lunes, 16 de abril de 2012

TRANSGÉNICOS, EL TIEMPO CONFIRMA TODOS LOS TEMORES

 

Los cultivos transgénicos se introdujeron en nuestra agricultura y alimentación hace ya más de 15 años, con la promesa de ayudar a solucionar muchos de los problemas de la agricultura. En aquel momento, grupos ecologistas y movimientos campesinos se opusieron de forma frontal. Se invocaba el principio de precaución, la incertidumbre que suponían liberar a estos nuevos seres vivos al medio ambiente, sus potenciales impactos ambientales, sobre la salud, sobre el modelo agrario, el peligro de autorizar patentes sobre la vida…

Quince años después, el tiempo ha confirmado todos los temores. A pesar de las dificultades para realizar una investigación independiente, existen ya sobradas evidencias científicas como sobre el terreno de sus graves impactos sociales, ambientales y económicos; además de su incompatibilidad con un modelo de agricultura social y sostenible en el marco de la Soberanía Alimentaria.

El pasado mes de noviembre, tuvimos la oportunidad de compartir muchas de estas nuevas evidencias en unas jornadas científicas internacionales organizadas por Amigos de la Tierra, la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), COAG, Ecologistas en Acción, Greenpeace y Plataforma Rural. Algunas de las personas más relevantes y expertas de muchas disciplinas afectadas por los transgénicos se acercaron a Madrid para debatir sobre estos temas. Porque aunque el debate sobre los transgénicos es un debate social, ya que la sociedad en su conjunto se ve implicada por su introducción, el componente científico es fundamental. Pero no un debate centrado sólo en la biotecnología. Para abordar el problema en su conjunto hay que hablar de ecología, de economía, agronomía, sociología, derecho…. Y por supuesto de los impactos en el campo y en el medio rural.

Oponerse a los cultivos transgénicos no es oponerse a la ciencia

Es común que cuando se defiende una postura contraria a la introducción de transgénicos en la agricultura, se hagan acusaciones de posturas anticientíficas. Christian Vélot, profesor de genética molecular en la Universidad de París, planteaba la falsedad de este argumento. «Oponerse a las semillas transgénicas no supone estar contra otros avances científicos, como las medicinas producidas a partir de transgénicos en el laboratorio (insulina para diabéticos) o a la investigación básica en ambientes cerrados. No es lo mismo la investigación médica en ambientes cerrados para investigar el funcionamiento de tejidos y células, que liberar nuevos seres vivos al medio ambiente. Una vez liberados los organismos modificados genéticamente al medio ambiente, se presentan riesgos ambientales, socioeconómicos y sanitarios situados en un plano del todo diferente a la aplicación de estas tecnologías en laboratorio. Son dos mundos».

La biotecnología genera mucha incertidumbre

Mientras que la doctrina oficial nos dice que los transgénicos son los alimentos más evaluados y seguros de la historia, Christian Vélot nos reconocía que aunque las empresas hablan de una «precisión quirúrgica, si los cirujanos manejasen lo quirúrgico como los biólogos moleculares manejamos las técnicas de ingeniería genética, yo no aconsejaría a nadie que entrase en el quirófano jamás». Michael Antoniou, del Departamento de Genética Molecular y Médica de la Facultad de Medicina del King’s de Londres -que también trabaja con ingeniería genética en ambientes confinados- nos planteaba la imprudencia de confiar en los resultados de una ciencia sesgada y orientada por los intereses de las multinacionales como Monsanto. «Los nuevos descubrimientos sobre genética revelan que el funcionamiento a este nivel es mucho más complejo de lo que nos quiere vender la industria, y que los cultivos transgénicos en el mercado se basan en unos conceptos científicos ya superados y anticuados».

Impactos ambientales demostrados y no adecuadamente evaluados

Durante los últimos años hemos conocido muchos de los impactos ambientales de los transgénicos. Mientras países como Alemania han prohibido su cultivo, entre otros motivos por sus impactos sobre la biodiversidad, la fauna del suelo o los ríos o porque aparecen cada vez más plantas resistentes al herbicida glifosato; o incluso EEUU reconoce la generación de resistencias en los insectos que algunos maíces transgénicos quieren combatir; en países como España no se le está dando seguimiento a este tipo de impactos.

Sin embargo, investigadores como Mª Carmen Jaizme, Coordinadora de Programas de Investigación y Directora del Departamento de Protección Vegetal del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), corroboraba los impactos de los cultivos transgénicos sobre la fertilidad de los suelos, al interferir con los microorganismos y hongos que viven en ellos.

