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Gran parte del problema de deterioro ambiental en Argentina se debe al convencimiento de que los recursos naturales son ilimitados e invulnerables, a esto se le debe sumar la falta de una política adecuada, la ausencia de coordinación en la aplicación de las normas y a la insuficiencia de información y conciencia pública sobre la protección de la naturaleza.
Para hablar de política ambiental, tenemos que hablar de una política ambiental integral que debería implementarse tanto en los municipios, provincias y en la Nación, donde se tenga en cuenta, temas como: Educación Ambiental, Política Ambiental, Desarrollo Sustentable, Salud Ambiental, Deforestación, Biodiversidad… De otra manera, nos vamos a seguir equivocando en búsqueda de un paradigma ambiental que nos ayude a crecer.
Si bien el cambio climático es uno de los temas a los cuales le hay que prestar atención porque ya existen evidencias científicas de que se está produciendo ya que hemos podido observar algunos de los impactos y las consecuencias en el planeta. Este proceso está contribuyendo aceleradamente al aumento de la temperatura en todo el planeta… y no es el único tema ambiental del cual debemos preocuparnos.
Uno de los factores que influyen sobre el cambio climático es la poda de bosques y selvas o la deforestación ya que la perdida de árboles afecta la temperatura del clima y los patrones e intensidades de las lluvias, además, Los suelos de los bosques sin la protección de la cubierta arbórea, se secan rápidamente contribuyendo a la desertificación de los suelos.
En cambio, un bosque en buenas condiciones regula el clima global, alberga una gran riqueza biológica, y es el hogar de personas que dependen directamente de ellos para su subsistencia.
Los árboles desempeñan un papel crucial en la absorción de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. Tener menos bosques significa emitir más cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera y una mayor velocidad.
La problemática es enfrentar la construcción consensuada de una política ambiental nacional que atienda especialmente a la gobernabilidad del ambiente entre sociedad y autoridades, el apoyo financiero a las instituciones locales para la consulta e instalación de políticas a nivel local y la coordinación en la direccionalidad hacia la sustentabilidad.
Estoy convencido que mientras las partidas presupuestarias sean menores a las políticas de conservación, mayores serán los costos para mitigar los graves efectos como por ejemplo el cambio climático y la perdida de bosque y selvas.
En Argentina un análisis ambiental llevado a cabo por el Banco Mundial afirma que el costo por la degradación ambiental anual llegaría al 11 % del PBI (Producto Bruto Interno), lo que representan 47.300 millones de dólares por año. La degradación del suelo, la contaminación del aire, la deforestación y las inundaciones son los principales factores que se verán afectados.
Parece lógico que los fondos destinados para generar políticas de mitigación representen una suma considerable dentro del gasto público. Es sorprendente que solo el 0,2 % del presupuesto nacional para el 2017 sea destinado al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Es de esperar que las actuales autoridades trabajen para garantizar una respuesta adecuada a temas críticos como la problemática del agua, la protección de la biodiversidad, el ordenamiento ambiental y en la conservación y el uso de todos los recursos naturales que contribuyen a la calidad de vida de todos los argentinos.
No hay peor sordo que el que no quiere oír... No hay peor ciego que el que no quiere ver... No hay peor mudo que el que no quiere hablar.
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