Con la obra, las petroleras piensan exportar gas a Chile y los mercados extra-regionales a través de puertos del país transandino. Se consolida el plaCon la obra, las petroleras piensan exportar gas a Chile y los mercados extra-regionales a través de puertos del país transandino. Se consolida el plan transnacional que profundiza nuestra dependencia y atraso. Bolivia exporta sin tener reservas probadas suficientes de gas, mientras vive una inédita crisis energética.
Nelson Vila / Justo Zapata / Mirko Orgáz
Con la conclusión del Gasoducto, mal llamado, de Integración Juana Azurduy de Padilla (GIJA), las transnacionales piensan exportar gas a Chile y a los mercados de ultramar por puertos del país transandino, para que continúe el inmisericorde saqueo de este recurso estratégico.
Además, la exportación de gas natural por el GIJA es un calco de la nefasta venta de gas a Brasil, al continuar con la venta a precio cero del denominado gas rico, cuyos licuables deberían ser separados en el país desde el momento de la inauguración del ducto, según los acuerdos entre Argentina y Bolivia, como reveló el ex ministro de Hidrocarburos, Andrés Solíz Rada, para quien la venta del energético al país del Río de la Plata en esas condiciones es traición a la patria.
El acuerdo original de compra y venta de gas a la Argentina, según refleja una entrevista a la ex autoridad, consistió en “ni una molécula adicional de gas a la Argentina hasta que la planta separadora esté funcionando”.
“Omitir el cumplimiento de ese acuerdo puede ser considerado una traición a los intereses del país a la luz de lo que prescribe la nueva Constitución Política del Estado”, dice Soliz Rada, en una entrevista publicada por el diario tarijeño “El País” y reproducido por la página web de Plataforma energética.
Resurrección del Proyecto Pacific LNG
Cabe decir que el gobierno amplía las exportaciones de gas a la Argentina sin tener reservas suficientes de gas probadas y con total ausencia de planificación del uso de este energético para el desarrollo estructural de Bolivia.
Esta política “neoliberal” profundiza nuestra condición de país exportador de materia prima, des-industrializado y empobrecido.
Como si fuera poco, el gobierno ahora negocia la venta de gas natural licuado a Paraguay y Uruguay, al mismo tiempo, que el poder petrolero genera en el país un ambiente propicio a la “inversión” externa para lograr nuevas concesiones petroleras en desmedro de YPFB y busca aprobar una nueva Ley de Hidrocarburos a la medida de sus intereses, que incluye entre otras cosas, la rebaja de impuestos, bajo el argumento de “aumentar reservas” y la exportación a mercados extra-regionales.
Esta fue la principal conclusión del primer Congreso Internacional de Gas y Petróleo realizado por el gobierno del MAS y las petroleras el 18 y 19 de julio de mayo en la ciudad de Santa Cruz: exportar a mercados extra regionales.
Carlos Delius, presidente de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) lo señaló con meridiana claridad: “Bolivia tiene que llegar a alguna costa, y digo a alguna costa porque cualesquiera de las dos (la del Atlántico o la del Pacífico) puede servir para posicionar nuestro gas a nivel extraregional, de lo contrario esta va a ser una provincia gasífera, totalmente dependiente de dos mercados que tampoco funcionan como mercados, porque ni Argentina ni Brasil funcionan como un mercado libre de gas” (Energy Press).
Se trata, sin ambages, de la resurrección del proyecto Pacific LNG de exportación de gas a Chile y Estados Unidos que fuera duramente cuestionado por el pueblo boliviano los años 2002 y 2003.
Gas a Chile vía la Argentina
Carlos Delius, también, es directo y propone exportar gas a Chile utilizando los gasoductos Nor Andino y Atacama, construidos exclusivamente para este efecto en el nor-oeste argentino. “Hoy en día, sin consideraciones políticas ni históricas, el Pacífico sigue siendo el mejor lugar, uno porque ya hay una conexión física hacia el Pacífico, o sea entre Argentina y Chile existen dos gasoductos que básicamente no se los usan, que son Atacama y el Nor Andino y esos podrían transportar gas boliviano para juntarlo y licuarlo en Chile y de esa manera estar conectados al mercado mundial de gas”, afirmó a Energy Press.
Este plan de las transnacionales está secundado por el hecho objetivo de que el GIJA no exportará el gas natural al Noreste argentino, en el corto ni mediano plazo, como anuncia mediáticamente el régimen de Evo Morales. La propia presidenta argentina, Cristina Fernández, confirmó esto en el acto de inauguración del GIJA, cuando afirmó que el gasoducto al Noreste será concluido en el largo plazo.
Aún más, el Noreste argentino es la región más pobre del país vecino y del continente y no tiene ninguna capacidad industrial ni doméstica de absorción de los 27 MM3D de gas que se pretende trasladar a través del GIJA, como se publicita incesantemente por la propaganda oficialista y medios afines al saqueo de nuestros recursos. Además el tendido del gasoducto del Noreste de más de 1.500 kilómetros de largo ni siquiera está licitada y no llegará a los 3.4 millones de argentinos de esa región.
Además, miembros de la Unión Nacional de Defensores de los Recursos Naturales de Bolivia (UNADERENA) afirman que no hay un “San Pablo” en el Noreste argentino con la capacidad de consumo de 27 MM3d, pero sí en la minería del norte chileno donde se invertirán 43 mil millones en el próximo quinquenio.
¡Gas para Bolivia vía la Argentina!
El gobierno de Evo Morales habla de gasificar el sur de Bolivia desde la Argentina. Es un proyecto inviable.
