Definimos
el sincretismo en el conjunto de los grandes procesos, que llevan a sistemas de
transculturación; es decir, lo entendemos como fenómeno histórico que, en
"co-presencia" de diversidades socio-culturales, tiende a incluir y
no a excluir nuevos elementos existenciales. La dinámica de tal contexto se
origina en momentos de comunicación intensa, donde por las cercanías de las
experiencias, los aspectos discordantes se reajustan entre sí. Se trata de otra
articulación que, integrando elementos antiguos, puede reproponerse en las
nuevas circunstancias de vida del grupo.
En tal
sentido, el concepto de sincretismo, se aleja de la lectura semiótica de
confusión de códigos para considerarse en dimensión abierta a recibir signos y
significaciones nuevas. La singularidad de las partes, queda fiel a sus
orígenes, adaptándose a la contextualización que se impone. Lo que puede
definirse elemento ganador es precisamente quien logra redefinir la globalidad
del conjunto. Por tanto, examinando la fiesta de Todos Santos, resaltan estas
presencias, autónomas e interdependientes:
•
El universo agrícola de carácter "animista" en relación con lo
sagrado; son gestos y acciones que hablan por sí mismas: poner comida,
atenciones de viajes hacia la ultratumba y la morada de un estar que rescata la
precariedad de lo cotidiano.
• La organización del universo cultural andino, con antropomorfización del tiempo según la producción agrícola y que une el mundo subjetivo con las formalidades sociales a través de imágenes teatralizadas que a su vez combinan gestos, palabras y acciones.
• La dimensión católica que repropone el más acá en un más allá verticalizando los significados globales e intelectualizando elementos del destino humano.
• La capa de modernidad atenúa los colores de las acciones y hace sobrevivir piezas sueltas de la liturgia global de Todos Santos. Se trata del proceso de secularización que, sea religioso, sea civil, se centraliza en el recuerdo de los difuntos.
• La organización del universo cultural andino, con antropomorfización del tiempo según la producción agrícola y que une el mundo subjetivo con las formalidades sociales a través de imágenes teatralizadas que a su vez combinan gestos, palabras y acciones.
• La dimensión católica que repropone el más acá en un más allá verticalizando los significados globales e intelectualizando elementos del destino humano.
• La capa de modernidad atenúa los colores de las acciones y hace sobrevivir piezas sueltas de la liturgia global de Todos Santos. Se trata del proceso de secularización que, sea religioso, sea civil, se centraliza en el recuerdo de los difuntos.
Por lo
que se refiere al factor católico, sobresalen los elementos tradicionales que
tienen su apoyo en la evangelización antigua que se emaizó en la región andina.
Es interesante observar que en el departamento de Tarija lo uno y la otra
desaparecen como oposición cuando interactúan en el universo"
chapaco". La definición que podemos dar de este último es de
transculturación general en un proceso de mestizaje que, sin connotación
negativa, une a las diversidades. Sería un "criollismo" que ha
abandonado características y actitudes violentas. Estas, sin embargo,
mantendrían su oposición con el universo chiriguano, donde resistiría el
concepto colonial de Tarija como" frontera" y por tanto unida al
hinterland andino y defensa respecto a lo amazónico Dos fiestas religiosas
revelan tal ideología: la de la Virgen de Chaguaya y la de la Virgen de
Guadalupe de Entre Ríos.
La de
Chaguaya con sus reverberaciones del pensamiento aymara-quechua emaizado en la Pachamama y en la
invocación a la Virgen María. En la perspectiva señalada, la misma religiosidad
católica más que fiesta de "petición de cosas" subraya una solicitud
de protección: ayuda relativamente a los males de la vida que pueden suceder.
Tal intercambio de intenciones se realiza en el tipo de "promesa" de
los peregrinos, que van en romería de Tarija a Chaguaya en una caminata de 14
horas. En realidad se trata de una Virgen en nada "victoriosa". Su
historia tiene raíces en la misión de Salinas, destruida por los Chiriguanos
que dieron muerte al jesuita padre Lizardi en el año 1735.
La estatua
pasó de allí a la capilla del marqués de Tojo, que dominaba con sus haciendas
las zonas interandinas que iban de Tarija hasta Jujuy. El pasar de la región
este a la oeste era poner en territorio seguro a la Virgen haciéndola pasar de
un territorio "bárbaro" a un territorio "civilizado". La
apropiación por el universo quechua
se manifiesta en la estructuración de un ayllu a su favor, jugando sobre la
toponimia de Chaguaya que en quechua
significa: dame leche. La verdad es que el santuario se ubica en las faldas de
dos cerros que son antropomorfizados en "tetillas". Por los
contenidos internos, sin embargo, se marcan otras oposiciones. El cerro donde
está el santuario de la Virgen (ubicado antes en posición paralela y no de
frente al río) es de género femenino mientras que el cerro de al lado es
mantenido en género masculino y por tanto definido Calvario. El río, que corre
en el medio propone la significación semántica global: una ritualidad de
fertilidad, que nace entre tierra yagua. La transformación del santuario
ancestral a santuario católico se debe a la acción de la religiosidad popular
que extiende su visión teológica en escenarios narrativas. Allí, manejando
secuencias de imágenes, el devoto es un silencioso actor de sus gestos y de sus
acciones.
