martes, 30 de septiembre de 2025

“Tierra–Territorio y Medio Ambiente: la gran cita sin presidenciables, ¿desinterés o falta de compromiso?”



En Bolivia, la defensa de la tierra, el territorio y el medio ambiente volvió a ponerse en el centro del debate. Más de 50 organizaciones indígenas, campesinas, juveniles y de la sociedad civil se reunieron en Santa Cruz en el Foro Nacional por la Tierra, Territorio y Medio Ambiente.
El lema: “Compromiso de todos en defensa de la vida”.


Representantes de pueblos indígenas, fundaciones, académicos, colectivos ambientales y plataformas ciudadanas debatieron propuestas para enfrentar la crisis ambiental.
Las cifras son duras: en 2024 Bolivia perdió más de 12 millones de hectáreas de bosque por incendios y deforestación. Y en la última década la pérdida supera las 50 millones de hectáreas.
Hoy, 58 territorios indígenas enfrentan minería ilegal, contaminación con mercurio, expansión petrolera y avasallamientos.

Miguel Vargas, del CEJIS, alertó: “Las propuestas de gobierno, en lugar de darnos alternativas frente a esta crisis, nos plantean profundizar el modelo extractivo. Por eso somos las organizaciones las que tenemos que tomar la iniciativa y construir la hoja de ruta que el país necesita”.





El foro concluyó con un manifiesto de 27 puntos, entregado a los candidatos presidenciales. Destacando los siguientes puntos: 

• Titulación colectiva de tierras indígenas pendientes.
• Auditoría al INRA y la ABT por irregularidades en la distribución de tierras.
• Prohibición de transgénicos y minería en territorios indígenas.
• Una nueva Ley de Aguas con gestión comunitaria.
• Estrategias para fortalecer la agroecología y sistemas de vida sostenibles.
El mensaje central fue categórico: “Nuestra Madre Tierra no está en venta”.



Luis Rojas, del Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico, nos recordó:
“Lo que hemos logrado en torno a la defensa de la tierra y el territorio fue gracias a la unidad y la movilización. Pero hoy enfrentamos incendios, deforestación y extractivismo que amenazan nuestra propia vida. Solo unidos podremos garantizar nuestros derechos y el futuro de nuestras comunidades”.

Rosa Pachuri, de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia, destacó la presencia de mujeres y jóvenes:
“Para nosotros es importante haber llegado hasta aquí. Queremos definir cómo vemos nuestro territorio, nuestra casa. Porque lo que está en juego no es solo la tierra, sino la vida de nuestros hijos y nietos”.

Desde el altiplano, Eliseo Llave, dirigente de Nor Lípez, advirtió:
“Yo vengo desde el Salar de Uyuni. Debemos debatir sobre nuestros recursos naturales porque son patrimonio común de los pueblos. No podemos dejarlos en manos de quienes solo piensan en el negocio. El agua, la tierra y los minerales no son mercancía, son vida”.

Y desde Santa Cruz, Alejandra Crespo, de colectivos ambientales, lanzó una alerta:
“El extractivismo avanza con monocultivos, transgénicos y deforestación. Nos toca resistir desde las bases, reencontrarnos y plantear una agenda común, porque los años que vienen no serán fáciles: la crisis política y ambiental nos exige más unidad”.


Sin embargo, hubo un hecho que marcó el foro: ninguno de los candidatos a la presidencia ni a la vicepresidencia asistió, pese a estar formalmente invitados.
¿Es un desaire a los pueblos indígenas y a la sociedad civil? ¿O un mensaje claro de que la agenda ambiental no está en sus prioridades?
Solo un vocero del PDC se hizo presente para recibir el documento.


Y aquí surge la reflexión final:


👉 ¿Qué significa que quienes quieren gobernar Bolivia no escuchen estas demandas?
👉 ¿Puede haber democracia plena si se ignora la voz de quienes cuidan los bosques, el agua y la vida?
👉 ¿Es esta ausencia un aval a la falta de compromiso ambiental?
👉 ¿O simplemente una muestra de que el modelo extractivo sigue pesando más que la defensa de la naturaleza?

