Entrevista con el economista peruano José De Echave
Noticias aliadas
José De Echave, economista, se desempeñó como viceministro de Gestión Ambiental del Ministerio del Ambiente (MINAM) entre agosto y diciembre del 2011 del gobierno saliente del presidente Ollanta Humala. Actualmente tiene a su cargo el Observatorio de Conflictos Mineros de CooperAcción, organización no gubernamental dedicada a promover la gestión sostenible del territorio y construir alternativas de desarrollo al extractivismo.
En conversación con Ramiro Escobar, colaborador de Noticias Aliadas, De Echave analiza la performance ambiental de los cinco años del gobierno de Humala y hace referencia a las perspectivas en este tema bajo el gobierno del presidente electo Pedro Pablo Kuczynski que asumirá su mandato de cinco años el 28 de julio.
¿Cómo examina la gestión ambiental del gobierno de Humala?
Al inicio se generó mucha expectativa, por la manera cómo se iba a manejar los conflictos sociales. Al terminar el mes de agosto del 2011, se aprueba el mecanismo de consulta previa. El presidente incluso va a Bagua [ciudad del nororiental donde se produjo un levantamiento indígena en el 2009 que dejó 33 muertos]. Al mismo tiempo, hubo anuncios que proyectaban la imagen de una autoridad ambiental más fuerte.
Uno de los anuncios era que los Estudios de Impacto Ambiental (EIAs) iban a pasar al Ministerio del Ambiente (MINAM). Lo que le daba competencias que antes no tenía. Por añadidura, en el discurso inaugural se habla de una política nacional de ordenamiento territorial.
¿Qué pasó luego?
El gobierno se encontró dentro de varios conflictos sociales. El país estaba metido en una ola, discutiendo si el proyecto minero Conga [para extraer oro y cobre que se encuentran debajo de cuatro lagunas en el norteño departamento de Cajamarca, en los Andes norteños] iba o no iba. El primer gabinete de Humala —el gabinete encabezado por el primer ministro Salomón Lerner Ghittis— cae en diciembre del 2011, cinco meses después de haber asumido el poder, y simbólicamente lo hace en la Plaza de Armas de Cajamarca.
Fue una coyuntura sumamente intensa, que hizo que varios objetivos estratégicos se dejaran de lado. Y ocurrió en medio de una crisis política que se produjo rápidamente.
A partir de entonces el gobierno se queda sin operadores políticos, se desgasta, comienza a cambiar gabinetes. En el año 2013, ya se habla con mucha fuerza de la desaceleración de la economía. El contexto internacional estaba cambiando, pero en el Perú se decía que nos estábamos desacelerando por un conjunto de trabas, de permisos, en lo social y lo ambiental, que hacían que las inversiones no avanzaran.
Allí es cuando cobra vigencia la famosa palabrita “tramitología”.
O “permisología”. Y con mucha habilidad varios grupos económicos sostienen que es eso lo que desacelera la economía. Allí ya estamos en un segundo momento, donde se producen un paquete de medidas legislativas que nos hace entrar en otra ruta. El llamado paquetazo ambiental [del 2014] que en realidad son cuatro normas: dos leyes, dadas por el Congreso, y dos decretos supremos que hicieron que el MINAM y sus organismos adscritos perdieran facultades. El ministerio traslada una serie de prerrogativas a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM): estándares de calidad ambiental, ordenamiento territorial. El MINAM seguiría teniendo competencias, pero todo se definía en la PCM.
Varios organismos han sido blanco de estas normas. Si hay uno que quedó seriamente dañado fue la Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Ha pasado casi a realizar labores de sensibilización.
La norma que iba a hacer pasar todos los EIAs al MINAM tampoco prosperó.
Se aprobó en el 2012, durante los conflictos de Conga y Espinar [en el departamento de Cusco por contaminación minera. Ambos conflictos dejaron varios muertos.] y en medio de una nueva crisis ministerial. Humala anuncia un proyecto que iba a generar una nueva relación con la minería, y como parte de eso se creó el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (SENACE), que supuestamente iba a revisar los EIAs. Estamos en el 2016 y SENACE no está operando.
¿Fue simplemente falta de visión del Ejecutivo en materia ambiental o fue la decisión de dar prioridad a otros temas?
Yo creo que lo ambiental nunca terminó de ser una prioridad. Es curioso, porque ni siquiera se le ve desde el punto de vista del análisis económico. Hay proyecciones del Banco Mundial, según las cuales perdemos el 4% del producto bruto interno por degradación ambiental. Eso tiene un impacto, el deterioro ambiental del país no es gratis, cuesta.
En ese escenario llega el gobierno encabezado por Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio (PPK). ¿Qué medidas tendría que tomar el nuevo Ejecutivo para revertir esta tendencia?