Angelika Hilbeck, investigadora suiza del Instituto Federal Suizo de Tecnología planteaba las carencias de la evaluación ambiental que de los transgénicos se hace en Europa. «Según como formulamos los problemas, en muchos casos, llegaremos a conclusiones diferentes. Si de entrada se excluyen de la investigación cierta clase de posibles efectos adversos, evidentemente no se encontraran evidencias de los mismos. Por ejemplo, si no se consideran los efectos sobre la biodiversidad de los herbicidas de amplio espectro, como el glifosato asociado a la agricultura transgénica; o los efectos crónicos, subletales o indirectos de la proteína insecticida Bt que expresan muchas variedades de plantas transgénicas, no tendremos respuesta a estas preocupaciones. La actual evaluación de riesgos realizada por las autoridades y promovida por las empresas cubre un margen muy estrecho».

Y más teniendo en cuenta lo que nos enfatizaba Antonio Gómez Sal, Catedrático de Ecología de la Universidad de Alcalá de Henares: «los graves impactos que los cultivos transgénicos pueden suponer pérdida de biodiversidad y, en definitiva, de estructura y complejidad en los agrosistemas».

Impactos sociales y económicos ignorados

Rosa Binimelis, investigadora del Centre de Recerca en Economia i Desenvolupament Agroalimentari (CREDA) de la Universidad Politécnica de Cataluña mostraba cómo los impactos socioeconómicos de los transgénicos, que en el Estado Español son enormes, no son tenidos en cuenta en la evaluación de los mismos. Sólo en un país, Noruega, se consideran aspectos como la sostenibilidad, el interés público y la ética, tanto en los países productores como los importadores. Y evidentemente, Noruega no ha autorizado ningún cultivo transgénico.

Denunciaba Rosa lo que denominaba la ‘presión modernizadora’: Según un técnico de una cooperativa agraria entrevistado para sus investigaciones «Pioneer es quien más vende ahora, porque el gen de Syngenta es viejo y la gente siempre quiere lo último en tecnología». Y en este sentido Julio César Tello, Catedrático de Producción Vegetal de la Universidad de Almería, nos instaba a distinguir entre modas comerciales y auténtico progreso, y marcaba la importancia de la sostenibilidad y el principio de precaución como marco ético dentro del cual movernos. Es el marco ético el que debe encauzar el progreso.

Desde el punto de vista de un productor ecológico, Antonio Ruiz, ex presidente del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica, nos recordaba los numerosos casos de contaminación genética que han sufrido los agricultores aragoneses y catalanes que apostaron por el maíz ecológico, con sus consecuentes pérdidas. Una alternativa que es rentable, ambiental y socialmente, es marginada y maltratada por las autoridades públicas en favor de los intereses de unas multinacionales.

Y desde un punto de vista de la cadena alimentaria en su conjunto, Julien Milanesi, economista e investigador asociado a la Universidad de Pau, Francia, nos explicaba que «el incremento de costes que suponía el cultivo de transgénicos en Francia -cuando estaba permitido- recaía directamente sobre aquellos productores y productoras, procesadores o empresas que querían ofrecer alimentos libres de transgénicos.

Indefensión jurídica

Hay una materia a menudo olvidada en el análisis de la situación de los transgénicos, y este es el análisis jurídico. Ana Carretero, profesora de Derecho Civil y Vicedecana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Castilla – La Mancha, nos recordaba «la increíble e intolerable indefensión jurídica que sufren en el Estado Español tanto agricultores y agricultoras como las personas consumidoras frente a la imposición de los transgénicos». Y animaba a utilizar las herramientas de las que aún disponemos en la legislación para hacer frente al poder de estas multinacionales.

Daños sobre la salud

Una de las grandes incertidumbres de los cultivos y alimentos transgénicos son los potenciales riesgos para la salud. Siempre han faltado estudios independientes, estudios a largo plazo. Ha sido una de las áreas mantenidas más oscuras por multinacionales y gobiernos. Se sospechó de posibles generaciones de alergias, de toxicidad a largo plazo… Pero las investigaciones de personas como Gilles Eric Serallini, Catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Caen han encontrado efectos inesperados significativos en los experimentos hechos por la propia Monsanto. Los animales con los que se experimentó reflejaron toxicidad renal y hepática, entre otros efectos. «Con pruebas nutricionales en animales, no hay cultivos transgénicos rentables. Sólo lo son si no se le piden estas pruebas… que sin embargo serían esenciales para poder hablar de seguridad sanitaria. Sólo se comercializan transgénicos porque la evaluación científica es deficiente» concluía Serallini.

Y acusaba a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) de ser, más que una autoridad científica, un lobby. Y no es de extrañar después de todos los casos de conflicto de intereses y paso constante desde esta agencia que evalúa los transgénicos a la industria.

Una ciencia más democrática y socialmente comprometida

Uno de los aspectos fundamentales de todas las jornadas fue la patente necesidad de una ciencia más democrática, y de una mayor implicación social de científicos y tecnólogos. Cuando hablamos de alianzas en la lucha contra los transgénicos y en la construcción del movimiento por la Soberanía Alimentaria, la parte académica es fundamental. La Red Europea por una Ciencia Social y Ambientalmente Responsable (ENSSER en sus siglas en inglés), a la que pertenecen muchos de los participantes de las jornadas, es un buen ejemplo.

