jueves, 30 de julio de 2015

Desconstruyendo el pensamiento occidental: saberes ancestrales pre-capitalistas y chamanismo


Por Rodolfo Montes de Oca
En el artículo anterior, abordamos el inevitable colapso de la sociedad occidental y su paulatino decrecimiento producto de haber alcanzado el cenit del desarrollo tecno-industrial. Este hecho devendrá inevitablemente en una reconceptualización de nuestro desarrollo en la tierra.
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Por Rodolfo Montes de Oca
En el artículo anterior, abordamos el inevitable colapso de la sociedad occidental y  su  paulatino decrecimiento producto de haber alcanzado el cenit del desarrollo tecno-industrial. Este hecho devendrá inevitablemente en una reconceptualización de nuestro desarrollo en la tierra, que también empezamos a experimentar con la promoción del “green market” y de medios alternativos de producción.  El decaimiento de la producción petrolera, el excesivo consumo, la falsa abundancia, el desgaste de la democracia representativa y el creciente malestar social; abre las compuertas para una interpretación heterodoxa de las ideas libertarias. Por ello, en este artículo esbozamos algunas ideas de utilidad para ir descontruyendo el pensamiento occidental.
Sobre la idealización del pasado
Los estudios modernos de historia, han pretendido dividir el desarrollo del continente en dos grandes periodos, el prehispánico y el hispánico, haciendo clara alusión a la llegada de los ibéricos y lusitanos a las costas, como el punto de quiebre en el continente. Esta apreciación del hilo histórico, pone de relieve un antes y un después, materializado en el hecho de que con la llegada de los valores occidentales y su forma de gestionar lo publico (delegación de mando, tributos, monopolio de la violencia, propiedad privada, alfabeto latino y numerología árabe) se produjo un progeso y una colonización del devenir antropológico del hombre.
Tal aseveración eurocentrista, no es más que una reproducción académica del discurso oficial del Reino de Castilla de la Mancha. Antes de la llegada de los españoles, la dominación, el estado, la propiedad privada, las urbes y los dioses, ya se encontraban en mesoamerica desde hace siglos. Las civilizaciones Mexicas, Mayas, Zapotecas, entre otras, son un ejemplo de ello; por lo cual no es cierto de que la conquista introdujo valores que devinieron en una articulación del capitalismo, si no que los pueblos originarios ya reproducían esas dinámicas, que se vieron perfeccionadas con la llegada de Hernán Cortez y sus huestes.
Esto nos lleva a revalorizar nuestra propia concepción, muchas veces romantizada, de los pueblos originarios, tomando como ejemplo los de su desarrollo primario y lo que se conoce en las ciencias sociales como la Etapa Lítica hasta el Periodo Clásico Tardío, con la caída de la civilización Olmeca; donde el nomadismo, las colectividades a pequeña escala, el reconocimiento de la tierra y de sus otros habitantes es una constante de su desarrollo. Por lo cual, es perentorio acotar que los pueblos originarios son pre-capitalistas, en la concepción clásica de las academias, pero no son pre-civilizatoria; por lo cual como antiautoritarios que no solo estamos contra el modelo de producción, no debemos revindicar ancestros que comparten practicas ajenas a la idea.
Con esto, quiero poner de relieve que debemos estudiar los primeros grupos humanos que habitaron la región y acércanos a sus lejanos descendientes, que solo tengan objetivos comunes con nosotros, desechando vanagloriar un pasada y un presente indigenista que solo nos lleve a vivir de la reminiscencia o de una subjetivización malsana del “sujeto revolucionario”.
Chamanismo y Auto-teoría
Durante el proceso de conquista y colonización, el elemento religioso jugo un papel determinante en el complejo entramado de sumisión, introduciendo el valor del monoteísmo; que se puede representar como la sujeción del hombre a una sola figura de mando que determina los avatares del destino y la sacralización de las dinámicas sociales.
