Por Hugo Horacio del Granado
Los entretelones de los
preparativos para la Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático en la
Embajada de los Estados Unidos, en Washington DC.
Empecé a trabajar en la Embajada de Bolivia en
Washington DC a partir de enero del 2010, después de ser contactado por un
amigo, quien trabaja en la misma, durante las elecciones de diciembre de 2009
en las que ganó el MAS con mi voto.
Me llamó la atención inicialmente la absoluta
ausencia de indígenas dentro de la estructura de la Embajada, de miembros de
los llamados movimientos sociales y, sobre todo, de gente de izquierda (algunos
de los diplomáticos son incluso anónimos derechistas, un ejemplo que se me
viene a la mente es el del consejero político don Javier Espinoza Pabón antiguo
miembro de la banda fascista setentera "Los Marqueses".) Lo que es
mas sorprendente todavía fue que entre mis primeras tareas en la Embajada del
Estado Plurinacional estaba la de infiltrar organizaciones eminentemente
indígenas y de izquierda que se estaban formando en el área de Washington DC.
Estas organizaciones fueron movilizadas por miembros de la Embajada y el
Consulado durante las elecciones de diciembre para aumentar el exiguo caudal
electoral del MAS en los Estados Unidos, pero cuando pasó el periodo electoral
las autoridades de la embajada tenían como objetivo principal boicotear sus
actividades, aislarlas y, en lo posible, destruirlas.
Sin embargo, la actividad que se me asignó luego
y que me dejó verdaderamente atónito, actividad que fue por demás
aleccionadora, fue la organización de la Conferencia de los Pueblos sobre
Cambio Climático que se llevó a cabo entre le 20 y el 22 de abril del presente
año en Cochabamba, Bolivia. Cuando me informaron sobre la idea de la misma a
principios de enero quede perplejo pues el Gobierno boliviano y, sobre todo, el
Presidente Morales no tenían nada en común con la defensa del medio ambiente.
Evo Morales puede ser, les dije, muchas cosas pero ¿ecologista?. La defensa de
la hoja de coca y la defensa del medio ambiente son mutuamente incompatibles,
incluso excluyentes.
Una de las cosas más curiosas fue que el personal
de la Embajada no estaba preparado para organizar semejante mamotreto. La
conferencia más grande jamás organizada en territorio nacional. Es más, el
personal de la Embajada jamás se interesó en entender términos básicos
relacionados con la problemática del cambio climático. Hasta el día de hoy
recuerdo los calores que pasaron los funcionarios de la Embajada al no poder
responder a preguntas elementales de activistas y expertos en el tema. Ante mis
cuestionamientos insistentes sobre los verdaderos motivos de la Conferencia la
única respuesta que recibí fue un silencio que poco a poco y, debido mas que
todo al cansancio causado por la magnitud de la tarea organizativa, cedió,
finalmente, al rumor de que Pablo Solón, el Embajador de Bolivia ante la ONU
estaba, después del fracaso de su candidatura a la Secretaria General de la
UNASUR, tras de una posición permanente en las Naciones Unidas; y organizar un
evento de la magnitud de esta Conferencia convenía a sus aspiraciones
burocráticas. Aspiraciones que coincidían con las aspiraciones de figuración
mundial de Evo Morales. Alineamiento de aspiraciones personales que se hacía
digno de un festejo mayor a llevarse a cabo en Cochabamba. La cuenta correría a
cargo del Tesoro General de la Nación de Bolivia.
La primera tarea era no adentrarse en el tema ni
familiarizarse con la terminiología y la temática sino mas bien invitar a gente
a la Conferencia de Cochabamba . Mi idea era la de invitar a destacados
profesionales del área para, por lo menos, tener una discusión significativa en
las faldas del Tunari. Entonces, empecé a recolectar de publicaciones
especializadas, direcciones de académicos y artistas comprometidos con la causa
(fui yo el que consiguió, por ejemplo, la dirección de James Cameron quien
jamás respondió a la misma aunque su nombre fue usado por un esbirro
gubernamental para darle prestigio a una conferencia carente de asistentes
representativos) sin embargo, nadie respondía a las invitaciones enviadas. Una
dolorosa y total indiferencia fue la respuesta a nuestra avalancha de
invitaciones. El olfato de la gente genuinamente preocupada por temas
ambientalistas en los Estados Unidos les impedía aceptar la invitación
boliviana. Muchos de los potenciales invitados que contacté esgrimían diversas
razones para su negativa, entre las mas benignas, que el evento de Cochabamba
era un encuentro no vinculante que debilitaría la fuerza que se estaba
alistando para la próxima cumbre vinculante de la ONU en Cancún.