La necesidad de un cambio de modelo

Para cerrar las jornadas, se insistía en la necesidad de apostar por una mayor conciencia ecológica y un modelo de agricultura respetuoso con el medio, alejado del modelo de agricultura industrial que representan los cultivos transgénicos.

Un modelo que pasa por la agricultura campesina. O como nos recordaba Jeromo Aguado, campesino, «queremos seguir siendo campesinos y campesinas, no queremos ser dependientes, queremos ser autónomos, queremos producir alimentos sanos, para las personas, y no para los mercados. Queremos producir nuestras semillas, que siempre han sido muy productivas, no productivistas. Y queremos vivir en los pueblos. Viviendo en los pueblos es la única forma de mantener nuestras culturas».

(*) David Sánchez, de Amigos de la Tierra



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La Campaña NO A LA ECONOMIA VERDE


Lejos de una reunión anodina de Naciones Unidas, Río+20, a realizarse en junio de 2012, se anuncia como un escenario de disputa, porque podría ser clave para un reordenamiento discursivo y geopolítico global, consolidando nuevos mercados financieros con la naturaleza y más control oligopólico de los recursos naturales, legitimando nuevas tecnologías de alto riesgo y creando las bases de una nueva estructura de gobernanza ambiental global que facilite el avance de una “economía verde” en clave empresarial.

¿A qué se refiere la economía verde?

Para muchas personas y organizaciones, “economía verde” puede tener un significado positivo, asociado a producción agrícola orgánica, energías renovables, tecnologías limpias. En los movimientos existe una diversidad de propuestas de economías alternativas, socialmente justas, culturalmente apropiadas y ecológicamente sustentables. Sin embargo, la noción de “economía verde” que se está manejando desde los gobiernos va por un camino opuesto. Se trata básicamente de renovar el capitalismo frente a las crisis, aumentando las bases de explotación y privatización de la naturaleza.

Ya en la Eco’92 las trasnacionales empleaban maquillaje verde. Intentaban hacer una cortina de humo sobre su responsabilidad en la devastación ambiental, apoyando proyectos de conservación o “educación” ambiental, sellos verdes, etc. Pero sobre todo, afirmando que no había necesidad de cambiar el modelo de producción y consumo, ya que con tecnología para mayor eficiencia energética y otras, se podía llegar a soluciones de “ganar-ganar”, donde las empresas seguirían lucrando mientras mejoraban el ambiente con negocios “verdes”.

El planteo de la nueva economía verde sigue este camino, pero es más preocupante, tanto por la expansión de la mercantilización de la naturaleza y los ecosistemas –y el impacto en los pueblos que dependen de ellos–, como porque las nuevas tecnologías a las que se refieren ahora, explícitamente o no, –como nanotecnología, transgénicos, biología sintética, geoingeniería– implican enormes riesgos.


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La ilusión de una economía verde no alcanza. Sólo nuevas mentes y nuevos corazones gestarán otro futuro



