología, en general, se ha sugerido estar asociada a la respuesta inmunitaria. Ver: Kottra & Dunnick (1996), Vaglio & Buzio (2005). Así lo avala el nexo de la fibrosis retroperitoneal con los anticuerpos conocidos como ANCA (antineutrophil cytoplasmic antibody): van Bommel et al. (2009), Alberti (2007), De Vuyst & Camus (2000), Bartůnková et al. (2003). De este tipo de anticuerpos no ocupamos, con carácter general, con ocasión de tratar de las alteraciones del sistema inmunitario, originadas por la exposición al asbesto, en nuestro trabajo:
Francisco Báez Baquet Amianto: los padecimientos “olvidados” (Acción sobre los sistemas inmunitario y endocrino) «Rebelión» 29/08/2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202664
Pese a la titulación dada al artículo antes citado, de van Bommel et al. (2009), la exposición previa al amianto es constatada en el 20% de los casos considerados por los autores. En dicho trabajo también se indica que el dolor de espalda es un síntoma habitual de esta dolencia.
En Uibu et al. (2004), los autores consignan que el hallazgo patognomónico es una masa fibrosa que cubre la aorta abdominal y los uréteres, y como resultado del estudio caso-control realizado, concluyen que para pacientes con exposición al amianto, relacionada con el trabajo, la fibrosis retroperitoneal debe ser considerada una enfermedad profesional.
Un importante resultado, es el obtenido en el trabajo de Goldoni et al. (2014), en el que, además de confirmar la etiología por amianto de la fibrosis retroperitoneal, se alcanza la inesperada evidencia del efecto sinérgico del hábito de fumar, a semejanza de lo que ocurre con el cáncer pulmonar, y en ausencia de esa condición de sinergismo, para todo el resto de las demás patologías asbesto-relacionadas.
Esta patología, relacionada con la exposición al asbesto de una forma inespecífica, es un ejemplo más de las localizaciones que no quedan amparadas por la expresión “enfermedades pulmonares”, aplicada a las patologías del asbesto. Ver: Bunderson-Schelvan et al. (2011).
En Vermeirsch et al. (2006), ante la evidencia de un caso de paquimeningitis, supuestamente idiopática, en un paciente que había trabajado con amianto, y teniendo presente el nexo patológico de ésta con la fibrosis retroperitoneal, inespecíficamente relacionada con la exposición al asbesto, por todo ello los autores se interrogan sobre la posibilidad de un nexo causal entre dicha exposición, y, también, con la susodicha paquimeningitis, señalando que futuros estudios deberían tratar de clarificar la posible confirmación de la hipótesis.
Fibrosis generalizada
Otro ejemplo, extremo, de afectación por amianto, con la misma característica de deslocalización respecto de los asentamientos habituales, es el caso, descrito en Kobayashi et al. (1983), de fibrosis generalizada, que es oportuno considerar detalladamente, para que todos seamos conscientes de lo que el amianto le hace a algunos trabajadores, en el pasado y en el presente, allí donde su uso no ha sido prohibido. No es adecuado hablar, sin matices, de “enfermedades pulmonares” o “enfermedades del aparato respiratorio”, mediando una etiología por asbesto.
El caso relatado, correspondía a un paciente con asbestosis pulmonar, con carcinoma pulmonar, y con fibrosis de diversos órganos, como el hígado, el riñón, y la glándula tiroides. Se detectaron fibras de amianto y cuerpos asbestósicos en cada órgano, incluyendo algunos ganglios linfáticos. Los autores también identificaron fibras de amianto en el bazo, detectadas mediante microscopio electrónico, aprovechando que el citado órgano había sido resecado seis años antes, debido a una hipertensión portal idiopática. Estos autores exponen la hipótesis, bastante lógica, de que la fibrosis generalizada que se observó, obedecía a la acción fibrosante de las fibras detectadas, un escenario de morbilidad que también ha sido constatado en la experimentación animal: Boor et al. (2009), Wagner (1963), Simson (1928).
