lunes, 27 de abril de 2015

El sacrificio de vírgenes en la tragedia griega


La muerte de la mujer en la tragedia griega
Para comenzar, debe tenerse muy presente un rasgo sumamente importante que diferencia nuestra cultura de la que caracterizó a la Grecia antigua: los hombres y las mujeres no morían de igual modo.
Siguiendo este principio, el hombre, reconocido como ciudadano, luego de su muerte, era recordado públicamente por el Estado. Mucho más si su muerte sucedía en el campo de batalla. En ese caso, no sólo recibía un sepulcro que lo reconociera como “héroe” y diera fe de sus proezas y hazañas, sino que también éstas eran también recordadas en una oración fúnebre, producida especialmente por algún afamado poeta, a pedido del Estado. El ejemplo más claro en la literatura, es el funeral que sus compañeros de batalla realizan a Patroclo en la ILÍADA. Entre sacrificios y juegos fúnebres, se erige un grandioso túmulo en su memoria.
Las mujeres no conocían nada de todo esto. La única forma de “ser reconocidas” era permaneciendo en el anonimato, es decir, el prototipo de buena mujer exigía que ella diera de qué hablar lo menos posible.
El juicio de Paris (1599), óleo sobre lienzo de Hendrick van Balen the Elder (1573- 1632)El máximo recuerdo que podía alcanzar, era el recuerdo de su marido y el resto de su familia. Dice Nicole Loraux “no hay para la mujer otro logro que el de llevar sin ruido una existencia ejemplar de esposa o de madre; junto al hombre que vivía su vida de ciudadano.” y, más adelante, agrega: “la gloria de las mujeres consiste en carecer de ella”1. En la tragedia griega, es conocido que las mujeres mueren de manera violenta o brutal, más comúnmente, suicidándose las esposas y, siendo sacrificadas, las jóvenes vírgenes a causa de su pureza.
El juicio de Paris (1599). Hendrick van Balen the Elder
Sacrificio de vírgenes: el ejemplo de Ifigenia
La tragedia griega nos muestra que las doncellas no tienen la misma autonomía que las mujeres casadas, no pueden siquiera decidir su muerte y, de este modo, representa en repetidas ocasiones la muerte de jóvenes vírgenes entregadas a los dioses a modo de sacrificio por diferentes causas.
Una de las historias retomadas en diferentes obras, es la de Ifigenia, hija de Agamenón. Según reflejan los autores trágicos griegos, Agamenón, en su regreso de la guerra de Troya, cazó una cierva consagrada a la diosa Artemisa que, para compensar su pérdida, exigió al rey el sacrificio de su hija, a cambio de vientos propicios que posibilitaran su regreso a la patria.
Eurípides toma la historia de esta joven doncella en sus obras IFIGINIA EN AÚLIDE eIFIGENIA EN TÁURIDE. Por otro lado, la historia posterior de esta familia, signada por la tragedia, puede leerse en obras de los tres escritores griegos de tragedias que perduraron hasta nuestros días: ELECTRA, de Sófocles; ELECTRA, de Eurípides y laORESTÍADA, de Esquilo.
Ahora bien, debe recordarse que el sacrificio de vírgenes no era una práctica que se llevara a cabo en la polis griega pero, al ser puesto en escena, conformaba en un gran espectáculo, representado y admirado por el pueblo.
Atenea y Artemisa: las diosas vírgenes
Busto de Atenea, tipo Palas de Velletri (los ojos se han perdido). Copia del siglo IIAtenea, es una de las diosas vírgenes por excelencia, hija de Zeus y Metis. Según el mito, cuando Metis estaba embarazada, Zeus recibió la predicción de que primero tendría una hija mujer y luego un varón que lo destronaría. Al recibir este presagio Zeus decidió devorar a Metis. Llegado el momento en el que Metis debía dar a luz, el rey de los dioses pidió a Hefesto que le abriera la cabeza con un hacha y, en medio de este acto violento y feroz, nació Atenea, completamente formada y armada –como suele representársela-, a la vez que profería un grito guerrero.
Busto de Atenea, tipo Palas de Velletri (los ojos se han perdido). Copia del siglo II
Si bien Atenea tiene características guerreras, suele permanecer alejada de ésta, lo prueba el hecho de que no tiene armas propias –más que su sagacidad2– y utiliza las de su padre, Zeus, así como también la égida3 que ambos “embrazan”.
“Atenea despreciando a Hefesto”, P. Bordona (1555- 1560), óleo sobre lienzo, Manierismo.Atenea despreciando a Hefesto (c. 1555-1560), Paris Bordone
A pesar de ser una diosa virgen, existe en el mito, un hijo de Atenea: según cuenta la historia clásica, Poseidón jugó una broma a Hefesto y le comunicó que Atenea acudiría a él con intensiones románticas. Sin embargo, la primera parte era cierta, es decir, Atenea fue a la forja de Hefesto, pero sólo para buscar unas armas creadas por el dios para su padre. Creyendo en Poseidón, Hefesto enloqueció de pasión, tratando de tomar a la diosa, que no dudó en rechazarlo. Durante el forcejeo, el dios profanó con su semen la pierna de Atenea, que se limpió con un paño que dejó caer a la tierra. Una vez que el paño tocó suelo fértil, engendró al primer rey de Atenas: Erictonio, motivo por el cual, Atenea es la diosa protectora de la ciudad.
Busto femenino, probablemente copia de una estatua de Artemisa por Cefisodoto (siglo IV a. C.)Artemisa. Así como Atenea es conocida como la diosa guerrera, y es representada con armas y casco, Artemisa, es asociada a la caza y se asocia, al igual que su hermano gemelo Apolo, al arco y la flecha. Si bien es normalmente presentada como una virgen, siempre joven y de características bien femeninas, algunos de sus rasgos más importantes son la venganza y la aridez de carácter. Así, sus flechas no sólo le sirven para cazar fieras, sino también humanos, y las usa para causar muertes repentinas. Es también la encargada de enviar a las mujeres problemas a la hora de dar a luz, haciendo que mueran poco después.
Busto femenino, probablemente copia de una estatua de Artemisa por Cefisodoto (siglo IV a. C.) Mármol de Luni hallado en los Horti Vettiani (1873). Actualmente en el Palacio de los Conservadores de los Museos Capitolinos (Roma)
Si bien muchas familias trágicas sufrieron la venganza de Artemisa, aquí se puede retomar el ejemplo ya presentado: a cambio de la muerte de una de sus ciervas, Artemisa exige a Agamenón la muerte de hija Ifigenia.
 Conclusión: sacrificio y matrimonio
Para concluir esta breve reflexión, no puede pasarse por alto la relación entre el sacrificio de una joven y su matrimonio. Las similitudes son notorias a simple vista: en el sacrificio la joven es preciada en tanto es virgen, cualidad que pierde con el acto mismo de entregarse. Claro está que lo mismo sucede para la joven que, en vez de sacrificarse, se entrega en matrimonio: su virginidad, cualidad destacada hasta entonces, se pierde al entregarse al esposo. Pero, más allá de esto, se impone otra similitud, “las vírgenes trágicas llegan a la morada de los muertos igual que entran en el domicilio del marido, una vez abandonado el paterno.”4
Cymon e Ifigenia (1884) de Frederic Leighton (1830- 1896)Cymon e Ifigenia (1884). Frederic Leighton
En síntesis, en las obras de los grandes trágicos griegos, llegada cierta edad, cualquier joven -que mantuviera su calidad de virgen-, debía entregarse inexorablemente, ya fuera a los dioses o a su marido. A su vez, la tradición trágica se ha encargado de retratar en innumerables ocasiones, las vidas de aquellas doncellas que no siguieron este camino. Entre los atridas, Electra debe enfrentar gran cantidad de tormentos ya que, muerto su padre y sin marido, está completamente desprotegida. Así, mujeres como ella, que escapan al matrimonio y al sacrificio, parecen padecer innumerables sufrimientos, vidas tortuosas y finales terribles, incluso peores que el sacrificio.
Imagen de portada: Orestes y Pílades discuten ante el altar (1614). Pieter Lastman

