lunes, 15 de julio de 2013

Dinamarca: se relaciona la soja transgénica con daños en la cría del cerdo

Artículo de GM Free Cymru, 27 de abril de 2012
Borup Pedersen, criador de cerdos de Dinamarca
Introducción
Se ha producido gran revuelo en Dinamarca tras la publicación en un diario agrícola el pasado 13 de abril de 2012 de los descubrimientos del criador de cerdos Borup Pedersen al decir que la soja transgénica tiene efectos dañinos en sus animales y que por tanto afecta a la rentabilidad de las explotaciones. En la primera página del periódico se puede leer un artículo con el título “El criador de cerdos obtiene más ganancias con el uso de soja no transgénica”. A lado, en un lateral, se puede leer la tesis principal del Sr. Pedersen, que el DDT y la talidomida son problemas menores al lado de lo que supone el uso de los transgénicos y el glifosato. En un comentario editorial se dice que sería muy irresponsable por parte de las autoridades el ignorar o ridiculizar los descubrimientos realizados por el criador de cerdos, y pedía a las autoridades la realización de un nuevo estudio para comprobar si se producían las lesiones en el estómago y otros efectos derivados del consumo del soja transgénica. En el estudio se harían dos grupos de cerdos: 100 cerdos alimentados con soja no transgénica y otros 100 alimentados con soja modificada genéticamente.
En las páginas 6 y 7 del diario hay un artículo escrito por Anne Wolfenberg, una periodista muy experimentada y que conoce muy bien el sector porcino danés. Este artículo ya se filtró en forma de borrador, y difundido ampliamente en Internet. GM Free Cymru ayudó en la traducción al inglés del artículo de Anne Wolferberg, y se publicó una versión pensando que tanto la periodista como el periódico estarían contentos con la distribución de este artículo a los lectores de habla inglesa. El reconocimiento de la autora y las citas se conservaron en su integridad. Pero parece ser que había uno o dos errores, que se corrigieron con posterioridad, pero recibimos una queja por parte de la autora. Pedimos disculpas por el malentendido y enseguida quitamos el artículo de la página de GM Watch. También nos pusimos en contacto con un sitio web estadounidense que también había publicado el artículo para que fuese eliminado. Eso también se hizo.
En deferencia a las preocupaciones de Anne Wolfenberg, no hemos incluido aquí la traducción. En cambio, hemos hablado con el Sr. Pedersen, y amablemente nos ha dado permiso para utilizar el contenido de una presentación en PowerPoint, así como sus declaraciones y la utilización de las fotografías que ha realizado. Así hemos montando la primera parte de este artículo.
En la segunda parte se examinan las principales cuestiones planteadas en la cobertura de este asunto en el periódico danés Effektivt. Felicitamos al editor y periodistas involucrados en la redacción del artículo de investigación y por la valentía de publicarlo. También agradecemos al Sr. Pedersen por la información que nos ha suministrado y por la decisión de que esta información se haga de dominio público.
En la tercera parte de este artículo hemos traducido un comunicado de prensa relativo al proyecto de investigación danesa que examina los efectos de la alimentación con soja transgénica en los lechones durante la etapa de engorde, de 30 kg hasta 110 kg. Si bien aplaudimos que se lleve a cabo esta investigación, nos preocupa que la alimentación de los animales destetados, a partir de los 7 kg (28 días) hasta los 30 kg, pueda enmascarar los efectos del empleo de transgénicos y comprometer los resultados. Como sugiere el periódico, esta investigación será vital para comprobar si se realizó un juicio prematuro o las informaciones eran fraudulentas. El Dr. Brian John de GM-Free Cymru dice: “Llevamos involucrados en la investigación de los organismos modificados genéticamente durante más de una década y conocemos los resultados. Podemos dar por sentado que hay amplios sectores de la industria de los transgénicos, y una parte amplia de agricultores, especialmente de los Estados Unidos, que moverían cielo y tierra para evitar hacer daño a esta Industria, a causa de estos descubrimientos. Tenemos la sospecha de que se ha podido producir una gran presión sobre la periodista danesa y su periódico por partes interesadas, incluso por aquellos que cultivan la tierra, la Industria Agroquímica, sindicatos agrarios, etc. Creo que es una estupidez, porque es de interés de todos, también el de ellos, que el bienestar de los animales y la seguridad alimentaria no sea una cuestión que se esconde bajo la alfombra”.
