viernes, 11 de septiembre de 2015

Si Bolivia quiere un reactor nuclear, debe decidir qué hacer con sus residuos tóxicos

Jorge Barón, un experto argentino en materia de energía nuclear, arribó a La Paz en pasadas horas para compartir sus experiencias con el gobierno.

La Paz, (ANF).- A nivel mundial, uno de los principales problemas para el desarrollo de energía nuclear, ya sea con fines medicinales, investigativos, energéticos y otros, es la gestión y tratamiento de residuos radiactivos, generados en el ciclo de producción de energía. Estos residuos son nocivos para el ser humano y el medio ambiente.
Jorge Barón, un experto argentino en materia de energía nuclear, arribó a La Paz en pasadas horas para compartir sus experiencias con el Ministerio de Hidrocarburos y explicó la necesidad de contar con soluciones tecnológicas que eviten el contacto de la gente o de la naturaleza con los residuos atómicos.
“Entre los efectos negativos que tiene una central nuclear el más importante de ellos es la gestión de los residuos que produce una central nuclear, para lo cual existen soluciones tecnológicas y que forman parte integral de los proyectos”, señaló.
Los residuos nucleares son materiales en forma gaseosa, líquida o sólida contaminados radiactivamente. Van desde elementos químicos de alta o mediana actividad radiactiva hasta herramientas, ropas o material diverso utilizado en una central de energía nuclear, considerados de baja actividad radioactiva, según un artículo del Consejo de Seguridad Nuclear de España. 
Estos residuos pueden suponer un riesgo para el ser humano y el medio ambiente debido a las radiaciones ionizantes que emiten. El aire, el agua, los alimentos, la tierra y otros pueden ser contaminados con estos químicos y a la postre pueden generar en el ser humano algún tipo de cáncer, malformaciones congénitas en mujeres embarazadas, hasta la muerte.
En Argentina existen tres centrales nucleares en funcionamiento: Atucha I y II y Embalse, destinados sobre todo para la generación de electricidad.  Además tiene otra central en construcción: Atucha III.
Barón explicó que Atucha II, por ejemplo, incorporó la gestión de residuos dentro de la misma central nuclear para evitar que sean un problema para la población. Generalmente, los residuos son depositados en bidones o turriles de acero que son solidificados con alquitrán, resinas o cemento.
En España, donde existen 10 reactores nucleares, existe un Consejo de Seguridad Nuclear que se encarga de controlar el almacenamiento de los residuos a través del proceso de solidificación. En tanto que en Estados Unidos o Finlandia, otra forma de almacenamiento es dentro de las formaciones geológicas estables.
“La ventaja de los residuos nucleares comparados con otros es que son muy fácilmente de controlar por que son radioactivos, entonces fácil saber donde están, cuántos son y los mantenemos controlados a lo largo del tiempo que hace falta”, apuntó el experto que trabajó en las centrales nucleares de Argentina.
Los residuos y mantenimiento suponen costos “inmensos”
A criterio del diputado alemán Klaus Barthel, que visitó Bolivia a principios de este año, en Europa y en EEUU se está frenando la construcción de plantas atómicas, porque sus costos de mantenimiento y reparación son inmensos.
Por ejemplo, uno de los últimos proyectos nucleares en desarrollo es la de Finlandia. Originalmente estaba previsto que la planta cueste 3.000 millones de euros (3.400 millones de dólares), pero el proyecto a excedido su precio a casi 9.000 millones de euros (10.200 millones de dólares) por al menos 1.500 defectos de calidad y seguridad, como problemas con la losa base de hormigón, la vasija del reactor, el presionador y otros.
Pero más allá de estos problemas, el principal es la gestión de los residuos. Según Barthel, no se tiene en ninguna parte del mundo una solución definitiva para el tratamiento y almacenamiento de residuos atómicos provenientes de estas plantas.
“Por esta razón también los costos van a ser muy altos, puesto que los consorcios que han construido las plantas nucleares tienen que retener capital destinado al desmantelamiento de las plantas y al tratamiento posterior de residuos”, explicó el diputado alemán, de acuerdo con un reporte de Página Siete.
Bolivia y sus inversiones nucleares e incidencia en la región
Bolivia aún está en los inicios del desarrollo de la energía nuclear. El interés del gobierno de Evo Morales es usar esta energía con fines medicinales. Para ello estimó una inversión de 2.000 millones de dólares hasta el 2025 y anticipó que el primer reactor nuclear será instalado en el departamento de La Paz.
En comparación con Argentina, la central nuclear de Atucha I cuenta con 19 reactores. La instalación de este tipo de industria conlleva, según Barón, un proceso de entre seis a 10 años. Para el caso de reactores de investigación o de uso médico, como pretende Bolivia, los plazos “son mucho más cortos”, apuntó.
“El costo de una central moderna de una potencia que se comercializan hoy en el mundo está en el orden de los 700 a 800 megavatios de potencia y está entre los 2.000 a 3.000 millones de dólares. Son inversiones grandes”, mencionó el experto que brindó su conferencia en instalaciones del Ministerio de Hidrocarburos.
En América Latina, sólo Argentina, Brasil y México cuentan con centrales nucleares. Brasil cuenta con dos que están en funcionamiento desde 1985 y 2001. México también cuenta con dos centrales en operación desde 1990 y 1995.
Los antecedentes de Chernobyl y Fukushima
Al hablar de energía nuclear, aún quedan en el recuerdo las catástrofes de Chernobyl (1986) y Fukushima (2011). El primero se dio por el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior y derivó en la muerte directa de 31 personas y la evacuación de 116.000 personas. La crisis provocó una alarma internacional por radiactividad en al menos 13 países de Europa central y oriental.
En el segundo caso, todo inició con un terremoto y tsunami que rebasaron las defensas de la central nuclear de Fukushima, que terminó por generar fallos en los sistemas de refrigeración, triple fusión del núcleo y liberación de radiación al exterior producto de una explosión de reactores. Los dos hechos son considerados como las mayores tragedias nucleares en la historia mundial.
A continuación puede observar un mapa que se hizo en 2012 por  el sitio web http://esmateria.com/ y que muestra las más de 400 centrales nucleares que existen en el mundo.
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

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