El mensaje de las comunidades fue contundente: “Estamos en pie de lucha, la defensa de la tierra la haremos en y desde los territorios”.
La pregunta queda abierta para usted, que nos escucha: ¿qué compromiso espera de los próximos gobernantes con la tierra y con la vida?

 

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Locutoras: Cecilia Martínez y Cecilia Méndez


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sábado, 27 de septiembre de 2025

PRIMERA CIRCUNNAVEGACIÓN CIENTÍFICA DEL LAGO TITICACA – UNA EXPEDICIÓN HISTÓRICA PARA LA CIENCIA Y LAS COMUNIDADES



El Lago Titicaca, orgullo de los Andes y lago navegable más alto del mundo, es también uno de los ecosistemas más amenazados de Sudamérica. Contaminación por aguas residuales, pérdida de biodiversidad, presencia de plásticos y el impacto del cambio climático están poniendo en riesgo no solo su riqueza natural, sino también la vida de miles de familias que dependen de él para alimentarse, trabajar y mantener viva su cultura.
Hoy el Titicaca nos recuerda que es urgente escuchar su llamado y actuar con ciencia, compromiso y cooperación.


En ese marco, el 30 de septiembre comenzo una misión sin precedentes: la primera circunnavegación científica integral del Lago Titicaca, organizada por la Autoridad Binacional Autónoma del Lago Titicaca, la Fundación PlanetSolar de Suiza y el SENAMHI de Bolivia.

La expedición se desarrollará entre el 30 de septiembre y el 16 de octubre de este año, recorriendo más de 800 kilómetros de litoral entre Perú y Bolivia a bordo del MS PlanetSolar II, el primer barco solar científico del lago.

Durante este recorrido se estudiará la calidad del agua en 39 puntos estratégicos, evaluando procesos de contaminación y eutrofización. Se aplicará tecnología de última generación para validar imágenes satelitales y se identificarán sitios prioritarios para la restauración ecológica y el tratamiento de aguas residuales.

Este proyecto es binacional e innovador: combina teledetección satelital, sondas multiparamétricas y energías limpias para investigar sin generar mayor impacto ambiental. Un verdadero modelo de ciencia aplicada y sostenible.


Pero más allá de los datos, esta expedición busca sembrar futuro. Permitirá implementar un sistema binacional de alerta temprana para proteger el lago, capacitar a técnicos locales y ofrecer información científica que será vital para la toma de decisiones.

Los aportes no solo serán para la comunidad científica: también beneficiarán directamente a las comunidades indígenas que viven a orillas del lago, para quienes el Titicaca no es solo agua, sino fuente de vida, de sustento y de identidad cultural. Este esfuerzo demuestra que sí es posible unir ciencia, tecnología limpia y cooperación para recuperar un patrimonio natural que pertenece a todos.



El futuro del Lago Titicaca depende de acciones como esta, pero también de cada uno de nosotros.
👉 Le dejamos estas preguntas:

• ¿Qué significa para usted que el Lago Titicaca esté hoy en el centro de una investigación internacional?
• ¿Cree que estos proyectos pueden marcar un cambio real en la vida de las comunidades ribereñas?
• ¿Qué responsabilidad nos toca como ciudadanos para cuidar el lago que es corazón espiritual y cultural de los Andes? La expedición científica abre un camino. El siguiente paso está en nuestras manos.



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viernes, 26 de septiembre de 2025

La cruzada para cuidar al gato andino, el mensajero de los espíritus guardianes en Bolivia

La Fundación Teko Kavi impulsa la iniciativa dentro del proyecto Conservación del Gato Andino en Bolivia y Perú, que se desarrolla con financiación del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos y apoyo del Gobierno de Canadá.




Los recientes avistamientos de gatos andinos en un área protegida en el noroeste de Bolivia darán pie a un plan de acción para preservar a esos esquivos felinos, considerados “mensajeros de los achachilas”, que se encuentran en "peligro crítico" en el país.

La Fundación Teko Kavi impulsa la iniciativa dentro del proyecto Conservación del Gato Andino en Bolivia y Perú, que se desarrolla con financiación del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF, en inglés) y apoyo del Gobierno de Canadá.

La fundación trabaja en Bolivia en el Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba, en el norte del departamento de La Paz.

