Martintxo Mantxo
Ekologistak Martxab/Tradener
En realidad, se acusa a Turquía de querer utilizar este embalse como hace con otros, como actualmente con Rojava, para condicionar su política exterior, lo que se considera un uso bélico de este. |
Iberdrola y BBVA son las dos grandes compañías con sede en Euskal Herria. Desde hace ya una veintena de años, en plena expansión internacional. Estos días Iberdrola acaba de inaugurar otra mega-represa en Brasil, Baixo Iguaçu, y gracias a la actividad internacional y la financiación sin escrúpulos del BBVA, el 10 de junio de 2019 se procederá al llenado a otra de las más conflictivas represas del mundo, la de Ilisu, en el Kurdistán bajo dominio kurdo. Con la presente denunciamos a ambas empresas por las consecuencias trágicas para el medio ambiente, para comunidades y personas y el patrimonio cultural de sus políticas y nos solidarizamos con las personas que en esos países sufren los efectos y con las que les plantan cara.
Iberdrola proviene de la antigua Iberduero, célebre también por ser protagonista de la imposición nuclear y del gran conflicto energético que marcó a la sociedad vasca. Casualidad, ahora se cumplen 40 años del asesinato de Gladys, la compañera que abatieron a tiros para escarmiento del movimiento. Tras el desprestigio, los pufos y el drama nuclear (accidentes, contaminación radioactiva, residuos con los que no se sabe que hacer, almacenados por miles de años, arrojados al océano, etc) y la eliminación del carbón por su efecto invernadero, Iberdrola vuelve a sus raíces, a la hidroeléctrica, que acompañe a su gran apuesta gasista.
BBVA, mientras, le da a todo: todo lo que produzca buen rédito es aceptable. Y los grandes proyectos energéticos los dan. Y entre ellos los hidroeléctricos más. De un tiempo a una parte Iberdrola ha expandido su mercado encontrando un gran filón en Brasil. Allá ha construido y participado en varias centrales hidroeléctricas y sus correspondientes embales, algunos, los mayores de ese país y del mundo, y de los mayores impactos ambientales también.
Iberdrola inaugura la mega-represa Baixo Iguaçu (Brasil)
Baixo Iguaçu es la sexta mega-represa construida en el río Paraná, y la más cercana a las famosas cataratas de Iguazú. Todas estas represas han tenido un efecto evidente en el caudal del río y por tanto en el medio ambiente, muy deteriorado también por la deforestación. Iberdrola, a través de su filial Neoenergia, ha provocado un gran conflicto social, pues no ha realizado ninguna consulta para conocer la opinión de las comunidades locales. Además no ha provisto las herramientas adecuadas para restablecer los derechos de las familias desplazadas por el embalse. La empresa se inventó la triquiñuela de denominar a zonas inundables como «áreas de remanso», para excluir así a familias afectadas y no pagarles indemnizaciones. Nada más llenarse el embalse esa zona con sus correspondientes hogares, cultivos, etc., fue anegada.
Su construcción también supuso una gran inundación en 2016 que se sufrió sobre todo en la zona argentina, en el departamento de Misiones. De hecho, la parte argentina, su población y ecosistemas protegidos como los de la Reserva Iguazú serán afectados por esta nueva represa. Sin embargo, el mayor temor es el posible impacto en las cataratas, que además de ser una maravilla natural, son uno de los mayores recursos económicos de la zona.
Las protestas y ocupaciones de la obra se han sucedido en estos últimos años, recurriendo la empresa y las instituciones a la represión más severa. Pese a ello, la empresa no ha intentado solucionar el problema social provocado. Igualmente el gobierno brasileño, quien otorgó la licencia ambiental pese a ocurrir tamañas injusticias.
No es la primera ni la única represa construida por Iberdrola en Brasil, y queremos recordar que todavía mantiene otro proyecto que provocaría un gran impacto, el de Tapajós, y que ahora podría contar con el apoyo del actual presidente Bolsonaro para materializarse. Por lo que ahora también, reiteramos nuestra oposición a éste y los posibles nuevos proyectos.