Honestamente, no soy muy optimista. No hay que olvidarnos que, en los inicios de la campaña, Kuczynski sostuvo que algunos ministerios, como los de Cultura y Ambiente, se podían convertir en secretarías técnicas. Luego no lo repitió y yo dudo que lo haga, porque tendría un costo político para él. Pero eso ya muestra una perspectiva.
Uno de los primeros anuncios de Alfredo Thorne, el próximo ministro de Economía, es que él estaría a favor de que los territorios indígenas se fragmenten, para que puedan ser vendidos. Lo cual va en contra de la propiedad comunal.
Y hace más vulnerables ciertos ecosistemas
Claro, pero además no estamos como al comienzo del gobierno de Humala, aún en el súper ciclo de los precios internacionales de los minerales. Eso ya pasó. El Perú está aumentando su producción de cobre, pero gracias a proyectos que vienen de años atrás. Eso va a durar un par de años, pero luego solo tendremos ampliaciones.
Lo que también se puede dar es la intensificación de la extracción.Sí, cae el precio, pero aumenta la extracción. Arequipa [en el sur], por ejemplo, acaba de desplazar del primer lugar de la producción de cobre a Ancash [en la costa central]. Hay un incremento de la producción sobre todo en el sur del país: Las Bambas, Toquepala, Cerro Verde. En términos económicos, vamos a tener un sector minero creciendo un par de años más, a tasas bastante altas, pero en términos sociales y ambientales puede haber problemas.
¿Qué tendría que hacer Kuczynski si quisiera aproximarse a un punto de equilibrio entre la inversión y la política ambiental?
Para comenzar, tomar en cuenta los temas sociales y ambientales. Seguimos siendo un país donde la mayoría de conflictos son ambientales [al 30 de junio la Defensoría del Pueblo ha registrado 212 conflictos de los cuales más del 70% son socioambientales]. Habría que generar una sensibilidad que me parece que hoy no existe en el equipo de Kuczynski. Habría que ver quiénes van a estar en el nuevo gabinete. Porque yo sí creo que algunas personas pueden generar algunas condiciones de equilibrio. Podría ocurrir si se les da espacio a ciertas personas. Lo primero que debería hacer es tratar de revertir estos paquetazos ambientales. Es imposible construir algo serio en materia de institucionalidad ambiental si eso no se revierte. Lo que ha pasado en los últimos años ha sido un retroceso. Si Kuczynski lo revierte, sería importante.
¿En materia de minería ilegal qué habría que hacer?
Esta actividad ha crecido en 21 de las 25 regiones que hay en el país. Hasta llegó a desplazar al narcotráfico en materia de exportaciones ilegales en el 2011. Hoy en día no hay elección en el país en la que no haya candidatos tratando de ejercer para esta actividad. En eso sí creo que había una diferencia muy clara entre Fuerza Popular [liderada por la excandidata presidencial Keiko Fujimori] y PPK.
Además del programa “oro limpio” [que tiene como objetivo ayudar a la minería pequeña y artesanal a formalizarse] PPK también tiene el proyecto de reflotar el Banco Minero para, a través de financiamiento, hacer que el sector se vaya formalizando. Marcó diferencias con Fuerza Popular, que buscaba más bien alianzas con los mineros ilegales para desbaratar lo que se había hecho.
¿Y en cuanto al agua?
Es un tema sumamente sensible. En regiones como Ica [en la costa central], por ejemplo, donde hay estrés hídrico y donde la demanda de agua supera la oferta. Es un tema sobre el cual no tenemos data. La que tenemos es de hace 30 años. Ese dato que dice que la minería utiliza el 2% del agua que hay en el país es de 1979. Tenemos un desfase de información. Habría que hacer un diagnóstico de cuencas, de vertientes, la del Atlántico, la del Pacífico, la del lago Titicaca. Hay una tarea enorme en el tema del agua.
Un tema que no se menciona mucho es la conservación de la biodiversidad. A pesar de que tiene que ver con servicios ambientales, con los bosques, con el agua, incluso.
Yo diría que se debe comenzar a vincular el análisis de la biodiversidad con la economía. De las 78 millones de hectáreas que tenemos en la Amazonia ya hemos perdido 2 millones y 8 más están en proceso de degradación. Y las presiones que está recibiendo la Amazonia nos aproxima a una situación que la puede convertir en una gran sabana.
En cuanto al cambio climático, ¿el Acuerdo de París cómo tendría que ser encarado por el nuevo gobierno?
Si el país no se dota de una estrategia nacional seria, con metas muy precisas, el cambio climático va a seguir avanzando. Incluso puede ser un problema para las inversiones.