  1. MANERAS TRÁGICAS DE MATAR A UNA MUJER, N. Loraux, op.cit.
  2. Motivo que la relaciona y que la lleva a ser la protectora de Odiseo tanto en lo que dura la guerra de Troya, como luego, en los diez años que transcurren hasta su regreso a Ítaca.
  3. La égida es una suerte de coraza, hecha a partir del cuero del gigante Pelante., derrotado por Zeus.
  4. MANERAS TRÁGICAS DE MATAR A UNA MUJER, N. Loraux, op.cit.
  • Alesso, Marta; ODISEA, UNA INTRODUCCIÓN CRÍTICA – Ed.: Santiago Arcos (2005)
  • Loraux Nicole, MANERAS TRÁGICAS DE MATAR A UNA MUJER – Colección: Literatura y debate crítico, 3 – Visor Distribuciones (1989)
  • Vegetti, Mario; “El hombre y los dioses “, en Vernant, J. (ed.), El hombre griego, Madrid, Alianza, 1993
  • elolimpo.com
¿TE HA SERVIDO ESTE ARTÍCULO? ASÍ PUEDES CITARLO:
«El sacrificio de vírgenes en la tragedia griega»Publicado el 24 de abril de 2015 en Mito | Revista Cultural nº.19 Abril 2015. URL: http://revistamito.com/el-sacrificio-de-virgenes-en-la-tragedia-griega/
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

No hay comentarios: