domingo, 28 de mayo de 2017

Urnas biodegradables, convertirse en un árbol después de morir



¿Y si no fuera necesario un epitafio que resuma la vida que se extinguió, sino una urna que signifique la transformación a una nueva forma de existencia? Las urnas biodegradables se han convertido en una alternativa ecológica mundial  en la cual las cenizas de un difunto se transforman en un árbol. 

La vida después de la vida a través de la naturaleza  es una de las frases que difunde  la marca Urna Bios, que ofrece  un receptáculo funerario donde se colocan las cenizas, un disco de expansión -que hace posible la aleación  de los elementos-,  y una mezcla especial de tierra con nutrientes donde se coloca la semilla. Juntos se  convertirán en un árbol.     

  Las urnas biodegradables  son la alternativa ecológica que la Funeraria Valdivia ofrece  desde este mes. "Se puede colocar las cenizas en su totalidad o sólo un parte de ellas. Las semillas con las que contamos son de pino, pero se  puede poner otro tipo de semilla o una planta germinada, si gustan. Después de haber elegido el lugar en donde se ubicará, la urna 100% biodegradable, se  entierra y cuida como a cualquier planta en crecimiento”, detalla  Adolfo Valdivia. 

Para Valdivia se trata de retornar a la vida a través de la naturaleza. El lugar en donde se entierran las cenizas no tiene que ser necesariamente un cementerio, aunque es una opción;  puede ser en el patio de una casa o en  un área verde  protegida. 
 
Las Urnas Bio    son importadas desde España y en éstas también  se puede incluir    cenizas de  mascotas para enterrarlas.     
Además de la cremación que se realiza después del fallecimiento, para Valdivia estas urnas son una opción  cuando los familiares deben retirar los restos óseos de sus difuntos de los nichos o sarcófagos del Cementerio General después de varios años. 

Según normativa municipal, los  cuerpos que son sepultados en el Cementerio General de La Paz no pueden ser removidos durante cinco años. Después de este tiempo, si no cuentan con las revalidaciones, son  trasladados a un depósito, ahí permanecen durante  cuatro meses. Si después de  ese tiempo no se reclaman los restos, los restos son cremados. 
 
Reducir el impacto
 
La  población mundial, según el último informe demográfico de la Organización de Naciones Unidas (2015), es de  7.350 millones de personas. Según el censo (2016) de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de lo Estados Unidos    se registra un promedio de 213.120 muertes al día en el planeta, lo que supone altos niveles de descomposición de residuos orgánicos.

Para el ingeniero ambiental  Gonzalo Mondaca, las urnas biodegradables constituyen una opción más eficiente del uso de materiales y reducción de recursos, como la madera. 
 
"A ello se suman los barnices y las sustancias químicas que se utilizan para sellar los ataudes que tienen un impacto en la microbiología de los suelos (...). Ahora que hay menos disponibilidad de madera y  de espacio surgen estas alternativas de entierro más amigables con el medio ambiente”, explica.        
 
 En el mundo existen varias opciones de urnas biodegradables, que además de  integrarse a la tierra  se pueden sumergir  en al agua, como en un lago.
 
En Cochabamba, la empresa Ecomarka elabora  urnas biodegradables con forma de hojas y  provee   plantines del vivero de la Escuela Forestal (ESFOR) de la Universidad Mayor de San Simón. 
 
Para Mondaca es preciso tomar en cuenta otras consideraciones respecto a la  cremación, ya que  no está suficientemente regulada. "Es necesario saber cómo se van a hacer los procesos de cremación, cómo se controlarán las emisiones de gases y qué precauciones tomar en el caso de que los restos  sean de  personas que han muerto por enfermedades infecciosas o transmisibles”, añade el ingeniero ambiental.      
 
Los servicios y el importe

El servicio funerario  más el servicio de cremación tiene un costo  de 9.500 bolivianos en la Funeraria Valdivia. Si sólo se requiere la cremación, tiene un precio de 8.000 bolivianos, que incluye trámites, transporte, incineración del cuerpo y entrega de las cenizas en una urna metálica. 
 
La cremación de restos a partir de los seis años asciende a  2.500 bolivianos. Por último,  el precio de la Urna Bios es de 200 dólares (alrededor de 1.400 bolivianos).    

"Hasta el momento la receptividad ha sido muy buena, hay varias personas que nos han contactado a través de nuestra página en Facebook para que les brindemos más información. De momento, tenemos 100 Urna Bios y también podemos realizar envíos a otras ciudades de Bolivia”, añade Valdivia.
 
Cómo generar un mayor impacto

 Para el biólogo Donovan Osorio, se puede  generar un impacto ambiental más importante si se incluyen semillas de árboles endémicos y naturalizados  que benefician al medio ambiente tomando en cuenta la polinización y dispersión de éstas.  
Se puede usar semillas de molle, qheñua o especies introducidas en el pasado y que tienen una relación con la fauna local. 
 
"En este momento, que tiene tanto significado emocional para las personas, se puede incorporar un criterio técnico, como  ampliar la diversidad de especies. Sería bueno que se explique, a las personas que  compren las urnas biodegradables, qué funciones y servicios ambientales dan ciertas especies al entorno, tomando en cuenta las ecoregiones, la cuenca y el paisaje de Bolivia donde serán enterradas las cenizas”, concluye Osorio. 

Si bien la muerte se concibe desde diferentes perspectivas dependiendo de las religiones y culturas, no es un tema común o grato para tratarlo en la cotidianidad. No obstante, y a pesar de que "lo único que nos separa de la muerte es el tiempo”, como manifestó Ernest Hemingway, ahora es posible pensar en volver a la tierra y transformarse en algo más que cenizas y  ser parte de otra vida.



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