lunes, 15 de junio de 2020

La supuesta sostenibilidad de Provacuno

Esta última semana el sector de la carne de vacuno de España ha revelado su última campaña publicitaria, donde dice proporcionar un futuro sostenible junto a su sector. Nada más lejos de la realidad.




Esta organización lleva desde 2015 difundiendo un mensaje propagandístico sobre un futuro sostenible y rural, pero sus prácticas no van acorde con su mensaje. Estas podrían ser definidas con muchos nombres, pero ninguno de ellos sería “sostenibles”. Es entendible que quieran exponer una imagen verde y ecológica de cara al público, pues buscan aumentar y satisfacer la composición de la demanda de sus productos. Ahora bien, estás prácticas deberían ir acordé a una realidad, que por desgracia no es así.

El sector de la carne de vacuno de España, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico , es el causante del 3,6% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) en este país. Un porcentaje muy alto, si tenemos en cuento que el sector de la carne de vacuno es tan solo el 9,6% de la producción nacional de carne. Hemos de tener presente que la producción de tan solo 3kg de carne de vacuno provoca una emisión de CO2-eq de 295kg, pero, aun así, el 90% de la producción del sector llega incluso a producir 400kg de CO2– eq, por cada 3kg de carne de vacuno elaborados.

Es posible que ellos mismos desconozcan que la economía española emitió 340,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2018, de los cuales 10 millones proceden del sector de la carne de vacuno

Son cifras excesivas y muy perjudiciales, con unas consecuencias medioambientales preocupantes. Aun así, desde Provacuno persisten en un futuro sostenible junto a ellos y su sector, obviando una realidad objetiva. Es posible que ellos mismos desconozcan que la economía española emitió 340,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en 2018, de los cuales 10 millones proceden del sector de la carne de vacuno. Diez millones de toneladas de CO2-eq son el 3,6% de GEI que producimos anualmente. ¿Cómo es posible que siendo uno de los sectores más perjudiciales para el planeta, aún haya organizaciones que hagan caso omiso a las advertencias de la Directiva de Prevención y Control Integrado de la Contaminación (IPPC)?

Provacuno, como Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno de España, es uno de los responsables de semejantes cantidades exorbitantes e insostenibles de CO2-eq, que son producidas a diario. Pero seguirán sin reconocer la evidencia científica sobre las causas principales de los gases de efecto invernadero y su implicación como sector, así también como en la contaminación hídrica, acidificación global y eutrofización.

Provacuno, como Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno de España, es uno de los responsables de las cantidades exorbitantes e insostenibles de CO2 que son producidas a diario en esta rama de la industria alimentaria

Con estos y más conocimientos aparecen unas cuestiones. ¿Es la carne de vacuno un sector con una producción nacional sostenible? ¿Podríamos optar por nuevos procedimientos de elaboración menos perjudiciales? Deberíamos poder proponer una reflexión sobre cómo y quién produce nuestros alimentos.

Fuente: El Salto




Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

domingo, 14 de junio de 2020

Con el covid-19 llegó la hora de la naturaleza, alerta el Pnuma



La contaminación de espacios marinos con desechos sólidos de la actividad humana es una de las fuentes de degradación ambiental que facilita el desarrollo de nuevas enfermedades, sostiene el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) al lanzar su campaña "Llegó la hora" de actuar en favor de la naturaleza, en el Día Mundial del Ambiente.

