La catástrofe petrolera le saldrá cara a BP. Si no fuese por las enormes ganancias acumuladas, la compañía estaría quebrada. Los habitantes del Golfo de México esperan que BP cumpla sus promesas de reparación.
“BP pagará todos los costos necesarios para la limpieza y se compromete a pagar todas las legítimas reparaciones por otras pérdidas y daños causados por la fuga de petróleo”. Eso dijo Lamar McKay, presidente de BP America, frente a una comisión del congreso de los Estados Unidos en mayo.
Y una cosa es segura desde ya: el hundimiento de la plataforma perforadora Deepwater Horizon tendrá un alto costo financiero para BP. ¡Muy alto! Pues, según la Ley, Estados Unidos podría reclamar a la compañía petrolera británica por cada gota de petróleo derramada: hasta a 27 dólares por litro podrían ascender las cuentas. BP tendría que pagar miles de millones de dólares, la razón – según los críticos – por la que la empresa trata de camuflar las verdaderas dimensiones del derrame.
Ayudas no liberan a BP de obligaciones futuras
Unos 3,5 millones de dólares dice haber pagado ya BP por las labores de limpieza, los intentos de frenar la fuga y reparaciones a los habitantes costeros. Con la Casa Blanca se acordaron fondos de ayuda por valor de 20 mil millones de dólares. Con ellos debe pagarse a los pescadores que perdieron su trabajo a consecuencia de esta catástrofe ambiental.
Las ayudas financiadas por BP deben estirarse para cubrir un lapso de 4 años. Así que nadie sabe a ciencia cierta si el dinero alcanzará. Por eso el presiente de Estados Unidos, Barack Obama, ha insistido en que los 20 mil millones no liberan a BP de otras obligaciones. En la costa del Golfo de México, los habitantes miran con preocupación hacia el futuro “con pintas negras”.
¿Cuándo volverán los panes… y los peces?
La catástrofe ha dejado, por doquier, pescadores que no saben cuando podrán volver a pescar. El ecosistema está dramáticamente amenazado y 12 parques nacionales han sido dañados. Los hoteles y restaurantes están vacíos. No hay turistas. Conocidas ciudades costeras como Pensacola, en la Florida, se anuncian en los mejores tiempos de publicidad televisiva: usted debería, pese a todo, venirse de vacaciones a la costa.
Tendrán que pasar muchos años hasta que la costa del golfo se haya recuperado del todo. El presidente Obama lo dejó claro una vez más el pasado viernes (16.07): “BP tiene que pagar los daños que ha provocado. No sólo los daños ambientales y los trabajos de limpieza, sino también las reparaciones a las personas que sufren las consecuencias del accidente”.
Del dicho al hecho: ¿un buen diálogo?
En la costa, muchos habitantes y autoridades están desilusionados con el acuerdo entre el Gobierno estadounidense y BP. El Estado de Louisiana ha dirigido ya dos cartas a la compañía, con el reclamo de de 10 millones de dólares para el tratamiento de pescadores traumatizados que han perdido su fuente de trabajo y ganancias.
Sin embargo, hasta ahora BP sólo habla de querer promover un “buen diálogo”. ¿Dinero? ¡De eso no se habla! El diálogo entre los habitantes y BP se ha tensado. El tono sube. Pero eso sí, hay que tener cuidado de que no suba demasiado pues, en últimas, se trata de evitar que la compañía se declare en quiebra o abandone la región. Si eso sucediese – temen los pobladores costeros – muchos más empleos se perderían y los costos de la catástrofe subirían una vez más.
Autor: Benjamin Hammer / Rosa Muñoz Lima
Editor: José Ospina Valencia
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