lunes, 15 de julio de 2013

La soja transgénica conquista Sudamérica III

Cultivo de soja
En la soja transgénica conquista Sudamérica III seguimos adentrándonos en el problema que tienen aquellos agricultores paraguayos que cultivan productos orgánicos y que están rodeados de campos de soja transgénica, al final no les queda más remedio que abandonar sus cultivos tradicionales, irse a buscar mejor fortuna en las grandes ciudades o iniciarse en el cultivo de la soja transgénica. Como explicábamos en La soja transgénica conquista Sudamérica II, la leguminosa modificada genéticamente ha cambiado significativamente a la sociedad paraguaya, el respeto a la naturaleza base de la cultura Guarani desaparece a marchas forzadas, antaño se podía considerar a Paraguay como uno de los países más respetuosos con el medio ambiente que ofrecía alimentos de gran calidad, hoy el concepto ha cambiado, recordemos que más del 50% de la superficie cultivable del país se destina a los transgénicos y especialmente a la soja transgénica.
En muchas ocasiones, los agricultores que se inician en el cultivo de la leguminosa no conocen las consecuencias de los productos agroquímicos que utilizan, en el documental nos muestran el caso de una familia que empezó a cultivar soja transgénica para poder subsistir. Según explican, el quinto hijo de la familia nació con una malformación (podría ser de carácter hereditario o por cualquier otro motivo no relacionado con los productos químicos empleados), sin embargo y curiosamente, la malformación era la misma que la sufrida por el bebé de un familiar directo que había nacido un mes antes (podríamos decir que se trataba de una herencia genética relacionada con la línea de los varones de la familia), sin embargo, si retomamos el documental que hemos titulado La soja transgénica conquista Sudamérica, podremos comprobar que los especialistas médicos denuncian un incremento significativo de las malformaciones de bebés y problemas de salud.

Al parecer, las aguas están contaminadas con los productos agroquímicos, aguas que se utilizan para beber, lavar y que antaño eran aguas limpias, potables y libres de contaminación. Los agricultores creen que las fumigaciones tienen mucho que ver con las malformaciones, evidentemente no son especialistas médicos, pero sufren en sus carnes el intenso olor de los pesticidas que se utilizan con la soja transgénica. Los especialistas de la maternidad del hospital regional (Encarnación) aseguran que se han incrementado los casos de malformaciones en los bebés, malformaciones complejas que en muchos casos acaban con la vida de los pequeños.
Los especialistas creen que es necesario advertir a los agricultores sobre los productos químicos empleados y sus consecuencias, será interesante retomar la lectura del post El glifosato es muy tóxico para los seres humanos. Hasta el momento sólo hemos citado los peligros asociados a los pesticidas y herbicidas empleados, pero recordemos que hay que añadir el riesgo de los alimentos transgénicos, aquellos efectos impredecibles y desconocidos que pueden encerrar en la alimentación animal y humana a largo plazo. Retomando el documental, los responsables del hospital iniciaron un estudio en el que estadísticamente se demuestra la relación existente entre el uso y exposición de los productos químicos y el incremento de las malformaciones. Cuanto más cerca viven las familias de los campos de soja transgénica mayor es el riesgo de malformaciones, los canales de contaminación son variados, el aire, el agua, la reutilización de los contenedores de agrotóxicos, etc.
Quienes están a favor del cultivo de soja transgénica también participan en el documental aportando sus opiniones y puntos de vista, en este caso la Asociación de Productores de Soja de Paraguay invita a los periodistas a visitar una finca “modelo”, finca protegida con guardias armados que evitan que los agricultores que están en contra del cultivo de soja, puedan invadirla. Evidentemente, y como ya hemos dicho en otras ocasiones, la soja es un cultivo muy demandado y produce grandes beneficios, por ello, las grandes compañías y productores no dudan en defender sus cultivos a toda costa, es evidente que prevalece el beneficio económico a las necesidades de sus conciudadanos. El gran mercado de la soja paraguaya se localiza en Europa, soja que en teoría se destina exclusivamente a la alimentación animal (algo que dudamos). Varios responsables de la asociación citada hablan sobre el valor de la soja y sobre su gran labor para abastecer al mundo.
La finca visitada pertenece a una multinacional europea, comentan que es tan grande que cuando se acaba de cosechar un producto por un lado (nada menos que 35 kilómetros de longitud) por el otro se inicia una nueva siembra. Hay que decir que en esta finca antes se asentaba un bosque, desgraciadamente en la parte oriental de Paraguay sólo queda una décima parte de los bosques que había, el cultivo de soja los ha destruido prácticamente y a saber si ese 10% terminará siendo también pasto de la soja transgénica.
Los latifundistas sólo producen para exportar y poder abastecer la gran demanda de soja (es evidente que Europa tiene parte de culpa en esta situación y en el cambio sufrido en el país). Resulta gracioso saber que la APS (Asociación de Productores de Soja) indica que sólo es necesario producir en un 10% de la superficie cultivable paraguaya para poder alimentarse, dato curioso teniendo en cuenta que hasta hace poco un 40% de sus habitantes vivían en el campo y se alimentaban con los alimentos obtenidos.
Los productores argumentan que el mercado interior está empobrecido, la limitada demanda les obliga a trabajar para exportar y trabajar especialmente los productos que más se demandan en el exterior, en este caso la soja transgénica. Argumentan que el único camino para el progreso y el desarrollo de la sociedad paraguaya es el cultivo de esta leguminosa, evidentemente salvaguardan sus intereses y ofrecen un punto de vista que muchas personas no comparten. El documental nos muestra cómo se fumiga con glifosato, un herbicida que lo mata todo salvo la soja, en este tipo de plantaciones los empleados están bien protegidos y lo manipulan con más seguridad que los pequeños y medianos productores. Curiosamente los grandes productores niegan los peligros del glifosato, sin embargo, podemos ver que extreman las medidas de seguridad en la manipulación y uso del herbicida.
Otro punto interesante a tener en cuenta y que muestra quienes se enriquecen realmente con el cultivo de soja, la finca mencionada sólo necesita 50 empleados, si la superficie de cultivo se trabajara de forma tradicional, hasta 1.200 familias podrían trabajar y subsistir. La sociedad Paraguaya cambia a un ritmo frenético debido a la situación, las ciudades han crecido espectacularmente, se abandona el campo y el cultivo ecológico, la autosuficiencia alimentaria se reduce significativamente. Viendo como ha afectado la producción de alimentos transgénicos en un país como Paraguay, podemos imaginarnos las consecuencias en países en vías de desarrollo, recordemos que Monsanto pretende que se cultiven alimentos transgénicos a gran escala en estos países carentes de legislación y con demasiadas necesidades.
Nos queda un último capítulo sobre el documental para conocer con profundidad la situación del país y cómo ha afectado el cultivo de soja transgénica a la población, si a esto le llaman progreso, seguro que más de un lector preferiría vivir en la edad de piedra.
Foto | Deanfotos66
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