La contaminación de espacios marinos con desechos sólidos de la actividad humana es una de las fuentes de degradación ambiental que facilita el desarrollo de nuevas enfermedades, sontiene al Pnuma al lanzar su campaña «Llegó la hora» de actuar en favor de la naturaleza, en el Día Mundial del Ambiente: Foto: PNUD
NAIROBI, (IPS) – La pandemia desatada por el nuevo coronavirus “evidencia que cuando destruimos la biodiversidad destruimos el sistema que sustenta la vida humana”, afirmó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) con motivo de celebrarse este viernes 5 el Día Mundial del Ambiente.
“La pérdida de biodiversidad brinda la oportunidad de que los patógenos pasen entre los animales y las personas. Cuanto más biodiverso es un ecosistema, más difícil es que un patógeno se propague o domine”, recordó el Pnuma al evaluar la actual crisis.
Alrededor de 75 por ciento de todas las enfermedades infecciosas emergentes en humanos son zoonóticas, lo que significa que se transmiten de animales a personas.
En el mundo, 1000 millones de personas son contagiadas cada año y millones de ellas mueren debido a las enfermedades causadas por los distintos coronavirus.
Con ello, “la naturaleza nos está enviando un mensaje: llegó la hora de reaccionar y reinventar nuestra relación con ella”, asentó la agencia ambiental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con su sede mundial en esta capital de Kenia.
Destacó que “la deforestación, la invasión de hábitats de vida silvestre, la agricultura intensiva y la aceleración del cambio climático han alterado el delicado equilibrio de la naturaleza”, considerándolas “causa-raíz” para la aparición y desarrollo de enfermedades zoonóticas.
Un millón de especies de plantas y animales se enfrentan a la extinción, algunas en sólo décadas, y “científicos predicen que si no cambiamos nuestro comportamiento hacia los hábitats salvajes, estamos en peligro de más brotes de virus”, recordó.
“A medida que crece la población mundial (7715 millones en 2019) y nos acercamos al umbral de los 10 000 millones de habitantes, debemos comprender mejor la red de vida en la que existimos y entender su funcionamiento como un sistema íntegro”, subrayó la declaración.
Entre las situaciones a revertir están los patrones de uso del suelo y la deforestación impulsada por la demanda de recursos naturales y alimentos: 26 por ciento de la tierra sin hielo en el planeta se utiliza para pastoreo de ganado y 33 por ciento de las tierras de cultivo se dedican a la alimentación del ganado.
Otro ejemplo es la contaminación, con efectos devastadores en hábitats marinos y de agua dulce: puede haber cinco billones (millones de millones) de piezas macro y micro de plástico flotando en los océanos, lo que representa entre 60 y 90 por ciento de los desechos marinos.
Ante el duro panorama “la buena noticia es que podemos revertir la pérdida de biodiversidad reinventando nuestra relación con la naturaleza. Debemos conservar y restaurar la vida silvestre, cambiar la forma en que producimos y consumimos alimentos y promover la infraestructura ecológica”.
Las empresas deben “desarrollar cadenas de suministro sostenibles, así como prácticas agrícolas y manufactureras que no dañen el ambiente. Los grupos de la sociedad civil, analizar cómo preservar y restaurar ecosistemas degradados. Y los consumidores deben repensar lo que compran”, propone el informe.
El Día Mundial del Ambiente “tiene como objetivo inspirar a todos a hacer oír su voz: los ciudadanos deben instar a sus gobiernos a cumplir sus compromisos de salvaguardar la naturaleza, poner fin a la contaminación y garantizar que se respeten las leyes ambientales”.
Con vídeos en los que reúne virtualmente a ciudadanos de todos los continentes y personalidades –el secretario general de la ONU, António Guterres, la directora del Pnuma, Inger Andersen, el cantautor colombiano Carlos Vives- el Pnuma lanzó este día una campaña en favor de la naturaleza, bajo la consigna “Llegó la hora”.
A-E/HM




Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

¿Son las plataformas eólicas marítimas el futuro?

Las plataformas eólicas marítimas se presentan como una opción de futuro para la transición ecológica, ya que permiten aprovechar al máximo el potencial del viento.

Son las plataformas eólicas marítimas el futuro?

