En el contexto de la cumbre contra el cambio climático de la ONU, cerca de 90 empresas se alinean con el Acuerdo de París de 2015 y prometen reducir a cero sus emisiones en 2050. ¿Hasta qué punto podemos creernos esta suerte de compromiso?
Un sobre de Nescafé y restos de basura en una playa de Filipinas. REUTERS/Eloisa López
En este contexto de emergencia, entre las protestas y la búsqueda de estrategias climáticas, aparecen las voces de las grandes multinacionales. Tanto es así que, este domingo, 87 grandes empresas y entidades bancarias se arrancaban un compromiso para ligar sus actividades económicas a los compromisos materializados en 2015 en el Acuerdo de París . El compromiso de las empresas, aparentemente, es serio. De aquí a 2050, empresas como el Banco Santander, el BBVA, Nestlé, Ikea o Danone reducirán a cero sus emisiones y alinearan sus negocios “con lo que los científicos dicen que es necesario para limitar los peores impactos del cambio climático” .
"Todas las empresas tienen la responsabilidad de hacer frente a los desafíos globales actuales", comentaba Ana Botín, presidenta del Banco Santander en El País . Pero, ¿podemos creernos esta suerte de convenio?
No. Así lo ven ecologistas y expertos que tachan este tipo de acuerdos como un greenwashing o un mero lavado de cara corporativo. “Las grandes empresas llevan haciendo esto desde hace mucho tiempo. Hacen falta mecanismos que obliguen a las multinacionales y a los bancos a cumplir con unos determinados estándares que no atenten contra los derechos humanos y contra el medio ambiente”, opina Yago Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción . El problema, explica el activista, tiene que ver con las características de estos tratados firmados por las multinacionales, que, más allá de las palabras y las rubricas, no son vinculantes y no ofrecen ningún tipo de garantías para con su cumplimiento.
“Los acuerdos voluntarios no vinculantes a los que se ha comprometido la Industria carecen de ninguna herramienta de seguimiento y reporte. Para saber si, por ejemplo, Nestlé o el Banco Santander están cumpliendo los objetivos tendríamos que poder evaluar los impactos de sus actuaciones de alguna manera”, añade Miguel Ángel Soto, responsable de campañas en Greenpeace . La realidad es que los compromisos como el anunciado a bombo y platillo este domingo, apenas ofrecen mecanismos de control para conocer en qué punto están sus promesas medioambientales.
Buen ejemplo de ello es el caso de Unilever, una empresa británico-holandesa con una producción diversificada que incumplió su promesa de limpiar sus cadenas de suministro de cualquier producto procedente de la deforestación. “Todas las grandes empresas consumidoras de materias primas como soja, palma o cacao se comprometieron hace diez años a limpiar sus cadenas de suministro en un plazo de una década. Ahora, después de estar ardiendo el Amazonas , diez años después, estas empresas reconocen que no han cumplido sus promesas”, comenta Soto, citando a Néstle o Burger King , cuyas inversiones en empresas cárnicas están manchadas por el fuego de la selva.
En cierta medida, estos compromisos vacíos tienen que ver con unas simples “estrategias publicitarias para cooptar consumidores procedentes de los movimientos sociales”, opinan desde Ecologistas en Acción. Es una práctica que se hace común en todos los sectores. Se podría decir que las marcas tejen sus redes y les da igual en qué mar pescar con tal de hacerlo. Tanto es así, que echando un vistazo al pasado, tras el 15M, algunas compañías de telefonía trataron de presentarse como empresas regidas por valores asamblearios donde la horizontalidad marcaba el ritmo de las ganancias.
“La juventud está en las calles súper concienciada y las marcas no pueden quedar expuestas a la ira de los jóvenes, que son los futuros consumidores. Por eso las empresas firman donde sea”, valora Soto.
Dejar de crecer
Que casi noventa multinacionales se liguen a los principios básicos del Tratado de París de reducir las emisiones de manera radical puede resultar contradictorio. Sobre todo si se tiene en cuenta que el crecimiento económico de estos gigantes se sustenta en gran medida en la extracción de recursos naturales (además de la huella de carbono que hay detrás del transporte global de sus productos).
“La clave es preguntarle a las empresas cómo piensan llevar a cabo esa supuesta descarbonización. Si no te dicen el plan exacto que piensan seguir, si simplemente confían que siguiendo las sinergias habituales y hablando de tecnologías de reemplazo lo van a conseguir, están equivocados”, expone Antonio Turiel, científico titular en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. “Sin poner un plan sobre la mesa, en el fondo son palabras huecas”.
"Estas empresas dependen del crecimiento continuo y de las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Qué actividad van a tener si reducen las emisiones? ", se pregunta Martínez, que considera que el historial de las grandes corporaciones para con el medio ambiente y los derechos humanos es demasiado grande como para dar por bueno unos compromisos que no se sustentan en ningún tipo de base legal.
"Tiene que haber planes nacionales de reducciones de emisiones y de adaptación al cambio climático que se traduzca en medidas. Esto no lo van a hacer ni las entidades bancarias, ni el presidente del Real Madrid ", ironiza Soto. El papel de los gobiernos y las instituciones gubernamentales, opinan desde Greenpeace y desde Ecologistas en Acción, debería estar más definido y obligar a las empresas con legislación vinculante a cumplir con sus compromisos.
Unos compromisos que hasta ahora son insuficientes y que, según Turiel, fían todo el éxito de la lucha contra el cambio climático a "un cambio tecnológico" que se presenta pobre e incierto. La salida de este embrollo, quizá, se encuentra apagando los motores del sistema y planteando una alternativa productiva diferente que no esté asociada al crecimiento económico indiscriminado. Así lo evidencia el último informe de la Oficina Europea del Medio Ambiente , que apuesta por un decrecimiento económico orquestado en los países más ricos. Aún con ello, el debate sigue abierto.
Discurso de Rodrigo Mundaca al recibir el Premio Núremberg
Rodrigo Mundaca
Rebelión
Pueblo de Núremberg, autoridades aquí presentes, jurado del premio internacional de Derechos Humanos, quiero en primer lugar expresarles mi agradecimiento personal, y también el de mi organización, el Movimiento de Defensa por el acceso al agua, la Tierra y la protección del Medio Ambiente, MODATIMA CHILE, por este impensada distinción, desde nuestra llegada a la ciudad, y ante las preguntas de la prensa, hemos declarado, con toda sinceridad, no buscar honores ni tampoco gloria alguna, no tenemos poses de héroes ni tampoco de mártires, simplemente somos parte de un pueblo que cansado de la impunidad en los ríos, cansado de las injusticias propias y derivadas de un modelo de despojo de los bienes naturales comunes, tomamos la decisión de ponernos de pié, tomamos la decisión de organizarnos y luchar probablemente por el bien natural más importante para la preservación de la vida, todas las vidas, el agua.
Eduardo Galeano, periodista y escritor Uruguayo, hace mucho tiempo, y metafóricamente, sostuvo: “Cuando los Españoles llegaron a América lo hicieron acompañados de la Biblia, los indios tenían la Tierra, entonces los Españoles le dijeron a los Indios, cierren los ojos y recen, al abrir los ojos los indios tenían la Biblia y los españoles tenían la Tierra”, esta metáfora, breve y brutal, nos habla de la historia de América Latina, de cómo nuestro continente ha sido una fuente inagotable de los mal llamados “Recursos Naturales”, los que por siglos han sido la fuente de riqueza de economías fuertes y vigorosas, fuente de riqueza de enormes transnacionales que han lucrado con el agua , la tierra y depredado el medio ambiente. Claro, es necesario señalar que para cumplir con estos propósitos, han contado con la complicidad de Gobiernos dúctiles y serviles, puestos al servicio del “DESPOJO” de nuestras comunidades y territorios.
