Es poco conocido que la píldora anticonceptiva se elaboró originalmente con fines eugenésicos y se experimentó sin apenas garantías en mujeres pobres portorriqueñas.
Linda Grant cuenta esta historia en su obra Sexing the Millennium (Harper Collins) . The Independent (Londres, 19-IX-93) publicó un anticipo del libro. Traducimos algunos párrafos.
En 1954, [el biólogo Gregory] Pincus tenía todo a punto para hacer ensayos clínicos en mujeres. Pero en Massachusetts, como en otros muchos Estados norteamericanos, la investigación sobre anticonceptivos era ilegal. (…)
Para los norteamericanos, obsesionados con la higiene, los portorriqueños eran sucios, ignorantes y vagos, “víctimas de una cultura que no da importancia al tiempo”, en palabras de un observador. Eran tísicos, carecían de saneamientos, bebían agua contaminada y eran analfabetos en sus cuatro quintas partes. Pero, desde la ley Jones de 1917, eran ciudadanos norteamericanos.
En 1928, Puerto Rico fue azotado por un huracán que causó graves perjuicios a la economía de la isla, eminentemente agraria, y agravó aún más la pobreza de la población. Un estudio del American Brookings Institute concluyó que el incremento demográfico era el principal obstáculo para el crecimiento económico. La perspectiva de una inmigración masiva de portorriqueños aterrorizaba a los norteamericanos. (…)
La xenofobia hizo que Puerto Rico se convirtiera en el laboratorio norteamericano para experimentar el control de la natalidad. (…) Consiguieron la cooperación de las compañías azucareras y abrieron clínicas dentro de las mismas plantaciones. Las azucareras, que entonces estaban adoptando tecnología para ahorrar mano de obra reemplazándola por máquinas, eran defensoras entusiastas de la contracepción.
En 1937 cayeron los últimos obstáculos legales al desarrollo del laboratorio demográfico, gracias a la aprobación de dos leyes. Por la Ley 116 se creó una Comisión de Eugenesia para estudiar las peticiones de esterilización forzosa por razones morales o médicas. La Ley 133 anuló el artículo del Código Penal que calificaba de delito difundir los métodos anticonceptivos y la información sobre los mismos. De esta forma, Puerto Rico tenía la legislación sobre contracepción más avanzada de Estados Unidos.
(…) En 1956, la Dra. Edris Rice-Wray, directora médica de la Asociación para la Planificación Familiar de Puerto Rico, escribió a Clarence Gamble [dueño de Procter & Gamble, compañía que estaba financiando la experimentación de métodos anticonceptivos en Puerto Rico] para informarle de que Pincus había perfeccionado una píldora anticonceptiva, y propuso que se invitara a la Fundación Worcester [para la que trabajaba Pincus] a probarla con las míseras mujeres portorriqueñas. Sin duda, éstas estaban pidiendo a gritos algo que aliviase su pobreza. Pero, como muestra la correspondencia entre Pincus y los colaboradores suyos que hacían el trabajo de campo, no fue fácil encontrar los sujetos necesarios para los ensayos clínicos de la píldora.
Primero intentaron reclutar estudiantes de Medicina, pero sin mucho éxito. El Dr. David Tyler, profesor de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, escribió a Pincus, que estaba en Massachusetts, el 8 de julio de 1955. En tono desesperado, amenazaba castigar a las estudiantes de Medicina que se mostraban remisas a colaborar en la investigación: “También he dicho a García que si cualquier estudiante de medicina se muestra irresponsable… lo utilizaré contra ella a la hora de darle el título”.
A principios del año siguiente, Pincus recibió otra carta desalentadora, esta vez del director del Centro de Citología, que no había encontrado ninguna candidata para sus experimentos. “Primero, la idea de usar estudiantes de Enfermería del Hospital de San Juan fue un completo fracaso… Los resultados fueron prácticamente los mismos con mis pacientes particulares -decía-. En cuanto a las estudiantes de Medicina, la única que se ofreció voluntaria abandonó el estudio poco después… La única fuente de sujetos que quedaba eran las presas de las cárceles… Parece que hay ciertos recelos hacia el proyecto por parte de algunas presas, incluso entre las que se han ofrecido voluntarias, que están rompiendo la disciplina de la prisión“.