Plataforma eólica offshore. Richard Bartz y Kim Hansen.
La apuesta por la transición ecológica avanza, a pasos cortos y lentos, pero avanza. La inversión por la reconversión al uso de energías renovables es cada vez mayor, así como los esfuerzos destinados a la investigación. En el campo del desarrollo de la energía eólica, un equipo de la Universidad del País Vasco investiga cómo la Inteligencia Artificial (IA) puede ayudar a optimizar los procesos de simulación y de intercambio de datos. Para ello, acaban de lograr a una beca de financiación de Microsoft de 15.000 dólares por la cual podrán acceder a Microsoft Azure, un servicio de computación en la nube.
La idea es invertir en proyectos innovadores basados en la Inteligencia Artificial que puedan dar respuestas a los actuales problemas que nos pone de frente el cambio climático. Lander Galera, estudiante de Doctorado en Ingeniería Física y una de las personas que lidera el proyecto, se centra en el estudio de la dinámica de fluidos computacional (CFD, por sus siglas en inglés), y tiene como objetivo buscar la precisión para que las plataformas eólicas offshore -marítimas- flotantes trabajen de manera más óptima.
Plataformas eólicas terrestres vs plataformas eólicas offshore
Las plataformas eólicas marítimas, ya sean fijas o flotantes, permiten aprovechar más el potencial eólico que las plataformas terrestres. Como apunta a Climática Lander Galera, el potencial eólico es mayor en el mar que en la tierra, ya que allí “no hay obstáculos, tienes más velocidad y el viento es más constante”, por eso las turbinas de este tipo de plataformas suelen ser más grandes. También son más caras, tanto su instalación como su mantenimiento. Sin embargo, con una buena optimización de los recursos puede que se conviertan en la energía limpia con más futuro.
Por su parte, las plataformas eólicas offshore flotantes se presentan, tal y como indica Galera, como una opción de futuro importante en la transición ecológica para todos aquellos países que no tienen plataforma continental, como es el caso de España. “Países como Dinamarca, Bélgica o Gran Bretaña tiene un gran número de granjas eólicas fijas en el mar, porque tienen plataforma continental; ese no es el caso de la costa cantábrica, por ejemplo. Por eso hay que poner la mirada en las plataformas flotantes. La costa gallega o la de las islas Canarias tienen mucho potencial”, asegura. Las plataformas eólicas marítimas fijas suelen cimentarse en el suelo marino, mientras que las flotantes no.  
El papel de la Inteligencia Artificial
El objetivo del estudio del cual forma parte Lander Galera es usar la Inteligencia Artificial para optimizar los procesos en las plataformas eólicas offshore flotantes. “Una de las grandes trabas que tiene esta industria, habitualmente, es la competitividad económica. Al final, para sacar una plataforma flotante que aguante una turbina eólica tienes que probarla durante mucho tiempo y eso implica mucho dinero. Llevarlo a cabo en un laboratorio puede ser extremadamente caro y puede que la empresa interesada finalmente de el paso o no. Una vez se comprueba que todo está bien, se instala un prototipo en el mar, para probarlo en condiciones medioambientales reales, y luego, una vez comprobado que funciona, ya se puede empezar la instalación definitiva, a tamaño real. Todo este proceso es muy caro. Por eso proponemos una simulación computacional más leal a la realidad”, asegura.
Además de optimizar la simulación, el equipo de investigación con el que trabaja Galera, también se centra en la optimización del trasvase de datos entre los diferentes programas que se usan. “Los programas actuales tardan mucho en simular, por eso buscamos la competitividad en cuestión de tiempo”.
La costa gallega en el punto de mira
Esta semana, Ángel Mato, alcalde de Ferrol (PSdeG-PSOE), juntamente con Enrique Mallón, secretario general de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Asime), instaba a las administraciones a apostar por el establecimiento de un parque experimental de plataformas eólicas offshore flotantes en la costa gallega, dado su potencial. Mallón apuntó que la energía eólica debía ser una prioridad en el norte de España y que hay que apostar decididamente por su desarrollo.
Actualmente, en España hay una plataforma eólica con dos turbinas (la primera en el mundo de estas características) en la costa canaria, a 1,3 millas náuticas de la isla de Gran Canaria, la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN). También en la costa de Vizcaya hay una plataforma de desarrollo para llevar a cabo este tipo de investigaciones, la Biscay Marine Enery Platform (Bimep).


Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

sábado, 13 de junio de 2020

Huertos de libertad

La economía no puede crecer indefinidamente y debe supeditarse a cada ecosistema, nunca al revés como nos repite inconscientemente el mantra capitalista
Mariquita en haba
Los libros, como los olores, evocan recuerdos. Tomar de mi biblioteca Elogi de l’hort urbà, de Albert Vidal y Vanessa Prades me retrotrae al tiempo en que los huertos para mi [solo] eran metáforas. Al menos una por cada capítulo. El huerto como lugar para defender la identidad rural a las que tantas balas dispara la globalización uniformizadora. El huerto que, a pequeña escala, imita y traslada los paisajes y cultivos para tantas personas a las que el colonialismo y el hurto les impide vivir en sus territorios, convirtiéndose en el mejor asidero para superar el duelo migratorio. El huerto que, como Carl Honoré, desafía al culto a la velocidad en una loa a la lentitud y al silencio abriendo los cuerpos y la mente, cual semillas germinando, a otras dimensiones. El huerto como un torno de alfarero donde todo depende de la creatividad de tus manos. Y desde luego, el huerto recolector de alimentos que, situado en la base de la soberanía alimentaria, inspiró aquello de “mucha gente pequeña, en muchos lugares pequeños, cultivarán pequeños huertos que alimentarán al mundo”.
Fue después de caer seducido por este ‘no manual’ cuando decidí recuperar el huerto de mi bisabuelo Francesc, en el pueblo de mi familia paterna, Santa Coloma de Queralt, allí donde las provincias de Lleida, Barcelona y Tarragona buscan el roce. Muy pocos metros cuadrados donde el abandono y el paso anual de los herbicidas habían acabado con toda forma de vida. Lo mismo que su vecino de linde izquierda y su vecino de linde derecha. Muy ilusionado y siguiendo algunos consejos, quise regenerarlo primero abonando la tierra y segundo, plantando todo el pequeño huerto con habas, que sabía que enriquecerían la tierra con el nitrógeno de sus raíces.
El monocultivo fue un éxito y aquello se convirtió en una selva de habichuelas mágicas crecidas hasta alcanzar el cielo. Pero los brotes tiernos atrajeron a millones de pulgones dispuestos a darse un festín. De manera que para detener aquel habicidio, toda la familia salimos al campo a la búsqueda de mariquitas comepulgones para reintroducirlas en un hábitat realmente empobrecido y frágil. Fue la primera lección. La vida se mantiene en equilibrio gracias a la caótica complejidad de la biodiversidad. El huerto me mostró con precisa exactitud lo que sucede con los monocultivos de soja o palma africana que las multinacionales agrarias se empeñan en extender por todo el mundo. La reducción de la biodiversidad, tan drástica y de dimensiones tan gigantescas, abona el terreno para el nacimiento de plagas como la pandemia actual del coronavirus.
El huerto me mostró con precisa exactitud lo que sucede con los monocultivos de soja o palma africana que las multinacionales agrarias se empeñan en extender por todo el mundo
Día a día ese huerto convierte las metáforas en otros muchos aprendizajes. Se transformó en la escuela con la que he aprehendido, es decir con la que mis sentidos han interiorizado las reglas básicas que la Naturaleza nos dicta para seguir formando parte de Ella. Me enseñó, por ejemplo, que el planeta Tierra no es más que un huerto en el Universo y no podemos pedirle más de lo que sus dimensiones concretas nos puede ofrecer. O lo que es lo mismo, la economía no puede crecer indefinidamente y debe supeditarse a cada ecosistema, nunca al revés como nos repite inconscientemente el mantra capitalista.
En el huerto, la soberbia antropocéntrica que nos hace considerarnos irreductibles y todopoderosos también queda hecha añicos. Que podamos recolectar tomates, melones o calabazas dependerá de la presencia de organismos microscópicos que habitan el suelo y que no vemos; de abejas y otros polinizadores que habitan los aires y que no podemos domesticar; y de la lluvia que quiera asomarse o no o del granizo que no quiera acudir o sí.
Aun siendo el oficio de hortelano una práctica similar a la de pintor, escultor o escritor donde predomina el hecho creativo individual de cada “artista”, en él la dimensión de la interdependencia también está presente. Claro ejemplo de ello son los huertos comunitarios, gestionados desde lo colectivo para satisfacer necesidades de grupo. O la distribución de las tierras comunales en muchos pueblos para garantizar un huerto por familia o huertos para las familias con mayor necesidad. O, como me explicó mi amigo José Cófreces, el sistema grupal que en su aldea gallega de Tronceda han organizado para repartirse los excedentes de cada huerto, buscando la complementariedad. Aquí me sobran calabazas, yo tengo muchos tomates, ¿quién quiere fresas? Una aplicación colaborativa sin patentes, que llaman BlablaCol.
Y, reciente aprendizaje, ¿no es el huerto nuestra pequeña selva o bosque donde aflora el salvaje que llevamos dentro? Voy a tomar otro libro de la biblioteca, Mujeres que corren con los lobos, de Clarissa Pinkola Estés, para explorar esta sensación.
Epílogo, la metamorfosis
Primero, leer de huertos produjo metáforas; después, las metáforas del huerto se hicieron lecciones y, por último, las lecciones del huerto se han transfigurado en poemas que han vuelto al papel que he recogido, con el apoyo de la editorial Pol·len, en el poemario mínimo Huertos de Libertad. Ha sido impreso sobre papel hierba, no solo como medida ecológica, también como medida de precaución porque nos aseguramos así que –guste o no guste– siempre puede echarse al cubo de los residuos orgánicos. Siempre puede ser devuelto a la tierra.



Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com

LOS PÁRAMOS YUNGUEÑOS: ¿AGUA U ORO?

Por Blgo. Donovan F. Osorio Suárez

Docente-Investigador 




Generalmente, los páramos son ecosistemas tropicales húmedos de alta montaña que se encuentra por encima del límite altitudinal del crecimiento continuo del bosque, alrededor de la franja tropical del planeta, pudiendo limitar con las nieves y glaciares de las montañas nevadas tropicales; que están normalmente por encima de 4800 msnm, y  bosques nubosos en su límite inferior,  entre 3000-3500 msnm. Hablamos de áreas tropicales húmedas de alta montaña de América, África, Asia y Oceanía (Balslev& Luteyn, 1992, Moraes, 2006). 

Las formas de crecimiento de las plantas de altas montañas tropicales tienen numerosos ejemplos de convergencia evolutiva, entre  puna, páramo, y otros trópicos de altitud de África y Asia (Rauh 1988). 

Se trata de un conjunto de ecosistemas, por lo general no boscosos, adaptados a condiciones de casi permanente nubosidad, alta humedad, bajas temperaturas, alta radiación solar y baja presión atmosférica. Neblinas, lloviznas, granizos y nevadas.