Es la historia pasada y presente, esa historia que golpea nuestras memorias y conciencias, la historia que se repite una y mil veces, condenando a las mayorías sencillas de América Latina a una vida de carencias, a una vida donde no se garantizan los derechos sociales ni tampoco el acceso a los bienes naturales comunes.
Informes recientes, elaborados por distintas organizaciones, entre ellas por el relator especial de Naciones Unidas para las y los defensores de los derechos humanos ambientales, Michel Forst, sostienen que América Latina es la región más peligrosa del planeta para los hombres y mujeres que a título personal u organizado defienden el derecho al agua, la tierra, el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, y la pregunta que corresponde es ¿porque? Y la respuesta es simple, en nuestro continente las bases de la desigualdad se encuentran asociadas a la apropiación de los bienes naturales. Si, el agua y la tierra hoy generan utilidades, plusvalía para sus tenedores.
Y los abusos de poder en América Latina, tienen una expresión común, uso de la fuerza pública para que las industrias extractivas se instalen en nuestros territorios, uso de la fuerza pública para facilitar el control territorial, infundir miedo y aplicar la fuerza cuando las comunidades se rebelan ante el despojo. Uso de la norma, porque es sujeto de criminalización aquel hombre o mujer que demanda hacer de la tierra y particularmente del agua un derecho humano. Uso del discurso desde el poder, para denigrar, estigmatizar, a todo aquel, hombre o mujer que demande terminar con este modelo de despojo, es el discurso que busca aislar a las y los defensores de los derechos humanos ambientales, para posteriormente con mano ajena acabar con sus vidas, destruir sus bases sociales de apoyo.
La Historia es un elemento imprescindible para analizar el presente y proyectar el futuro, en Chile, el modelo de despojo actual, fue instalado a sangre y fuego, cuando todas las libertades se encontraban clausuradas y perseguidas, es así como en la constitución política del año 1980 se señala en uno de sus artículos “Los derechos de los particulares sobre las aguas, reconocidos o constituidos en conformidad a la ley, otorgarán a sus titulares la propiedad sobre ellos”, si, es en la norma jurídica que rige los destinos individuales y colectivos de la Sociedad Criolla, donde se encuentra consagrada la propiedad privada del agua.
En Chile las fuentes de agua se encuentran privatizadas hace 39 años. El agua es un bien nacional, pero también un bien económico. La propiedad del agua se encuentra separada del dominio de la tierra, lo que dio origen al mercado del agua. Reconoce dos categorías de derechos de agua, derechos consuntivos, es decir que se consumen, concentrados básicamente en el sector agrícola, minero, industrial y sanitario, y derechos No consuntivos (que deben devolver el caudal al río), destinados a la generación de Hidroelectricidad, y cuyos dueños son la empresa Italiana Enel.
En materia de gestión de las aguas, es decir las empresas sanitarias, privatizadas desde al año 1998 en adelante, las mismas son de propiedad extranjera, la principal empresa Sanitaria, Aguas Andinas, responsable de suministrar agua a la capital de Chile, Santiago, es de propiedad del grupo Aguas de Barcelona y su controlador es el grupo Suez. Esval, la segunda sanitaria más importante del país, es de propiedad de los profesores de Ontario Canadá, los que en términos globales controlan aproximadamente el 40% del mercado global de suministro de agua potable.
De las 10 ciudades de América Latina, con las tarifas de agua potable más caras, 7 son chilenas.
En Chile las batallas por agua enfrentan a las comunidades de Norte a Sur, de Cordillera a Mar, y tienen distintas expresiones, y sin ánimo de ufanarnos, desde donde vengo, es decir de la provincia de Petorca, Región de Valparaíso, es donde se libra una de las batallas más emblemáticas, una batalla que muchos de ustedes han conocido asociada a la producción de aguacates u avocados.
En nuestro territorio el 90% de la superficie cultivada se encuentra destinada a la producción de avocados, un frutal de origen tropical que demanda enormes cantidades de agua. El modelo de producción agrícola se caracteriza por el uso intensivo e irracional del agua y la tierra, políticos y empresarios fuertemente conectados a los centros neurálgicos del poder, producen en enormes extensiones de suelos sin aptitud de cultivo, es decir en suelos de cerro, transformando a los ríos en páramos secos e inhóspitos. Extraen agua a cientos de metros de profundidad, han cometido una serie de prácticas impropias para apropiarse de las aguas. Destinan sus producciones hacia los mercados de exportación, y se congratulan por ser parte de Chile potencia agroalimentaria.
En Chile Robar agua es una falta administrativa, y no un delito ambiental.
En tanto miles de personas dependen de los camiones aljibes, hoy se reparten en promedio 50 litros de agua por persona, lo que está muy por debajo de los requerimientos reales. Estimaciones recientes sostienen que se han muerto más de 10.000 cabezas de ganado por falta de agua, una generación completa de niñas y niños que han nacido en nuestros territorios, no conocen los ríos, y si todas y todos los que estamos aquí, evocamos nuestras vidas, todas se encuentran asociadas a un momento de jolgorio y diversión en torno a los ríos, y los mismos no sólo cumplen una función paisajista, sino más bien, de ellos depende el ciclo hidrológico de las aguas, de ellos depende el equilibrio de los ecosistemas, de ellos dependen las funciones vivas y no vivas del medio natural.
La privación de aguas ha destruido la identidad cultural campesina e hipotecado la soberanía alimentaria, la que descansa en los hombros precisamente de los campesinos.
Lo que sucede en la provincia de Petorca no es un caso, no es una particularidad, o un punto negro en la loca geografía de nuestro país, hoy 3 millones de personas que viven en el mundo rural no acceden a agua potable, 8 de 10 recolectores de agua en el mundo rural son mujeres, 5 regiones han sido declaradas zonas de emergencia agrícola por sequía, de las 101 cuencas que existen en el territorio, el 80% se encuentran agotadas, pero se sigue privilegiando el modelo intensivo de producción agrícola que llena supermercados en Europa y hoy también en China.
¿Podemos esperar algo del actual gobierno? ¿Podemos esperar algo del país cuyos administradores serán los anfitriones de la cumbre de cambio climático, conocida popularmente como la COP25?.
Nada podemos esperar cuando Piñera, el actual presidente es un furibundo partidario de la privatización y mercantilización de las aguas, cuando al interior de su gabinete tiene ministros que son dueños del agua, e intervienen en el debate público para dar certezas de que el modelo privado de aguas no se va a tocar.
El agua es un derecho humano esencial e irrenunciable, la base para el cumplimiento de todos los demás derechos, aspecto confirmado el 28 de Julio del año 2010, en el marco de la asamblea general de Naciones Unidas.
Concluyo señalando con toda sinceridad que recuperar el agua, para nuestras comunidades y territorios, requiere de un gran impulso, requiere de mantenernos vivos y unidos, pero también decirles, solas y solos no podemos, necesitamos de la solidaridad internacional, ustedes como comunidad pueden hacer muchas cosas, fuimos testigos de ello, cuando miles en esta ciudad, se movilizaron exigiendo justicia climática para todo el mundo, ¿y no parece de justicia hacer del agua un bien común y su acceso un derecho humano? Les parece justo que a miles de kilómetros de distancia haya gente, pueblo sencillo, que privado de agua deba esperar el camión aljibe? ¿Es posible que no se conmuevan cuando ocurren estas injusticias en el planeta?