La tarea de reclutar cobayas portorriqueñas recayó finalmente en la Dra. Edris Rice-Wray y en una misionera que trabajaba en uno de los hospitales protestantes del país, Adeline Pendleton Satterthwaite. Finalmente, la Dra. Rice-Wray eligió un local en un barrio de chabolas y reclutó a cien mujeres. Pero los resultados no fueron prometedores. El 11 de junio de 1956 escribió a Pincus: “Hemos tenido problemas con algunas pacientes que han dejado de tomar la pastilla. En unos pocos casos han tenido náuseas, vértigo, dolores de cabeza y vómitos. Estas pocas han rehusado continuar con el programa. Dos han sido esterilizadas. Un marido se ahorcó, desesperado por su pobreza”. Abandonaron treinta de las cien que iniciaron el experimento. Nueve meses después del comienzo de los ensayos, Edris Rice-Wray entregó su informe, en el que resumía los resultados obtenidos hasta el 31 de diciembre de 1956: habían tomado la píldora 221 mujeres; la tasa de abandono sobrepasaba el 50%; el 17% habían sufrido efectos secundarios negativos. Los síntomas más frecuentes eran vértigo, náuseas y dolores de cabeza. (…)
Seis meses después, en junio de 1957, Searle, una compañía farmacéutica de Chicago (…), puso la píldora en el mercado con el nombre comercial de Enovid. (…) Desde que se puso a la venta Enovid y aparecieron los primeros artículos en la prensa, Pincus empezó a recibir cientos de cartas de todas las partes del mundo. Muchas de las cartas contaban historias conmovedoras de pobreza y hambre, de niños que morían y partos angustiosos, de matrimonios marchitados por la frustración sexual a consecuencia del terror a que llegaran más bocas que no podrían alimentar. Las cartas provenían de analfabetos y de personas instruidas. Le saludaban como a un dios; creían que la ciencia iba por fin a liberarles de las cadenas que habían forjado sus deseos. Sabían poco o nada de la amplitud de los ensayos clínicos de Puerto Rico. Querían la píldora con desesperación y rogaban a sus médicos, a menudo con éxito, que se la prescribiesen. (…)
En abril de 1957, en uno de los barrios atestados de chabolas de Puerto Rico, sólo aceptaron hacer de cobayas 56 de un total de 175 mujeres a las que se había propuesto participar, e incluso las que lo hicieron tuvieron dificultades para seguir las instrucciones. Poco después, en virtud de un nuevo proyecto urbanístico, se derribaron las chabolas, y las mujeres se dispersaron antes de que se pudiese comprobar los efectos a largo plazo de la píldora.
(…) En 1960, después de las pruebas peor llevadas y menos rigurosas que se hayan hecho nunca con un fármaco aprobado por la Food and Drug Administration [organismo norteamericano encargado del control de los medicamentos], se autorizó el uso de Enovid como anticonceptivo en Estados Unidos [hasta entonces estaba permitido sólo para el tratamiento de trastornos de la menstruación]. Dos años más tarde se aprobó en Gran Bretaña. Se había probado en millares de mujeres portorriqueñas, pero sólo 123 la habían tomado durante doce meses o más. El 65% de ellas se habían quejado de náuseas, trastornos estomacales, dolores de cabeza, vértigos u otros síntomas. En el 23,8% de los casos, los síntomas fueron tan graves, que las afectadas decidieron abandonar las pruebas. Entre las que habían tomado la píldora durante más de seis meses se habían observado notables cambios del cuello uterino. La Dra. Satterthwaite intentó conseguir para el archivo fotografías tomadas de esos cuellos uterinos “inflamados”, como ella les llamó, pero el equipo de Massachusetts no dio importancia a este síntoma. Murieron tres mujeres, y los fallecimientos se atribuyeron a accidentes cardiovasculares, pero no se les hizo la autopsia.
(…) Durante los años 60, Puerto Rico siguió siendo el laboratorio de pruebas de todos los nuevos anticonceptivos que se experimentaban. Allí se probó Depo Provera. La Ortho Pharmaceutical Company (…) se vio envuelta en querellas presentadas por empleados de su fábrica de anticonceptivos orales, que sufrieron trastornos sexuales a causa de la inhalación de estrógeno mezclado con el polvo en suspensión. Nada de esto ha tenido grandes consecuencias en la natalidad de Puerto Rico, lo que ha supuesto una cruda decepción para los activistas del control demográfico. La ciencia no les salvó ni de la superpoblación ni de la hispanización de sus ciudades. En la actualidad, la esterilización es el método anticonceptivo más difundido en Puerto Rico.