Para garantizar una producción necesaria para la vida, que no estrese ni degrade la naturaleza, es necesario algo más que la búsqueda de lo verde. La crisis es conceptual y no económica. La relación con la Tierra tiene que cambiar. Somos parte de Gaia y mediante nuestra actuación cuidadosa la volvemos más consciente y con más oportunidad de asegurar su vitalidad.
Todo lo que hagamos para proteger el planeta vivo que es la Tierra contra factores que le quitan su equilibrio y provocan, como consecuencia, el calentamiento global, es válido y debe ser apoyado. En realidad, la expresión "calentamiento global” esconde fenómenos como sequías prolongadas que diezman cosechas de granos, grandes inundaciones y vendavales, falta de agua, erosión de los suelos, hambre, degradación de 15 de los 24 servicios enumerados en la Evaluación de Ecosistemas de la Tierra (ONU), y que son responsables de la sostenibilidad del planeta (agua, energía, suelos, semillas, fibras, etc.). La cuestión central ni siquiera es salvar la Tierra. Ella se salva a sí misma y, si fuera preciso, lo haría expulsándonos de su seno. Pero ¿cómo vamos a salvarnos nosotros mismos y a nuestra civilización? Esta es la pregunta real, ante la cual la mayoría se encoge de hombros.
La producción de bajo carbono, los productos orgánicos, la energía solar y eólica, la mayor disminución posible de la intervención en los ritmos de la naturaleza, buscar la reposición de los bienes utilizados, el reciclaje, todo lo que viene bajo el nombre de economía verde son los procesos más buscados y difundidos. Y es recomendable que se imponga ese modo de producir. Así y todo no debemos ser ilusos y perder el sentido crítico. Se habla de economía verde para evitar la cuestión de la sostenibilidad, porque ésta se encuentra en oposición al actual modo de producción y de consumo, pero en el fondo aquella (la economía verde) se sirve de medidas dentro del mismo paradigma de dominación de la naturaleza. No existe lo verde y lo no verde. Todos los productos contienen en las distintas fases de su producción elementos tóxicos para la salud de la Tierra y de la sociedad. Hoy mediante el Análisis del Ciclo de Vida podemos exhibir y monitorizar las complejas interrelaciones entre las distintas etapas: la extracción, el transporte, la producción, el uso y el descarte de cada producto y sus impactos ambientales. Ahí queda claro que el pretendido verde no es tan verde como parece. Lo verde representa solamente una etapa de todo el proceso. La producción nunca es del todo ecoamigable.
Tomemos como ejemplo el etanol, considerado como energía limpia y alternativa a la energía fósil y sucia del petróleo. Es limpio solamente en la boca de la bomba de suministro. Todo el proceso de su producción es altamente contaminante: los productos químicos aplicados al suelo, las quemas, el transporte en grandes camiones que emiten gases, los líquidos efluentes y el bagazo. Los pesticidas eliminan bacterias y expulsan las lombrices que son fundamentales para la regeneración de los suelos; sólo vuelven después de cinco años.
Para garantizar una producción necesaria para la vida, que no estrese ni degrade la naturaleza, es necesario algo más que la búsqueda de lo verde. La crisis es conceptual y no económica. La relación con la Tierra tiene que cambiar. Somos parte de Gaia y mediante nuestra actuación cuidadosa la volvemos más consciente y con más oportunidad de asegurar su vitalidad.
Para salvarnos no veo otro camino que el indicado por la Carta de la Tierra: "el destino común nos convoca a buscar un nuevo comienzo; esto requiere un cambio en la mente y en el corazón; demanda un nuevo sentido de interdependencia global y de responsabilidad universal” (final).
Cambio de mente: adoptar un nuevo concepto de Tierra como Gaia. Ella no nos pertenece a nosotros, sino al conjunto de los ecosistemas que sirven a la totalidad de la vida, regulando su base biofísica y los climas. Ella creó toda la comunidad de vida, no sólo a nosotros. Nosotros somos su porción consciente y responsable. El trabajo más pesado lo hacen nuestros socios invisibles, verdadero proletariado natural, los microorganismos, las bacterias y los hongos, que son miles de millones en cada cucharada de tierra. Ellos son los que sustentan efectivamente la vida desde hace 3,8 miles de millones de años. Nuestra relación con la Tierra debe ser como la que tenemos con nuestras madres: de respeto y gratitud. Debemos devolver, agradecidos, lo que ella nos da y mantener su capacidad vital.
Cambio de corazón: además de la razón instrumental con la cual organizamos la producción, necesitamos la razón cordial y sensible, que se expresa por el amor a la Tierra y por el respeto a cada ser de la creación porque es nuestro compañero en la comunidad de vida, y por el sentimiento de reciprocidad, de interdependencia y de cuidado, pues esa es nuestra misión.
Sin esta conversión no saldremos de la miopía de una economía verde. Sólo nuevas mentes y nuevos corazones gestarán otro futuro. 
Leonardo Boff - Filósofo y escritor solidarios.org.es


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Potente crítica a "Economía Verde" de Naciones Unidas


El defecto fundamental del informe del PNUMA "Hacia una Economía Verde" es su incapacidad para analizar las relaciones de poder extraordinariamente desiguales que existen en el mundo actual, y los intereses en juego en el funcionamiento de este sistema económico mundial.