Fue entonces que la desesperación empezó a cundir
entre los diplomáticos de la avenida. Massachusetts Nadie dentro la Embajada
compartía mi preocupación, la de invitar a gente destacada en el campo del
cambio climático para que se discutan temas relevantes. No. La principal
preocupación, y aquí cito textualmente a Erika Dueñas Loayza embajadora a.i. de
Bolivia en los Estados Unidos, era que los mandamases “.. me vean llegar a
Cochabamba con un avión lleno de gente.. ". Y eso fue lo que finalmente
sucedió. Se invitó a algunas decenas activistas y "expertos"
norteamericanos insolventes allegados a la Embajada y se le pidió ayuda al
gobierno de Venezuela para pagar por su traslado a Cochabamba. Finalmente fue
la CITGO, empresa estatal venezolana afincada en los Estados Unidos, la que
pagó los boletos aéreos, que fueron adquiridos de AEROSUR, para que por lo
menos un centenar y medio de pasajeros norteamericanos viajen a Tiquipaya a
discutir, entre humeantes sillpanchos, la problemática medioambiental. Pero la
intervención de Venezuela no se limitó al pago de los boletos aéreos de los
ignotos expertos ambientalistas sino que, tambien, fue la mismísima Embajada de
Venezuela la que en los Estados Unidos gastó miles de dólares en la promoción
de la cumbre de Tiquipaya dentro del "Imperio". No fue pues
sorprendente entonces para mí ver al final de la conferencia que el único
Presidente en asistir fuese Hugo Chávez. El Comandante tenia que, como dicen
los americanos, “poner la boca” (o mas bien el discurso en este caso) donde su
dinero estaba invertido.
Me pregunto ahora que terminó la Conferencia y
que el Presidente Morales viajó a la ONU a entregar personalmente los
resultados de la misma ¿qué seriedad puede tener el documento preparado en
Cochabamba cuando la idea del su realización estuvo inspirada por aspiraciones
burocráticas de sus principales organizadores?. También me pregunto ¿qué
calidad pueden tener documentos de trabajo redactados por ignotos expertos
insolventes de todo el mundo? Vamos, sin ir tan lejos, ¿qué seriedad pueden
tener los resultados de una conferencia financiada en parte por Hugo Chávez? Y
finalmente, ¿hacia dónde está marchando un gobierno en el que la principal
ocupación de los funcionarios tiene como única guía la satisfacción de los
caprichos de sus superiores?.
Publicado por Gabriel Gasave el 14 mayo 2010
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3 comentarios:
La verdad es que me parece sorprendente que se haya armado tanto show solo por afanes figurativos; yo pense que el gobierno boliviano "si" se estaba preocupando por el tema ambiental, por que la verdad los bolivianos estamos sintiendo ya los efectos del cambio climático, pero ante esta noticia la verdad no se que pensar o que creer. Tenemos representantes que están negociando posiciones de Bolivia en las pre cumbre,con vistas a la cumbre de Cancún, pero la verdad no se si es un gasto insuslso lo que se está haciendo o que se pretende enviando a representantes que no tienen el respaldo oficial
realmente increible que tengtamos que pagar el sueldo de esta gente.
El montaje de este show nos costo no solo 10 millones de bolivianos sino el sueldo de todos los diplomaticos involucrados.
Hay que traducir este articulo a varios idiomas para que todo el mundo se de cuenta de como evo abusa de demandas legitimas para hacerse famoso. Las especies en extincion no le importan a evo. Es muy triste
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