MUCHA GENTE PEQUEÑA, EN LUGARES PEQUEÑOS, HACIENDO COSAS PEQUEÑAS PUEDEN CAMBIAR EL MUNDO. EN TANTO NOSOTROS SEGUIREMOS ADELANTE, AUNQUE EL FRÍO QUEME, EL MIEDO MUERDA, EL SOL SE ESCONDA Y SE CALLE EL VIENTO, NO TE RINDAS, NO SE RINDAN…”
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com
A Greta Thunberg le ha llegado muy temprano la hora de su estigmatización. A los 16 años. Desde que la semana pasada en más de mil ciudades del mundo una cantidad incalculable de estudiantes secundarios se pusieron sobre sus hombros la lucha para detener el cambio climático, comenzó en los grandes medios de Europa una campaña de ridiculización que puede entenderse como el primer caso de bullyng global. Su víctima es esa adolescente sueca que fue diagnosticada pasados sus diez años con el síndrome de Asperger, que según ella misma relató en una charla TED con un enorme auditorio siempre fue muy callada, muy solitaria, una persona que sólo hablaba cuando era estrictamente necesario. Con voz siempre pausada y meditando palabra por palabra, dijo en esa charla mirando a las butacas: “Por eso estoy hablando hoy aquí. Porque es estrictamente necesario”. Fue a los 14 años que en rigor consideró estrictamente necesario hablar ante multitudes, ante auditorios como el Parlamento Europeo o el Foro de Davos, porque fue entonces que hizo, digamos, su comprensión histórica: si su generación no actuaba ya, si ellos, que serán adultos cuando este planeta ya no sea viable, no salen ya a las calles, están pactando con su propia falta de futuro.
Según todos los diagnósticos científicos, las emisiones tóxicas deben empezar a reducirse ahora, no “dentro de poco” o en “próximamente”, sino ya, porque los tiempos no dan. Esta semana 20.000 científicos de todo el mundo adhirieron al movimiento Viernes por Futuro, el que nuclea a los secundarios de más de cien países, cuyo primer gran paso fue dado el 15 de marzo. “Los jóvenes tienen razón”, fue el título del documento de adhesión. El cambio climático provocará desastres y desequilibrios de ecosistemas de una manera irreversible y sin antecedentes en miles de años. Cuando hace dos años Greta comprendió eso, decidió hacer huelga, a los 14. Empezó sola. Faltaba a clase todos los viernes, en protesta por la falta de decisiones políticas mundiales que paren el cambio climático.
Y lo que hace dos años fue apenas la actitud decidida de una niña que había comprendido que era su derecho y el de sus hijos y nietos vivir en este planeta, hoy es un fenómeno global. Los grandes medios lo acallaron, como callan todo lo que les resulta incómodo o amenazante. Pero fue en mil ciudades que bajo el liderazgo de Greta Thunberg miles y miles de adolescentes salieron a marchar para que sus gobiernos tomen medidas en relación a las emisiones tóxicas, que es lo mismo que decir que debe detenerse entre otras cosas la producción a gran escala en bosques, selvas, desiertos. Que el sistema no puede seguir acelerando la extinción de especies porque la humana también es una de ellas.
Los medios no sólo callaron. Cuando a través de las redes el movimiento Viernes por Futuro se hizo visible, comenzaron un ataque simultáneo de ridiculización y degradación de la figura de Greta. La mostraron comiendo una banana: en Suecia no hay bananas de modo que la foto era una denuncia de que Greta estaba comiendo una banana gracias al combustible usado en el transporte a su país de una fruta tropical. La mostraron con sus perros: indicaban así que si los perros comen carne, Greta tampoco es consecuente en eso. Quizá el ataque más degradante lo vertió Le Figaro, a través de un comentario no filtrado y dirigido directamente al síndrome de Asperger de Greta: alguien opinó que era “una vergüenza ver a tantos jóvenes dejarse conducir por una zombie”.
La voz de Greta no logra todavía perforar el cerco de silencio con una lógica rasante, directa y áspera, como ella, que en el Parlamento Europeo dijo “sé que no les gusta que yo esté acá. A mí tampoco me gusta que ustedes estén acá, porque no han hecho los deberes. Nosotros sí hemos hecho los deberes. Hemos leído los informes científicos. Lo que pedimos es que hagan caso a la ciencia, porque cuando nosotros seamos adultos será tarde”.
El movimiento Viernes por Futuro encarna en una generación que hace su entrada a la política por ese costado vital y poderoso. Es con sus cuerpos que lo gritan, lo piensan, lo reclaman. Sus cuerpos tienen derecho al hábitat. Y advierten, con mucha más claridad y precisión que las otras generaciones, la gravedad límite de este momento. Ellos son una pata más de la resistencia global al modelo tanático que nos avasalla.
El poder de las finanzas, de los transgénicos, de las patentes, de los buitres, en fin, el ala más dura de la derecha que puso su pata roñosa sobre tantos territorios, niega el cambio climático. Para Trump es una mentira de la izquierda. Y es en esa clave de resistencia al efecto de irrealidad del que se vale la derecha que hay que leer este inédito movimiento liderado por esa niña de trenzas rubias que toma por literal lo literal: o se actúa ahora o no habrá lugar seguro en la Tierra para que los que hoy tienen quince años vivan sus vidas y tengan sus hijos, y continúen así con la posta de la especie.
La política de la derecha global trae la muerte en muy diversas formas, pero siempre la muerte. En guerras o en hambrunas, en catástrofes naturales, en tiros por la espalda como los que diariamente reciben líderes sociales en Perú y en Colombia. Esos hombres y mujeres, muchos de pueblos originarios, están muertos por defender los recursos naturales. Es la misma lucha que la de Greta Thunberg, pero desde otra región y otra línea histórica. El reclamo es el mismo en un fondo no demasiado profundo. Quieren vida. Vivir. Quieren lo necesario y suficiente para que la vida sea posible. Quieren el equilibrio indispensable para vivir. Este es el marco macro bajo el cual transcurren nuestras propias y asombrosas circunstancias nacionales. No cuesta mucho comprender que hay un poder feroz encaramado en la cima tan alta que nos es indescifrable, y que hacia abajo mueve los hilos para que nada detenga la muerte. Y también hay que advertir, con cierta esperanza, que hay sincronías históricas no menos asombrosas, y que la resistencia al proyecto de muerte crece y se nutre de fenómenos impensados. Greta y sus congéneres ya son un nuevo actor global que aporta su enorme grano de arena a la lucha por el proyecto de la vida. Greta es un síntoma de la regeneración de la vida.
El ánimo de este artículo no es negar la existencia de una crisis ecológica, ni de una emergencia climática, que requiere una acción urgente. Más bien se trata de mostrar que hay una sofisticada campaña de relaciones públicas detrás de lo que está sucediendo y que forma parte de un plan oculto de una parte importante de la élite mundial.
Por Brian Davey
Emergencia climática: aumento de los gases atmosféricos de efecto invernadero provocados por el hombre, como el CO2 y el CH4, que implican un incremento de la temperatura terrestre y, como consecuencia, sequías, inundaciones, olas de calor, malas cosechas, subida del nivel del mar, etc. «Emergencia climática» (entre comillas): declaración hecha por los políticos que nos hace pensar que se están tomando en serio la emergencia climática y que podemos confiar en que van a tomar medidas serias al respecto, lo que se puede considerar un compromiso real o retórica vacía, según los resultados. Debido a los comentarios recibidos sobre la primera edición de este artículo quiero dejar claro que no me opongo a la generación de energía eólica, solar y renovable. A lo que me opongo es a la quimera de que la energía eólica, solar y otras formas de energía renovable puedan sostener una economía basada en el crecimiento y mantener el estilo de vida de los consumidores en los países ricos. Las energías renovables pueden ocupar un espacio limitado en el futuro, pero la prioridad es el decrecimiento, conservando y compartiendo más energía y materiales, ya que el planeta no puede soportar la economía global de los países ricos y esto es muy peligroso. En cualquier caso, en la actualidad no existen formas asequibles para gestionar las fluctuaciones en la generación de energía renovable que se obtienen en las distintas estaciones del año, ni es probable que se sigan produciendo durante mucho tiempo. También me opongo firmemente a la financiarización de la naturaleza por las razones que describo aquí brevemente, y con más detalle en mi libro Credo, que se puede descargar gratuitamente (véanse las referencias). Por último, aprendí mucho con los artículos de Cory Morningstar, pero mis posicionamientos y los suyos no deben considerarse idénticos.