Para el dibujante y guionista anarquista Alan Moore, autoproclamado “mago del caos”,  el cristianismo como movimiento político gano la guerra a los paganos, herejes, mago y chamanes al desvestirlos de su conocimiento ancestral al simplificar el conocimiento. Esto se baza en el pasaje de la biblia referido al debate entre “Simon el mago” y pedro el apóstol, que el pintor renacentista Benozzo Gozzolli inmortalizo en los lienzos.
Para las ciencias sociales el chamanismo se refiere a una clase de creencias y prácticas tradicionales similares al animismo que aseguran la capacidad de diagnosticar y de curar el sufrimiento del ser humano y en algunas sociedades, la capacidad de causarlo. Los chamanes creen lograrlo contactando con el mundo de los espíritus y formando una relación especial con ellos. Aseguran tener la capacidad de controlar el tiempo, profetizar, interpretar los sueños, usar la proyección astral y viajar a los mundos superior e inferior. Las tradiciones de chamanismo han existido en todo el mundo desde épocas prehistóricas.
El chamanismo se basa en la premisa de que el mundo visible está impregnado por las fuerzas y los espíritus invisibles, que afectan todas  las manifestaciones de la vida. Estas prácticas requieren conocimientos o capacidades especializados. Se podría decir que los chamanes son los expertos empleados por las comunidades animistas para interpretar el presente y el futuro según ciertos conocimientos especializados.
Alan Moore viene afirmando en sus textos que existe un espacio mental llamado “Ideaespacio” donde no solo reside nuestro propio “yo” sino un “nosotros”; es ahí donde cobran vida los mitos o los significados de las deidades.  Las ideas del dibujante ingles hablan de la función que cumplen los mitos, al advertirnos que todo esto no es más que un ejemplo de la fuerza de nuestro pensamiento y nuestra imaginación. Para ello como “mago del caos” revela cinco secretos: el arte es magia o la magia es arte; cualquiera puede hacerlo; todo esta dentro de ti; tú puedes crear tus propios mitos; y reencata tu vida cotidiana, tu pequeño/gran mundo.
Estos cinco ejemplos, sintetizan en gran medida el pensamiento anarquista postmoderno, entendiendo la militancia como una transformación constante, cotidiana en pequeño espacios y con sus propios referentes; lo que conlleva a una desestructuración de las verdades únicas incluso dentro de la tendencia libertaria. Necesitamos chamanes que nos ayuden a entender el presente y que con otros afines hagan magia, alquimia y paganicen la sociedad actual.
Coloquio final
Actualmente la región de atraviesa un periodo de efervescencia social donde las ideas anarquistas cobran especial relevancia debido a la oleada de jóvenes antisistema que llevan adelante una ofensiva en diferentes espacios. Esto se demuestro en el hecho, de que los viejos remanentes de a izquierda como Jacobo Silva Nogales en México busca referente en las experiencias colectivas de autogobierno y autogestión para argumentar su teoría del “poder popular” que no si no un refrito sesentoso del marxismo latinoamericano.
Venezuela, ya tiene una larga y dilatada tradición de la apropiación de conceptos propios de las ideas antiautoritario para mantener un gobierno de claro talante militar. Así tenemos que conceptos como “autogestión”, “cogobierno”, “colectivo” o “comuna” han sido empleados de forma indiscriminada para seguir enriqueciéndose con la política petrolera y el asfixiante control cambiario.

Como libertarios debemos seguir articulando con las bases pero siempre manteniendo una actitud iconoclasta y de ruptura con el orden existente, con  nuestras actuaciones y praxis estamos generando maremotos en otras latitudes y en nuestras propias costas; descontruyendo con heterodoxia el presente; siendo testigos de excepción del hundimiento del falso progreso de las ideas decimonónica. Por ello, que abunden los magos, alquimistas, chamanes que practiquen el nahual para encubrir los jaguares que habitan debajo de nuestras desgastadas pieles que buscan libertad.
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

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