domingo, 21 de agosto de 2011

Prejuicios desarrollistas sobre el TIPNIS



Publicado en 21 agosto 2011
Prejuicios desarrollistas sobre el TIPNIS
El  lunes 15 de agosto se inició en la ciudad de Trinidad la marcha indígena hacia La Paz, en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), ante el intento del Gobierno de construir una carretera que atravesaría el corazón del indicado Parque Nacional y las consecuencias que acarrearía este emprendimiento. Se calcula que los marchistas, a la cabeza de sus organizaciones matrices como la CIDOB, el Conamaq y otras solidarias, podrían arribar a la sede de gobierno en 30 días.
El tema de fondo que se debate es la mirada imaginaria y prejuiciosa sobre este territorio indígena y sus pobladores ancestrales y la visión de desarrollo que se pretende imponer. Escuchamos en reiteradas ocasiones a algún senador oficialista hacer cifras, diciendo que desviar la carretera del trazo acordado con empresas brasileñas significaría erogar mucho más dinero. ¿Se debe destruir un parque nacional para abaratar la integración de dos departamentos? ¿Aquí hay que destruir a un costo menor?
Algún diplomático e historiador dice que los defensores del TIPNIS “prefieren que esas pobres gentes continúen viviendo primitivamente… sin acceso a la vida moderna” ¿Qué es ser primitivo? ¿Qué es ser pobre? ¿Qué es ser moderno? ¿Alguna vez ese señor recorrió estos territorios y se topó con algunos pueblos que habitan este territorio?
Este mismo diplomático dice que “la construcción de una carretera puede provocar algún daño a la ecología de la zona. Pero eso se reemplaza con el turismo que pasaría por ella” (Prudencio, 17/8/11). ¿Este historiador alguna vez subsanó el daño ambiental con el turismo? ¿Cuál es su experiencia o su conocimiento para escribir semejante justificación?
Un clérigo conservador opina, ¿por qué se habla tanto del conservacionismo y no se menciona prioritariamente a la iglesia como necesidad? ¿A ciertas tendencias trogloditas de la Iglesia Católica no les bastó que estos territorios hayan sido sus colonias bajo el nombre de misiones religiosas?
La Viceministra de Medio Ambiente indicó hace unos días que los parques nacionales son un fracaso y no queremos parques que no se toquen. ¿Cómo medimos el fracaso de los parques nacionales? ¿Sólo es posible evaluar los parques nacionales desde la rentabilidad económica? ¿Por qué no se mide la cantidad de oxígeno que nos brinda el TIPNIS? ¿Se ha medido la enorme biodiversidad existente en estos parques como el TIPNIS?
En 186 años de vida que tiene el país, aún cometemos el pecado de imaginarnos a la Amazonía, el oriente y el Chaco como vastos territorios vírgenes, con unos cuantos “primitivos” a quienes hay que modernizarlos o colonizarlos, abriendo carreteras de integración. Este mismo razonamiento tenía el Estado republicano, incluido el del 52, que organizó la marcha al oriente. ¿Se ha evaluado el daño ambiental causado? ¿Cuántos pueblos desparecieron como efecto de estas políticas estatales? Con esta mirada imaginaria, distante y prejuiciosa se construyó el artículo 129 de la Ley de Reforma Agraria de 1953, que reza: “los grupos selvícolas de los llanos tropicales y subtropicales, que se encuentran en estado salvaje y tienen una organización primitiva quedan bajo la protección del Estado”. ¿Cuánto ha cambiando el pensamiento conservador, “modernista y desarrollista” en el siglo XXI sobre los pueblos indígenas y sus territorios?
Felizmente, los pueblos indígenas del oriente, la Amazonía, el Chaco y los pueblos andinos han decidido jugarse la vida por sus territorios ancestrales, por su hábitat, por nuestra Madre Tierra como es el TIPNIS, enfrentando a la llamada modernidad colonizadora, con otra marcha histórica. Afortunadamente, ya no están solos, la gente urbana de las ciudades, aquellas que adquirieron la conciencia contra el desarrollismo sin límites, ha decidido apoyar la demanda de parar la construcción de la carretera o que se busque otras alternativas sin afectar al TIPNIS y a sus pueblos. ¿Dónde quedó el discurso de generar otras formas de desarrollo? ¿Vamos a seguir apostando a la modernidad depredadora?






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