http://www.google.com.bo/imgres?imgurl=http://saludambiental.bvsp.org.bo/bolivia/images/tarija7.jpg&imgrefurl=http://saludambiental.bvsp.org.bo/bolivia/tarija.htm&usg=__
La
fiesta de Guadalupe que se celebra en Entre Ríos no expresa una ideología de
"refugio" sino de "toma de posesión de la plaza y del
templo" respecto al conjunto salvaje. Las oposiciones entre
civilizados/bárbaros se disuelven con la victoria de los primeros por la
presencia de los jinetes. La Virgen, como agente salvador no es unidad entre
mundos diferentes sino estandarte de los unos contra los otros. Así la
correlación de fiesta entre temploplaza celebra el nacimiento de un pueblo
cristiano en un contexto salvaje, donde la supervivencia del uno niega la del
otro. Lo que es ideología de exclusión se mantiene en toda la sucesión de las
acciones: llegada de los devotos, invocación a la Virgen y hechos de guerra en
la tarde. El peso de la intelectualización católica se manifiesta sobre todo en
la primera parte de la fiesta (hasta horas 12) como dimensión religiosa; y en
la tarde surge la dimensión civil. Haciendo hincapié en este segundo tiempo se
ha desarrollado una religión de sociedad sin conexión con lo sagrado: la Virgen
de Guadalupe, fundadora del pueblo a pesar de la agresividad chiriguana. Los
aspectos ideológicos de la intelectualización quedan subyacentes, pero
manifestados claramente. Lo interesante es observar que los chiriguanos asisten
a la fiesta como observadores, esparcidos en los alrededores de la plaza y del
campo de guerra. Una versión interpretativa de la "batalla"
corregiría la ideología tradicional negando el "frente a frente" con
el enemigo presente y justificando la lucha como dimensión de enemistad en el
universo salvaje; es decir entre Chiriguanos y Matacos. En esta versión, la
significación principal se traslada en las oposiciones de paz en el mundo
civilizado y de guerra en el mundo salvaje.
Otra
manifestación de religiosidad popular se da en la fiesta de San Roque, que se
realiza en la ciudad de Tarija en los días que van desde el16 de agosto hasta
el segundo mar tes de septiembre. Nuevamente se vuelve al concepto de
protección. Sin embargo el conjunto de los significados religiosos no
manifiesta una relación "de invocación" como en el caso de la Virgen
de Chaguaya. San Roque es compañero de camino, solidario con sus promesantes.
Además
del templo de la ciudad, a él está dedicada una morada en la campiña, próxima a
Tarija, que es denominada Lazareto donde se concluye el ciclo festivo. San
Roque fue un terciario franciscano de Francia, que vivió pobremente y
asistiendo a los leprosos; y él mismo morirá leproso. El perro que lo acompaña
testimonia su situación de aislamiento de la vida de los hombres: él era quien
le llevaba comida. Seguramente la presencia del convento franciscano en Tarija
dio razones por esta devoción, testimoniada ya en los tiempos coloniales. En
1858 serán nuevamente los franciscanos quienes construirán El Lazareto: lugar
apartado, de abundante agua y de fácil defensa (presencia de grutas naturales)
contra las inclemencias del tiempo.
En
realidad, no es San Roque que se desplaza en las tantas procesiones y visitas a
lugares religiosos y civiles, sino más precisamente son sus promesantes,
denominados chunchos, que andando marcan pasos de danza al ritmo de una melodía
lenta y triste, marcada a su vez con compases de la "flecha". El
vestido de los chunchos es típico de quienes quieren esconder su realidad corporal:
cara, parte superior del cuerpo y el pollerín, que cae hasta más abajo de las
rodillas. A tales atributos hay que añadir que la denominación de chunchos
indica a los habitantes de los valles sobre todo paceños. Sin embargo la
referencia en este caso no es geográfica o de identidad cultural. Nosotros la
justificamos como indicación de "leproso" que es enfermedad de zonas
húmedas. ¿Y porqué el lugar separado, la vestimenta especial y la
"flecha"? La legislación de salud en la edad media prescribía al
leproso el vivir apartado, cubrir su cuerpo delante de las personas y avisar de
su presencia a quienes podían recorrer su mismo camino. Tal norma ti vi dad fue
traída a la región de Tarija. Si estas son las especificaciones de vida de un
"sujeto con lepra", la fiesta insiste más en la vertiente de la
integración del "enfermo" en la vida de la ciudad; y por tanto su
situación de aislamiento no debe realizarse en términos de exclusión de la vida
pública. Se trataría de una incorporación del "inhabilitado" a los
derechos civiles, justificada en términos evangélicos y de tradición
socio-eclesial.
La
aparición de San Roque está definida con concepto de "entrada": su
andar toca a todas las iglesias del casco viejo como a otros lugares de
actividad pública, que son el Mercado Central y el Hospital General. La
intención de los chunchos es doble: adquirir derechos y, al mismo tiempo,
recibir de la caridad de los otros "promesantes" (que los esperan en
las calles y en los lugares indicados) bebidas y alimentos. Así es que el pacto
de caridad se consolida en obligaciones de los ciudadanos. Amparados por San
Roque, los chunchos predican derechos suyos y deberes de los ciudadanos en un
deseo de salud colectiva. Los chunchos, que encubren a los leprosos, en el mes
de agosto sufren, por ser estación de invierno, necesidades de supervivencia.
Las varias fiestas en la ciudad y en los pueblos cercanos tienen la duración de
un mes y todas se esparcen desde el núcleo central de tiempo, que son tres días
más la octava. En cada uno de ellos, después de las liturgias de los bailes y
del cantar de los chunchos sobresalen momentos de regocijo donde la
significación religiosa y civil se hace realidad.
Lorenzo Calzavarini
Centro Eclesial de Documentación
e-mail: ced@franciscanosdetarija.com
teléfono/fax: 00591-4-6644909
Tarija-Bolivia
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