Por La Otra Andalucía
La Junta de Andalucía avala de nuevo el sacrificio de cotorras con carabinas de aire comprimido. Una resolución de la dirección general de gestión del medio natural y espacios protegidos expone que, tras consultar y valorar la opinión de varios expertos, este método es el más eficaz para acabar con la expansión por la ciudad […]
La Junta de Andalucía avala de nuevo el sacrificio de cotorras con carabinas de aire comprimido. Una resolución de la dirección general de gestión del medio natural y espacios protegidos expone que, tras consultar y valorar la opinión de varios expertos, este método es el más eficaz para acabar con la expansión por la ciudad de las ruidosas especies de Kramer y Argentina.
“Entendemos que el Ayuntamiento de Sevilla debe continuar con su programa de control, así como que éste puede servir para cualquier municipio de la provincia de Sevilla y de cualquier otra que presente esta problemática, sin que sea preciso elaborar ningún tipo de instrucción al respecto”. Ésta es la respuesta a la proposición de Ciudadanos aprobada en el pasado Pleno de julio para la prevención y erradicación de esta especie invasora que transmite enfermedades y afecta al patrimonio histórico.
Después de conocer esta conclusión, fuentes municipales explicaron que la delegación de Medio Ambiente y el Zoosanitario siguen trabajando para encontrar un procedimiento eficaz y lo más consensuado y aceptado socialmente posible. A principios de este mes, el concejal de Bienestar Social señaló que hay que actuar “más pronto que tarde” ante la plaga de cotorras. “La decisión se tomará inducida por los expertos y hay que madurarla más para no crear problemas secundarios”, apuntó Juan Manuel Flores.
El contrato para sacrificar esta especie con carabinas de aire comprimido quedó suspendido el verano pasado. El gobierno municipal socialista adoptó esta medida después de la reunión mantenida con distintas asociaciones en defensa de los derechos de los animales, entidades científicas y universitarias, y expertos en biología, ecología y ornitología para analizar las mejores opciones para acabar con su expansión. Los técnicos elaboran un nuevo diagnóstico con la intención de consensuar un método para cazarlas.
Este nuevo informe se conoce cuatro meses después de que la Junta avalara también el sacrificio de cotorras con esta misma arma. Esa fue una de las principales conclusiones de la resolución emitida por la delegación territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a la solicitud de la empresa que se hizo con el contrato municipal. “Teniendo en consideración que el Ayuntamiento de Sevilla es la autoridad competente y las experiencias obtenidas en otras ciudades con presencia de estas especies, que determinan que el uso de la carabina es el método más eficaz para lograr una disminución de individuos hasta en un 99%, será necesario autorizar el método de disparo con carabina por la posible afección a la fauna silvestre”.
En el documento, la Junta autorizó a la empresa a desarrollar una campaña para eliminar las cotorras (las zonas prioritarias son el Parque de María Luisa y el Monasterio de la Cartuja) bajo la premisa de cumplir con varios requisitos. Permite el transporte y la posesión de ejemplares, vivos o muertos, hasta el lugar donde se puedan eliminar de manera acorde con la normativa. Además, consiente dar muerte, capturar en vivo y perseguir a estas especies invasoras incluso durante la época de reproducción y crianza, así como la retirada de nidos y el cegado de huecos usados como nidos. Los técnicos indicaron que la autorización tiene un plazo de vigencia hasta el 31 de diciembre de este año y podrá ser renovada para sucesivas campañas incorporando las mejoras técnicas disponibles.
Este informe de la delegación territorial de Medio Ambiente respaldó el método escogido por el gobierno local. Los técnicos de Parques y Jardines realizaron varias consultas al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y analizaron la experiencia de otras ciudades que han sufrido esta situación. Los resultados coincidieron en que el control a través de destrucción de nidos no es eficaz y tardaría más de 17 años en permitir la reducción de la población necesaria; el suministro de sustancias químicas que reduzcan la fertilidad no funciona al no saber quién las toma y por la lentitud en su resultado, que no coincide con la situación de urgencia; y que la captura y sacrificio de cotorras no ha funcionado en estos últimos dos años.
El modus operandi que fue elegido para su sacrificio era el disparo con carabina de aire comprimido (calibre 4,5 ó 5,5) con trípode y mira telescópica realizada por tirador experto. Las localizaciones para efectuar los disparos debían de ser en los parques y zonas arboladas que serían acordonadas y cerradas temporalmente al paso de visitantes. En el caso de que la empresa no capturase al menos mil cotorras, estaba previsto que sólo se le pagaría por el número efectivo de aves sacrificadas.
(Fuente: Diario de Sevilla / Autor: Manuel Ruesga)
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