Anticonceptivos con plantas naturales
“Hay árboles, hierbas, raíces. Son varias. Es un poco complicado trabajar con las hierbas anticonceptivas, pero hay”, dice Margarita Carilao, reconocida machi de Pantano, localidad de la Región de la Araucanía. Si bien no puede nombrar las hierbas que se utilizan con esos fines, “porque una machi no puede revelar sus secretos naturales”, reconoce que las mujeres utilizaban ciertos vegetales para asegurarse de no quedar embarazadas después de tener una relación sexual.
El investigador mapuche Juan Ñanculef asegura que su abuela, la machi Margarita Marinao, recomendaba tomar “agua de mutxir” -un arbusto de menos de dos metros, que suele encontrarse en quebradas- después de la relación sexual, para evitar así el embarazo. Lo mismo con las raíces delfeñ-feñ.
Si bien el historiador asegura que el remedio era mucho más eficaz si se tomaba la misma noche de la relación y los días siguientes (en cuatro dosis), también lo utilizaban en casos de emergencia, aunque corriendo el riesgo de que no funcionara. “Las mujeres lo tomaban cuando se iban a acostar, porque sabían lo que podía pasar”, dice.
“Existen al menos 30 hierbas o vegetales de uso ginecobstétrico (dentro del ideario mapuche) y por lo menos 20 dicen relación con la expulsión de elementos uterinos”, sostiene Ziley Mora, etnógrafo, educador, escritor y especialista en cosmovisión ancestral mapuche y cultura mestiza en Chile.
Hace dos años, Mora publicó el libro “Magia y secretos de la mujer mapuche: sexualidad y sabiduría ancestral“, en el cual -tras catorce años de investigación en tierra indígena- logró plasmar aspectos desconocidos de esa cultura, referentes a embarazo, parto y anticoncepción
Las machis, autoridades religiosas y curanderas del pueblo mapuche, destacan que su trabajo es proteger la vida por sobre todas las cosas, no ocultan que la sabiduría indígena había detectado hace cientos de años la existencia de hierbas que funcionan como anticonceptivos.
No se trata de la archiconocida borraja que, mezclada con pepas de zapallo, funciona como abortivo, sino de vegetales que, tomados antes y después de tener relaciones sexuales, sirvieron a las mapuches para evitar embarazos no deseados. Incluso existían hierbas anticonceptivas de emergencia.
Según la investigación de Mora, el natre o hierba de chavalongko, altera los estrógenos y es utilizada para inhibir la ovulación. Lo mismo la flor de la chicoria o lechuguilla de la vaca, el molle (Schinus latifolius) y el calle-calle (Libertia chilensis), que también funcionaban como anticonceptivos, tomados diariamente -al igual que las pastillas-, hasta que la mujer decidiera ser madre.
Para aquellas que no tomaban la hierba todos los días, el etnógrafo sostiene que se recomendaba el culle colorado (Oxalis rosea jacq), un eficaz estimulante de la menstruación. Disuelta en agua hervida y bebida por tres días antes de la relación sexual y tres días después, dice Mora, era otra de las hierbas similares a la polémica píldora del día después.
La mapuche Florencia Canupai, facilitadora intercultural de la comuna de Maipú, afirma que el bochi-bochi, otra hierba nativa, es usado “cuando las mujeres embarazadas han tenido su guagüita” y no quieren volver a embarazarse. “Es peligroso tomársela cuando está embarazada. Después de los nueve meses nuestro cuerpo no queda igual, entonces es para botar esa sangre acumulada durante los nueve meses. Esta hierba es buena para hacer toda esa limpieza“, sostiene. También sirve como anticonceptivo de emergencia, dice, “si tienes una relación sexual y se toma altiro una tasa de agua de bochi bochi, previene el embarazo”.
En todo caso, Margarita Carilao sostiene que cualquier hierba anticonceptiva, abortiva, premenstrual o estimulante del embarazo o la lactancia, debe ser siempre recomendada por una machi. “Hay hierbas que se usan, pero a veces hacen efecto y a veces no. Todas las personas tenemos diferente el organismo, las hormonas como dicen los chilenos”, afirma.
“Todas nuestras hierbas tienen contraindicaciones, no es llegar y tomarlas. Por eso nosotros tenemos que tener un cuidado para dar una receta”, sostiene Canupai. “Cuando una mujer ya está embarazada no puede tomar anticonceptivos, porque puede abortar y nosotros, como trabajamos con la naturaleza somos cuidadosas de ella, de los niños, de la familia, no podemos darles nada”, dice.
Plantas desconocidas
“La mujer mapuche en muchos caso no ha dejado de ejercer la especialidad de obstetra (piñentuchefe) en el proceso de embarazo y del nacimiento”, dijo María Calimil, en su intervención ante el Parlamento Europeo sobre la salud reproductiva, el año pasado. Entonces reclamó que a la mujer mapuche se le imponía un estilo de medicina en el tratamiento de su salud reproductiva, ignorando el conocimiento milenario de su cultura, sobre la concepción de vida y en tratamientos naturales para el control de la natalidad.
Florencia Canupai asegura que el bochi bochi, por ejemplo, es poca la gente que la conoce, “creo que en la Región Metropolitana debo ser la única que la conoce. Hay harta gente que trabaja en temas de salud en la mesa regional que no la conoce. Yo les he conversado sobre ese tema, les he dado a conocer cómo se da y cómo se usa”, dice.
Algunas de esas hierbas anticonceptivas aún hoy día llevan el nombre de la Diosa como sucede con la “artemisa”, una planta originaria de Crimea donde la Triple Diosa Luna era venerada en el templo de Táuride.
En su faz de Virgen o Anciana (creciente o menguante), la Diosa Luna expresaba la libertad sexual de las mujeres que no se embarazaban, así como en su faz de Madre (luna llena) celebraba la maternidad de la mujer.
La artemisa y otras plantas anticonceptivas impedían la anidación o hacían volver la menstruación en los primeros meses de lunas sin sangrado. En muchos casos la misma planta anticonceptiva era utilizada por las parteras para dilatar y acelerar el parto.
En su faz de Virgen o Anciana (creciente o menguante), la Diosa Luna expresaba la libertad sexual de las mujeres que no se embarazaban, así como en su faz de Madre (luna llena) celebraba la maternidad de la mujer.
La artemisa y otras plantas anticonceptivas impedían la anidación o hacían volver la menstruación en los primeros meses de lunas sin sangrado. En muchos casos la misma planta anticonceptiva era utilizada por las parteras para dilatar y acelerar el parto.
De esta manera, en los cultos de las Diosas aborígenes y prepatriarcales, la maternidad y la anticoncepción no eran posibilidades opuestas sino complementarias, dándoles a ambas un contenido sagrado y teológico que a penas podemos imaginar desde la mentalidad occidental y cristiana.
En su aspecto de Virgen Ártemis o de Anciana Hécate, la Diosa Luna aparece como protectora de las parteras y los recién nacidos pero ni Ártemis ni Hécate tienen hijos propios ni aparecen embarazadas en sus templos, siendo sexualmente activas (no crean en la “virginidad” de abstinencia sexual de Ártemis, ésa es una deformación de los poetas de la edad clásica).
Ártemis y Hécate son además las patronas de médicas, chamanas y brujas que utilizan hierbas para sanar, para parir y para la anticoncepción.
Estos dos aspectos de la Diosa Luna nos dicen que las jóvenes que tenían actividades sexual no se embarazaban hasta formar una pareja más o menos estable y fundar una familia matrilineal. También las mujeres de mediana edad y las mayores evitaban la concepción para dedicarse a actividades productivas, artísticas, sanadoras, sacerdotales o chamánicas disponiendo de todo el potencial de sus energías y de sus conciencias para dichas actividades, sin renunciar a la sexualidad considerada como fuente esencia para dichas actividades. Actualmente, una mujer chamán en una comunidad aborigen rara vez tiene más de dos hijos, especialmente si su comunidad no está invadida por la cultura y religión patriarcal.
En su aspecto de Virgen Ártemis o de Anciana Hécate, la Diosa Luna aparece como protectora de las parteras y los recién nacidos pero ni Ártemis ni Hécate tienen hijos propios ni aparecen embarazadas en sus templos, siendo sexualmente activas (no crean en la “virginidad” de abstinencia sexual de Ártemis, ésa es una deformación de los poetas de la edad clásica).
Ártemis y Hécate son además las patronas de médicas, chamanas y brujas que utilizan hierbas para sanar, para parir y para la anticoncepción.
Estos dos aspectos de la Diosa Luna nos dicen que las jóvenes que tenían actividades sexual no se embarazaban hasta formar una pareja más o menos estable y fundar una familia matrilineal. También las mujeres de mediana edad y las mayores evitaban la concepción para dedicarse a actividades productivas, artísticas, sanadoras, sacerdotales o chamánicas disponiendo de todo el potencial de sus energías y de sus conciencias para dichas actividades, sin renunciar a la sexualidad considerada como fuente esencia para dichas actividades. Actualmente, una mujer chamán en una comunidad aborigen rara vez tiene más de dos hijos, especialmente si su comunidad no está invadida por la cultura y religión patriarcal.
La mujer aborigen en culturas agrícolas no es una madre encerrada en la casa y rodeada de niños a la espera del sustento traído por el marido.
Muy por el contrario, es activa y se desempeña como cosechadora, artesana, maestra, sanadora, chamán, etc. dentro y fuera del hogar. Las mujeres sabían que era un número limitado de hijos pueden desarrollarse mejor que una cantidad desproporcionada que hiciera tambalear los recursos y sobrevivencia de la comunidad toda. Las plantas anticonceptivas incluso eran usadas por mujeres con una familia matrilineal amplia donde abuelas, tías, hermanas, primas y parientes masculinos de la mujer compartían con ella la crianza y sustento de los hijos, posibilitándole actuar e intervenir en numerosos asuntos de la vida familiar y comunitaria.
Por último, el conocimiento de plantas anticonceptivas era un saber que pasaba de una generación de mujeres a la siguiente sin la intervención de los varones y los que participaban del chamanismo de la Madre Tierra aprendían de las mujeres chamanes a usar esas hierbas en beneficio de las mujeres. Sin embargo, no siempre los chamanes varones sabían cómo usarlas.
Muy por el contrario, es activa y se desempeña como cosechadora, artesana, maestra, sanadora, chamán, etc. dentro y fuera del hogar. Las mujeres sabían que era un número limitado de hijos pueden desarrollarse mejor que una cantidad desproporcionada que hiciera tambalear los recursos y sobrevivencia de la comunidad toda. Las plantas anticonceptivas incluso eran usadas por mujeres con una familia matrilineal amplia donde abuelas, tías, hermanas, primas y parientes masculinos de la mujer compartían con ella la crianza y sustento de los hijos, posibilitándole actuar e intervenir en numerosos asuntos de la vida familiar y comunitaria.
Por último, el conocimiento de plantas anticonceptivas era un saber que pasaba de una generación de mujeres a la siguiente sin la intervención de los varones y los que participaban del chamanismo de la Madre Tierra aprendían de las mujeres chamanes a usar esas hierbas en beneficio de las mujeres. Sin embargo, no siempre los chamanes varones sabían cómo usarlas.
En este sentido, no había un Dios o una autoridad masculina que prohibiera estas prácticas. Por el contrario, la Triple Diosa Luna permitía ambas posibilidades:la maternidad y la anticoncepción, ya que era la divinidad que representaba a las mujeres en todas sus capacidades, posibilidades y poderes.
Una última acotación: es curioso y hasta contradictorio que María, la madre de Jesús (utilizada por los católicos contra los derechos a la anticoncepción) sea una mujer que llegó a la tercera edad y sobrevivió a la muerte de su único hijo sin embarazos sucesivos. Los textos bíblicos no dicen una sola palabra sobre la falta de de embarazos de María ni cómo los evitó. En ningún pasaje se alude a una decisión de María de haber llevado una larga vida de abstinencia sexual.
Más allá de “esta” falta de embarazos en la Virgen María, creo que es un grave error pensar que solamente una iglesia puede expresarse desde lo sagrado en temas como la anticoncepción y los derechos reproductivos.
El Dios de los católicos que prohibe a través de sus obispos y sacerdotes el acceso a la anticoncepción libre y responsablemente es, desde la perspectiva sagrada, una deidad entre muchas otras. Recordemos que no es la deidad originaria de América latina, ni la más antigua en el largo registro arqueológico y espiritual de la humanidad.