"Nuestro objetivo es tener un plan de acción de conservación del gato andino del área protegida de Apolobamba (...) Todas nuestras acciones las realizamos con los guardaparques del área protegida y trabajamos con las comunidades", explicó a EFE el coordinador del proyecto, el biólogo Josef Rechberger.

Para lograrlo, se instalaron 40 cámaras trampa que estuvieron activas entre mayo y agosto en las markas, o conjuntos de comunidades, de Apacheta, Suni Alpaqueros y Cañuhuma y en minas abandonadas en el sur de Apolobamba, precisó a EFE la bióloga Oriana Prado.

Según Prado, en ese periodo se tuvieron registros, aunque no se sabe "exactamente de cuántos individuos" porque no se les puede identificar "a detalle".

Por la distancia entre las cámaras, se piensa que podrían ser unos tres, aunque "podrían ser más o quizás alguno se ha movido mucho", indicó.

Estos avistamientos complementan otros registros obtenidos en la primera fase del proyecto realizada en 2023 también en Apolobamba, pero en los territorios de la Nación Puquina, en el norte del área protegida.

La bióloga precisó que con estos datos, se hará "el plan de acción para la conservación" del gato andino en Apolobamba.


Gato “mensajero”

El gato andino (leopardus jacobita) habita en Argentina, Bolivia, Chile y Perú y se calcula que en la región existen entre 2.400 y 2.500 individuos, un "número muy pequeño", según Rechberger.

Estos animales llegan a pesar hasta siete kilos y se caracterizan por sus orejas grandes y ligeramente redondas, nariz negra, pelaje con manchas y una gruesa cola con anillos oscuros.

Rechberger precisó que en Sudamérica, el gato andino se encuentra en peligro y en Bolivia "tiene una categoría más avanzada", pues según el Libro Rojo de Vertebrados del país, está "en peligro crítico".

Los gatos andinos viven en lugares altos y rocosos, una de las razones por las que su población es reducida, pues estos sitios no son continuos, lo que también los vuelve vulnerables al cambio climático y a algunas enfermedades.

Su alimento principal son las vizcachas. Con esto, los felinos contribuyen a evitar la sobrepoblación de esos animales que se alimentan de las plantas de los bofedales, actuando también en el ciclo del agua en estas zonas.

La Nación Puquina lo considera "sagrado" y lo llama el “mensajero de los achachilas”, un portador de buenos presagios, mientras que los pobladores del sur de Apolobamba lo evitan porque creen que si lo hieren o molestan, "se van a enfermar, o les puede hasta caer el rayo", señaló Rechberger.

Amenazas y acciones 

Según Rechberger, una de las "amenazas más terribles para el gato" es la minería, que le afecta indirectamente por la contaminación de los cuerpos de agua en los lugares donde habita este animal.

Con el proyecto también se detectó que los perros y gatos domésticos de las comunidades aledañas en ocasiones llegan hasta el hábitat del gato andino en busca de alimento, lo que supone otra amenaza por las enfermedades que podrían transmitir a los felinos silvestres.

Ante esto, Teko Kavi trabaja con las escuelas en Apolobamba para explicar sobre el rol ecológico del gato y busca concienciar a los pobladores sobre la tenencia responsable de mascotas.

Además la entidad realizó talleres de sensibilización sobre la minería responsable para evitar la contaminación del agua y prevén apoyar una iniciativa para que las indígenas de la zona hagan artesanías tejidas con la imagen del gato andino, algo que les genere ingresos y, a la vez, apoye a la conservación de estos animales.

BD/


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domingo, 21 de septiembre de 2025

DÍA DEL ARBOL: Conmemoración y memoria en medio de una crisis.




Cada 1 de octubre Bolivia celebra el Día Nacional del Árbol, establecido en el Decreto Supremo 4158 como una fecha destinada a despertar conciencia sobre la conservación de los árboles, recursos naturales invaluables para la humanidad.

Pero más que una celebración, hoy es también un llamado de alerta: cada año nuestro país pierde alrededor de 4 millones de hectáreas de bosques a causa de la deforestación. No se trata solo de un número, sino de un golpe directo a la vida. Los bosques bolivianos están siendo arrasados por la expansión agrícola y ganadera, prácticas muchas veces avaladas o toleradas por políticas estatales que favorecen desmontes a gran escala. A ello se suma la minería, que contamina ríos y suelos, dejando cicatrices que tardarán siglos en sanar.

