Periódico Digital PIEB • 29-06-2013 soya transgénicos Peródico Digital PIEBContradicciones y vacíos legales en las normas aprobadas a partir de la Constitución Política del Estado (CPE) referidas a la introducción, liberación, producción y comercialización de semillas transgénicas (genéticamente modificadas) en territorio boliviano, provocaron la introducción al país de semillas transgénicas de arroz y caña de azúcar, al margen de las de soya que ya contaban con autorización, advierte el investigador en Seguridad Alimentaria, Manuel Morales. El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) confirma esta situación.
“El 98 por ciento de la soya del oriente (%) es transgénica de más de 1.1 millón de hectáreas cultivadas. Lo que estamos descubriendo en los trabajos de campo es que el arroz también es transgénico porque nuestros productores no pueden volver a sembrar una vez que cosechan su arroz, y están obligados a comprar semilla arrocera, y en el caso de la caña de azúcar sabemos que pasa similar situación que la soya”, señaló Morales durante el conversatorio “Agricultura y transgénicos en Bolivia”, organizado por Fundación Solón.
Según el experto, el arroz transgénico se estaría produciendo en la zona tradicional de Santa Cruz como es Yapacaní, donde los productores optan por la siembra a secano y/o bajo riego.
“Son estos pequeños o medianos productores que tienen la semilla de arroz, pero la condición que les están imponiendo es que deben comprar la semilla porque no pueden producir semillas para la próxima cosecha; el no poder generar semilla de tu propia planta, es un indicador que la semilla ha sido modificada genéticamente, esos productores hablan de una producción de arroz más rápida, que es otro indicador de que se trata de transgénicos”, explicó al Periódico Digital PIEB.
Según el investigador, a la par del fenómeno del arroz, los Centros de Investigación e Innovación Tecnológica financiados por la Gobernación de Santa Cruz, trabajan en la adaptación de la caña de azúcar proveniente de Brasil y Argentina –probablemente con modificaciones genéticas– para que produzca más sacarosa, aguante eventos climáticos extremos y tenga características mejoradas.
“En el caso de la caña de azúcar y soya es esa la situación, en cuanto al maíz la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), ha señalado que está produciendo una especie de variedad de maíz BT (planta transgénica resistente al ataque de las larvas de los dípteros), y que estaba pidiendo al Gobierno para ser autorizada, al igual de lo que sucedió con la soya Roundup Ready (RR) también transgénica”, explicó a este medio.
Actualmente Bolivia cubre aproximadamente cerca del 40% del maíz que demanda la población, y requiere potenciar a este sector porque depende de la importación de harina para satisfacer el mercado interno. “Lo preocupante del maíz es que estamos rodeados de países que producen maíz transgénico, pero si se permitiría su ingreso, se estarían vulnerando varias normas porque somos país origen de este especie”, dijo.
INIAF: “Hay más transgénicos de los que menciona”
El Periódico Digital PIEB conversó con el director del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Gabriel Hoyos a quien le preguntó, sí se habría introducido al país semillas genéticamente modificadas; es decir, transgénicas tanto de caña de azúcar como de arroz, ante una supuesta ausencia de control estatal.
La autoridad respondió “Si, nosotros sabemos que hay introducción de muchos productos transgénicos; por ejemplo, el algodón usa muchísimas semillas transgénicas por la resistencia que tiene a las plagas y enfermedades. Sin embargo es la tendencia que se está dando sobre todo en Santa Cruz, pero lo que certificamos nosotros (INIAF) es solo semillas convencionales”.
Con la intención de profundizar en el tema de la tendencia de los transgénicos en el oriente, este medio le consultó cómo se está manifestando en la práctica este fenómeno, a lo que respondió: “tenemos información de que sí hay cultivos transgénicos en Santa Cruz de arroz, maíz, algodón, soya, caña de azúcar, pero nosotros certificamos solo semilla convencional e híbridos (modificaciones genética de vegetal con vegetal)”.
Hoyos añadió que la semilla certificada por el INIAF cuenta con la etiqueta correspondiente. “En el INIAF no certificamos ninguna semilla transgénica, ahora el control de transgénicos no es nuestra competencia”.
“Entuerto” jurídico
Basado en un análisis normativo de la legislación correspondiente a los transgénicos, Manuel Morales advirtió que de aprobar el Gobierno el ingreso de semillas transgénicas de maíz, violaría la Ley 144 de la Revolución Comunitaria y Productiva que en su artículo 15, inciso II señala: “No se introducirá en el país paquetes tecnológicos agrícolas que involucren semillas genéticamente modificadas o especies de las que Bolivia es centro de origen o diversidad”, debido a que el país es centro de origen de esta especie.
También se vulneraría la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien que en su artículo 24 inciso 7 señala: “desarrollar acciones de protección del patrimonio genético de la agrodiversidad, prohibiendo la introducción, producción, uso, liberación al medio y comercialización de semillas genéticamente modificadas en el Estado boliviano, de las que Bolivia es el centro de origen o diversidad y de aquellas que atenten contra el patrimonio genético, la biodiversidad, y la salud”.
La misma Ley de la Madre Tierra, en su artículo 8 expresa: desarrollar acciones que promuevan la eliminación gradual de cultivos y organismos genéticamente modificados autorizados en el país a ser determinados con norma específica”, y complementa con el artículo 9: “desarrollar capacidades institucionales, técnicas, tecnológicas y legales para la detección, análisis de riesgos y control de organismos genéticamente modificados, y sus derivados en condiciones de tránsito así como para el monitoreo de aquellos presentes en el país con fines de su gradual eliminación”.
“Nos hemos sorprendido con las declaraciones recientes del Presidente (Evo Morales), que le dice al gerente de ANAPO : “Compañero Demetrio (Pérez), comunique a su sector productor, por supuesto es importante cuidar los derechos de la Madre Tierra, pero por encima de eso es garantizar el alimento para el pueblo”. Desde el Gobierno se está planteando releer la Ley de la Madre porque la contradicción está latente ¿a cuál ley vamos hacer caso, a la ley 144, a la Ley de la Madre Tierra o a la Constitución, se ha generado un entuerto jurídico que a la larga va proteger a los sectores agroindustriales”, subrayó.
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