El tema ambiental no es sólo una responsabilidad de Kuczynski. Tenemos que hacer incidencia política. Porque, finalmente la realidad nos va a mostrar de manera contundente que las pérdidas y los costos van a seguir aumentando. Desde fuera podemos hacer bastante. La calle también tiene que hablar sobre eso.—Noticias Aliadas.
Fuente: http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7338En conversación con Ramiro Escobar, colaborador de Noticias Aliadas, De Echave analiza la performance ambiental de los cinco años del gobierno de Humala y hace referencia a las perspectivas en este tema bajo el gobierno del presidente electo Pedro Pablo Kuczynski que asumirá su mandato de cinco años el 28 de julio.
¿Cómo examina la gestión ambiental del gobierno de Humala?
Al inicio se generó mucha expectativa, por la manera cómo se iba a manejar los conflictos sociales. Al terminar el mes de agosto del 2011, se aprueba el mecanismo de consulta previa. El presidente incluso va a Bagua [ciudad del nororiental donde se produjo un levantamiento indígena en el 2009 que dejó 33 muertos]. Al mismo tiempo, hubo anuncios que proyectaban la imagen de una autoridad ambiental más fuerte.
Uno de los anuncios era que los Estudios de Impacto Ambiental (EIAs) iban a pasar al Ministerio del Ambiente (MINAM). Lo que le daba competencias que antes no tenía. Por añadidura, en el discurso inaugural se habla de una política nacional de ordenamiento territorial.
¿Qué pasó luego?
El gobierno se encontró dentro de varios conflictos sociales. El país estaba metido en una ola, discutiendo si el proyecto minero Conga [para extraer oro y cobre que se encuentran debajo de cuatro lagunas en el norteño departamento de Cajamarca, en los Andes norteños] iba o no iba. El primer gabinete de Humala —el gabinete encabezado por el primer ministro Salomón Lerner Ghittis— cae en diciembre del 2011, cinco meses después de haber asumido el poder, y simbólicamente lo hace en la Plaza de Armas de Cajamarca.
Fue una coyuntura sumamente intensa, que hizo que varios objetivos estratégicos se dejaran de lado. Y ocurrió en medio de una crisis política que se produjo rápidamente.
A partir de entonces el gobierno se queda sin operadores políticos, se desgasta, comienza a cambiar gabinetes. En el año 2013, ya se habla con mucha fuerza de la desaceleración de la economía. El contexto internacional estaba cambiando, pero en el Perú se decía que nos estábamos desacelerando por un conjunto de trabas, de permisos, en lo social y lo ambiental, que hacían que las inversiones no avanzaran.
Allí es cuando cobra vigencia la famosa palabrita “tramitología”.
O “permisología”. Y con mucha habilidad varios grupos económicos sostienen que es eso lo que desacelera la economía. Allí ya estamos en un segundo momento, donde se producen un paquete de medidas legislativas que nos hace entrar en otra ruta. El llamado paquetazo ambiental [del 2014] que en realidad son cuatro normas: dos leyes, dadas por el Congreso, y dos decretos supremos que hicieron que el MINAM y sus organismos adscritos perdieran facultades. El ministerio traslada una serie de prerrogativas a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM): estándares de calidad ambiental, ordenamiento territorial. El MINAM seguiría teniendo competencias, pero todo se definía en la PCM.
Varios organismos han sido blanco de estas normas. Si hay uno que quedó seriamente dañado fue la Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Ha pasado casi a realizar labores de sensibilización.
La norma que iba a hacer pasar todos los EIAs al MINAM tampoco prosperó.
Se aprobó en el 2012, durante los conflictos de Conga y Espinar [en el departamento de Cusco por contaminación minera. Ambos conflictos dejaron varios muertos.] y en medio de una nueva crisis ministerial. Humala anuncia un proyecto que iba a generar una nueva relación con la minería, y como parte de eso se creó el Servicio Nacional de Certificación Ambiental (SENACE), que supuestamente iba a revisar los EIAs. Estamos en el 2016 y SENACE no está operando.
¿Fue simplemente falta de visión del Ejecutivo en materia ambiental o fue la decisión de dar prioridad a otros temas?
Yo creo que lo ambiental nunca terminó de ser una prioridad. Es curioso, porque ni siquiera se le ve desde el punto de vista del análisis económico. Hay proyecciones del Banco Mundial, según las cuales perdemos el 4% del producto bruto interno por degradación ambiental. Eso tiene un impacto, el deterioro ambiental del país no es gratis, cuesta.
En ese escenario llega el gobierno encabezado por Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio (PPK). ¿Qué medidas tendría que tomar el nuevo Ejecutivo para revertir esta tendencia?
Honestamente, no soy muy optimista. No hay que olvidarnos que, en los inicios de la campaña, Kuczynski sostuvo que algunos ministerios, como los de Cultura y Ambiente, se podían convertir en secretarías técnicas. Luego no lo repitió y yo dudo que lo haga, porque tendría un costo político para él. Pero eso ya muestra una perspectiva.