A estos nuestros páramos australes, o páramos yungueños, también se los puede diferenciar por pisos de vegetación: subpáramo, páramo y superpáramo (pradera húmeda altoandina), pero de los Andes Tropicales centrales, que son parecidos en su composición, diversidad, estructura y fisionomía, a la flora de los Páramos “verdaderos” de los Andes Tropicales del hemisferio norte, pero cerca a la línea ecuatorial;  desde el norte peruano, Ecuador, Colombia Venezuela, Panamá y Costa Rica (Balslev& Luteyn, 1992). 

Los páramos yungueños, aquel tipo de vegetación se extienden desde el norte de Perú y en manchas cada vez más reducidas hacia el norte de Argentina (Halloy 1997, Rangel 2004).

Los páramos yungueños son un tipo de páramo NEOTROPICAL únicos del hemisferio sur, que como  otros páramos del norte, carecen de asteráceas o compuestas del género Espeletia spp. 

Los páramos de Costa Rica y Panamá también carecen de este género, pero son reconocidos como tal, a pesar de que en dichos páramos tampoco se distribuyen las rosáceas del género Polylepis spp. Este género de árboles si están presentes en páramos colombianos, ecuatorianos, sobre todo en aquellos páramos donde sí se distribuye la asteráceae Espeletia spp, pero tambíen en los páramos-jalcas peruanas  y páramos yungueños bolivianos, dónde  no se distribuye el Frailejón. Esta asterácea, de ampla distribución, se limitan a grandes áreas de los páramos de Venezuela, Colombia y Ecuador, pero no así a todos los páramos de esos países. 

Estos paísajes deberían ser visualizados por academia y estado para ser reconocidos como tal, y sean plasmados como ecorregión en los mapas.  Por lo tanto, no habría razón para no denominar a nuestras praderas parámicas húmedas y nubosas como PÁRAMOS yungueños. 


En el libro “PARAMO” -un ecosistema andino bajo influencia humana- editado por Balslev& Luteyn (1992), en un artículo llamado: Aspectos biogeográficos de Cladoniaceae en los páramos presenta un listado de 50 especies de Cladoniaceae (hongos ascomicetos que forman líquenes) registradas en los páramos y subpáramos andinos desde Costa Rica hasta Bolivia. Concluye que las Cladoniaceae son comunes en numerosas comunidades del páramo y del pajonal, pero menos abundantes en el subpáramo (Ahti, 1992). Esta información es importante para agregar a los páramos yungueños bolivianos dentro los demás páramos neotropicales.


UBICACIÓN, GEOMORFOLOGÍA Y FISIOGRAFÍA



Según Beck& García (2006), Ribera (1992), Paniagua-Zambrana, N, Maldonado, C Goyzueta & Claudia Chumacero-Moscoso. (2003), Fuentes (2005) Sevilla-Callejo, M (2012) una franja no continúa en la Cordillera Oriental, por encima de los bosques montañosos, entre 3000-3.300 msnm para el subpáramo, 3400-3.800 msnm para el páramo como tal, y por encima de 3800 hasta 4.300 (4500) msnm la pradera altoandina húmeda de los Yungas de La Paz, Cochabamba, y Santa Cruz (Siberia). 

Ocupa situaciones topográficas y climáticas particulares que permiten diferenciarla de la PUNA, pero en la vertiente oriental de la cordillera real, con un rango altitudinal similar, pero en una región montañosa de relieve mayormente abrupto a inclinado, con valles profundos de origen glaciar, no existen grandes extensiones planas. Suelos de origen fluvioglacial en los valles, superficiales primarios en laderas y crestas 





CLIMA


El páramo yungueño de La Paz se diferencia de la puna húmeda por sus condiciones casi hiper húmedas. En la estación meteorológica de Cotapata, a 3.200 m.s.n.m, se midieron precipitaciones por debajo de 100 mm solamente para los meses de junio y julio mientras que, para el periodo entre octubre 1995 y septiembre 1996, se registraron 3485 mm (Capra,1996).

La estación Incachaca en Cochabamba, a una altitud de 3800 msnm registra una precipitación media anual cercana a 2000 mm, repartidos en por lo menos 10 meses húmedos. Las condiciones climáticas de esta ecoregión en cuanto a termicidad son oligotérmicas con temperaturas promedio anuales desde menos de 5°C hasta 12 °C con fuerte influencia de los vientos cordilleranos y frecuentes heladas gran parte del año. (Ribera, 1992)





Una característica relevante es la presencia frecuente de neblinas mojadoras, finas lloviznas, las cuales se condensan entre las hojas produciendo un goteo hacia abajo. Las condiciones de alta humedad atmosférica y condensación aumentan según la mayor exposición de las laderas o crestas al paso de los vientos. La frecuencia alta de nubes y neblina, acompañada de lloviznas sobre las fuertes pendientes de sus laderas