Brian
Cuando empecé a leer una serie de artículos relacionados con este tema con el título «La fabricación de Greta Thunberg por consenso» (uno de los cuales se menciona en el sitio web de Moon of Alabama), escritos por la periodista de investigación conocida como «Cory Morningstar», sospeché inicialmente que se trataba de otro ataque ad hominem contra Greta Thunberg. Sin embargo, a medida que los leía «se me iba cayendo la venda de los ojos», por usar una expresión bíblica. Esta es, con diferencia, la mejor descripción de las actuales políticas medioambientales globales, o de lo que hay verdaderamente detrás de la apariencia que nos llega si solo se consultan los principales medios de comunicación. Los artículos muestran a los principales actores de la trama, cómo están conectados o forman parte de las más destacadas facciones de la élite empresarial mundial, y cómo están haciendo una campaña de relaciones públicas de facto, para poner al público en «modo emergencia», que llevará a los ciudadanos a exigir una intervención y dará a estos miembros de la élite mundial un respaldo masivo para mostrar que son capaces de cumplir con lo que se espera de ellos.
¿Pero cumplir con qué, exactamente?
De hecho, el plan es vender la necesidad de una cuarta revolución industrial
Lo repito una vez más: parte de la élite mundial ofrecerá un nuevo pacto verde o, como se lo describe a veces, «una cuarta revolución industrial». Este grupo de personas está interconectado con una red de organizaciones como el Foro Económico Mundial, la Fundación Bill y Melinda Gates, el Instituto Rockfeller, así como con 20 organizaciones sin ánimo de lucro que están apoyando esta idea: como el Instituto de Recursos Mundiales, Avaaz y su filial Team B, Greenpeace, etc. A estas hay que añadir otras organizaciones y movimientos como 350.org que forman parte del entorno influyente de las personas que montaron el movimiento Extinction Rebellion (rebelión contra la extinción), y que han tenido que ver con la limitada declaración de objetivos de XR. A primera vista, todo esto parece positivo, muy alentador, y lo sería si la forma en que esta red pretende seguir adelante para hacer frente a «la emergencia» funcionara realmente. Sin embargo, hay razones de peso para creer que su enfoque no servirá ni se resolverá la «emergencia», muy al contrario, empeorará, eso sí, supondrá un regalo muy generoso para la aristocracia empresarial y para algunas ONG, porque se pretende centrar la crisis climática y ecológica global en el lema: «salvar la naturaleza», convirtiéndolo en una gran máquina de hacer dinero. Las políticas que se han desarrollado pretenden ser un motor para reavivar un crecimiento económico en declive mediante una «naturaleza financiarizada». Los procesos naturales pasarán a llamarse «capital natural», valorado y negociable en los mercados financieros. La idea clave es que hay que incentivar la protección de la naturaleza con dinero. Hay que pagar para proteger los llamados «servicios del ecosistema». El principio es que, si queremos evitar la extinción, necesitamos un sistema que la convierta en un valor en términos monetarios, un sistema que genere todo un nuevo conjunto de tecnologías, las llamadas «tecnologías limpias».
¿Qué tiene de malo financiarizar la naturaleza? Los pueblos indígenas consideran que la naturaleza es alguien de la familia: por ejemplo, en los Andes la llaman «madre tierra». Protegen a la madre tierra como protegerían a su propia madre porque les dio la vida, porque vienen de ella. Saben cómo funciona la naturaleza en el entorno en el que viven porque se lo han transmitido sus antepasados y la custodiarán para sus hijos y descendientes. No esperan remuneración: es un deber no sobreexplotar la tierra y ese es el principio ético por el que se rigen. Las personas que llevan trabajando y viviendo de esos recursos naturales comunes han mantenido esta ética hasta que una elite se los arrebató sirviéndose de los cercamientos. En los bienes comunales existe la responsabilidad colectiva de no sobreexplotar los recursos y de no dañar el medio ambiente con el que la gente se siente identificada y vinculada.
Nuestra sociedad se rige por una ética diferente. Si queremos que se haga algo, incluyendo el no llevar a todo el sistema ecológico a la muerte colectiva, debemos pagarlo con dinero. Esta es nuestra economía convencional. En nuestra sociedad, los ricos consideran la naturaleza como una reserva de recursos: los árboles son madera que tiene un valor económico, pero los bosques intactos no. Si queremos proteger el bosque, los yonquis del dinero nos dicen que también hay que asignarle un valor monetario. Por lo tanto, si alguien quiere talar árboles para obtener madera, también tiene que pagar por la pérdida de masa forestal y por los servicios que realiza el ecosistema que se perderían, como la absorción de CO2 o el papel fundamental del bosque en las precipitaciones y el ciclo del agua. De hecho, el nuevo argumento es que, quien quiera que sea el propietario de los servicios del ecosistema del bosque, debería recibir un pago por protegerlo.
Si pensamos en la naturaleza como si fuera nuestra madre, y si está amenazada, la clave es cuánto vale y cuánto dinero puedes reunir para protegerla. Si nuestra madre no vale dos céntimos y tampoco tenemos dinero, podemos venderla como esclava. Con este planteamiento se vende la naturaleza en los mercados financieros, porque los bancos pueden generar el dinero que quieran en forma de préstamos para las personas que quieran comprarla en trozos, mientras que otros sectores de los mercados financieros pueden ganar dinero organizando los intercambios para comerciar con ella. Pero esto genera problemas. Por ejemplo, piense en la protección de los bosques. Los pueblos que han vivido en los bosques los han estado protegiendo durante siglos, explotándolos de forma sostenible. Nunca se les pagó por hacerlo. Sabían vivir de manera sostenible, los respetaban y no eran codiciosos, por lo que impidieron que los recursos forestales fueran sobreexplotados. Esta gente ahora será expulsada. No tienen certificados de propiedad comprados en los mercados financieros. Los nuevos propietarios serán las personas que toman decisiones monetarias sobre cuestiones ecológicas en dichos mercados financieros. ¿Protegerán mejor los bosques desde sus despachos? Esta es la dudosa lógica de este nuevo tipo de colonialismo verde. Así piensan los yonquis del dinero. Hay una alteración de medios y fines en sus mentes. El fin de los actores de los mercados de capital natural es ganar dinero, y, supuestamente, lo consiguen mediante la protección de la naturaleza. Sin embargo, la experiencia de esquemas como este es que el aspecto lucrativo gana sobre la naturaleza porque no hay un precio obvio para los servicios de los ecosistemas, o para la pérdida de biodiversidad o para el carbono emitido. Existe demasiada incertidumbre y se ha generado una verdadera cuestión ética y conceptual sobre si se puede o se deberían valorar las emisiones de carbono, o la vida de las personas, las especies o los servicios de los ecosistemas. Es más, hay todo tipo de problemas prácticos a la hora de fijar los precios: por ejemplo, la gente está dispuesta a proteger a los osos panda con un precio elevado, pero no a pagar un precio elevado para proteger a las repugnantes arañas, serpientes y orugas, a pesar de que también son parte integrante del ecosistema. La mayoría de la gente no tiene ni idea de cómo funcionan los ecosistemas. Entonces, ¿cómo pueden «valorarlos»? Las decisiones sobre el clima, las funciones vitales de los ecosistemas y las especies no deberían ser decisiones de mercado, sino decisiones políticas, tomadas democráticamente por los afectados. En cualquier caso, sabemos que lo que sucede en estos mercados es que los actores juegan con los sistemas para ganar la mayor cantidad de dinero posible mediante estafas y fraudes. Esto ya ha ocurrido a gran escala con el comercio de carbono. Todos los involucrados en el comercio de carbono sabían que era una estafa monumental. Sin embargo, la religión del mundo moderno es la economía al servicio del gran dios Dinero y por consiguiente:
«El desarrollo del Proyecto de Protocolo sobre el Capital Natural ha sido posible gracias a la generosa financiación aportada por la Gordon and Betty Moore Foundation, la Corporación Financiera Internacional (Banco Mundial) con el apoyo de la Secretaría de Estado de Asuntos Económicos de Suiza (SECO) y el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de los Países Bajos, la Fundación Rockefeller, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido (DEFRA). La Coalición está organizada por el Instituto de Contadores Públicos de Inglaterra y Gales (ICAEW). Otros financiadores son: World Wildlife Fund (Asociación para la defensa de la naturaleza), The Nature Conservancy, la Fundación Google, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Fundación David y Lucile Packard, el Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Banco Mundial”. «El Instituto de Recursos Mundiales proporcionó los conocimientos técnicos y la revisión del Protocolo sobre el Capital Natural. El protocolo fue desarrollado por Conservación Internacional, The B Team, PricewaterhouseCoopers, Sustain Value, ACTS, Management (ERM), Imperial College, ISS, Natural Capital Project, Synergiz, WWF, Accenture, Arcadis, eftec, Environmental Resources CDSB, Deloitte, Dow, Eni, GIST Advisory, Kering, LafargeHolcim, Natura, Nestlé, Roche, Shell y The Nature Conservancy. El protocolo fue liderado por el consorcio del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD)». ….pero, volviendo a Greta Thunberg: ¿cómo se convirtió en una ecoestrella?