La represa financiada por BBVA en Kurdistán a punto de llenarse
BBVA también se ha extendido, siendo uno de esos países elegidos Turquía donde se apropió de uno de los mayores bancos, el Garanti. El Garanti junto a Akbank es el único banco financiador de otro proyecto hidroeléctrico desestimado en ocasiones anteriores por otros bancos europeos y gobiernos que les negaron permisos de exportación. Al considerarse el Garanti un banco nacional, BBVA elude esa obligación y de igual forma, hasta aquí no nos llegan los ecos de este destructivo proyecto para el medio ambiente, sus habitantes y el patrimonio histórico mundial. A punto de terminarse, el gobierno turco prevé su inauguración para el 10 de junio.
Ilisu no sólo tendrá efecto en el Kurdistán bajo dominio turco, sino que al situarse en su inicio, afectará al río Tigris en todo su recorrido posterior por Iraq. En un país amenazado por la desertización el Tigris es fundamental para Iraq, para el abastecimiento de su población y también para sus ecosistemas. De hecho, uno de los principales ecosistemas en ser afectados serán los pantanales del sur, a más de mil kilómetros aguas abajo.
En realidad, se acusa a Turquía de querer utilizar este embalse como hace con otros, como actualmente con Rojava, para condicionar su política exterior, lo que se considera un uso bélico de este. En sí, el embalse inundará la ciudad de Hasankyef de gran simbolismo para el pueblo kurdo, pero también una zona con presencia de la guerrilla kurda del PKK, y el desplazamiento de población que provocará (se estiman 78.000 personas!) se asocia al que Turquía a practicado durante años con la destrucción de pueblos kurdos, estimados en unos 3.000.
En un principio se estimó un coste de 1.500 millones de euros totales, de los que un tercio (entre 400 y 450 millones de euros) lo financiaban los principales bancos de Turquía (el 3º y 4º respectivamente – 2015) Garanti y Akbank a partes iguales. Siendo BBVA el propietario de la mitad del Garanti, le corresponde un cuarto del crédito: 85 millones. A los cuales, les corresponde un buen pellizco en concepto de intereses. Este proyecto es pagado por el gobierno turco, con lo que es la ciudadanía turca la que lo paga. Además de estos beneficios, BBVA se beneficia de los servicios pagados por sus clientes turcos, contabilizando todo ello por un 14% de los beneficios del BBVA (2016). Así tenemos que BBVA se beneficia de la economía turca, del dinero de sus ciudadanos pagados mediante impuestos, a la vez que contribuye al ataque y dominación del pueblo kurdo.
El proyecto Ilisu nunca se ha sometido a una consulta y de hecho es conocido la oposición que genera. Por la importancia cultural e histórica de Hasankyef, como vascas, comparamos su destrucción a la que provocaron en Gernika el bombardeo fascista. Solo que en este caso es de una forma más sutil, pasando desapercibida por hacerse en nombre del progreso y del beneficio general.
Fuente: https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/iberdrola-y-bbva-ahogando-al-mundo-por-dinero
Iberdrola proviene de la antigua Iberduero, célebre también por ser protagonista de la imposición nuclear y del gran conflicto energético que marcó a la sociedad vasca. Casualidad, ahora se cumplen 40 años del asesinato de Gladys, la compañera que abatieron a tiros para escarmiento del movimiento. Tras el desprestigio, los pufos y el drama nuclear (accidentes, contaminación radioactiva, residuos con los que no se sabe que hacer, almacenados por miles de años, arrojados al océano, etc) y la eliminación del carbón por su efecto invernadero, Iberdrola vuelve a sus raíces, a la hidroeléctrica, que acompañe a su gran apuesta gasista.
BBVA, mientras, le da a todo: todo lo que produzca buen rédito es aceptable. Y los grandes proyectos energéticos los dan. Y entre ellos los hidroeléctricos más. De un tiempo a una parte Iberdrola ha expandido su mercado encontrando un gran filón en Brasil. Allá ha construido y participado en varias centrales hidroeléctricas y sus correspondientes embales, algunos, los mayores de ese país y del mundo, y de los mayores impactos ambientales también.
Iberdrola inaugura la mega-represa Baixo Iguaçu (Brasil)
Baixo Iguaçu es la sexta mega-represa construida en el río Paraná, y la más cercana a las famosas cataratas de Iguazú. Todas estas represas han tenido un efecto evidente en el caudal del río y por tanto en el medio ambiente, muy deteriorado también por la deforestación. Iberdrola, a través de su filial Neoenergia, ha provocado un gran conflicto social, pues no ha realizado ninguna consulta para conocer la opinión de las comunidades locales. Además no ha provisto las herramientas adecuadas para restablecer los derechos de las familias desplazadas por el embalse. La empresa se inventó la triquiñuela de denominar a zonas inundables como «áreas de remanso», para excluir así a familias afectadas y no pagarles indemnizaciones. Nada más llenarse el embalse esa zona con sus correspondientes hogares, cultivos, etc., fue anegada.
