Ecologistas en Acción
- Para
Ecologistas en Acción, aunque los nuevos objetivos suponen un avance
respecto a la situación anterior, la planificación presentada está lejos
de la ambición requerida.
- Los calendarios de cierre presentados responden más a los intereses de las grandes compañías eléctricas que a los propios compromisos del PSOE.
- Se pierde la oportunidad de reducir emisiones en sectores como el transporte, la agricultura o los residuos.
Fuente: https://www.ecologistasenaccion.org/?p=115715
- Los calendarios de cierre presentados responden más a los intereses de las grandes compañías eléctricas que a los propios compromisos del PSOE.
- Se pierde la oportunidad de reducir emisiones en sectores como el transporte, la agricultura o los residuos.
Tras meses de promesas, filtraciones y actos, el Consejo de Ministros
ha presentado un paquete de cambio climático días antes del fin de la
legislatura. Si bien los compromisos planteados son al menos superiores a
la propuesta anterior del Partido Popular, están muy lejos de
reducciones anuales superiores al 7 % anual hasta 2030.
Aunque
las declaraciones de los principales responsables políticos aciertan en
la identificación del enorme reto del cambio climático, chocan de nuevo
con la voluntad de los grandes sectores empresariales que consiguen una
normativa que proteja sus beneficios. La injustificada excusa de las
eléctricas, de carecer de fondos para el desmantelamiento de las
centrales nucleares, o los planes de transición justa no pueden retrasar
la consecución de un horizonte 100 % renovable. El sector ha gozado de
importantes aportaciones de fondos por parte de sucesivos gobiernos a
través de medidas como el déficit de tarifa, los costes de transición a
la competencia o el propio diseño del mercado eléctrico.
Ese
parece ser por ejemplo el caso del calendario de cierre nuclear del Plan
Nacional de Clima y Energía, que incumple el acuerdo histórico adoptado
por el PSOE y por otras organizaciones sociales y sindicales.
Para Ecologistas en Acción esta postura del PSOE, que muestra cómo una
vez más las cuentas de balances de resultados de las grandes eléctricas
priman sobre el bien común, es inadmisible. Esta falta de valentía es
patente en la ausencia de una fecha definitiva del cierre de las
centrales de carbón, lo que deja a la voluntad de las empresas
decisiones de calado que afectan a la ciudadanía global. La organización
señala también que las interconexiones eléctricas por el golfo de
Bizkaia, y entre Navarra y Aragón con Francia son innecesarias debido a
un cálculo de seguridad energética sobredimensionado.
La
propuesta presentada incrementa los objetivos climáticos del país,
aumentando objetivos en penetración de energías renovables, incremento
de la eficiencia y otra series de medidas que podrían suponer una cierta
aceleración en la lucha contra el cambio climático, pero el esfuerzo
debe ser aún mayor: sectores como el eléctrico tienen capacidades más
que suficientes como para transformarse antes de 2030 a tecnologías 100 %
renovables, superando así el escaso objetivo del 35 % de energía
renovable marcado en el plan y en el Anteproyecto de Ley de Cambio
Climático. Un objetivo que no supondría un esfuerzo adicional, ya que
como reconoce el documento presentado los beneficios sociales y
económicos de esta transformación son numerosos.
En el caso del
transporte, el sector más emisor en el Estado español, debe ser
prioritaria una reducción mayor de las emisiones. El objetivo actual nos
sitúa en un nivel de emisiones en el sector muy cercano al registrado
en los años 90, lo que resulta escaso.
La introducción de la
prohibición de matriculación de vehículos de combustión interna en una
señal importante y necesaria. No obstante, la fecha de 2040 es poco
ambiciosa, ya que para esa fecha lo adecuado sería haber logrado una
descarbonización total de la economía.
La medida de introducir
zonas de bajas emisiones y otras de mejoras de la movilidad en
municipios de más de 50.000 habitantes es positiva. Se echa de menos,
sin embargo, una apuesta firme por el ferrocarril tanto para el
transporte de pasajeros como de mercancías, que además es una medida con
de competencia estatal.
En cuanto al transporte aéreo, el
anteproyecto incluye una gran mejoría respecto a otros borradores, ya
que promueve el uso de biocombustibles sintéticos y avanzados,
excluyendo biodiésel de origen vegetal. Sin embargo, son necesarias
mayores medidas para frenar el crecimiento de las emisiones en este
sector, que se prevé aumentarán en los próximos años.
El
documento tiene un evidente foco en temas sobre la energía faltando
mayor desarrollo de otros sectores implicados en la lucha climática como
el agrícola o el de residuos. Así, actuaciones y planificaciones
mayores en el impulso de la agroecología y el uso sostenible del
territorio podrían originar reducciones anuales considerables, pero la
realidad es que se sigue sin poner freno a la macroindustria ganadera,
altamente contaminante, en detrimento de un modelo familiar con
capacidad de fijar mayor población en el territorio, o se sigue
apostando por un turismo devorador ambiental y socialmente. Del mismo
modo, la ausencia de medidas específicas contra la incineración de
residuos y en favor de la recuperación de la materia orgánica para los
suelos hace que el sector no experimente una gran transformación
respecto a su insostenibilidad actual.
El último informe
especial del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático alertaba
de la enorme vulnerabilidad de regiones mediterráneas como la ibérica a
un incremento de la temperatura global superior a 1,5 ºC. Este mismo
informe señalaba como las medidas tomadas en la actualidad nos llevarían
a un escenario de calentamiento muy por encima de los 3 ºC. Alcanzar
este objetivo no supone únicamente sustituir unas tecnologías por otras,
sino que es fundamental el descenso de nuestro consumo energético. Una
cuestión evidente en el plan ya que a pesar de el gran despliegue
previsto en energías renovables (3000 megavatios anuales) o el
incremento de la eficiencia energética a través de la rehabilitación no
logran el descenso de las emisiones necesarios.
El diseño de
los modelos utilizados y convenidos a nivel internacional no solo no
consideran este parámetro, sino que siguen insistiendo en considerar un
escenario de crecimiento continuo, más eficiente, pero continuo y, por
tanto, imposible. Así, el modelo se basa en la presunción de la
infinitud de los materiales sin tener en cuenta las disponibilidades
reales de esos recursos. No existe un balance de cuestiones como cuál es
la producción de biomasa sostenible o qué usos son prioritarios cuando
una energía es escasa. La ausencia de estas preguntas supone un enorme
fallo del modelo que considera viable el sistema económico que nos ha
traído a la situación actual; parámetros como el precio, las “señales
para los mercados” o una metodología basada en mercados de carbono
seguirán perpetuando el bloqueo que persiste en la lucha climática.
Para Ecologistas en Acción, aunque los nuevos objetivos suponen un
avance respecto a la situación anterior, la planificación presentada
está lejos de la ambición requerida y del impulso necesario para la
transformación necesaria para frenar el cambio climático. El tiempo de
la inacción se ha pasado. Solo una actuación decidida que consiga
reducciones sustanciosas podrá atender las demandas de una
transformación planetaria sin precedentes para frenar el cambio
climático.
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com
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