Datos. El contraste entre los 36 pueblos indígenas del Estado Plurinacional es grande. Los Yaminahua, Yuki, Yuracaré Moxeño, tienen una población menor a 200 habitantes.
Ref. Fotografia: Pueblos. Los pueblos indígenas llegan a las ciudades y se dispersan bajo el manto del avasallamiento cultural y social, lo cual hace que en gran parte se invisibilicen.
Al menos 15 pueblos indígenas de Bolivia se encuentran en una lista de “alta vulnerabilidad” según la Ley 450 de Protección a Naciones y Pueblo Indígena-Originarios y la razón radica en el olvido sistemático del Estado, la exclusión social y su propio aislamiento y dispersión demográfica; más que por la simple anemia y desnutrición (como describieron los medios de comunicación respecto a los yukis). En concreto esto significa que dichos pueblos están en peligro de extinción o desaparición sistemática.
Entre esos 15 pueblos se encuentran los Yuki, Pacahuara, Esse Ejja, Yaminahua, Machineri, Ayoreo, Araona, Moré, Tapieté, Chimán, Sirionó, Baure, Guarasug’we, Cavineño y Uru Chipaya. Cada uno goza de lengua propia, pero dentro del contexto de un Estado Plurinacional, su nivel de participación, inclusión social y toma de decisiones en instancias sociopolíticas fuera de su entorno sociocultural y económico, para hacer prevalecer sus condiciones mínimas a sus necesidades y aspiraciones, son limitadas o casi nulas.
Además, la situación se agrava por su escasa capacidad física y social de sobrevivir, incidido por su escasa población de habitantes, su débil estructura cultural y organizacional frente al avasallamientos de sus espacios territoriales y la expansión cultural de otras foráneas a ellas. “Todos esos pueblos considerados altamente vulnerables se ven aquejados por su escasa población, son dispersos y con poca organización frente a otros grupos sociales bajo el contorno en el que se encuentran. Entonces, territorio, salud y educación son los elementos básicos y centrales para su sobrevivencia”, asegura, Alcides Vadillo, experto en el tema de la Fundación Tierra.
Condenados a sobrevivir. A pesar de esta situación la misma norma en contraste con la realidad que viven, en este caso los Yukis, señala que “el no contacto de una nación o pueblo indígena originario o segmento de éste, no deberá ser considerado en ningún caso como prueba de su inexistencia”.
“Uno de los factores y más importantes es que estos pueblos han sido olvidados por el Estado tanto a nivel económico, de salubridad y educación. Además, las condiciones en que ellos viven tampoco permiten una reproducción normal en algunos casos aquejados por las desnutrición y las enfermedades. Es una situación compleja que hacen que sean de alta vulnerabilidad”, explicó Pedro Apala Flores, Director General Ejecutivo del Instituto Plurinacional de Estudio de Lenguas y Culturas (IPELC)
En el caso del Estado Plurinacional de Bolivia, el Ministerio de Justicia reconoció en 2013 que al menos 15 de los 36 pueblos indígenas del país están muy amenazados en su sobrevivencia física y cultural. Según Marcelino Posiva, Presidente de la Asociación de Pueblos Indígenas de Santa Cruz (ASOPISC), el problema tiene que ver con la pérdida paulatina de su propia identidad sociocultura frente a la imponente expansión de la sociedad globalizada. “La gente se siente más marginada por lo que prefiere ir desapareciendo poco a poco. Si bien es cierto están en algunas ciudades y capitales de provincia, pero se muestran avergonzados en sostener su cultura, su propio idioma frente a los actos de discriminados aún persistentes en las áreas urbanas y sobre todo en el ámbito público de las decisiones locales, departamentales y nacionales”, argumentó.
Una descripción desoladora. La mayor parte de estos pueblos se localiza en las regiones bajas, la Amazonia y el Chaco. En los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija. Un estudio de Carlos Camacho Nassar, sobre “Violencia y Etnocidio en Tierras Bajas” enfatiza históricamente las comunidades indígenas fueron despojados de sus territorios y agredidos sistemáticamente por mineros, madereros, castañeros, gomeros, ganaderos y cocaleros en distintos momentos de su existencia.
“Este proceso de invasión cultural va junto con la disminución de su población como un resultado de la pérdida de su espacio vital, la decantación de su sistema de gestión territorial, las enfermedades, la imposición de un sistema de creencias y la presencia de asentamientos sobre sus tierras limitan sus derechos territoriales” sintetiza el estudio.
Para Adolfo Chávez, Presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), a tiempo de citar la situación crítica de los Yukis, señaló son poblaciones avasalladas por los colonos que al paso del tiempo fueron reducidos a una mínima expresión en su propio territorio y por el otro aquejado por enfermedades y su escasa población. “La situación de los hermanos Yukis es dramática. Involuntariamente ellos se están reduciendo por las enfermedades, donde además tampoco aceptan un sistema de salud al cual se sienten ajenos. Ellos al sentirse avasallados adoptan otras formas de vida diaria como la “Coca Cola con pan” que no es un alimento. Eso agrava más la enfermedad de la tuberculosis”, informó.
Sin embargo, Chávez, señaló que a diferencia de los Yukis, los Araonas del Beni, pese a esa situación de avasallamiento cultural y a su territorio, ellos tienden a procrearse más y seguir vigentes.
Procesos de asimilación. Para el abogado aymara, Idón Moisés Chivi Vargas, los pueblos indígenas pese a los momentos de alta vulnerabilidad, sienten la necesidad de establecer contacto, relaciones económicas, sociales e incluso política. Eso genera un proceso de encuentro y vinculación en las ciudades de los grupos sociales indígenas.
“En ese sentido, el Estado debe generar condiciones básicas para que ellos puedan revitalizar su existencia. Para ello requiere priorizar políticas públicas en favor de ellos. Lo que se debe hacer es visibilizar, fortalecer y la existencia de estos pueblos como los yukis”, argumentó Chivi.
En tanto Xavier Albó, investigador del tema, al referirse a la vulnerabilidad de estos pueblos, señaló que el problema no solo debe tratarse desde una perspectiva de la territorialidad, dado que gran parte de su dispersión social es que muchos miembros de los pueblos indígenas están invisibilizados en las ciudades. “Tenemos que encontrar una manera de dar visibilidad a los que están en las ciudades. De modo que no pensemos al no estar en su territorio tradicional, hayan desaparecido como pueblos”, señaló.
Una Ley a implementarse. La Ley 450, aprobada el 4 de diciembre de 2013 aún toma su tiempo en implementarse. Hasta el momento, no se ha constituido siquiera el Digepio (Dirección General de Protección a Naciones y Pueblos Indígena Originarios). “No es muy sencillo lograr consensos entre los pueblos indígenas. Requiere una serie de consensos en un proceso de reingeniería institucional hasta lograr su reglamentación pertinente”, finalizó Chivi.
Normativa
Por la protección de los pueblos
Ley 450. Plantea como objetivo establecer los mecanismos y políticas sectoriales e intersectoriales de prevención, protección y fortalecimiento, para salvaguardar los sistemas y formas de vida individual y colectiva, de las naciones y pueblos indígena originarios en situación de alta vulnerabilidad, cuya sobrevivencia física y cultural esté extremadamente amenazada.
Caracterización. Según el artículo 2 de la norma 450 señala que se entiende pueblos de alta vulnerabilidad a los que estén en peligro de extinción, aislamiento voluntario, aislamiento forzado, no contactados, en contacto inicial, forma de vida transfronteriza y otras que sean identificadas por las instancia estatal competente.
Instancia. Para la implementación de la norma, la Ley establece la creación de la Dirección General de Protección a Naciones y Pueblos Indígena Originarios (Digepio). Sus atribuciones son: ejecutar planes, programas, proyectos y estrategias de prevención, protección y fortalecimiento para salvaguardar sus sistemas de vida; armonizar los derechos territoriales de la presente ley con la políticas públicas del Estado Plurinacional con participación de los pueblos indígenas.
Mecanismos. La Ley establece mecanismos de protección de los sistemas de vida a partir del nivel central del Estado y en las entidades territoriales autónomas tanto en el ámbito territorial, salud y monitoreo.
Características
‘Los pueblos indígenas son esencialmente rurales’
Contradicciones. Paradójicamente en un Estado Plurinacional y de interculturalidad es donde más se ha acrecentado la vulnerabilidad de pueblos étnicos, debido a una dinámica social y cultural aplastantes, cuyas costumbres, ámbitos de territorialidad y lengua están en riesgo de desaparecer.
Territorio. El primer espacio físico que el Estado debe proteger es su territorio en el que se encuentran valorizando sus capacidades y modos de producción ligada a su hábitat natural, con una asistencia en salud, educación.
Lenguas. De los 36 pueblos indígenas se destaca que existen 35 lenguas oficiales. De ellos solo 12 idiomas indígenas han desarrollado sus propios alfabetos. Falta incorporar los textos en una gestión educativa de largo alcance a partir de las políticas estatales de educación.
Culturas. Los saberes culturales de los pueblos indígenas en lugar de complementarse con el resto del país, se tropieza en el dilema de sobrevivir o perecer, pese a que en términos generales en los últimos años se ha avanzado en inclusión social y participación ciudadana.
Política. En las elecciones de los últimos 10 años, con los giros discursivos y políticos del actual gobierno y la nueva Constitución del Estado Plurinacional, la participación de los pueblos indígenas en los niveles decisorios del país fueron importantes.
Punto de vista
Alcides vadillo
Investigador de la fundación tierra
“Los pueblos solo pueden sobrevivir con el Estado”
Los factores para considerar la vulnerabilidad de estos pueblos son varios. El primero tiene que ver con la cantidad de población, dado que estos pueblos cuentan con pocos habitantes. Luego el otro factor son los niveles de organización tanto sociales y étnicas débiles con relación a su alrededor.
Por ejemplo, pueblos como los ayoreos, que aún siendo pueblos con 2.500 a 3.000 habitantes, están en un ambiente de expansión del área agrícola de la soya se vuelven vulnerables. Peor en el caso de los yukis, donde se encuentran en un ambiente de expansión de la colonización y la actividad cocalera, no tienen la posibilidad de hacer frente a esos núcleos como los yuracarés y los colonizadores. Por eso se ven invadidos y agredidos en su propio territorio. En la región amazónica tenemos los Tacahuaras, que no tienen posibilidad de defender por si solos su territorio y su existencia. Ante esa situación de extrema debilidad, es donde requiere la presencia estatal. Estos grupos solo pueden sobrevivir con la intervención del Estado en protección y defensa de ellos. Eso es lo que prioriza la Ley 450. Pero falta ponerla en práctica, lamentablemente la norma por si sola no va a cambiar. Para ello se requiere promover valores desde el Estado Plurinacional”.
Fuente: EL DÍA
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