ECOSISTEMAS, ECOREGIONES Y BIOGEOGRAFÍA


Comunidades y ecosistemas afines en estructura, función, compuestos por Pajonales, praderas, pastizales, herbazales, bosques y arbustales, turberas, bofedales, lagunas de origen glaciar, roquedales, etc., que forman paisajes de la ecoregión páramo yungueño (Ribero, Beck, Paniagua-Zambrana, Maldonado-Goyzueta & Chumacero-Moscoso) entre 3000- 4300 msnm que (Sevilla-Callejo, 2012) pertenecen al Reino Neotropical, Región Andes Tropicales (Navarro, 2011)

VIDEO





CONCEPTOS DE ECOSISTEMA, ECOREGIÓN Y BIOGEOGRAFÍA PARA ENTENDER LOS PÁRAMOS YUNGUEÑOS



VEGETACIÓN

Conjunto de comunidades, asociaciones de diferentes tipos de crecimiento y habito de plantas que conforman ecosistemas mayormente asociados a praderas y pastizales, con algunos bosques, y arbustos adaptados a las condiciones de frío y humedad. La vegetación se caracteriza por pajonales altos con especies de Cortaderia, Deyeuxia, Festuca, Calamagrostis, Carex y Poa, chusqueales con gramíneas bambusoides de Chusquea (Ch. depauperata y otras), especies no descritas de Neurolepis y ejemplares raros de otras gramíneas herbáceas como Aphanelytrum procumbens y Hierochloe redolens.  Entre esos pastos se aprecian arbustos de Chilcas y Tolas (Baccharis spp) y bromeliáceas del género Puya spp.

Entre los 3800-4300 (4500)  msnm, en el límite con el piso altoandino húmedo, está el  "superpáramo",  se aprecian pastos y pajonales de los géneros, Aciachne, Deyeuxia, Poa, Carex, Dielsiochloa, Anthochloa, hierbas como Nototriche, Perezia, Valeriana. Resalta en el paisaje uno de los pocos arbustos como Senecio rufescens. En los bofedales apreciamos Juncáceas como Distichia muscoides que forma cojines con Oxychloe andina y Plantago tubulosa. También se aprecian ciperáceas como Carex y Scirpus. La orquídea Myrosmodes paludosum junto con hierbas de Asteráceas o compuestas de los géneros, Cuatrecasasiella, Hypochaeris, Werneria, Oritrophium, Campanuláceas de los géneros Hypsela Lysipomia, Gentianaceas de los géneros Gentiana, Gentianella y Escrofulariáceas Castillea, Ourisia. Helechos del género Elaphoglossum y un tipo de yareta Azorella biloba. En los pastizales se distribuye Lachemilla pinnata. (Beck, Paniagua, 2010). 

Debajo de los pajonales o del césped bajo, sobre los 3.800 m.s.n.m en la franja de condensación y acumulación de nubes, se forman bosquecillos de Polylepis pepei con un tapiz de 50 cm de espesor, formado por especies del briófito Sphagnum spp (Beck, 2006)

En el páramo yungueño (3400-3800 msnm) se encuentran franjas y manchas de pajonales, matorrales casi siempre húmedos, con aporte hídrico mayormente horizontal, es decir niebla. Los géneros más comunes son Stipa, Festuca, Brachyotum, Satureja, Mutisia, Chuquiraga, Baccharis, Calceolaria y Gnaphalium. Destacan también comunidades de Puya raimondii y la presencia de muchas especies de la familia Ericaceae, estas últimas con uso potencial como alimento. En lugares abiertos por el pastoreo intenso se forma un césped bajo. Entre las matas de gramíneas crecen postradas sobre el suelo las siguientes especies: arbusto Miconia chionophylla, herbáceas de Arcytophyllum, Oriotrophium, Laedstadia, helecho Jamesonia,  y a veces unos helechos con un pequeño fuste, Blechnum (Lomariocycas) spp. Otros arbustos y subarbustos comunes del área son especies de las compuestas Baccharis, Gynoxys, Loricaria, Senecio, y arbolitos de Buddleja montana, Escallonia myrtilloides e Hypericum laricifolium. Por debajo de esta altitud aumenta las orquídeas y melastomatáceas.

En las manchas de bosque de ceja de monte, el subpáramo,  hacia el límite inferior, por debajo de 3400 msnm, abundan los chusqueales (Chusquea spp) y Gunnera spp. Se aprecian géneros de árboles tales como Morella, Oreopanax, Gaultheria, Weinmannia, Alnus, Clusia, Miconia, Nectandra, Clethra, Cedrela, Prunus, Myrica, Myrsine,  y coníferas nativas Pectinopitys, Prumnopitys, Retrophyllum. Incluso se ha reportado tres especies de palmeras que llegan a distrbuirse hasta 3000-3200 msnm,  como Geonoma megalosphapata,  y dos especies del género Ceroxylon;  C. pityrophyllum y C. parvifrons. (Moraes, 2014)






