Al respecto, Cristian Inchausti, presidente de YPFB Transportes señala que “En 30 días, Potosí recibirá gas desde el norte argentino. En 30 días, Argentina concluirá la construcción del ramal del Gasoducto de la Puna que conectará el norte argentino con la población de La Quiaca, en la frontera con Bolivia. A través de este gasoducto, Bolivia podrá enviar el energético a las poblaciones de Villazón, Tupiza, Atocha y Uyuni”.
Desde Buenos Aires, el presidente Evo Morales secundó esta declaración señalando que este gasoducto permitirá industrializar los recursos minerales existentes en la zona, así como el proyecto de industrialización del Salar de Uyuni, buscando posicionar en el imaginario de la nación boliviana que está gasificando el país.
No se debe perder de vista la pérdida de soberanía sobre un recurso estratégico que nos llegará supuestamente de fuera de nuestras fronteras.
Se trata, según este plan irrealizable, ¡gasificar el país viabilizando el gasoducto Nor Andino que va a Chile! (ver mapa), tal cual lo dice la CBHE que agrupa a las trasnacionales en Bolivia.
Antecedentes
Cabe recordar que desde Jorge Tuto Quiroga, pasando por Gonzalo Sánchez de Lozada, las transnacionales fracasaron con el “plan A” de exportar gas natural directamente a Chile con la construcción de un ducto desde el chaco boliviano hasta el puerto de Patillos bajo el pretexto de que el destino final del energético sería California (Proyecto Pacific LNG).
Ese proyecto transnacional frustrado por la movilización del pueblo alteño el año 2003, fue inmediatamente sustituido por el “Plan B” de exportación de gas a Chile, vía la Argentina. Este plan se ejecutó silenciosamente desde la ascensión de Carlos Mesa (2004-2005) por medio de dos gasoductos construidos en el norte argentino en dirección a Chile: Nor Andino y Gas Atacama, bajo la excusa de la crisis energética del país del río de La Plata y a “precio solidario” ($us. 0.98 el millar de pies cúbicos) mientras las transnacionales la reexportaban a 10 veces su precio.
Con el fin de evitar la crítica interna y aplacar la furia de las organizaciones sociales contrarias a la exportación de materias primas, Carlos Mesa –a principios de 2004- esgrimió la frase “ni una molécula de gas para Chile”, con la cual intentó convencernos de que el reinicio de la venta de gas a la Argentina estaría destinado únicamente a paliar su aguda crisis energética, sin embargo todas las moléculas gasíferas estaban destinadas a Chile como posteriormente lo reconoció públicamente el extinto presidente Néstor Kirchner.
¿Cuál la empresa beneficiada?
¿Cuál será la empresa que reciba los principales beneficios de este negocio? Nada menos que la española REPSOL que ha elaborado su propio triángulo energético para tener en sus manos la mayor cantidad de la renta petrolera.
La transnacional tiene en su poder los reservorios del campo Margarita (de donde se pretendía exportar gas a Chile antes de octubre de 2003), hoy proveedor principal del GIJA. En el lado argentino controla junto a Petrobras la explotación y exportación del gas natural. En otras palabras ella se venderá y comprará el energético, vía YPFB y Enarsa.
Para cerrar la tríada perfecta, descubrimos que es socia junto a Pluspetrol, ENDESA y CMS de dos plantas de generación de energía eléctrica en Tocopilla.
En suma, la Repsol, empresa española, se apropiará de la mayor cantidad de la renta gasífera y de su transformación en energía eléctrica para beneficio de las transnacionales mineras.
Hoy la petrolera, sin tener contrato, participa de la exploración del campo Sararenda, tal como ella informó a sus socios en su página WEB, de donde planea exportar también gas al mercado Argentino y chileno, y si alcanza a los mercados de ultramar.
Industrializar el litio argentino con gas Boliviano antes que el Salar de Uyuni
La otra noticia que indigna más el sentido común de la nación boliviana, es el anuncio aparecido en julio de 2005 sobre la construcción de un nuevo ducto que se conectará con el Gasoducto Atacama para potenciar el sector minero de Salta y culminará en el Salar del Hombre Muerto, en el límite con la provincia de Catamarca, donde la empresa Minera del Altiplano posee los yacimientos de litio y la empresa Bórax SA tiene yacimientos de borato.
En síntesis, con energía barata y limpia de Bolivia esos emprendimientos no tendrán competencia, mientras el gobierno boliviano anunció que usará la energía geotérmica para el desarrollo de la industria del litio en Potosí.
Exportadores de materia prima
Si durante los gobiernos neoliberales se concretó el gasoducto y la venta de gas a Brasil, la actual gestión concretó el GIJA y la ampliación de la venta de gas a la Argentina y se prepara para exportar gas natural licuado (GNL) a Paraguay y Uruguay, sin olvidar los mercados asiáticos.
La venta de gas a Chile por Argentina fue una idea que nació en el gobierno de Carlos Mesa el año 2004 como alternativa a la oposición del pueblo boliviano a venderle gas de forma directa a Chile.
Alteños en pie de alerta
La reciente movilización de los vecinos del Distrito Ocho de la ciudad de El Alto, que por poco deja sin combustibles a las principales urbes del departamento de La Paz, exigió alcantarillado y conexiones domiciliarias de gas natural.
En perspectiva, este es el primer síntoma de que todo el armatoste mediático, político y estatal, levantado por las transnacionales y sus socios para bloquear la agenda de octubre no funcionó.
Ocho años después de la “Guerra del gas”, continúa en la memoria del pueblo y en su instinto de supervivencia social que el único camino para salir del atraso y la dependencia e iniciar la liberación nacional es una verdadera nacionalización e industrialización de los recursos naturales y la gasificación del país.
Mayor información:
www.hora25.org
www.kaosenlared.net/noticia/bolivia-concreto-proyecto-transnacional-gija-gasoducto-saqueo
madalbo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario