sábado, 28 de abril de 2012

Depredación | Cocaleros y cuartoneros desangran al Tipnis


El Deber , 10/07/2011

Noticia M1


El ruido de motosierras suena intermitente durante el día, las hojas de coca se secan al sol tibio de julio y en esos 42 kilómetros de camino de tierra que nacen en la puerta del Isiboro-Sécure y terminan en el río Ichoa ya existen 14 asentamientos humanos con gente llegada desde el occidente del país. El último núcleo data de 2010 y hace honor al lugar donde fue levantado. Se llama Unión Sécure. En ese rincón del Parque Nacional Isiboro-Sécure los colonos aguardan que la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos (que estiman pase por ahí), empiece de una vez. Con orgullo muestran las demarcaciones que se hicieron dos años antes y que a medida que pasa el tiempo empiezan a ser cubiertas por la maleza. Esta posición contrasta con la dirigencia del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), que exige que el tramo II no pase por el medio de esa reserva natural. Pero ahora los colonos la sienten más cerca que nunca. Desde el kilómetro cero que empieza en Villa Tunari (el trópico de Cochabamba), las máquinas de la empresa OAS ya encendieron sus motores y dos brigadas de sus funcionarios arrancaron con la construcción del primer tramo que termina en Isinuta. Además, ya existen tres campamentos en la zona. En el primero está instalado el departamento administrativo, en el segundo la chancadora y en el tercero los dormitorios y los comedores de los constructores. Los topógrafos y los maquinistas están trabajando desde el kilómetro cero y en paralelo al camino empedrado que fue construido con el auspicio del Plan de Desarrollo Alternativo comandado por EEUU durante la década de los 90, cuyo fin era exterminar las plantaciones de coca. Pero ahora la coca se extiende más allá de Chapare. La hoja se hace visible a pocos metros del río Isiboro. Puerto Patiño es la primera colonia que aparece y para entrar en esa tierra hay que pagar un peaje de Bs 5 que cobra una menor de edad. La explicación que da es que ese dinero se lo utiliza como fondo para mantener el terraplén a cuyos costados se levantan las casas de madera de los 14 asentamientos humanos. Las casas están construidas a un costado del camino ripiado. Son de madera y se sostienen en una base tipo zancos para evitar que el agua que reina en época de lluvia se meta en sus habitaciones. Es miércoles y el sol ha salido después de una semana de un frío intenso. Los hombres, las mujeres y los niños también han salido con sus hules azules y los han extendido en las aceras de sus casas y en la mitad del camino. Encima han colocado las hojas de coca. Después, con sus manos y sus pies, con escobas de paja y de plástico les dan vueltas a la coca para que los rayos solares las sequen por todos sus rincones. "Nosotros aquí vivimos de esta actividad", dice don Rafael Colque, de la colonia Aroma, y también aclara que se dedican a las plantaciones de frutas y a la siembra de yuca, de maíz, de zapallo, de arroz y de todo lo que se siembre en esa tierra café. Los ruidos de las motosierras llegan de varios lugares. Una evidencia de que monte adentro hay actividad de deforestación. "Son campesinos que están cortando árboles para construir sus casas", dice un colono que vive en Moleto y que se da cuenta de que la presencia de los periodistas incomoda. El ruido de la motosierra cesa pero otro más ensordecedor golpea los oídos. Es un árbol de 30 metros de alto que cae al suelo. Esa escena ocurre a 100 m de donde está el equipo de EL DEBER pero el ruido igual es fuerte. Los colonos aplauden, se ríen, festejan por el triunfo de sus compañeros sobre la naturaleza. La excusa de que los árboles son tumbados para construir las casas de los colonos se cae cuando aparecen los ríos y a los costados de estos afluentes se ven tablones de madera mara apilados en la playa, esperando a que llegue algún barquito para llevarlos hasta la carretera asfaltada que une a Santa Cruz con Cochabamba. "Los árboles son convertidos en tablones a punta de motosierra", dice un guía que habla despacio porque en esa tierra, donde los colonos imponen su ley, hablar demás puede ser peligroso. Un profesor de escuela que ha llegado del occidente del país y que vive en una colonia pide ser prudente a la hora de informar sobre las actividades que ocurren en el Isiboro. "Aquí vivimos como podemos. Estamos lejos de todo", dice. A un costado de los ríos está la playa y al otro un bosque oscuro, donde suelen aparecer sendas de un metro de ancho y por ese orificio brotan los ruidos de las motosierras y por ahí mismo se saca la madera que luego sigue camino en balsitas también de madera. En las afueras de las casas de las colonias no solo se puede ver coca secando al sol, sino también antenas parabólicas y vehículos que no tienen placa. Ahora que la carretera asfaltada está por asomar en esa zona, los colonos dicen que van a hacer legalizar sus vehículos indocumentados porque creen que es más probable que las autoridades ingresen a poner un control que hasta ahora casi no existe. Incluso, en todo el trayecto se ven camiones que se ocuparon en la Segunda Guerra Mundial, de marca Mercedes-Benz, que fueron adquiridos desde Italia por personas particulares. Funcionan sin placa y cumplen una sentida necesidad: ofrecen el servicio de transporte público durante las 24 horas del día. En la madrugada, los conductores de estos vehículos, cuando están por un núcleo urbano, aprietan la bocina en señal de que están pasando por ahí. La zona nunca duerme. A los lados del camino hay postes de concreto que sostienen el tendido eléctrico que lleva la luz a todos los rincones de los asentamientos. En algunas comunidades también hay escuelas construidas recientemente, igual que esas que se edificaron en Chapare desde que Evo Morales es presidente. Para saber Creación. El Isiboro-Sécure fue constituido en parque nacional en 1965, mediante el DS 7401. Se prohibió la colonización del área protegida. TCO. En 1990, mediante el DS 22610 y a raíz de movilizaciones indígenas este parque fue declarado territorio indígena (Tipnis). En 1996, después de promulgarse la Ley INRA, la reserva se convirtió en Tierra Comunitaria de Origen (TCO) de indígenas yuracarés, moxeños, chimanes y baures. Las tierras fueron tituladas bajo esa modalidad en favor de los pueblos indígenas. Ubicación. El Tipnis está situado entre los departamentos de Beni (provincia Moxos) y de Cochabamba (provincia Chapare). Los municipios involucrados son San Ignacio de Moxos y Loreto en el Beni, y Villa Tunari y Morochata en Cochabamba, con una superficie aproximada de 12.363 km². Habitantes. La etnia moxeña constituye la población más numerosa (el 72%), seguida de los yuracarés y de familias chimanes en el extremo suroeste del área. Del lado de Cochabamba existe avance de colonos cocaleros y explotadores de madera, cuyo número se desconoce aún. Carretera. En febrero de este año, el Estado boliviano y el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social de Brasil (BNDES) suscribieron el contrato de colaboración financiera por la suma de $us 332 millones destinados a financiar el Proyecto Carretero Villa Tunari– San Ignacio de Moxos.

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