El Dios de los católicos que prohibe a través de sus obispos y sacerdotes el acceso a la anticoncepción libre y responsablemente es, desde la perspectiva sagrada, una deidad entre muchas otras. Recordemos que no es la deidad originaria de América latina, ni la más antigua en el largo registro arqueológico y espiritual de la humanidad.
Bromelia pinguin
Familia: BROMELIACEAS.
Planta de unos dos metros, con hojas carnosas y dentadas , dispuestas en roseta, con una gran inflorescencia en panícula de flores blancas. El fruto, de color amarillo, es de sabor muy ácido. De sus hojas se extraen largas fibras, usadas para tejer sogas.
Los frutos son vermífugos, diuréticos y abortivos y se usan en casos de tos, bronquitis, asma y tos convulsiva. Con el jugo se alivian las aftas.
Magnolia grandiflora
Familia: MAGNOLIACEAS
Conocidos árboles muy decorativos por sus hermosíisimas y perfumadas flores blancas.
Su corteza tiene propiedades emenágogas y abortivas. Sus hojas en infusión se usan en forma de compresas sobre las partes afectadas de artritis o reumatismo.
Chenopodium ambrosioides, Chenopodium anthelminthicum.
Familia: SALSOLACEAS
OTROS NOMBRES: Hierba de Sta. Maria, Té de México, Ambrosía.
Planta herbácea, anual, originaria de América, de hojas dentadas y flores en espiga, menudas y verdosas, fruto en aquenio y semillas menudas de color negro.
Tiene reconocidas propiedades antihelmínticas, diuréticas y abortivas.
Eficaz remedio contra el cólico. También se usa para botar las lombrices intestinales (vermífugo) y también contra la tenia.
Destilando el cocimiento de esta planta se obtiene un excelente insecticida.
El té de las raíces machacadas se usa para combatir el paludismo.
NOTA: En general hay que tener mucho cuidado al usar esta planta por ser venenosa; en dosis elevadas puede incluso causar la muerte. Las mujeres en estado de gestación deben de abstenerse de usarla.
Carica papaya
Familia: Caricáceas
Otros nombres: MAMÓN
Arbol pequeño, propio de la zona tropical, con tronco fibroso y poco consistente, coronado por grandes hojas palmeadas. Sus flores son masculinas y femeninas, en plantas separadas, y su fruto contiene pulpa color anaranjado, de sabor muy agradable y refrescante y numerosas semillas casi negras.
El fruto contiene agua, hidratos de carbono, proteinas, azúcares, grasas, fibras, vitamina A, B1, B2, B5, C, fósforo, calcio y hierro. Las hojas contienen el alcaloide carpaína y las flores papaína, ácido málico, materias aromáticas, resinas, sustancias pépticas y musilaginosas.
La flor de la papaya y las semillas, eliminan las lombrices intestinales y hasta la tenia o solitaria. También cura la tosferina, asma, gripes y el coqueluche.
Para combatir el mildiu de las plantas de nuestro jardín (polvillo blanco en las hojas), se toman 1 Kg. de hojas de papaya, se muelen y se mezclan en un litro de agua. Se deja reposar unas horas y se aumentan 4 litros de agua jabonosa. Se pulveriza sobre las hojas afectadas.
Toda la planta contiene un líquido lechoso que es muy corrosivo y que mezclado con agua se usa para ablandar las carnes.
Estudios científicos realizados en Inglaterra, han comprobado que la Papaya es un poderoso anticonceptivo y abortivo. Basándose en que las mujeres de Sri Lanka y de la India consumen esta fruta como anticonceptivo, se hicieron estudios serios que determinaron que una enzima contenida en la papaya, la papaína, detiene la producción de progesterona en la mujer, hormona esencial
Y en África…
Muchas plantas africanas y las hierbas han sido utilizadas con fines medicinales desde hace siglos. Los curanderos tradicionales y los recursos están involucrados en la vida cotidiana y la salud de millones de africanos, con la planta medicinal se utiliza como una alternativa o complemento a la medicina occidental. Varias plantas se puede utilizar para inducir la infertilidad, ya sea de manera temporal (como una forma de control de la natalidad), o de forma permanente más.
