Fuentes: Coyuntura ISIP
El concepto del metabolismo urbano señala que los sistemas socioeconómicos urbanos al igual que los organismos vivos consumen materia y energía de la naturaleza, y una vez que han metabolizado esos recursos, restituyen sobre el medio natural excrementos, en forma de gases de efecto invernadero (GEI), aguas residuales y/o desechos sólidos
A medida que los sistemas socioeconómicos son más grandes su metabolismo urbano afecta más a la naturaleza, porque demanda de ella recursos naturales como combustibles fósiles, y dispone sobre el medio natural residuos, por encima de la tasa de regeneración de la naturaleza, produciendo así problemas ecológicos como el cambio climático, la disminución de la biosfera, etc.
Las medidas de aislamiento o cuarentena de las personas que se han tomado en distintos países del mundo en respuesta a la pandemia del coronavirus o COVID-19, al parecer han frenado el proceso metabólico de los sistemas socioeconómicos, pues se experimenta el detenimiento de la emisión de GEI en distintas partes del mundo. Las emisiones se ha reducido porque las fabricas permanecen cerradas y se disminuye el consumo de combustibles fósiles. Las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO₂), están estrechamente relacionadas con la producción y los vehículos que operan en la carretera.
A medida que la industria y el transporte se detienen durante esta pandemia, las emisiones de NO₂ son un buen indicador de la actividad económica mundial, y los cambios son visibles desde el espacio. Por ejemplo, China ha disminuido en un 36% en comparación al 2019 las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), una situación igual se da en Italia [1].
En las ciudades también se ha reducido las emisiones de NO2. Quito, por ejemplo, ha experimentado una reducción significativa de al menos el 50% de las emisiones de NO2 en comparación con los niveles normales. Y no solo observa la reducción de este contaminante, sino también de las partículas de materia PM 2,5 que están dos veces más bajas en comparación con cualquier otro fin de semana del año 2020 [2]. Sin embargo, en la ciudad de Quito se ha experimentado un aumento promedio del 22% del consumo de agua de los hogares [3].
Por lo tanto, la medida de cuarentena ha significado una disminución de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) como el NO2, pero se experimenta un aumento en el consumo de otros materiales como el agua. También hay que advertir que los países y las ciudades una vez que se haya terminado esta etapa buscarán aumentar su producción para compensar las pérdidas obtenidas en el periodo de confinamiento, esto será contraproducente a nivel ambiental, pues se usará más materia y energía, y por consiguiente aumentará la cantidad de desechos sólidos, aguas residuales, y gases de efecto invernadero que se arrojen a la naturaleza.
Entonces suponer que la presencia de la pandemia COVID-19 tiene efectos positivos sobre la naturaleza es apresurado, pues se deben medir los aumentos en consumos de otros materiales, ya que, la existencia humana sobre la Tierra demanda de recursos ecológicos.
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