martes, 26 de mayo de 2015

Seguridad Alimentaria: ¡Cuidado con los transgénicos!



Por Henry M. Guardia M.*

Ultimamente los medios de comunicación han estado informando sobre las bondades que tienen los  Cultivos Genéticamente Modificados, conocidos por el común de la gente como transgénicos.  Los cultivos que están siendo publicitados en Bolivia y concretamente en Santa Cruz, son los de Soya y Algodón, enfatizando las ventajas económicas y hasta "ecológicas" de los mismos, en función de sus características de resistencia a plagas y enfermedades como también, cultivos que inhiben el desarrollo de malezas, lo que significaría una disminución sustantiva en el uso de los herbicidas.  Tal es la asonada de transgénicos, que existen solicitudes de autorización para poder cultivar soya, algodón, maíz e incluso se ha propuesto comenzar a realizar pruebas con papa, en un país como el  nuestro que tiene más de 350 variedades diferentes!.

Los argumentos a favor van desde los más risibles como el de suponer que la oposición  por parte de la sociedad civil a tales cultivos, es por el desconocimiento de sus "bondades", o también consideran que se asume una posición crítica en contra de los transgénicos, sólo porque los productores de dichas semillas son empresas transnacionales de biotecnología; únicamente falta que nos digan que es por envidia que nos oponemos a tal emprendimiento. También hay argumentos a favor que intentan sustentarse de una manera mucho más técnica pero siempre se olvidan de explicar; por ejemplo, ¿Por qué en Europa han fracasado sus intentos de generalizar los Cultivos Genéticamente Modificados?. ¿Por qué hay un conjunto de naciones -entre pobres y ricas- que se han opuesto tenazmente a la generalización de tales cultivos?.  ¿Cuáles los impactos en el medio ambiente?.  ¿Cuáles los impactos en los agricultores?.  ¿Qué ventajas económicas cuantificables pueden demostrarnos?. Preguntas que debieran haber sido respondidas por los dueños de las industrias de biotecnología que están al mando de los experimentos y producción de semillas transgénicas y, también debieran ser indagaciones que la prensa local debiera realizar para poder dar su opinión a favor o en contra de lo que hoy por hoy, pretende ser la panacea económica - ecológica de la producción  agroindustrial.

Nosotros queremos hacer un llamado a la reflexión en base a lo que ha sucedido y sigue sucediendo en el uso de las semillas transgénicas, indicando algunos aspectos que demuestran que el éxito económico en el uso de los mismos, es relativo; que los impactos ambientales que se han producido, inviabilizan la posibilidad de uso de tales semillas no solo en nuestro país sino en el resto del mundo.  Por ejemplo, en Europa y en lo que se ha venido a llamar el Primer Mundo, el mercado de los productos transgénicos se ha cerrado por las acciones emprendidas por la sociedad civil como por los gobiernos.  La primera demanda de la sociedad civil, fue de la libertad de elección, para ello, los productos transgénicos debían tener etiqueta de tales.  Duro revés a la economía industrial, pues hasta el propio Príncipe de Gales asumió una posición en contra de los transgénicos. 

Para poder concluir con el "alentador" panorama a las exportaciones que ofrecen los Cultivos Genéticamente Modificados, citamos otros tres ejemplos: En Europa se ha declarado una moratoria que impide la realización de ensayos y de cultivos propiamente dichos en los campos agrícolas del viejo mundo. La Universidad de Carolina del Norte ha demostrado que el algodón convencional(que no ha sido manipulado genéticamente) es económicamente más rentable que el transgénico. Finalmente el algodón "Bollgard" resistente a plagas como el gusano de la bola de algodón, es muy peligroso porque a partir de una toxina segregada por el Bacillus thuringiensis (B.t.) y que está presente en todo el ciclo vital, puede generar cepas resistentes, y por consiguiente crear super plagas.  Los análisis más pesimistas indicaban que esa resistencia se podría generar en un período de 4 a 5 años, por lo cual en los Estados Unidos normaron la siembra de un 40%  de algodón convencional; es decir que no ha sido manipulado genéticamente, para que sirva de refugio de los insectos y evitar la creación de resistencia al B.t..  En menos de 2 años ya se comenzó a encontrar las cepas resistentes y MONSANTO, tuvo que retirar ¡2 millones de kilos de semilla de algodón transgénico!, teniendo que indemnizar a los agricultores norteamericanos por las pérdidas con más de 5 millones de dólares[1]¿Son esas semillas devueltas, las que quieren introducir en el país?.  ¿Será que MONSANTO indemnizaría a los productores bolivianos? ¿Existe la legislación como para poder exigir ese tipo de indemnizaciones?. Estos tres ejemplos evidencian que las ventajas económicas que mencionan los que alientan el empleo de éste tipo de tecnología, queda en entredicho.