En la cuarta parte aparece una entrevista con otro granjero danés, cuya experiencia relacionada con el cambio de alimentación en los animales, de soja modificada genéticamente a otra no modificada genéticamente, coincide con lo observado también por el Sr. Pedersen.
Parte 1. Los resultados en Pilegaarden
Salud y Bienestar animal
Cuando un ganadero danés, el Sr. Borup Pedersen, cambió la alimentación de sus cerdos a soja no modificada genéticamente, observó inmediatamente un cambio positivo en la salud de su manada de cerdas. Habló con un periódico danés importante que trata temas agropecuarios (Effektivt Landbrug) sobre este asunto, y el editor le dedicó bastante espacio -quizás porque el Sr. Pedersen no se dedica a producción ecológica, sino que se trata de un ganadero corriente que ha utilizado las mismas técnicas de cría que otros muchos de todo el país. La granja se encuentra en Pilegaarden, Hvidsten, cerca de Randers en Jylland.
La producción danesa de cerdos está reconocida mundialmente por su alto nivel de productividad, con un promedio de 30 cerdos destetados por cerda y año. En combinación con el uso de antibióticos, menos de 50 mg por kg de carne de cerdo producida ( en la mayoría de otros países, salvo en el resto de países escandinavos, se utiliza de 2 a 4 veces esa cantidad), les convierte en los campeones mundiales de producción porcina. El uso de los antibióticos está controlado por los veterinarios de manera estricta según los estudios científicos realizados y aceptados en todo el mundo. Las instalaciones de investigación de Dinamarca están controladas por los propios ganaderos, o por el Gobierno, lo que hace que la Industria de los transgénicos esté menos extendida que en otros países.
Sobre los efectos de la alimentación con soja libre de transgénicos el Sr. Pedersen observó los siguientes efectos:
  • Desaparición de la diarrea al cabo de 2 días después haber parido la cerda, cuando antes teníamos que administrar Borgal 50-100 ml/día.
  • Desde que se ha cambiado la alimentación no se ha observado la muerte de cerdas o ulceración, cuando antes teníamos al menos 1 por mes ( 36 cerdas murieron debido a enfermedades relacionadas con el aparato digestivo durante los dos años anteriores al cambio de alimentación).
  • Las cerdas no han muerto por pérdida de apetito, mientras que dos cerdas murieron por esta causa el año pasado.
  • Incluso sin lavar entre un parto y otro, la diarrea no ha vuelto a aparecer. Anteriormente, cuando no nos lavábamos aparecían más casos de diarrea.
  • Hemos luchado mucho contra la diarrea, ahora este problema ha desaparecido.
  • Hace dos años, cuando tuvimos los peores casos de diarrea, teníamos meses en los que moría el 30% de la paridera. En ese momento no encontrábamos cerdas para cuidar de los cochinillos.
  • Antes era muy extraño que una cerda tuviera 13 lechones. El promedio era de 10,5 lechones por cerda. Ahora estamos llegando a más de 12 de media y una paridera de 14 lechones es más común. Tenemos menos cerdas enfermas, simplemente porque las cerdas comen más y los lechones maman mejor.
  • Las cerdas paren mejor y tenemos 0,3 más nacimientos vivos por cerda, con 0,2 muertos menos. Ahora tenemos 14,9 nacidos vivos y 1,6 muertos como promedio en los últimos 7 meses.
  • Los lechones destetados son más fuertes y tienen un tamaño más uniforme.
  • Las horas de trabajo se han reducido en 20-30 horas mes, en parte porque nos lavamos menos y todo se hace más fácil.