¿Cómo se forjaron el fenómeno Greta Thunberg y la plataforma:»We Don’t have time” (“No tenemos tiempo”)? Téngase en cuenta que, aunque el título de estos artículos es «La fabricación de Greta Thunberg», no se afirma que Greta Thunberg sea una simple marioneta que hace lo que se le dice. Obviamente es una joven inteligente, pero no habría tenido un hueco en el Foro Económico Mundial y en la Conferencia de las Partes (FCC COP) de Naciones Unidas en Katowice, si no hubiera estado muy bien relacionada y si su ascenso al estrellato ecológico no se hubiera orquestado desde el principio. Su madre recibió un premio de los ecologistas próximos al mundo empresarial en el Fondo Mundial para la Naturaleza, apoyada por una organización que trabaja con Al Gore y miembros importantes de la élite de Silicon Valley. Greta Thunberg fue nombrada asesora de una fundación creada por una empresa sueca llamada «We don’t have time» (No tenemos tiempo); pero, ¿qué es esto de «no tenemos tiempo»?
«We Don’t Have Time” opera principalmente en tres mercados: redes sociales, publicidad digital y compensaciones de carbono. «Solo en los Estados Unidos, el mercado estimado para la compensación de carbono asciende a más de 82.000 millones de dólares, de los cuales la compensación voluntaria de carbono representa 191 millones de dólares. Se espera que el mercado aumente en el futuro. En 2019 se estima que el 15% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero estarán asociadas a cualquier tipo de costo de compensación». Como la empresa es una organización nicho, las redes sociales tienen capacidad para proporcionar servicios adaptados a los usuarios de la plataforma. La startup ha aprovechado esta oportunidad y ofrece a sus usuarios la posibilidad de comprar compensaciones de carbono a través de la propia certificación de la plataforma. Esta opción se destina tanto al usuario individual de la plataforma como al conjunto de organizaciones de la plataforma. «Un aliciente de los muchos que aparecen en la sección de inversión inicial de la nueva empresa o start-up es que se animará a los usuarios a «comunicarse conjunta y activamente con actores influyentes». Estas personas influyentes o influencers son Greta Thunberg y Jamie Margolin, para quienes se prevé un futuro lucrativo en la creación de marcas de industrias y productos «sostenibles», si piensan seguir por este camino, utilizando su fama en su propio beneficio (sello distintivo del movimiento de ONG «grassroots» o comunidades de base).
(Desde la primera publicación de este artículo, me ha llamado la atención que el nombre de Thunberg fue añadido a la lista de asesores de esta organización sin su conocimiento ni consentimiento, y que ya no tiene ningún vínculo con ellos).
Una buena fuente de ingresos… Esa es la filosofía de la gente que está liderando este proceso. En su visión del mundo si quieres proteger la naturaleza, tendrás que pagar. Si no te has dado cuenta, esto es como si una niña empezara a hacer ella sola una bola de nieve y todos se quedaran embobados mirándola. De hecho, el proceso es como una bola de nieve con un gran apoyo. Esa fue la idea inicial y triunfó, pero ¿cuál es el plan de la camarilla de élites que está detrás de todo esto? He aquí una cita de Cory Morningstar sobre cómo comenzó todo:
«La niña consiguió inmediatamente veinte simpatizantes de una red sueca de negocios sostenibles, que aprovechó el fenómeno para lanzar una campaña mundial para conseguir el consenso necesario para el Acuerdo de París, el Nuevo Pacto Verde y todas las políticas y legislación relacionadas con el clima redactadas por y para las élites, requisito imprescindible para desbloquear los billones de dólares de financiación mediante una petición pública masiva.”
La agenda industrial «Estos acuerdos y políticas incluyen la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la recuperación mejorada de petróleo (RMP), la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECAC), la rápida descarbonización total, los pagos por los servicios de los ecosistemas (denominados «capital natural»), la energía nuclear y la fisión, y otras tantas «soluciones» hostiles para un planeta ya devastado. Con todo ello se está produciendo el relanzamiento de una economía capitalista que estaba estancada y necesitaba nuevos mercados y nuevo crecimiento para salvarse. Se está creando un mecanismo para desbloquear aproximadamente 90 billones de dólares para nuevas inversiones e infraestructuras. Y no solo eso: se está fraguando una inversión en lo que es, quizás, el mayor experimento de cambio de comportamiento que se haya intentado jamás a escala mundial. ¿Cuáles son los factores determinantes de comportamiento a los que debe adherirse la sociedad global? y, lo más importante, ¿quién los decide? Esta es una pregunta retórica, ya que conocemos muy bien la respuesta: los mismos salvadores blancos occidentales y el sistema económico capitalista que lo han implementado globalmente y que han sido la causa de nuestra pesadilla ecológica planetaria. Esta crisis continúa incesante mientras se autoproclaman salvadores de toda la humanidad, un problema recurrente desde hace siglos.».
Cuando Thunberg suelta el mensaje No queremos decir que Greta Thunberg entienda o asuma toda este plan de las élites. En Katowice pronunció un discurso, y en parte del discurso se apartó del mensaje; tal vez se inspiró en las ideas del profesor Kevin Anderson, a quien conoció allí. Anderson es un científico del clima que defiende que la economía debe contraerse para alcanzar las metas climáticas y también que son los ricos los que deben soportar la mayor parte de la carga que esto supondría.
He aquí una parte del discurso de Thunberg:
«Solo se habla del eterno crecimiento económico verde porque se tiene miedo de ser impopular. Solo se habla de seguir adelante con las mismas malas ideas que nos metieron en este lío, aunque lo único sensato sea tirar del freno de emergencia».
«Pero no me importa ser impopular. Me importa la justicia climática y un planeta vivo. Se está sacrificando nuestra civilización por darle la oportunidad a un número muy pequeño de personas de seguir ganando ingentes cantidades de dinero».