Bolivia alberga 2.934 especies de árboles, de las cuales 249 son endémicas, es decir, únicas en el mundo. Cuando perdemos un bosque, no solo desaparecen árboles: desaparece un patrimonio biológico irremplazable, desaparecen culturas, desaparecen futuros.

Un ejemplo claro es el copaibo, un árbol al que muchos llaman “árbol milagroso”. Crece en los bosques secos de la Chiquitanía, en el norte paceño y en la Amazonía boliviana. Su aceite, extraído con cuidado por comunidades indígenas, ha sido utilizado durante siglos como medicina natural para tratar inflamaciones, enfermedades respiratorias, problemas de piel y hasta dolencias reumáticas. Hoy en día, también es transformado en cosméticos y remedios naturales que generan ingresos para mujeres organizadas en emprendimientos locales.



Pero el copaibo está en peligro. Aunque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica aún en categoría de “Preocupación Menor”, estudios nacionales ya advierten que los ecosistemas donde crece se encuentran Vulnerables y En Peligro. Y no es casualidad: los incendios forestales y la deforestación avanzan sin freno sobre su hábitat.

Aquí se esconde una verdad preocupante: el aumento exponencial de los incendios forestales no solo destruye hectáreas de bosques, sino que también está eliminando especies enteras de árboles como el copaibo. A largo plazo, esto significa la pérdida de servicios ecosistémicos esenciales: el agua que bebemos, el oxígeno que respiramos, la regulación del clima y hasta la fertilidad de los suelos que alimentan nuestros cultivos. Significa también que muchas comunidades que dependen del bosque para su subsistencia, su salud y su economía se quedarán sin sustento. Y, quizás lo más doloroso, significa la pérdida de identidad cultural, porque con cada árbol que desaparece se rompen lazos históricos, saberes ancestrales y tradiciones que forman parte de lo que somos como pueblo.

Hoy, en este Día Nacional del Árbol, no podemos quedarnos solo en la conmemoración. Debemos mirar de frente la realidad: nuestros bosques se están consumiendo y con ellos se consume nuestro futuro.



La esperanza está en que las autoridades entrantes, que serán elegidas en octubre de 2025, asuman con seriedad la responsabilidad de hacer cumplir las leyes ambientales, frenar los desmontes ilegales y potenciar la protección de nuestros espacios naturales. Porque la riqueza de Bolivia no está solo en el gas ni en los minerales: está en sus bosques, en su biodiversidad y en la vida que de ellos depende.

En definitiva, no se trata solo de un árbol. Se trata de nuestra salud, de nuestra economía, de nuestra cultura y de nuestro futuro como país.



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martes, 16 de septiembre de 2025

Incendios forestales: bomberos apagan brasas y recorren las cenizas para evitar que el fuego resurja

La extinción comienza una vez que el incendio está bajo control. Caminan largas distancias cargando agua y herramientas para sofocar cualquier chispa que pueda reavivar el infierno. Su entrega en la primera línea vence al cansancio

Juan Carlos Chané Abaeti (37) se adentró en un mar de cenizas a las 5:00 de la madrugada. A las 10:00 seguía en ayunas y con las fuerzas debilitadas. Hizo una pausa para desayunar tres panes y una soda que logró cargar en su mochila, donde también lleva agua. Su jornada terminó a las 17:00 después  haber apagado con sus manos cada tronco con brasas que encontró a su paso en medio de la devastación. Al regresar a su campamento recién pudo probar un plato de comida.

Así es el trabajo esforzado de  los guardaparques en Ñembi Guasu, que como tal se mantienen firmes en la misión de liquidación del fuego. Los héroes contra incendios ya sienten el desgaste de días enteros sin descanso, pero no se rinden. Gracias al esfuerzo conjunto, lograron controlar las llamas; sin embargo, un grupo permanece en el terreno, en la dura y lenta tarea de extinción del fuego, que puede prolongarse por varios días.

El trabajo es minucioso, deben revisar cada punto de calor oculto bajo las cenizas, tocar tronco por tronco para asegurarse de que no queden brasas en los árboles y en el suelo. Con sus manos apagan cualquier chispa que pueda reavivar el infierno. “Es un trabajo muy detallado. Tenemos que revisar cada árbol, acercarnos y tocarlo con la mano. Si está caliente, el viento puede reactivarlo”, explica Juan Carlos. Desde la línea de defensa, hacen un barrido de al menos 30 metros, aplicando técnicas que requieren enorme esfuerzo.

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Cuando encuentran troncos calientes o humeantes utilizan motosierras para derribarlos y  con machetes quitan las brasas. Luego, con la pala forestal, cavan un pozo para enterrarlo, porque de nada sirve cortarlo y dejarlo a la intemperie: volvería a arder.

Caminan largas distancias aplicando esta técnica, bajo un sol inclemente y entre un paisaje devastado. El calor se multiplica en medio del terreno ennegrecido.

El cansancio se refleja en sus rostros tiznados y en el olor penetrante a humo que impregna sus ropas. Aun así, se mantienen firmes en defensa de Ñembi Guasu, el gran refugio del pueblo guaraní en Charagua. Allí, las tareas de extinción comenzaron el anterior sábado y continuaba hasta el miércoles.

Cuando encuentran troncos calientes o humeantes utilizan motosierras para derribarlos y  con machetes quitan las brasas. Luego, con la pala forestal, cavan un pozo para enterrarlo, porque de nada sirve cortarlo y dejarlo a la intemperie: volvería a arder.

Caminan largas distancias aplicando esta técnica, bajo un sol inclemente y entre un paisaje devastado. El calor se multiplica en medio del terreno ennegrecido.

El cansancio se refleja en sus rostros tiznados y en el olor penetrante a humo que impregna sus ropas. Aun así, se mantienen firmes en defensa de Ñembi Guasu, el gran refugio del pueblo guaraní en Charagua. Allí, las tareas de extinción comenzaron el anterior sábado y continuaba hasta el miércoles.

Estar en primera línea también lo aparta de fechas familiares importantes. Por ejemplo, esta vez tuvo que perderse el cumpleaños de su madre, pese que había conseguido el permiso para ir a festejarla con una cena.

“Tocó el incendio y hay que cumplir, porque el deber llama. Se la debo a mi madre”, comenta. 

Juanito Cuéllar (53) es bombero forestal voluntario desde 2005. Vive en San José de Chiquitos y no dudó en desplazarse hasta Ñembi Guasu cuando los guardianes del área protegida pidieron apoyo. “El fuego no tiene barreras ni límites”, afirma.

El miércoles salió de la zona para reponer fuerzas y reencontrarse con su familia.

Señala que, cuando el fuego está activo, muchos bomberos se suman a las labores de sofocación, pero una vez controlado, la liquidación recae sobre las cuadrillas que  se quedan y deben hacer un barrido del área afectada. Cargan con la responsabilidad de evitar la reactivación. 

“Es muy duro. Se caminan largas distancias, hay que remover árboles y cavar para enterrar troncos con brasas que pueden reavivarse. También debemos estar atentos a la dirección y velocidad del viento, porque si cambia de golpe, podemos quedar atrapados”, relata.

La dificultad de la tarea depende de la topografía del terreno, del tipo de combustible que alimenta el fuego, de la temperatura y de las herramientas con que cuentan. En zonas boscosas, la liquidación puede tomar varios días. 

Sin agua disponible, se apoyan únicamente en los 20 litros que cargan en sus mochilas, una parte para calmar la sed y otra para hacer barro y sellar los troncos humeantes. “Es duro, pero motiva saber que estás salvando vida y naturaleza”, dice.

Las jornadas son interminables. “A veces caminamos kilómetros entre cenizas y árboles calcinados”, comenta.

Esta vez, Juanito y su cuadrilla ingresaron el martes, a las 16:00, a  Ñembi Guasu y recién salieron el miércoles a las 6:00.  “No hay horario de salida, estamos hasta  cuando las fuerzas lo permiten”, dice. Muchas veces trabajan de noche para evitar el desgaste del sol. 

Juanito forma parte de la Central Indígena Chiquitana Amanecer  Roboré (Cichar) y está a cargo de 16 cuadrillas de respuesta inmediata.