La acción fibrosante del asbesto sobre el bazo, es tratada también en los siguientes trabajos: Plamenac et al. (1974), Robinson (1972), y William (2009). Regresando a nuestro anterior relato, diremos que se trataba de un paciente de 53 años de edad, que había trabajado, desde 1962 hasta 1971, en tareas de rociado de amianto, en una empresa de construcción. En la radiografía de torax se observaron infiltrados, sombras reticulares y derrames pleurales. La anoxia (falta casi total de oxígeno en los tejidos) y la emaciación (adelgazamiento patológico) aumentaron gradualmente, falleciendo de insuficiencia respiratoria, en junio de 1979. La pleura mostró pleuritis, en el pericardio se observó un remarcado engrosamiento hialinizado, los riñones mostraron lesiones glomerulares generalizadas, y la glándula tiroides mostró una fibrosis moderada; la médula ósea reveló fibrosis leve de algunas zonas; varios focos de fibrosis se detectaron en el corazón.
Excepcionalmente, la exposición al asbesto ha sido inespecíficamente asociada a una paquimeningitis: Vermeirsch et al. (2006).
La fibrosis extrapulmonar por asbesto, también ha sido experimentalmente comprobada. En efecto, en Boor et al. (2009) – trabajo ya antes citado-, los autores la constatan en el riñón, en el corazón y en el sistema vascular.
Fibrosis pericárdica, o pericarditis constrictiva no maligna
La fibrosis pericárdica o pericarditis constrictiva no maligna, quedó ya abordada en nuestro trabajo:
Francisco Báez Baquet Patologías cardiovasculares en expuestos al asbesto (I) «Rebelión», 15/06/2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199971
Además de todo lo ahí indicado, véase también: Gibbs et al. (1991), Özer et al. (2000), Fowler (1995), Tokuda et al. (2013), Khatri (2012).
La pericarditis constrictiva puede presentarse simultáneamente con la fibrosis retroperitoneal, en un mismo paciente: Ishizaka et al. (2012), Caiafa et al. (2013).
En humanos, incluso el propio miocardio puede llegar a estar afectado por una fibrosis, originada por el amianto: Kohama et al. (1996).
Fibrosis pleural difusa o engrosamiento pleural benigno
La fibrosis pleural difusa o engrosamiento pleural benigno, igualmente ya ha sido tratada en nuestro trabajo:
Francisco Báez Baquet El amianto y sus patologías pleurales “benignas” (I) «Rebelión», 07-09-2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202967
Nos remitimos, por consiguiente, a su contenido, prescindiendo de volver a tratarlo aquí. Al margen de lo ahí indicado por nuestra parte, véase también: Corris et al. (1988).
Como ya dejamos afirmado anteriormente, según varios de los trabajos de Uibu y colaboradores, el engrosamiento pleural acompaña, en simultaneidad, a la mayoría de los casos de fibrosis retroperitoneal.
Fibrosis mediastínica o retroesternal
Otro tanto ocurre (fibrosis extrapulmonar, inespecíficamente asociada a exposición al asbesto) con la fibrosis mediastínica o retroesternal, asimismo abordada en nuestro artículo:
Francisco Báez Baquet El amianto y sus patologías pleurales “benignas” (II) «Rebelión», 08-09-2015 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202968
Como ya dejamos dicho anteriormente, de forma excepcional se puede presentar simultáneamente en conjunción con la fibrosis retroperitoneal.
En O’Brien & Franks (1987), es relatado un caso de fibrosis pleural masiva y de fibrosis mediastínica, asbesto-relacionadas, determinantes de paraplejia.
En Debray et al. (2010), los autores presentan un caso de doble afectación, en un paciente expuesto al amianto, por fibrosis pleural y retroesternal, con el añadido de la angustia transitoria generada en el enfermo, por un equívoco diagnóstico de supuesta malignidad.
Un caso de doble afectación por calcificaciones pleural y mediastínica, con dolor torácico y disfagia, es presentado en: Gaissert et al. (2009). Se ignoraba si hubo exposición al amianto.
Conclusiones
Sin necesidad de tener que recurrir a aducir el rol de las metástasis o de los síndromes paraneoplásicos, es evidente que resulta restrictiva la caracterización como «enfermedades respiratorias» o de «patologías pulmonares» -o «pleuropulmonares»-, aplicada a las patologías asbesto-relacionadas. Razón de más, para que nunca deban de ser olvidadas, cuando se aluda, de forma genérica, a las enfermedades del amianto.
Los pacientes aquejados de estas enfermedades asbesto-relacionadas, de incidencia menos frecuente, no debieran de quedar perjudicados por esa mera circunstancia de relativa rareza, a la hora de tener que reivindicar una justa compensación por el daño sufrido.
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