Las pilas acumulan y generan energía eléctrica por un proceso químico. Se distingue entre pilas primarias y secundarias, también llamada baterías o acumuladores, cuya vida puede tener varios ciclos de carga y descarga.
La pila es un elemento que contiene diferentes metales en su composición, como mercurio en las pilas de botón, las alcalinas… o cadmio en las pilas recargables, también son preocupantes otros metales como el manganeso, níquel y cinc. Por lo tanto, aunque no todas las pilas son iguales ni tienen la misma peligrosidad, toda pila que tiene alta concentración de metales tiene que ser considerada como residuo peligroso.
Las pilas nos facilitan el uso de muchos de los aparatos que necesitamos en nuestra vida diaria, pero una vez agotadas, si las desechamos con el resto de los residuos, terminarán en vertederos o en plantas de incineración. En los vertederos, con el paso del tiempo, las pilas pierden la carcasa y se vierte su contenido, que acaba contaminando las aguas subterráneas y el suelo y con ello se introduce en las cadenas alimenticias naturales, de las que se nutre el ser humano. En las plantas de incineración, las emanaciones resultantes darán lugar a elementos tóxicos volátiles, contaminando el aire.
La recogida selectiva de las pilas usadas, en contenedores específicos y su tratamiento adecuado constituyen la solución más lógica y más respetuosa con el medio ambiente. Una vez recogidas, las pilas se llevan a una planta de reciclaje donde se segregan y se separa los metales peligrosos del resto de materiales que constituyen la pila. Pero, lamentablemente, existen pocas plantas de reciclado de pilas ya que el proceso utilizado requiere una elevada inversión económica.
En España el Ministerio de Medio Ambiente regula los medios de recogida y tratamiento de todos los residuos peligrosos y en particular de las pilas. Existen además fundaciones y asociaciones que colaboran en la labor de gestionar las pilas desechadas por los usuarios.
ECOPILAS (Fundación para la Gestión Medioambiental de Pilas) nació al amparo de las iniciativas desarrolladas por
la Comisión de Pilas de ASIMELEC (Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones). Su papel es el de facilitar al consumidor el reciclado de las pilas. El usuario deposita sus pilas en unos contenedores apropiados, desde los puntos de recogida de las pilas y baterías usadas, ECOPILAS se encarga de su transporte a las plantas de clasificación y tratamiento.
A.E.R.P.A.M (Asociación española de recogedores de pilas, acumuladores y móviles) es una entidad que promueve la educación y sensibilización ambiental y la recogida selectiva de pilas, acumuladores y móviles. Desarrolla campañas de información porque todos, fabricantes, distribuidores, organismos públicos, ONGs, asociaciones y la sociedad en su conjunto debemos concienciarnos sobre la necesidad de reciclar estos elementos.
Por supuesto nosotros los ciudadanos también podemos colaborar. Podemos optar por las pilas recargables que aunque son contaminantes, pueden ser utilizadas hasta 500 veces, lo que las convierte en las más convenientes, también las pilas secas de zinc-carbón constituyen una alternativa adecuada, pero lo mejor es utilizar siempre que se pueda aparatos conectados a la red eléctrica.
A la hora de deshacernos de ellas la opción más inteligente es depositar las pilas usadas en los lugares destinados a su recogida y exigir a los organismos competentes su reciclaje. Hay puntos específicos de recogida de pilas usadas en cada Ayuntamiento en distintos edificios municipales, “mupis”, puntos limpios y en comercios colaboradores como algunas tiendas de fotografía, de electrónica incluso en varios supermercados.
Raquel Veira
MadalBo@web.de
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