Por: Edgardo Lander
Transnational Institute
06 de diciembre de 2011

A lo largo de sus centenares de páginas, el informe del PNUMA "Hacia una Economía Verde" (2011) presenta muchas reflexiones valiosas sobre posibilidades de alteraciones en los patrones productivos, en la industria, en la agricultura, en la organización de las ciudades, en los sistemas constructivos, en el transporte. Recoge igualmente una amplia gama de ricas experiencias de tecnologías alternativas, del uso de energías renovables, y de novedosos regímenes regulatorios que existen en diferentes partes del mundo. Esto permite reconocer que hay hoy en todo el planeta procesos de búsqueda de alternativas a la lógica destructora de los modelos productivos y de consumo hoy hegemónicos. Esto debe ser reconocido como una importante contribución del informe a los debates sobre las alternativas. Sin embargo, son mucho más notorias las ausencias.
Correspondiendo a la lógica “light” que caracteriza a la mayor parte de los documentos de este tipo, en este informe se obvian por completo todos los asuntos más polémicos creando así una ficción de un mundo que no opera en base a intereses, sino sobre la posibilidad de construcción de consensos que beneficien a todos.
Un ejemplo de los temas ausentes es el caso de la guerra y de la industria bélica, una de las dinámicas más humana y ambientalmente devastadoras existentes en el mundo actual. Tanto en términos de los masivos insumos materiales y energéticos utilizados para la fabricación y transporte de los equipos militares, como de los impactos, con consecuencias a largo plazo, de su utilización en los conflictos bélicos, se trata de una dimensión central de la lógica destructiva hoy imperante. Aparentemente se trata de un tema tabú que no pueden abordar los organismos internacionales sin ofender a los Estados Unidos.
Pero aún más esencial es la ausencia absoluta de toda consideración del significado de las extraordinariamente desiguales relaciones de poder existentes en el mundo contemporáneo, y los intereses que están en juego en la operación de este sistema mundo. Habla el informe reiteradamente de politicas, pero nunca de política, nunca del poder. Con relación a la política, los autores se declaran neutrales, afirman que la “economía verde no favorece a una u otra corriente política, ya que es pertinente para todas las economías, tanto las controladas por el Estado como las de mercado”. Los redactores de este informe parecen vivir en un mundo de fantasía en que los gobiernos son democráticos y toman sus decisiones sobre la base de la voluntad de las mayorías y de las necesidades del bienestar de las presentes y futuras generaciones. Parecen creer (o pretenden hacernos creer) que los regímenes políticos contemporáneos y los denominados “formuladores de políticas”, cuentan con la capacidad para imponer normas de comportamiento a las corporaciones y a los mercados financieros. Parecen suponer que el capital financiero y las empresas transnacionales que están operando como agentes activos de la acelerada devastación del planeta, no lo hacen porque esto corresponda a las formas en que buscan maximizar sus tasas de ganancia a corto plazo, sino porque no cuentan con suficiente información, o porque no reciben señales suficientemente claras por parte de los marcos regulatorios dentro de los cuales operan.
Estos redactores optan por ignorar que la capacidad de los sistemas políticos contemporáneos para establecer regulaciones y restricciones a la libre operación de los mercados -aunque estás sean exigidas por una muy amplia mayoría de la población- está severamente limitada por el poder político y financiero de las corporaciones. Esto es particularmente evidente en los Estados Unidos. Ninguna política de regulación ambiental, y ningún compromiso internacional, puede ser asumido por el gobierno de dicho país si no cuenta previamente con el visto bueno de las grandes corporaciones potencialmente afectadas. Estas, que de, hecho tienen capacidad de vetar las políticas con las cuales no están de acuerdo. Esto lo han demostrado en forma contundente en el freno a todo compromiso de los Estados Unidos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en las negociaciones de cambio climático de las Naciones Unidas, y la forma como han impedido la aprobación hasta de las normas ambientales más tímidas que se han propuesto en estos últimos años. Para los gobernantes, el costo político de afectar los intereses corporativos es, simplemente, demasiado elevado.
Las políticas de ajuste estructural con las cuales los gobiernos europeos han respondido a la actual crisis, llegando inclusive a una reforma constitucional en España, se realizan con el fin de responder a las exigencias cada vez más precisas que formulan “los mercados”. Con esto se vienen dando nuevos pasos en el socavamiento de toda noción de democracia y en la dirección de niveles crecientes de concentración, tanto de la riqueza, como del poder de toma de decisiones a escala global.
En estas condiciones, el listado de recomendaciones, el conjunto de propuestas de políticas que el PNUMA pide a los gobiernos del mundo que negocien e implementen, no pasa de ser la expresión ingenua de muy buenos deseos, sin posibilidad alguna de alterar el rumbo actual del planeta. Ninguna propuesta que parta de ignorar por completo las realidades de la geopolítica contemporánea tiene posibilidad alguna de realizar aportes significativos a los retos globales que hoy enfrentamos.
Esto lo tienen claro los movimientos de resistencia que luchan hoy en todo el mundo. Por ello es poco probable que se dejen entrampar con las falsas promesas de la economía verde.

Profesor titular de Ciencias Sociales de la Universidad Central de Venezuela
Edgardo Lander es uno de los más destacados pensadores y autores sobre la izquierda en Venezuela. Participa activamente en los movimientos sociales del continente americano que derrotaron el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCAN).
Es miembro del grupo de investigación sobre Hegemonías y Emancipaciones del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y de la junta editorial de la Revista
Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. Actualmente, forma también parte del comité ejecutivo del Consejo Hemisférico del Foro Social de las Américas.
Entre sus publicaciones, como autor o editor, cabe destacar Contribución a la crítica del marxismo realmente existente: Verdad, ciencia y tecnología; La ciencia y la tecnología como asuntos políticos; Límites de la democracia en la sociedad tecnológica; Neoliberalismo, sociedad civil y democracia.



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sábado, 31 de marzo de 2012

Los Bosques en Bolivia




Los bosques naturales en Bolivia abarcan un área de 53.4 millones de hectáreas, representando 48% de la superficie del país y el 1.28% mundial, concentradas en la porción oriental (Santa Cruz, Beni, La Paz y Pando). Esto representa casi el 10% de los bosques tropicales existentes en América del Sur.
Los bosques tropicales se encuentran en los llanos del norte y este del país, en los que se han identificado seis ecozonas forestales.