Momordica charantia es una especie de planta de vid que se cultiva por su fruto amargo – “. melón amargo”, también conocido como así como el crecimiento en áfrica, momordica charantia también se encuentra en la india, china, el sudeste asiático y áreas del caribe. en la medicina tradicional, momordica charantia se utiliza para una amplia variedad de tratamientos, desde un agente antidiabético a un laxante. en cuanto a la fertilidad y la infertilidad, la planta trabaja para inducir una esterilidad transitoria en las mujeres, que funciona como una forma de anticonceptivo.
Herbaceum gossypium, también conocido como “algodón de levante” es una especie de algodón nativo que se encuentran en el áfrica subsahariana. la corteza de la raíz de herbaceum gossypium puede ser utilizado como un agente de anticonceptivos o abortivos. la corteza de la raíz se divide a parecerse a la textura de té.
Artemisia vulgaris es una planta herbácea perenne nativa del norte de áfrica, así como las zonas de europa y asia. también conocido como la artemisa, el ajenjo común, y varios otros nombres, artemisia vulgaris se puede utilizar como un anticonceptivo para inducir infertilidad temporal.
Desaconsejo de entrada todos los métodos anti-conceptivos basados en inyecciones hormonales, DIU, píldoras anti-conceptivas y todo lo que tenga que ver con productos químicos, ya que son altamente agresivos y dañinos.
En la década de los ’80 existía un método eficaz y seguro, que consistía simplemente en tomarte cierta cantidad de semillas de papaya por la mañana, pero fue retirado del mercado por sus conocidos efectos en la curación del cáncer. Se dice que un enfermo de cáncer beneficia a la máfia médica con unos 385.000€, aunque no recuerdo la cifra con exactitud ni tampoco si esa cifra señala el total o sólo reporta los beneficios anuales por parte del negocio de la salud.
Un científico australiano nos propone un curioso y natural método contra el embarazo: el limón.
La noticia fué dada a conocer por Roger Short, del Departamento de Obstetricia de la Universidad de Melbourne, durante un programa que fué emitido por la cadena de televisión Australian Broadcasting Corp.
Short declaró que bastan unas gotas de zumo de limón para proteger a las mujeres de embarazos no deseados.
Según Short basta exprimir un limón sobre una pequeña esponja e introducir esta en la vagina antes de sostener relaciones sexuales.
Short sostiene que en pruebas realizadas en laboratorio han demostrado que el zumo del limón actúa sobre los espermatozoides inmovilizándolos.
El investigador explicó que el empleo de zumo de limón como anticonceptivo no es una idea nueva, ya que hace unos 300 años era empleado en lavados vaginales por nuestros antepasados.
Es una noticia de cnn.
Es una noticia de cnn.
Las drogas anticonceptivas eran ya conocidas desde la antiguedad ,entre los ingredientes encontrados en la composicion de algunas de estas drogas anticonceptivas estan:
las semillas de zanahoria el alcanfor ,el clavo de especia,el opio la nuez moscada,las plantas de aceite de ricino ,las semillas de datura ,las semillas de sesamo y un amplio ect..muchas de ellas se an probado en la actualidad probando su eficacia.
Por ejemplo las mujeres de la antigua sumatra, moldeaban opio hasta conseguir una copa que introducian en el yoni a la altura del cervix, como los actuales diafragmas pero con la ventaja del poder espermicida del opio,también se usaban diafragmas de cera de abeja y el mas simple de todos un limón partido por la mitad y exprimido que se insertaba en el cervix.(Conozco abuelas personalmente que han utilizado este método hasta hace veinte años)
Por ejemplo las mujeres de la antigua sumatra, moldeaban opio hasta conseguir una copa que introducian en el yoni a la altura del cervix, como los actuales diafragmas pero con la ventaja del poder espermicida del opio,también se usaban diafragmas de cera de abeja y el mas simple de todos un limón partido por la mitad y exprimido que se insertaba en el cervix.(Conozco abuelas personalmente que han utilizado este método hasta hace veinte años)
Las semillas de la papaya en realidad podrían servir como un anticonceptivo masculino eficaz. Las semillas de papaya, tomadas todos los días, podrían recortar la cantidad de espermatozoides de un hombre a cero y era seguro para el uso a largo plazo. Lo mejor de todo, la esterilidad es reversible: si el hombre dejó de tomar las semillas, su conteo de esperma volvería a la normalidad.
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com
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