SI QUIERES APRENDER MÁS REALIZA EL SIGUIENTE EJERCICIO









FAUNA


Mamíferos característicos del Reino Neotropical, Región de los Andes tropicales, propios (no necesariamente exclusivos) de los páramos,  que pueden actuar como especies claves o bandera para la conservación,  y manejo de grandes paisajes, por ende, del resto de la biodiversidad; tenemos al Jucumari(Tremarctos ornatus), Taruca (Hippocamelus antisensis) Zorro (Lycalopex culpaeus) Cóndor (Vultur gryphus), Puma (Puma concolor), Titis o gatos andinos (Leopardus spp) conejo (Sylvilagus brasiliensis), venado de cola blanca (Odocoileus virginianus), varias especies de roedores, murciélagos, y varias especies de águilas, gaviotas, patos, búhos y colibríes, así como una importante diversidad de otros reptiles, anfibios, peces, moluscos y artrópodos andinos de ambientes húmedos. Existen poblaciones de caballos asilvestrados (Ríos-Uzeda, 2001, Ribero& Liberman 2006)








VÍDEO BIODIVERSIDAD



DIVERSIDAD ENFOCADA A FUNCIONES ECOLÓGICAS Y SERVICIOS SOCIO-AMBIENTALES PARA ENTENDER LOS PÁRAMOS EN BOLIVIA.


RELACIÓN CON LOS HUMANOS: PAISAJES CULTURALES-NATURALES


Pocos trabajos se publicaron para estos ecosistemas en Bolivia (Ribera 1992, Capra 1996, Beck 1995, 1998) a pesar que numerosos viajeros y exploradores a lomo de mula de los siglos pasados, se refirieron a ellos, como lo hizo Troll (1959).


En estos páramos yungueños no se tienen las condiciones climáticas favorables para el uso agropecuario extensivo. En la actualidad casi no vive gente allá, pero el paisaje y la cobertura vegetal muestran signos de la presencia humana. Ocasionalmente se encuentran senderos empedrados y escalonados, llamados caminos del Inca, con restos de muros de las casas construidas por culturas pasadas. En la época de la Conquista y con el auge de la minería aumentaron los senderos. 

La explotación minera favoreció los asentamientos permanentes, donde vivían familias con cultivos y hatos de ganado (García & Beck, 2006)


Prevalecen cultivos de papa (Solanum tuberosum), Isaño (Tropaeolum tuberosum), oca (Oxalis tuberosum) Papalisa (Ullucus tuberosus), habas (Vicia faba) Tarwi (Lupinus mutabilis) cebada y avena. Cerca de la casas y caminos se pueden ver con frecuencia árboles de Uvilla (Sambucus peruviana)



Es casi seguro que esta influencia humana puntual no es la causa de la transformación del paisaje boscoso de estos ambientes en un pajonal,  ni el pastoreo incipiente, sino más bien las quemas ocasionales. Hasta hoy en día –en años de extrema sequía– los incendios mantienen estos ecosistemas (Laegaard 1992). 

En varias zonas del páramo yungueño continúa el pastoreo y la explotación de maderas, cañas y leña. La comparación de la vegetación en el mismo piso altitudinal muestra ecosistemas distintos: El bosque bajo natural con numerosas especies endémicas y de distribución restringida fue cambiado a un mosaico de pajonal y bosque con especies, en su mayoría de distribución amplia y resistente a las quemas periódicas. La tendencia en el aumento de las sequías amenaza la sobrevivencia de estos fragmentos y de los bosques húmedos de la ceja de monte.

FUNCIÓN ECOLOGÍA Y SERVICIOS SOCIOAMBIENTALES


Debido a su gran altitud, cercanía a la línea ecuatorial,  pero sobre todo a la exposición (barlovento) que tienen las masas montañosas a los vientos alisios, que al ascender se enfrían y condensan, produciendo lluvias orográficas, en formas de llovizna y neblinas, casi todo el año, es sin duda el mayor valor de estos paisajes sombríos: generació de agua.

Sin duda, son paisajes que ameritan una planificación estratégica para su  conservación y manejo, sobre todo lo relativo a cuencas y biodiversidad:  paisajes y seres vivos asociados a la captación de agua. Tiene un potencial para los sistemas agroforestales y permaculturales dado sus suelos profundos y orgánicos, e inmensa cantidad de agua disponible. Se podría implementar energía hidroeléctrica en pequeñas centrales,  aprovechando la pendiente sin tener que dañar las cuencas con mega represas.


AMENAZAS


Se tratan de paisajes naturales y culturales de inminente recarga hídrica, cabeceras y divisorias de cuencas, donde se esta practicando una actividad minera descontrolada, que contamina por uso ineficiente de mercurio, y otras tecnologías obsoletas. 