Tardan el triple

Hugo Sánchez (43) asegura que el rastreo que hacen en la fase de liquidación tarda hasta el triple de tiempo que el combate con las llamas. “Depende mucho del tipo de vegetación, cuando es monte alto y hay árboles gruesos, la liquidación es bien pesada. Si tardamos en controlar el incendio una semana, por lo menos son otras tres hasta lograr la liquidación”, asegura amparado en la experiencia que lleva combatiendo el fuego, desde 2018.

Como técnico de manejo de fuego de Nativa, llegó hasta el incendio en Ñembi Guasu, por el sector de Roboré. Apoya en la organización y planificación de las tareas, pero también está en combate.

Cuando las llamas se avivan no miden las horas de trabajo. “Trabajamos día y noche. Hemos tenido ocasiones en las que hemos trabajado 48 horas  continuas por la necesidad, porque a veces no hay mucho personal para hacer el relevo y, si uno se sale a descansar, el fuego sigue avanzando y se pierde todo lo que se hizo”, comenta.

Esta vez, por ejemplo, le tocó trabajar dos días seguidos haciendo una brecha con maquinaria pesada para detener el avance del fuego. 

Cuenta que cuando las llamas están activas y avanzan rápidamente, se abocan a las tareas de  sofocación. Una vez que el incendio está contorolado, sigue la fase de liquidación, que lo hacen con herramientas manuales, barro y  agua.

En medio del trabajo, el cansancio y la deshidratación debilita a los bomberos. “Deshidrata mucho la caminata en el campo”, dice.

Señala que una de las técnicas que utilizan es hacer barro para ahogar las brasas, de esa forma racionan el agua que cargan en la mochila. Además, tienen que llevar  herramientas para remover y golpear los troncos.


ElDeber


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lunes, 15 de septiembre de 2025

Intensas granizada dañan varios municipios de Chuquisaca y Tarija

San Lucas, el más perjudicado, tuvo tres granizadas en un lapso de cinco días


Entre el viernes y el domingo se registraron granizadas en al menos tres municipios de Chuquisaca: San Lucas, Alcalá y Villa Abecia. El fenómeno natural afectó también al departamento de Tarija.

El secretario municipal de Desarrollo Humano y Social de la Alcaldía de San Lucas, Wilber Correa, informó a CORREO DEL SUR que la primera granizada ocurrió el viernes y afectó a las comunidades de Puca Pampa, Murifaya y Pututaca en el sector San Juan, Avichuca y Kellu Kellu. En estos lugares fueron afectadas las plantaciones de durazno que estaban en plena floración de decenas de familias.

Este domingo, otra granizada sorprendió al municipio de San Lucas en las comunidades de Churizaya, Quirpini, Marcavi, Churqui Churqui y Malliri de la zona alta, además de tres comunidades del distrito Acchilla en la zona de los valles.

Correa señaló que en las zonas altas se vio afectada la producción de cientos de plantas de durazno que estaban en floración, mientras que en Acchilla la granizada causó desastres en la producción de haba, papa misqha, cebolla, hortalizas y árboles frutales.

La Alcaldía trabaja en el levantamiento de información para conocer las dimensiones del desastre natural, dijo el funcionario al recordar que el martes pasado también hubo una granizada en Palacio Tambo, pero solo en las cimas de los cerros y no dañó ningún cultivo.



VILLA ABECIA

La tarde de este domingo cayó una granizada en la comunidad de Saladillo, en el sector que pertenece a Villa Abecia, donde causó daños a “unos cuantos terrenos”, informó el alcalde de ese municipio, Armando Cruz.

La autoridad confirmó que no hubo granizo en otras comunidades, pero sí algo de lluvia.

ALCALÁ

Alrededor de las 17:00 del mismo domingo, una fuerte granizada cayó en las comunidades de Pomabambillo, Huacapampa, Salazar Pampa y Matela Alta del municipio de Alcalá. Provocaron pérdidas en los cultivos de papa misqha, principalmente, confirmó el cooperador de este diario Félix García.

“Han sido afectados los que tenían papa, la siembra temprana; después, en frutales, el durazno, manzana, hortalizas, en algunas comunidades que tienen frutales. Todavía no se ha cuantificado, la granizada cayó aproximadamente durante 40 minutos”, dijo García.