Las razones ecológicas para nuestra oposición, están basadas en el principio armónico que tiene la naturaleza, y que las soluciones a las plagas y enfermedades en los cultivos agrícolas pasan por reponer esa armonía abruptamente rota por el uso de biocidas químicos que a nombre de control de plagas desencadenaron como efecto secundario y acumulativo; la aparición de mayor número de plagas y mayor resistencia de las mismas al efecto de los agrotóxicos.  Por otra parte, Bolivia es rica en biodiversidad, es decir, tienen una variedad importante de vida tanto en flora como en fauna.  Los transgénicos son una amenaza a esa variedad ¿Por qué? Porque tienen entre una de sus características el de ser "estériles" no se reproducen y por tanto, existe el riesgo de transmitir esa incapacidad de reproducción por efecto del viento, de los polinizadores o de la misma acción humana, a otras variedades. Ese tipo de circunstancias es conocida como erosión genética, además de la dependencia que se genera para abastecernos de la tan "bondadosa" semilla.  ¿Es lo más adecuado exponer al país a este tipo de amenazas?

Por otra parte, estudios realizados en los Estados Unidos, han demostrado que la inmunidad a las plagas no había sido tal, recordemos que incluso se corre el riesgo de crear super plagas.  Agricultores norteamericanos que utilizaron el Algodón B.t. (el cuál quieren introducir en Bolivia) demostraron que la incidencia de plagas se redujo en un 50 a 60%, "Sin embargo, el reporte revela que hubo daños en las bolas de algodón.  Comparando los daños entre los tipos de algodón, se encontró que el algodón B.t. presentaba un 430% más de daño comparado con el convencional"[2]¿Se trata ya de una indicio de resistencia de la plaga?. Se pueden encontrar entonces, un conjunto de desventajas, pues no debemos olvidar que los ecosistemas son una construcción de perfecta armonía, que han sido alterados por factores externos, los mismos que, han ocasionado la aparición de plagas y enfermedades.

Lo irónico, es que justamente los mismos que ayer pregonaban como la "alternativa indiscutible" del control de plagas a los agroquímicos, hoy nos ofrecen otra de "sus" alternativas: los transgénicos. Esta vez, según ellos, para prescindir justamente de los agroquímicos, más no de las transnacionales que los producen puesto que ahora están en el rubro de la biotecnología. Prueba de ello es la soya  resistente al "Roundup - Ready" conocida también como RRS; MONSANTO indica que ésta semilla reducirá el uso de herbicidas, por tanto es "ventajosa" ecológicamente.  Lo que no menciona es que dicha semilla permite siembras aún con malezas pequeñas y permite la utilización de productos químicos a lo largo del ciclo del cultivo. Todos sabemos que los agroquímicos son biocidas. ¿De qué ventaja ecológica se puede hablar con los transgénicos?.

En conclusión, tanto económica como ecológicamente, está demostrado que los Cultivos Genéticamente Modificados no son la solución al problema de productividad en relación al ataque de plagas y enfermedades y, antes de convertirse en alternativas económicas, son una suerte de lotería que las transnacionales están intentando que el país juegue, a costa de poner en riesgo la integridad de nuestros recursos naturales.  ¿No creen entonces que es necesario reflexionar con la cabeza fría antes de lanzarnos a una aventura, que resultó  fallida en los Estados Unidos,  y que ahora pretenden embarcarnos en otra similar en Bolivia?.

* Unidad de Comunicación de PROBIOMA

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