Nos cambiamos a la soja no transgénica y harina de pescado para alimentar a los animales destetados, en lugar de GMO HP 200 ( soja transgénica purificada) y soja transgénica. Los lechones parecen más activos. Los hemos alimentado sólo durante tres meses, por lo que no hay datos seguros todavía. A partir de los 15 kg no usábamos soja transgénica, cuando todavía no estábamos seguros de las consecuencias, pero después hemos utilizado menos medicinas, casi a la mitad de las que usábamos antes”.
El Sr. Pedersen dice: “ He estado cuidando de mis 450 cerdas con el mismo trabajador desde hace 5 años y la forma de manejar los animales no se ha modificado. No es esta la razón por la cual han mejorado nuestros resultados. Cuando cambié la alimentación en abril de 2011, no se lo dije a mi empleado, porque quería ver si notaba la diferencia. “Ha cambiado la dieta”, me dijo unos días después de haber hecho el cambio a la soja no transgénica. “Bueno, ¿qué pasa ahora?, le pregunté. A muchos animales no había que inyectarles Borgal como hacíamos antes para detener la diarrea de los lechones. Esta tendencia positiva ha permanecido desde entonces y la mejoría ha aumentado desde el año pasado. Sólo con el ahorro en medicinas puedo pagar el coste adicional de la soja no transgénica”.
Lechones deformes y muertos
A la derecha, cochinillo con deformidad craneal; arriba a la izquierda, deformidad en la columna; abajo izquierda, lechones siameses
Por alguna razón, los lechones muertos y deformes son un problema en las explotaciones ganaderas donde se utiliza soja transgénica en la dieta. El Sr. Pedersen está convencido de que esto está relacionado con los productos agrícolas con residuos de glifosato, algo permitido en la alimentación por la UE – 20 ppm en el maíz y la soja. Dice que en la harina de soja no se sobrepasaban unos niveles de 17 ppm y que el nivel de tolerancia permitido es algo establecido por la Industria de los transgénicos. En Argentina, dice, los agricultores rocían aproximadamente 4 litros de Roundup por cada tonelada de soja transgénica. Los cultivos modificados genéticamente son rociados con Roundup al menos 2 veces durante el período de crecimiento. Argentina es un importante proveedor de soja transgénica en el mercado europeo. “Cuando los ganaderos de Dinamarca adquieren cereales o colza en el exterior, estos presentan un alto contenido en glifosato, ya que se han rociado sólo de 10 a 14 días antes de hacer la cosecha. Usted sabe que el 80% del glifosato queda en la planta; algo se degrada pero el resto permanece en la planta y se concentra en algunos puntos de crecimiento, donde se están formando las semillas”.
En el silo que tengo para el grano un 15% es grano seco que presenta Roundup, y también compro la cebada para las cerdas. Es decir, el 40% de la alimentación puede presentar restos de Roundup. Según lo que he leído sobre literatura científica, las malformaciones en fetos de especies animales comienzan a partir de 0,2 ppm, y los trastornos endocrinos se producen en los humanos a partir de 0,5 ppm. La muerte de células humanas ocurre a partir de 10 ppm. Hemos tenido 13 lechones en malformaciones ( aproximadamente 1 de cada 700) en los últimos nueve meses, la mayor parte de ellos nacieron vivos. Sabemos por experimentos realizados que el glifosato daña el cráneo y la columna vertebral en aproximadamente el 70% de los animales de prueba. Estoy convencido de que causadefectos graves de nacimiento, especialmente en la cabeza y la columna vertebral en los seres humanos y en los animales.” Citó información de Argentina sobre el efecto del glifosato en los seres humanos, allí donde se fumiga con Roundup en las zonas rurales. Esto nos recuerda que animales y niños presentan el mismo tipo de daños, como se puede ver en este vídeo:
Investigadores independientes han demostrado a su vez que Roundup es tanto un potente disruptor endocrino como un biocida no selectivo, dando lugar a defectos de nacimientos, abortos, cáncer e interfiere con la flora intestinal de los mamíferos, de modo que la Clostridia se convierte en un problema. Ésta, creo, es la razón principal del botulismo crónico en el ganado, la diarrea y la hinchazón en las cerdas, que eran algunos de los problemas que teníamos, pero que desaparecieron al cambiar de dieta. Estaba presente la bacteria Clostridium”.