Thunberg habló de ingentes cantidades de dinero y de crecimiento, pero esta es la parte del mensaje que Avaaz cortó de su reportaje sobre Thunberg. Cory Morningstar comenta: «No es de extrañar que Avaaz censure los comentarios de Greta teniendo en cuenta que una de las funciones principales de Avaaz es promover soluciones de mercado que aceleren el crecimiento económico «verde» al servicio de «un número muy pequeño de personas que seguirán haciendo caja».
En conclusión La serie de artículos que se presentan a continuación muestra cómo una élite de ecologistas quiere resucitar el Acuerdo sobre el Clima de París y cómo se supone que el Nuevo Pacto Verde en los EE.UU se convertirá en un proceso global provocado por el clamor del público para declarar emergencias climáticas, y también que para lograr todos estos objetivos estratégicos, las ONG, los movimientos de campaña y las nuevas estrellas emergentes como Greta Thunberg y Extinction Rebellion han recibido apoyo y sus líderes han sido parcialmente captados.
El ánimo de este artículo no es negar la existencia de una crisis ecológica, ni de una emergencia climática, que requiere una acción urgente. Más bien se trata de mostrar que hay una sofisticada campaña de relaciones públicas detrás de lo que está sucediendo y que forma parte de un plan oculto de una parte importante de la élite mundial. Este plan no solo no funcionará, sino que completará la destrucción de la naturaleza y del ecosistema. ¿Cómo puedo afirmarlo con tal convicción y certeza? Porque se trata de un programa expansivo y el análisis de la huella ecológica ya ha demostrado que la biosfera se está consumiendo como si hubiera 1,7 planetas. Todos los enfoques serios para resolver la crisis ecológica reconocen que la economía global debe contraerse a un solo nivel planetario. La economía debe decrecer. Es más, es solo el 5% más rico del planeta el que consume el 50% del carbono planetario, por lo que las mismas personas que están promoviendo esta campaña son las que más deben recortar. En cambio lo que quieren es expandir la economía. Pero, ¿cómo se puede esto hacerse compatible con la reducción de las emisiones de carbono? No lo es, pero un análisis minucioso del lenguaje de la financiarización de la naturaleza muestra que se habla de la neutralidad de carbono, no de la huella cero de carbono. Este es un “uso intencionado del lenguaje”, ya que uno de los principales pilares del modelo de negocio es la venta de compensaciones de carbono, racionalizando la continuidad del mismo estilo de vida basado en el carbono, fabricando otro que no es más que una falsa fantasía en la que cualquiera que tenga un alto poder adquisitivo pueda invertir». Termino esta historia con otra cita de Cory Morningstar en la que hace referencia a Edward Bernays, el maestro de las Relaciones Públicas y el Marketing que ayudó a la industria tabaquera en la década de 1920 a abrirse a un nuevo y jugoso mercado: el de las mujeres. Intuyendo el ánimo de muchas mujeres jóvenes, Bernays sacó fotos de mujeres jóvenes fumando en publicaciones destacadas, presentándolas como una expresión de su liberación y como un acto de desafío y rebelión cultural. La campaña fue un éxito rotundo para la industria tabaquera, pero no para la salud de la mujer. Al crear un sentimiento de emergencia y rebelión, y canalizar la preocupación y la rabia del público hacia un plan para el medio ambiente que la élite lleva tiempo preparando, se espera conseguir apoyo masivo para una jugada política maestra que favorecerá a una parte de la élite. «Los diez años de ingeniería social dieron sus frutos y se ha pasado del ecologismo al antropocentrismo en toda regla, aunque de manera casi imperceptible. En un período de diez años, el «ecologismo» pasó de preocuparse por la protección de la naturaleza a la exigencia de un despliegue de tecnología verde, a escala industrial, que supondría un mayor saqueo de la naturaleza. El mundo natural se volvió irrelevante a medida que la demanda de tecnología verde superaba a la protección del medio ambiente. Las turbinas eólicas y los paneles solares sustituyeron en el paisaje a las imágenes de árboles e insectos y se convirtieron en los nuevos símbolos de nuestro mundo natural. Paradójicamente, salvar la civilización industrial que está destruyendo toda la vida se convirtió en algo primordial para proteger los ecosistemas de los que depende la misma vida. Estas ideologías fueron arraigando lentamente hasta que los «movimientos» se convirtieron en grupos de presión a favor de la energía verde. Voluntarios manifestándose por el capital, a escala mundial. Pensar que Edward Bernays estaría impresionado con este resultado, sería quedarse corto, tal ha sido éxito de la ingeniería social y el cambio de comportamiento».
EpílogoDespués de terminar de escribir este artículo leí otro muy interesante en el mismo blog sobre la aparición de un «XR Business Blog», que reveló algunos de los intereses empresariales que se esconden detrás de la Rebelión contra la Extinción. Dada la polémica que provocó, esta parte del blog de RX desapareció rápidamente. Varios de los individuos que mencionaba son inversores de capital de riesgo que buscan ganar dinero de lo que llaman «sostenibilidad» y estaban muy vinculados al campo del crecimiento verde. Dudo que muchas de las empresas mencionadas, incluyendo Unilever por ejemplo, se adhieran al decrecimiento, al resurgimiento de los bienes comunales, que apoyen las cooperativas u otros tipos de instituciones dedicadas a compartir, tan necesarias para conseguir que la economía se contraiga hasta el punto de dejar un solo planeta vivo. Sobre todo parece confirmarse la sospecha de que para algunos de los líderes y fundadores de la Rebelión contra la Extinción se consideran parte de la ofensiva de relaciones públicas planeada para construir apoyo para el falso Nuevo Pacto Verde.
Artículo editado el 13 de mayo de 2019 para aclarar que Thunberg no tenía ninguna conexión consciente con una empresa de compensación y ya no figura como asesora.
La muerte de Macarena Valdés -quien tenía 32 años y cuatro hijos al momento de su muerte- produjo estremecimiento, no sólo en su comunidad si no que en un amplio arco de la sociedad chilena, ya afectada por la sucesión de extrañas y no aclaradas muertes de líderes sociales y medioambientales.
Un informe, publicado originalmente en la revista mexicana Proceso, echa por tierra los señalamientos del Servicio Médico Legal sobre que la ambientalista se suicidó en su casa en agosto de 2016. “Existe la posibilidad que su cuerpo haya sido suspendido para hacer que la muerte pareciera un ahorcamiento suicida”, señala el reconocido forense John Clark.
La investigación de la muerte de la emblemática activista medioambiental Macarena Valdés, mejor conocida como “la Negra”, acaecida el 22 de agosto de 2016, en su domicilio de la comunidad mapuche “Newen”, de la localidad de Tranguil (comuna de Panguipulli, Región de los Ríos), sufrirá un vuelco.
Esto, luego que se conozca el informe del destacado médico forense británico John Clark, emitido el pasado 12 de agosto, titulado Comentarios sobre la muerte de Yudy Macarena Valdés Muñoz.
En dicho estudio se descarta que el suicidio sea la causa más probable de la muerte de la activista, rebatiendo de esta manera lo expuesto por el Servicio Médico Legal (SML) en autopsia realizada inmediatamente después de su deceso. Allí se sostuvo que ella falleció de “asfixia por ahorcamiento” sin participación de terceros.
La muerte de Macarena Valdés -quien tenía 32 años y cuatro hijos al momento de su muerte- produjo estremecimiento, no sólo en su comunidad si no que en un amplio arco de la sociedad chilena, ya afectada por la sucesión de extrañas y no aclaradas muertes de líderes sociales y medioambientales.
El pasado 22 de agosto, al conmemorarse el tercer año de su fallecimiento, se realizaron manifestaciones desde Arica a Punta Arenas -desde el extremo norte al extremo sur del país- siendo la más multitudinaria de ellas, la verificada en la explanada del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, de Santiago.