  • El bosque siempre verde de tierras bajas, formación extensa que ocupa la región amazónica de Bolivia y se caracteriza por la alta precipitación.
  • El bosque de Yungas se encuentra en los valles húmedos de la cordillera de los Andes, en los departamentos de Cochabamba y La Paz.
  • El bosque húmedo subtropical es la zona comercialmente más importante y se caracteriza por un bosque diverso con más de 100 especies potencialmente maderables.
  • El bosque bajo semihúmedo se encuentra mayormente en la Chiquitania, donde la precipitación disminuye progresivamente hacia el este.
  • El bosque montano semihúmedo se extiende hacia el sur, es menos productivo y llega hasta alturas de 2.000 msnm.
  • El bosque bajo semiárido está ubicado en la región del Gran Chaco, en el sudeste del país

La Destruccion de los Bosques Bolivianos

Gran parte de esta destrucción es causada directamente por actividades humanas en los bosques. Las industrias ganadera, agrícola, minera, petrolera y forestal son algunas de estas actividades. Algunos bosques están siendo destruidos debido a cambios en las condiciones climáticas a nivel global, resultando en sequías inusuales, inundaciones y otras formas de degradación forestal. Las actividades humanas están causando algunos de estos cambios climáticos. Por consecuencia, no importa cuan lejos vivamos cada uno de nosotros de un bosque. Todos somos directa e indirectamente responsables por la destrucción de nuestros bosques.
Existen literalmente cientos de cosas que podríamos hacer para ayudar a salvar nuestros bosques. Algunas de ellas son relativamente fáciles de llevar a cabo y requerirían de muy poco esfuerzo de nuestra parte. Si cada uno de nosotros hiciera tan solo unos cuantos pequeños cambios en nuestro modo de vivir, el resultado combinado de nuestros esfuerzos sería sustancial. El problema es que muchas personas no están dispuestas a renunciar algunas de las conveniencias o lujos con cuales se han acostumbrado a vivir. Quizás si más personas entendieran cuan serias son en realidad las consecuencias de la deforestación, se preocuparían mucho más por tomar los pasos necesarios para salvar nuestros bosques.

Los bosques están siendo destruidos a ritmos inimaginables a nivel global. Será que nuestros bosques están siendo destruidos tan rápidamente que la realidad nos resulta ser casi incomprensible? O será que los que no vivimos cerca de ellos no entendemos cómo nuestras acciones afectan bosques que se encuentran a cientos o miles de kilómetros de distancia? Informémonos un poco acerca de nuestra situación local. La Organización de Naciones Unidas declaró 2011 como el Año Internacional de los Bosques. Por tanto quisiéramos compartir unos datos importantes acerca de nuestros bosques bolivianos.

Mientras leas los datos a continuación, mantén en mente que más del 20 por ciento del oxigeno del mundo es producido en el Amazonas, más de la mitad de las casi 10 millones de especies de plantas, animales e insectos viven en los bosques húmedos tropicales, una quinta parte del agua fresca del mundo proviene de la cuenca del Amazonas, una hectárea puede contener hasta 750 tipos de árboles y 1500 especies de plantas, por lo menos el 80% de la dieta del mundo desarrollado origina en nuestros bosques tropicales, y la cantidad de especies de peces en el Amazonas es mayor a todas las especies encontradas en el Oceano Atlántico.




Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

domingo, 18 de marzo de 2012

ARMA DE CASA.


Luís Rico  Cantautor


  
En marzo de 1983, diez mil mineros llegaron a ciudad de La Paz mientras, Don Hernán Siles Suazo, perdido en su laberinto de soledad, pensaba en cómo abatir la hiperinflación.
Los mineros recorrían la ciudad para concentrarse en la Plaza San Francisco mientras Jaime Paz Zamora pensaba en abandonar al Presidente de la República.
Los mineros  tomaban la Avenida Camacho para hacer explotar sus cachorros de dinamita envueltos en dólares, mientras Víctor Paz Estensoro pensaba en acortar el mandato del otrora entrañable amigo, el presidente Hernán Siles Suazo.
Los mineros escuchaban el discurso de Don Juan Lechín Oquendo que daba la bienvenida a los mineros mientras los militares renovaban sus fuerzas para retomar el poder.
Los mineros se daban cuenta que entre ellos estaban sus compañeras, sus mujeres que habían abandonado la humilde cocina de las minas para defender el salario de sus maridos pagado con fajos de dinero que no servía para nada, mientras Dante Pino, entonces dirigente máximo del sindicato de trabajadores del Banco Central, arrojaba dinero devaluado desde el piso 20 del edificio más alto de la calle Mercado y Ayacucho.
Los mineros pasaban por la Universidad Mayor de San Andrés, eran coreados por los universitarios mientras los dirigentes políticos apoyaban a Víctor Paz iniciando la era de la democracia pactada y corrupta.
Liber Forti asesor cultural de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia nos convoca a todos los artistas comprometidos para hacer un concierto en el Teatro al Aire Libre donde los dirigentes: El Filemón Escobar, Don Juan Lechín, el Huracán Ramírez, Don Víctor López, El Simón Reyes, Jorge Saral, sorprendidos por la presencia de las mujeres de los trabajadores que organizadas, venían a marchar junto a los compañeros mineros para lograr los objetivos.
Qué objetivos? preguntábamos a los dirigentes y las respuestas eran difíciles de entender. Las palabras se mezclaban con las imágenes del Che, la bandera roja con la hoz y el martillo dividida en diez pedazos, la marcada ausencia de Marcelo Quiroga Santa Cruz, líder del Partido Socialista 1, la vital presencia de Róger Cortéz del Partido Socialista en ayuno y de Ramiro Velasco, líder del Partido Socialista Humo. (A decir de Coco Manto) Eran confusas las respuestas de las izquierdas mientras la derecha seguía rompiéndose los nudillos tocando las puertas de los cuarteles.
Las únicas que sabían la respuesta, eran las cocineras, las mujeres de las minas, las mamás de esos niños que quedaron en el campamento, las amas de casa.
EL COMITÉ DE AMAS DE CASA DE LAS MINAS DE BOLIVIA. Tímidamente repartido entre los dirigentes mineros nos hacían comprender que la lucha era para llenar la olla y alimentar a sus wawas. Por eso, y a todo pulmón, en ese escenario que tenía las graderías con olor a copajira, canté la canción:
Armas de Casa.
Las mujeres de las minas
Que solo eran amas de casa
Por las conquistas sociales
Se han vuelto “armas de casa”

Señora de cuello alto
Aprendan esta lección
Hay que tener su coraje
Para construir esta nación.
Ahí estaba Domitila Chungara que me preguntó ¿Por qué has cantado pues, esa canción comparádonos con armas de casa? ¿Quién nos va a disparar pues? Y yo le respondí. –Ustedes nomás pues compañera! porque los compañeros mineros van a tardar en entender la igualdad de la lucha por las reivindicaciones sociales. Allá comenzó nuestra amistad.
Algunas veces le hablaba como hermana, otras veces como madre. Hoy martes de 13 de Marzo ha partido. Solo yo se dónde estará a partir de mañana. Ha de ser fácil encontrarla porque en este infierno y en el cielo que le toca forjar, la imagen de una heroína del siglo XXI es notoria. Hasta pronto Domitila.