Esta economía, que no resuelven problemas sociales de las poblaciones que habitan la ecorregión, estaría mas bien agravándo la situación a largo plazo, dada la contaminación que provoca el uso de mercurio,  sin considerar la cualidad y cantidad de agua que estos ecosistemas generan,  perjudicando a otras poblaciones aguas abajo. Áreas protegidas como los parques nacionales, y áreas naturales de manejo integrado;  Madidi y Cotapata están siendo afectadas por estas actividades.


¿QUÉ SON LOS PÁRAMOS YUNGUEÑOS?




Ve este vídeo hasta el minuto 23 y entra al siguiente vídeo:  

Que son los Paramos?




VEGETACIÓN PAISAJES NATURALES Y CULTURALES DE LA ECOREGIÓN PÁRAMO YUNGUEÑO.






BIBLIOGRAFÍA

Ahti, T (1992). Biogeographic aspects of Cladoniaceae in the páramos. En: Balslev, H.& J. Luteyn (eds.) Páramo - an Andean Ecosystem Under Human Influence. Academic Press, Londres.

Balslev, H. & J. Luteyn. 1992. Páramo. An Andean ecosystem under human influence. Academic Press, Londres. 304 p.

Beck, S. G. & E. García. 1991. Flora y vegetación en los diferentes pisos altitudinales. Pp. 65-108 En: E. Forno & M. Baudoin (eds.). Historia Natural de un Valle en los Andes: La Paz. Instituto de Ecología, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.

Beck, S. G. 1995. El páramo yungueño de Bolivia, datos acerca de la flora y vegetación. Pp. 20-20. En: C. Josse & M. Ríos (eds.) Resumen II Congreso Ecuatoriano de Botánica. Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito.

Capra S., M. E. 1996. El páramo yungueño. Estudios de la vegetación, clima y suelos en el área Pongo-Cotapata. Tesis en Biología, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.93 p.

García. E & S. Beck (2006). Puna. Botánica Económica de los Andes Centrales Editores: M. Moraes R., B. Øllgaard, L. P. Kvist, F. Borchsenius & H. Balslev Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, 2006: 51-76.

Ergueta Sandoval, P & A. Álvarez (Eds) (2010). Transitando la Diversidad: Paisajes Naturales y Culturales

Halloy, S. 1997. Anconquija region. North-western Argentina. Pp. 478-485 En: WWF & IUCN 1994-1997. Centres of Plant Diversity. A Guide and Strategies for Conservation. Vol. 3, Americas. IUCN, Cambridge.

Molina-Carpio, J. (2005). Régimen de precipitación en la cuenca de Huarinilla-Cotapata, La Paz-Bolivia. Ecología en Bolivia, 40(1), 43-55. La Paz: Universidad Mayor de San Andrés.

Navarro, G., y Ferreira, W. (2009). Biogeografía de Bolivia. En VMABCC-Bioversity. Libro Rojo de Parientes Silvestres de Cultivos de Bolivia (pp. 23-39). La Paz: Plural Editores.

Navarro, G, y Maldonado, M. (2002). Geografía Ecológica de Bolivia: Vegetación y Ambientes Acuáticos. Cochabamba: Centro de Ecología Simón I. Patiño-Departamento de Difusión.

Navarro, G. (2011). Clasificación de la vegetación de Bolivia. Santa Cruz: Fundación Simón I. Patiño.

Pacheco, L. F., Larrea, D. M., y López, R. P. (2010). Sobre el número de ecosistemas en Bolivia. Ecología en Bolivia, 45(2). La Paz: Universidad Mayor de San Andrés.

Paniagua-Zambrana, N, Maldonado, C Goyzueta & Claudia Chumacero-Moscoso. (2003) Mapa de vegetación de los alrededores de la Estación Biológica de Tunquini, Bolivia.

Rangel Ch., J. O. (2004).  Patrones de riqueza y diversidad en la flora paramuna. Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica 39(3-4):307-314.

Ribera, M. O. (1992). Regiones Ecológicas. En M., Marconi (ed.), Conservación de la Diversidad Biológica en Bolivia. La Paz: CDC-Bolivia, USAID.

_________ (1995). Aspectos ecológicos del uso de la tierra y conservación en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata. Ecología en Bolivia (pp. 1-50).

_________ (2008). Glosario de Temas y Conceptos Ambientales. Una guía para la actualización y la reflexión. La Paz, Bolivia: LIDEMA.

Ríos-Uzeda, B. (2001). Presencia de mamíferos terrestres medianos y grandes en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata a través del uso de métodos indirectos

Sevilla-Callejo, M (2012). Delimitación de la vegetación, los usos y las coberturas del terreno en un área de montaña tropical. El caso de la aplicación de las TIG al PN y ANMI Cotapata Bolivia.





Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com