Su construcción también supuso una gran inundación en 2016 que se sufrió sobre todo en la zona argentina, en el departamento de Misiones. De hecho, la parte argentina, su población y ecosistemas protegidos como los de la Reserva Iguazú serán afectados por esta nueva represa. Sin embargo, el mayor temor es el posible impacto en las cataratas, que además de ser una maravilla natural, son uno de los mayores recursos económicos de la zona.
Las protestas y ocupaciones de la obra se han sucedido en estos últimos años, recurriendo la empresa y las instituciones a la represión más severa. Pese a ello, la empresa no ha intentado solucionar el problema social provocado. Igualmente el gobierno brasileño, quien otorgó la licencia ambiental pese a ocurrir tamañas injusticias.
No es la primera ni la única represa construida por Iberdrola en Brasil, y queremos recordar que todavía mantiene otro proyecto que provocaría un gran impacto, el de Tapajós, y que ahora podría contar con el apoyo del actual presidente Bolsonaro para materializarse. Por lo que ahora también, reiteramos nuestra oposición a éste y los posibles nuevos proyectos.
La represa financiada por BBVA en Kurdistán a punto de llenarse
BBVA también se ha extendido, siendo uno de esos países elegidos Turquía donde se apropió de uno de los mayores bancos, el Garanti. El Garanti junto a Akbank es el único banco financiador de otro proyecto hidroeléctrico desestimado en ocasiones anteriores por otros bancos europeos y gobiernos que les negaron permisos de exportación. Al considerarse el Garanti un banco nacional, BBVA elude esa obligación y de igual forma, hasta aquí no nos llegan los ecos de este destructivo proyecto para el medio ambiente, sus habitantes y el patrimonio histórico mundial. A punto de terminarse, el gobierno turco prevé su inauguración para el 10 de junio.
Ilisu no sólo tendrá efecto en el Kurdistán bajo dominio turco, sino que al situarse en su inicio, afectará al río Tigris en todo su recorrido posterior por Iraq. En un país amenazado por la desertización el Tigris es fundamental para Iraq, para el abastecimiento de su población y también para sus ecosistemas. De hecho, uno de los principales ecosistemas en ser afectados serán los pantanales del sur, a más de mil kilómetros aguas abajo.
En realidad, se acusa a Turquía de querer utilizar este embalse como hace con otros, como actualmente con Rojava, para condicionar su política exterior, lo que se considera un uso bélico de este. En sí, el embalse inundará la ciudad de Hasankyef de gran simbolismo para el pueblo kurdo, pero también una zona con presencia de la guerrilla kurda del PKK, y el desplazamiento de población que provocará (se estiman 78.000 personas!) se asocia al que Turquía a practicado durante años con la destrucción de pueblos kurdos, estimados en unos 3.000.
En un principio se estimó un coste de 1.500 millones de euros totales, de los que un tercio (entre 400 y 450 millones de euros) lo financiaban los principales bancos de Turquía (el 3º y 4º respectivamente – 2015) Garanti y Akbank a partes iguales. Siendo BBVA el propietario de la mitad del Garanti, le corresponde un cuarto del crédito: 85 millones. A los cuales, les corresponde un buen pellizco en concepto de intereses. Este proyecto es pagado por el gobierno turco, con lo que es la ciudadanía turca la que lo paga. Además de estos beneficios, BBVA se beneficia de los servicios pagados por sus clientes turcos, contabilizando todo ello por un 14% de los beneficios del BBVA (2016). Así tenemos que BBVA se beneficia de la economía turca, del dinero de sus ciudadanos pagados mediante impuestos, a la vez que contribuye al ataque y dominación del pueblo kurdo.
El proyecto Ilisu nunca se ha sometido a una consulta y de hecho es conocido la oposición que genera. Por la importancia cultural e histórica de Hasankyef, como vascas, comparamos su destrucción a la que provocaron en Gernika el bombardeo fascista. Solo que en este caso es de una forma más sutil, pasando desapercibida por hacerse en nombre del progreso y del beneficio general.
Fuente: https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/iberdrola-y-bbva-ahogando-al-mundo-por-dinero
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