Allí unas 8 mil personas denunciaron que “¡a la ‘Negra’ la mataron!”, expresión que se ha convertido en el grito de lucha de quienes exigen justicia en esta causa. Pese al carácter pacífico y cultural de aquel encuentro, fuerzas policiales lo reprimieron, gaseando y mojando a los asistentes.
Dicho proceder derivó en violentas protestas que acabaron con la quema de tres buses de la locomoción colectiva.
Imagen para el artículo de Francisco Marín publicada en la revista Proceso.
Defensa del territorio mapuche
Al momento de su muerte, Valdés junto a su pareja y padre de sus hijos Rubén Collío, encabezaban la resistencia contra un proyecto hidroeléctrico que se instalaba, con dudosa legalidad, en el entorno de su comunidad mapuche.
La Fiscalía, con el evidente afán de ratificar la tesis del suicidio y cerrar el caso, entrevistó a familiares de Macarena Valdés -que no tenían cercanía con ella- a quienes preguntó si ella tenía problemas sicológicos y/o motivaciones suicidas. Fruto de estas entrevistas, el ente persecutor de la justicia concluyó que la fallecida padecía de depresión.
Este diagnóstico es negado por Collío: “Nosotros éramos tremendamente felices. Nos reíamos mucho… teníamos planes a futuro”, señala en entrevista con Proceso.
La supuesta depresión y el informe de autopsia del SML, dieron pie a que la Fiscalía de Panguipulli (a cargo de la investigación), cerrara rápidamente la causa, sin culpables y estableciendo el suicidio. Sin embargo, el 21 de agosto de 2017, cuando se cumplía casi un año del deceso de la activista, dicho ente persecutor reabrió el proceso y ordenó la realización de una segunda autopsia. Hizo esto tras el revuelo provocado por un metanálisis forense, signado por el renombrado médico forense chileno Luis Ravanal Zepeda, quien fue contratado como perito de parte por la familia de Macarena Valdés.
Doctor Luis Ravanal Zepeda. Foto @unexpp.cl
En dicho informe -en que se analizó toda la información disponible sobre el caso, especialmente la primera autopsia y las pericias realizadas en terreno por la Policía de Investigaciones (PDI)- se verificó que la causa de muerte establecida por el SML (asfixia por ahorcamiento) “no se fundamenta en hallazgos autópsicos objetivos e indubitados”, puesto que el SML no demostró “que el cuerpo haya sido suspendido vivo, por cuanto en ninguna de las descripciones referentes al surco y tejidos cervicales, se describen signos de vitalidad”, esto es, que hayan sido provocados estando viva la afectada.
Ravanal, que es el único médico legista latinoamericano en formar parte del directorio de la Asociación Mundial de Medicina Legal, indicó en su metanálisis que en casos de suspensiones post mortem“lo típico es que no existan signos de vitalidad, como se constata en este caso, por lo cual no es posible (…) descartar la participación de terceros”.
Añadió: “cuando hay una compresión vigorosa por la soga se produce una infiltración hemorrágica en las carótidas, yugulares y músculos que están justo por debajo del surco de ahorcamiento, pero en este caso ninguna de esas estructuras presenta lesiones ni infiltración hemorrágica”.
Este médico, que es master en medicina forense por la Universidad de Valencia (España), reveló en su entrega una serie de deficiencias ocurridas en la autopsia del SML: “llama la atención que no se hayan recolectado y enviado a análisis histológico (microscópico) absolutamente ninguna muestra de las lesiones constatadas en el cuello (…) lo cual representa una grave omisión diagnóstica, en circunstancias que los tejidos del cuello eran los de mayor valor diagnóstico para el estudio de causa de muerte”.
Tampoco se analizó debidamente la soga con la que se habría ahorcado la activista ni se realizaron todos los estudios toxicológicos necesarios para detectar signos de tipo homicida.
Por todo lo anterior, Ravanal recomendó la realización de una segunda autopsia que pudiera subsanar las deficiencias de la primera.
La segunda necropsia se realizó el 30 de octubre de 2017 en el SML, de Santiago, y fue dirigida por el propio Ravanal, quien no contó con la asistencia de personal médico ni de auxiliares de dicha repartición.
Este estudio ratificó “la inexistencia de signos de vitalidad a nivel de los tejidos blandos del cuello y en las estructuras que conforman el bloque laringo-traqueal, por lo que, desde un punto de vista macroscópico, no se confirma la existencia de signos objetivos que permitan sustentar que la víctima se hubiese encontrado con vida al momento de ser suspendida por un cordel o lazo a nivel cervical”, concluyó Ravanal.
La patóloga y directora (s) del Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Chile, Carmen Cerda, efectuó estudios histopatológicos que se anexaron al señalado informe. La conclusión de estos: “no se evidenciaron signos de lesiones vitales en ninguno de los exámenes practicados”.
Doctora Carmen Cerda. Foto @elpulso.med.uchile.cl
Es decir, la segunda autopsia prácticamente descartaba el suicidio. Sin embargo, esto no bastó para que la Fiscalía modificara la tipificación del caso, que desde el principio ha definido como “muerte y hallazgo de cadáver”.
El 4 de octubre de 2018 la PDI elaboró el informe forense 215, en que se detallan los resultados de las pericias que se practicaron al cordel con el que apareció colgada Macarena Valdés. Había dos trozos: uno de 8 metros y otro de uno. El más largo contenía el ADN de una persona de sexo femenino distinta a Valdés. Sin embargo, este informe se traspapeló y desapareció del expediente por largo tiempo, hasta que fue reintegrado luego que el error fuera advertido por la parte querellante.
Según señaló a este corresponsal una de las abogadas de la parte querellante, Patricia Cuevas, este informe ha implicado que la fiscalía sólo pesquise la participación de mujeres, alguna de las cuales han sido citadas para que se le tomen muestras biológicas. La jurista acusa que esto “solo se hace para satisfacernos a nosotros”. Complementa: “la Fiscalía no está investigando cómo fueron los hechos, ni a los verdaderos sospechosos. Solo a mujeres que no tuvieron relación con los sucesos”.
Este corresponsal intentó entrevistar al fiscal jefe de la Fiscalía de Panguipulli, Jaime Calfil, quien lidera las investigaciones de este caso. No obstante, el en cargado de Comunicaciones de la Fiscalía Regional de Los Ríos, nos informó que el persecutor, por ahora, no se pronunciara sobre la materia.
Muerte y amenazas
Lo señalado por los doctores Cerda y Ravanal en su comentado informe, es coherente con lo relatado por Rubén Collío. En la entrevista él relató que “el 22 de agosto del 2016 ‘la Negra’ -como cariñosamente llamaba a su pareja- apareció muerta dentro de nuestra casa, colgada de una viga, en unas circunstancias que nos causaron dudas y sospechas desde un primer momento”.
Explica que ese día vió a Macarena a la 13:00 horas en su casa -ubicada a un kilómetro del domicilio más cercano- tras lo cual él acudió a la casa de un vecino a arreglar un computador. Dejó a Macarena con el menor de sus hijos mientras que él partió con otro -de cinco años- a realizar su tarea. Ella partiría con destino al Consultorio (centro de salud) de Liquiñe -localidad precordillerana fronteriza con Argentina- en el bus de las 14:30 horas.
“Entre la 1:00 y las 2:30 (PM) ella se dedicó a arreglar su bolso para salir. Allí quedaron los pañales de nuestro bebé, la tarjeta de control del consultorio. También preparó comida para que nosotros almorzáramos cuando regresáramos de trabajar”, dijo.
Collío, que es orfebre e ingeniero ambiental, indica que “Macarena no alcanzó a salir a tomar el bus. Alguien la asesinó antes. Alguien entró a nuestra casa y la mató”.
Narra que antes que él volviera a casa con su hijo de cinco años, llegó otro de sus hijos, Francisco, que entonces tenía 11 años. “La encontró colgando. Cortó la cuerda y salió desesperado a buscar alguien que lo ayudara para reanimar a su madre”.
Cuando Rubén volvió vio a Francisco en la puerta de su casa… llorando. Entró a su casa y allí vio a su bebé, de un año y 8 meses, junto al cuerpo de su madre. Allí la abrazó por última vez.
Collío explica -en la entrevista- que previo al deceso de su compañera, se habían registrado movilizaciones que buscaban impedir la construcción de la hidroeléctrica de RP Global, puesto que su puesta en marcha implicaría entubar el río Tranguil, en un tramo de 8 kilómetros.
La molestia creció cuando Saesa, la empresa que trabajaba en la construcción de la central, taló sin autorización bosque nativo y comenzó a instalar torres de alta tensión en lugares habitados.
El 1 de agosto (2016), Macarena y Rubén lideraron una manifestación que mantuvo cortada la ruta internacional Coñaripe-Liquiñe (hacia Argentina). Enseguida, se intensificaron las amenazas en contra de ambos. “Llega gente hasta nuestra casa a decirnos que nos tenemos que ir”, recuerda Collío.
Rubén Collío.
El 21 de agosto, trabajadores vinculados a Saesa fueron a la casa de Mónica Paillamilla, dueña del terreno donde vive la familia Collío-Valdés. “Le dijeron que nos tiene que echar, porque si no: algo muy grave le iba a pasar a mi familia”, dice Collío.
Pailamilla confirmó este hecho, según consta en reportaje El caso de Macarena Valdés: ¿Homicidio o suicidio?, publicado en el semanario The Clinic, el 31 de enero de 2019.
El 23 de agosto, día del funeral de Macarena Valdés, fue aprovechado por la empresa Saesa para instalar postes y cableado eléctrico asociados a la construcción de la central. Aunque no tenían autorización legal, contaron con resguardo de Carabineros de Chile.
Cabe consignar que, aunque la central hidroeléctrica de Tranguil, de RP Global, fue construida y las torres de alta tensión instaladas, no ha podido comenzar a operar por carecer de derechos de agua necesarios para su puesta en marcha.
El informe Clark
El patólogo británico John Clark es un referente mundial de la medicina legal. Fue durante muchos años director del Departamento de Medicina Forense de la Universidad de Glasgow, en Escocia. También ofició como patólogo jefe del equipo forense designado por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) que realizó los exámenes post mortem de las víctimas de las matanzas en Srebrenica, en la antigua Yugoeslavia. Actualmente es perito de la Corte Penal Internacional (CPI).
Considerando su curriculum y dadas las severas falencias que la actividad médico legal registra en Chile, el involucramiento de Clark en la enigmática muerte de Macarena Valdés es altamente relevante.
Lo primero que destaca Clark en su informe -solicitado por la parte querellante y que en los próximos días será presentado ante la Fiscalía- es “la falta de una descripción detallada de cómo fue encontrada muerta” Macarena Valdés. Esto, en su parecer, “hace que la interpretación de los hallazgos post mortem sea difícil”.
En este mismo sentido el legista británico planteó: “La cuerda implicada como la usada no tenía una ligadura típica para colgarse, ya que era excesivamente larga y no tenía un nudo obvio. Incluso, si este último fue cortado en el momento de bajar el cuerpo, ¿por qué no se hicieron comentarios en el informe de autopsia ni se incluyó alguna fotografía?”.
La autopsia fue realizada por el doctor Enrique Rocco, del SML de Valdivia, sobre el que pesan denuncias de severas irregularidades en su práctica profesional.
Pese a las deficiencias de las pericias que tuvo a la vista, el doctor Clark emitió un veredicto científico sobre la base de los elementos disponibles. En sus conclusiones advirtió respecto a la existencia de signos atípicos que permiten considerar la participación de terceros en la muerte de Valdés:
“La marca de ligadura en el cuello, aunque no completamente incompatible con la de suicidio por ahorcamiento, es lo suficientemente inusual como para plantear preguntas sobre su causa. Lo más importante es considerar si la muerte podría haber sido el resultado del estrangulamiento con ligadura por otra persona o personas, es decir, un elemento apretado fuertemente alrededor del cuello que impida la respiración”, manifiesta el forense de Glasgow.
Sigue: “Una marca de ancho tan irregular como este (surco en el cuello), sugiere que ha habido un movimiento considerable de la cuerda sobre la piel, frotándola y causando abrasiones (desgaste), posiblemente con más de una vuelta del lazo involucrada”.
Siguiendo con su razonamiento, Clark precisa: “Aunque en casos de suicidio por ahorcamiento, las víctimas pueden moverse violentamente (…) y posiblemente causar que la ligadura se mueva sobre la piel, sin duda, en mi propia experiencia de cientos de estos casos, no es común una marca tan irregular como esta”.
Más adelante Clark sugiere, a la luz de la evidencia disponible, que Macarena Valdés murió “no por ahorcamiento suicida, sino por estrangulamiento por ligadura, con un objeto que alguien más sostenía alrededor de su cuello y lo apretaba con fuerza”.
Complementa el perito de la Corte Penal Internacional: “Existe la posibilidad adicional que su cuerpo haya sido suspendido posteriormente para hacer que la muerte pareciera un ahorcamiento suicida, en cuyo caso la marca final de ligadura podría representar una combinación de ambos procesos”.
“En contra de las sugerencias de que se trate de una estrangulación por ligadura (homicidio) se podría argumentar que estos procedimientos usualmente producen una marca completa circular alrededor del cuello. Pero en este caso (el de Macarena Valdés), cualquier ligadura del cuello habría sido amortiguada por el cabello ondulado de la víctima… y hay una ligera o leve indicación de una marca que continúa horizontalmente hacia atrás, detrás de la oreja al lado derecho del cuello”.
El doctor Luis Ravanal explica -en entrevista con Proceso- que una marca de ligadura horizontal en el cuello detrás de la oreja, no es concordante con una suspensión por ahorcamiento sino que con una estrangulación. Y eso es lo que tenía Macarena Valdés: la superposición de dos marcas con distinto patrón: una horizontal de estrangulación; y otra con un trayecto ascendente, sin signos de vitalidad, concordante con ahorcamiento post mortem”.
“Entonces -añade Ravanal- estamos ante un caso en que los signos apuntan hacia la intervención de terceros que realizaron un estrangulamiento y una posterior suspensión de cadáver”.
Clark, posteriormente, se pone en el lugar de quienes podrían argumentar que la falta de lesiones adicionales en el cuerpo, como signos de forcejeo en brazos y piernas, restarían credibilidad a la posibilidad de intervención de terceros, que él está sugiriendo en su informe. Anticipándose a dichas críticas, expresa: “no es difícil imaginar una situación en la que estas marcas no se hubieran causado, si ella hubiera sido inmovilizada de otras maneras”.
El legista británico destaca como elementos a considerar en este caso -y que apuntan a descartar el suicidio- el hecho que la víctima no haya dejado una carta explicando las razones de una decisión suicida; el que no exista constancia de que padeciera enfermedades sicológicas; el que se tratara de una mujer joven con niños pequeños, uno de los cuales, estaba en la casa cuando murió.
“Considerando todo -apunta Clark- todavía es posible que la muerte de esta mujer se deba a un suicidio por ahorcamiento, pero antes de aceptar esta conclusión, se deben responder varias preguntas sobre las circunstancias de su muerte y las características de la marca de ligadura en su cuello. Las posibilidades alternativas de ahorcamiento forzado o estrangulamiento por ligadura por parte de otros ciertamente deben considerarse”.
Imagen de la publicación original en revista Proceso.
* Este artículo fue publicado originalmente en el número 2238 del 22 de septiembre de 2019 en la revista mexicana Proceso.
La publicación en nuestro medio fue autorizada expresamente por su autor.