Luís Rico     Cantautor 




madalbo@gmail.com

Domitila Chungara: luchadora íntegra



Domitila Chungara: luchadora íntegra
Domitila ha muerto como vivió: de manera sencilla y entre la gente de su pueblo
El cáncer acabó finalmente con Domitila Chungara, la indomable minera que luchó infatigablemente contra las dictaduras militares que gobernaron Bolivia entre 1964 y 1982. El 7 de mayo próximo habría cumplido 75 años, la mayor parte de ellos dedicados a la lucha contra la explotación laboral y por conseguir las libertades democráticas. En 1967, el Gobierno del general René Barrientos intervino militarmente los distritos mineros para frenar una huelga. La represión se saldó con la muerte de decenas de hombres y mujeres en las minas de Catavi y Siglo XX. La reacción indignada de Domitila le costó la vida de un hijo que murió al nacer en una celda tras ser golpeada y pateada por los militares que la detuvieron. Domitila continuó la lucha durante la dictadura del general Banzer que había enviado al ejército a ocupar otra vez los distritos mineros. En diciembre de 1977, con cuatro esposas más de trabajadores mineros, participó en una huelga de hambre, en el arzobispado de La Paz, exigiendo una amnistía política y el retorno a la democracia mediante elecciones generales. Una huelga que fue secundada rápidamente por miles de bolivianos en todo el país hasta arrancar de Banzer el decreto de amnistía y la promesa de elecciones a corto plazo. Esta victoria tuvo una gran repercusión internacional y Domitila y su organización, "Amas de casa de Siglo XX," se convirtieron en un importante instrumento de apoyo a los sindicatos de trabajadores mineros y en un referente para la lucha de las mujeres trabajadoras en el mundo. A partir de entonces, Domitila fue la portavoz de la lucha conjunta de trabajadores y trabajadoras contra el sistema de explotación capitalista y llevó esta convicción a múltiples Foros de Mujeres en el mundo. Domitila, la palliri, mujer dedicada a rescatar mineral entre los residuos o desmontes en los centros mineros bolivianos, se convirtió, por su valentía y convicción emancipadora, en un símbolo de la lucha por la emancipación laboral y femenina. Una lucha en la que la mujer no debía luchar contra el hombre, sino contra el sistema de dominación económica, política y cultural de los pueblos. Su constancia en la lucha y la resonancia de sus dos libros testimoniales que tuvieron difusión mundial, "Si me permiten hablar" y "Aquí también Domitila", la llevaron a ser nominada para el Premio Nobel de la Paz en 2005. Fue Madre de once hijos, cuatro de ellos fallecidos, y en la década de los ochenta tuvo que exiliarse varias veces a diferentes países europeos. En su etapa de exilio en Francia fue cuando la conocimos y compartimos con ella sus esfuerzos solidarios hacia el pueblo boliviano. Cuando pudo volver a Bolivia se instaló en Cochabamba. Allí impulsó un centro de formación, la Escuela Móvil de Formación Sindical, destinada a las jóvenes de los barrios más empobrecidos de esa ciudad. Tras la muerte de esta infatigable luchadora minera, el Gobierno de Evo Morales decretó tres días de duelo, y la ministra de Comunicación, Amanda Dávila, la calificó como “una de las más importantes representantes de la lucha por la democracia en Bolivia”. No obstante, como lo ha revelado a la prensa el ex dirigente minero y fundador del Movimiento Al Socialismo (MAS), Filemón Escobar, el presidente Evo Morales rechazó a Domitila como su candidata a la vicepresidencia de Bolivia. En sus declaraciones, Escobar ha acusado, además, a las dirigentes masistas Leonilda Zurita y Silvia Lazarte de oponerse a que la ex lider minera pudiera postular por el MAS a una diputación a la Asamblea Cosntituyente en 2006-2007, precisando que "estas dos jovencitas cocaleras, cuando propuse la candidatura de Domitila, echaron el grito al cielo, y ahora lloran su muerte". Sea lo que sea, el echo es que Domitila ha muerto como vivió: de manera sencilla y entre la gente de su pueblo. Su fallecimiento, tras cinco días de estar internada en el Hospital Viedma de Cochabamba, fue debido a complicaciones pulmonares y renales, secuelas de las torturas y padecimientos durante la dictadura militar de Banzer y otras que siguieron tras breves periodos de democracia formal. Las informaciones que nos llegan de Bolivia enfatizan que, "pese a los múltiples reconocimientos y nombramientos de diferentes presidentes e instituciones sindicales y municipales, a los que se suman las distinciones de otros países, "Domi" optó por internarse en una cama de la sala común del Hospital Viedma para no gozar de ningún privilegio". Para nosotros es preferible que haya sido así y que, pese a las contradicciones humanas, podamos guardar de Domitila un recuerdo confirmando lo que ella siempre fue: una luchadora íntegra, solidaria y orgullosa de pertenecer a la clase de los explotados y dominados, a seguir al lado de la gente común. Ariane Gransac y Octavio Alberola



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Murió activista minera que combatió dictadura militar en Bolivia



Murió activista minera que combatió dictadura militar en Bolivia
La brasileña Moema Viezzer, investigadora en antropología social, recogió los testimonios de vida de Domitila Chungara en el libro “Si me permiten hablar…”.
Domitila Chungara, activista de derechos humanos y dirigente de las mujeres mineras, murió por un cáncer de pulmón en su domicilio en la ciudad de Cochabamba, centro de Bolivia.
Chungara, de 75 años, madre de siete hijos, lideró la resistencia civil en las minas de Bolivia durante la dictadura de Hugo Banzer Suárez en los años setenta del siglo XX.
Domitila Chungara fue la única mujer de la clase trabajadora que participó en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, organizada en México en 1975 por las Naciones Unidas.
Chungara representó al “Comité de Amas de Casa de Siglo XXI”, mina de estaño que está en el departamento boliviano de Potosí.
La brasileña Moema Viezzer, investigadora en antropología social, recogió los testimonios de vida de Domitila Chungara en el libro “Si me permiten hablar…”.
Chungara participó en enero de 1978 en una huelga de hambre junto al sacerdote Luis Espinal y otros activistas de derechos humanos para pedir al dictador Hugo Banzer el retorno de Bolivia al sistema democrático, pedido que surtió efecto porque en julio de ese año se convocaron elecciones nacionales.
Chungara inició en 1984 una batalla contra el cáncer de útero. Pero en 2008 se le diagnosticó un cáncer de pulmón que terminó con sus días.
El gobierno de Evo Morales declaró tres días de duelo sin suspensión de actividades en homenaje a la activista muerta en Cochabamba, informó hoy la ministra boliviana de Comunicación, Amanda Dávila./DPA


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Evo dice que el ambientalismo es un “nuevo colonialismo”


Bolivia y Colombia también acordaron cooperación en seguridad

El presidente Evo Morales se reunió ayer con su homólogo colombiano Juan Manuel Santos para abordar varios temas de cooperación entre ambos países.

Página Siete / La Paz - 16/03/2012




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