Mirando hacia el futuro, dice: “Estoy seguro de que los ganaderos daneses dejarían de utilizar soja transgénica en la alimentación de los animales si supieran sus efectos nocivos que tienen en los animales y en los seres humanos, de modo que los efectos del DDT y la talidomida pueden ser descritos como triviales en comparación con los efectos que estamos viendo por el uso de cultivos transgénicos rociados con Roundup. Losefectos negativos sobre la salud humana aumentarán en gran medida en el futuro, a medida que aumenta el uso de Roundup en todo el mundo. No quiero ni pensar lo grave que puede convertirse la situación si la Comunidad Mundial no pide que se detenga la alimentación animal contaminada con herbicidas” Cita investigadores que instan a que se aplique el principio de precaución y que el uso de Roundup debe ser prohibido.
Finalmente cita al profesor Don Huber: “Seremos recordados en el futuro como la generación que lanzó miles de toneladas de productos químicos al suelo, pero también como la generación que sacrificó a sus hijos en beneficio de un puñado de multinacionales”.
Realidades económicas
El Sr, Pedersen ha analizado los efectos de cambiar a la soja no modificada genéticamente, y los resultados indican que ha obtenido una mayor rentabilidad en su granja. Así evalúa la situación: “Encontramos que la eficacia – medida en términos de horas hombre requeridas en la nave- ha aumentado, ya que los animales están más contentos y más saludables. Ahora tenemos 1,8 más cochinillos destetados por cerda – 29,9 frente a 28,1 cuando utilizábamos soja transgénica. Esos 1,8 más de lechones destetados se traduce en 225.000 coronas danesas. Otro dato es que han muerto 12 cerdas menos al año por problemas estomacales, lo que en el hato reproductivo se traduce en 30.000 coronas danesas. La soja no transgénica contiene más nutrientes, más proteínas y es más energética. El valor añadido de proteínas y energía es de 17 DKr. por 100 kilogramos, lo que se traduce en 12.759 coronas danesas al año”. ( 1 euro= 7,45 coronas danesas)
El lado negativo de la ecuación se encuentra en el coste adicional de 75 toneladas de productos no transgénicos, 55 coronas danesas por cada 100 kg, lo que hace un total de 41.250 coronas danesas.
Gráfico mostrando el uso de antibióticos en la zona de cría de las cerdas en la Granja Pilegaarden, durante los 12 meses después de la conversión de soja transgénica a soja de no transgénica en el suministro de alimentos. Las columnas muestran las dosis diarias acumuladas por cada 100 animales que reciben la medicación en el área criadora de la granja. La línea azul clara discontinua señala media nacional en esos 12 meses. La línea naranja muestra el promedio en los 12 meses de la prescripción de antibiótico ( unidades de medicación) en la zona de cría de cerdas de Pilegaarden. Ha descendido a menos del 50% de la media nacional y regional.
Curva ampliada, durante un período de 24 meses. Esta curva tiene los mismos parámetros, pero muestra cómo las unidades de medicación usadas en la zona de cría de cerdas estaban por encima de los promedios nacionales y regionales antes del abril de 2011 – en el período en el que se utilizaba soja transgénica en la dieta y se daban problemas de diarrea en los cochinillos y las cerdas
Los costes adicionales equivalen a unas 28.500 coronas danesas. Son 450 cerdas, o sea 63,34 coronas danesas por cerda.
Considerando los aspectos positivos y negativos, el ganadero concluye: “El ahorro en las medicinas sirve para pagar el coste adicional por la adquisición de soja no transgénica. En total preveo unas ganancias de 250.000 coronas danesas, o sea, 550 coronas por cerda. Mis animales están más felices y saludables, mis márgenes de beneficio han aumentado. ¡Así que hago debo estar haciendo bien!”.