Lluvia y granizo sorprende a Tarija

San Jacinto Norte es la comunidad más afectada por el granizo con lluvia que cayó este domingo en el municipio de Cercado (Tarija) y donde se reportaron pérdidas en la producción agrícola. A esta se suman otras comunidades y algunos barrios de la capital tarijeña, con la inundación en viviendas. Incluso el hospital San Juan de Dios se vio afectado por la intempestiva tormenta.



Daniel Melendres, dirigente del poblado de San Jacinto Norte, confirmó a El Deber que la pérdida es total en los cultivos agrícolas por el granizo. Según Melendez, al menos 100 familias resultaron afectadas por este fenómeno meteorológico.

“El granizo afectó a la papa, maíz, tomate y otros cultivos que estaban para ser cosechados. Se perdieron el 100 por ciento y ahora esperamos que las autoridades nos ayuden con semillas para volver a sembrar”, afirmó.

La concejala Marcela Guerrero dijo que tomó contacto con la Unidad de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Tarija para que se evalúen las pérdidas en la comunidad San Jacinto Norte.

Lamentó el desastre originado por el granizo, que devastó la producción agrícola destinada al mercado interno.

La granizada cayó después de una media jornada calurosa con 24 grados de temperatura máxima. Se prevé que las lluvias continúen este lunes y martes.

También este domingo cayó una fuerte granizada en el municipio El Puente de Tarija, colindante con el municipio de Las Carreras, en Chuquisaca, desde donde el profesor Ángel Beltrán confirmó que la granizada no afectó a comunidades del municipio chuquisaqueño.



MCMB


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domingo, 14 de septiembre de 2025

En Beni y Santa Cruz hay ocho incendios forestales; bomberos trabajan para sofocarlos


El ministro de Agua, Álvaro Ruiz, expresó su preocupación por el incendio forestal en el Parque Noel Kempff Mercado, en Santa Cruz, debido a que el fuego se presenta en zonas de difícil acceso



En Bolivia hay actualmente ocho incendios forestales, de los que tres están el departamento de Beni y cinco en Santa Cruz, donde se moviliza un importante contingente de bomberos y voluntarios para sofocarlos, informó el ministro de Agua y Medio Ambiente, Álvaro Ruiz.

“Hasta la fecha hoy (domingo) tenemos ocho incendios activos, el viernes teníamos siete, ayer (sábado) seis. Estos incendios se han estado concentrando en los departamentos de Beni y Santa Cruz”, explicó Ruiz, según un reporte de la agencia estatal ABI.

Los incendios en el departamento de Beni se registran en los municipios de Exaltación, Loreto y San Ramón.

En el departamento de Santa Cruz, los incendios forestales se encuentran en los municipios de Asunción de Guarayos, Concepción, Carmen Rivero Torres, El Puente y San Ignacio de Velasco.

Ruiz expresó su preocupación por el incendio en el Parque Noel Kempff Mercado, debido a que el fuego se presenta en zonas de difícil acceso.

“Todos estos incendios están en combate y, específicamente, a través del Viceministerio de Defensa Civil que está movilizando bomberos de las Fuerzas Armadas y toda la logística necesaria”, declaró a Bolivia TV.

A los bomberos militares se suman los bomberos de la Policía Boliviana, voluntarios y personal de las gobernaciones, municipios, guardaparques y comunarios.

“El año pasado, a estas alturas del año, ya teníamos alrededor de cuatro a cinco millones de hectáreas quemadas, hoy no llegamos a medio millón de hectáreas”, sostuvo y recordó, según ABI, que en 2024 los incendios forestales arrasaron 12,6 millones de hectáreas en el territorio nacional, 58% en áreas forestales y 42% pastizales.

“No estamos contentos con eso, no se debería quemar ni una hectárea, pero estas situaciones pasan por el calentamiento climático que genera crisis climática y, por otro lado, por la falta de conciencia de algunas personas que no entienden que cuando se habla de chaqueo se tiene que hablar ahora de manejo integral del fuego, un control y coordinación con su municipio, con la Gobernación y con el Gobierno nacional”, dijo la autoridad.

BD/JJC

Brujula Digital


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