Uno de los primeros anuncios de Alfredo Thorne, el próximo ministro de Economía, es que él estaría a favor de que los territorios indígenas se fragmenten, para que puedan ser vendidos. Lo cual va en contra de la propiedad comunal.
Y hace más vulnerables ciertos ecosistemas
Claro, pero además no estamos como al comienzo del gobierno de Humala, aún en el súper ciclo de los precios internacionales de los minerales. Eso ya pasó. El Perú está aumentando su producción de cobre, pero gracias a proyectos que vienen de años atrás. Eso va a durar un par de años, pero luego solo tendremos ampliaciones.
Lo que también se puede dar es la intensificación de la extracción.Sí, cae el precio, pero aumenta la extracción. Arequipa [en el sur], por ejemplo, acaba de desplazar del primer lugar de la producción de cobre a Ancash [en la costa central]. Hay un incremento de la producción sobre todo en el sur del país: Las Bambas, Toquepala, Cerro Verde. En términos económicos, vamos a tener un sector minero creciendo un par de años más, a tasas bastante altas, pero en términos sociales y ambientales puede haber problemas.
¿Qué tendría que hacer Kuczynski si quisiera aproximarse a un punto de equilibrio entre la inversión y la política ambiental?
Para comenzar, tomar en cuenta los temas sociales y ambientales. Seguimos siendo un país donde la mayoría de conflictos son ambientales [al 30 de junio la Defensoría del Pueblo ha registrado 212 conflictos de los cuales más del 70% son socioambientales]. Habría que generar una sensibilidad que me parece que hoy no existe en el equipo de Kuczynski. Habría que ver quiénes van a estar en el nuevo gabinete. Porque yo sí creo que algunas personas pueden generar algunas condiciones de equilibrio. Podría ocurrir si se les da espacio a ciertas personas. Lo primero que debería hacer es tratar de revertir estos paquetazos ambientales. Es imposible construir algo serio en materia de institucionalidad ambiental si eso no se revierte. Lo que ha pasado en los últimos años ha sido un retroceso. Si Kuczynski lo revierte, sería importante.
¿En materia de minería ilegal qué habría que hacer?
Esta actividad ha crecido en 21 de las 25 regiones que hay en el país. Hasta llegó a desplazar al narcotráfico en materia de exportaciones ilegales en el 2011. Hoy en día no hay elección en el país en la que no haya candidatos tratando de ejercer para esta actividad. En eso sí creo que había una diferencia muy clara entre Fuerza Popular [liderada por la excandidata presidencial Keiko Fujimori] y PPK.
Además del programa “oro limpio” [que tiene como objetivo ayudar a la minería pequeña y artesanal a formalizarse] PPK también tiene el proyecto de reflotar el Banco Minero para, a través de financiamiento, hacer que el sector se vaya formalizando. Marcó diferencias con Fuerza Popular, que buscaba más bien alianzas con los mineros ilegales para desbaratar lo que se había hecho.
¿Y en cuanto al agua?
Es un tema sumamente sensible. En regiones como Ica [en la costa central], por ejemplo, donde hay estrés hídrico y donde la demanda de agua supera la oferta. Es un tema sobre el cual no tenemos data. La que tenemos es de hace 30 años. Ese dato que dice que la minería utiliza el 2% del agua que hay en el país es de 1979. Tenemos un desfase de información. Habría que hacer un diagnóstico de cuencas, de vertientes, la del Atlántico, la del Pacífico, la del lago Titicaca. Hay una tarea enorme en el tema del agua.
Un tema que no se menciona mucho es la conservación de la biodiversidad. A pesar de que tiene que ver con servicios ambientales, con los bosques, con el agua, incluso.
Yo diría que se debe comenzar a vincular el análisis de la biodiversidad con la economía. De las 78 millones de hectáreas que tenemos en la Amazonia ya hemos perdido 2 millones y 8 más están en proceso de degradación. Y las presiones que está recibiendo la Amazonia nos aproxima a una situación que la puede convertir en una gran sabana.
En cuanto al cambio climático, ¿el Acuerdo de París cómo tendría que ser encarado por el nuevo gobierno?
Si el país no se dota de una estrategia nacional seria, con metas muy precisas, el cambio climático va a seguir avanzando. Incluso puede ser un problema para las inversiones.
El tema ambiental no es sólo una responsabilidad de Kuczynski. Tenemos que hacer incidencia política. Porque, finalmente la realidad nos va a mostrar de manera contundente que las pérdidas y los costos van a seguir aumentando. Desde fuera podemos hacer bastante. La calle también tiene que hablar sobre eso.—Noticias Aliadas.
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