Los datos para cada categoría de cosecha incluyen variedades tanto con HT como la presencia (apilados) de Bt. Fuentes: 1996-1999, los datos son de Fernandez-Cornejo y McBride (2002). Los datos para 2000-10 están disponibles en la base de datos ERS, Adopción de Cosechas Genéticamente Modificadas en los Estados Unidos, tablas 1-3.
La situación en otras partes
De 32 a 36 millones de toneladas de soja son importadas por Europa cada año ( en su mayoría de Brasil, Argentina y Estados Unidos) para su uso en la cadena de suministro de piensos para animales. La mayor parte es soja transgénica – solamente 7 millones de toneladas con clasificadas como no transgénicas. Los mayores importadores son Francia, Alemania y España. Dinamarca es muy dependiente de la soja transgénica para alimentación animal y es importada de Argentina. Alrededor de 1,7 millones de toneladas de soja transgénica fueron importadas por Dinamarca en 2011 para la alimentación animal.
Hemos recogido pruebas que muestran las evidencias de problemas de salud, muertes del feto y malformaciones en animales en granjas de Dinamarca donde se utiliza la soja transgénica como fuente de alimentación. Lamentablemente, gran parte de estas evidencias no pasan de ser anecdóticas y no están debidamente registradas en la literatura científica revisada por pares. Hay, siendo suaves, un encubrimiento de este hecho dentro de la industria agropecuaria. Se trata de una barbaridad, y los investigadores debieran abordar este asunto relativo a las enfermedades en los animales de las granjas y el uso de soja transgénica. Decía un colega estadounidense: “Estoy casi seguro de que hay documentación custodiada por alguna entidad oficial o registro sobre este tema. A causa de las grandes mentiras que se difunden sobre los transgénicos, diciendo que son sustancialmente “equivalentes”, muy pocas personas se han planteado los problemas por la introducción en la alimentación animal de soja transgénica, y cuando se hizo se referían a ello como una “nueva norma”. Sé de varios casos individuales de demostración de los problemas derivados del uso de maíz y soja transgénica, pero los archivos pertenecían a los que realizan el cultivo y no a entidades oficiales. Estas pruebas comenzaron, según mis conocimientos, en 1997”.
Par su vergüenza, la Industria de los Transgénicos, sindicatos agrarios y los reguladores siguen manteniendo una cerrazón para evitar que se realicen las debidas investigaciones en el sector porcino (en Norteamérica) sobre los efectos de piensos elaborados con soja transgénica. No es tarde para iniciar idéntica investigación en los países en Dinamarca y los países de la UE, con carácter de urgencia. No se trata simplemente del bienestar animal, sino que también está en juego la salud de los consumidores europeos. No debiera ser necesario recordar que los humanos tiene el tracto digestivo muy similar a los cerdos del Sr. Pedersen.
Nota:
No es nuestra intención para nada dañar la industria porcina danesa, que es de gran importancia en la economía europea. Como se indicó anteriormente, Dinamarca cuenta con una industria muy regulada, incluyendo la medicación de las piaras de cerdas, más estricta que en otros países de la UE. Se aplican sanciones muy altas a aquellos criadores de cerdos que utilizan medicamentos en niveles mayores a los acordados por las leyes. De hecho, es por su regulación tan estricta, con una amplia tradición de apertura y transparencia, y la vigilancia y supervisión de los veterinarios, que el Sr. Pedersen ha sido capaz de reunir toda la información descrita anteriormente. Esto no habría sido posible en la mayoría de los países de la UE. Dinamarca es nuestra esperanza de que las experiencias del Sr. Pedersen sean realizadas también en otras granjas, y si la industria se plantea el uso de la soja no transgénica, no solamente mejorará la salud de la cabaña porcina nacional, sino que también obtendrá una ventaja competitiva en el mercado.
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