Por
Donovan Osorio Suárez, Biólogo.
Nuestro país ha firmado
el Convenio de Diversidad Biológica
junto con otros 150 gobiernos, llevado a
cabo en Rio de Janeiro Brasil el año
1992. Este convenio reconoce que la diversidad biológica incluye más que
plantas y animales, sino microrganismos, ecosistemas, también la gente y sus necesidades de soberanía y
seguridad alimentaria, medicinas, aire puro y agua saludable, vivienda,
medioambiente limpio y saludable para vivir.
Bolivia es reconocido a
nivel mundial como uno de los países con mayor diversidad biológica, geológica,
geográfica y cultural, por eso es considerado un país megadiverso, este hecho
ha sido reconocido en la Declaración sobre
Conservación y Uso Sustentable de la Biodiversidad del Plan de Implementación
de las Decisiones de la Cumbre Mundial
sobre Desarrollo Sostenible en Johannesburgo – Sudáfrica el año 2002. Ese
año se conformó el Grupo de Países Mega diversos con Espíritus Afines compuesto
por 14 países (Brasil, Sudáfrica, China, Costa Rica, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, India, Indonesia, Kenia, México,
Venezuela y Malasia).
·
Estos
países representan el 70% de la biodiversidad del planeta, y el 45% de la
diversidad cultural.
·
En
Bolivia se encuentran entre el 35% y 45% de toda la diversidad biológica
mundial.
Bolivia es un país
rentista que depende de la explotación y exportación de materias primas o commodities que van produciendo impactos
sociales, culturales, ecológicos, pasivos ambientales, contaminación de
cuencas, extranjerización de la tierra, problemas limítrofes internos,
corporativización de intereses, regionalismos, corrupción, narcotráfico,
tráfico de personas, desunión, despreocupación por el agua y suelos, mala
educación y salud, precarización de la situación de las mujeres y niños
campesinos e indígenas, abandono del campo, etc., esta dependencia ponen en
riesgo al patrimonio cultural, natural, derechos colectivos y nuestra soberanía.
Se enarbola los
derechos de la madre tierra y vivir bien en foros internacionales, también se arenga contra del cambio climático y el
capitalismo, como
sucedió muchas veces ante las Naciones Unidas, pero la verdad es que Bolivia exporta
materias primas que nutre ese sistema, y aporta significativamente al calentamiento
global, por ejemplo, Bolivia es ineficiente a la hora del uso de energía
proveniente de combustibles fósiles para el transporte público, mega deforesta
para la exportación de soya, no maneja los desechos de la actividad minera y
mucha gente percapita contamina más con sus desechos sólidos y líquidos que
otras poblaciones incluso de países “desarrollados”, y aunque poseemos un marco
legal y jurídico como la Ley Nº 300 Marco de la Madre Tierra y Desarrollo
Integral para Vivir Bien, y un marco constitucional sobre el tema; parecen más para un slogan o marketing, que voluntad
política para convertirlo en realidad en nuestro propio pago.
Son actividades
extractivas; la explotación de hidrocarburos, minería, agroindustria y
narcotráfico, además de la anunciada exportación de energía que en el caso de
las mega-represas ya no son consideradas ni energías limpias y menos alternativas. Es decir Bolivia
es un país dominado y colonizado por el extractivismo. La visión extractivista
y economicista que domina el imaginario colectivo nacional, prevaleciendo al extremo
aspectos económicos antes que lo educativo, salud, cultura, sociedad y ambiente aún no ha
cambiado, dicha matriz de desarrollo o de tipo de “desarrollo”, sin ser
cuestionado por nadie, al denominado “progreso”, que no es el desarrollo integral para vivir
bien de la actual Constitución Política
del Estado, sino es un tipo de desarrollo del cual solo se benefician intereses
extranjeros y transnacionales, nos deja sin agua saludable y sin suelos sanos, pero si nos deja mala educación
y salud, no me importismo que contrasta con el amor al terruño local o nacional
que pregonan cívicos y políticos de todos los colores e ideologías. Pero sobre
todo lo que prevalece es como nosotros
somos los facilitadores de los intereses
geopolíticos, extranjeros y de las transnacionales, dada por nuestro imaginario
extractivo y rentista, que nos hace cómplice de esta explotación deslegalizada
y contraproducente.
Quizás la razón más
importante para este fenómeno que nos caracteriza a los bolivianos es el
desconocimiento generalizado que tenemos de nuestra geografía, biodiversidad e
historia. Esta dependencia y mentalidad
extractiva y rentista es la principal amenaza al Patrimonio Cultural y Natural
en general. A eso se suma que no se aplica la ley ni las normas, y menos los
planes de ordenamiento territorial y uso del suelo. No solo el patrimonio,
arquitectónico, folklórico, arqueológico o paleontológico es considerado
patrimonio cultural. El uso y conocimiento de la biodiversidad, como las
semillas y variedades de animales y plantas, etc. para soberanía y seguridad
alimentaria, técnicas de cultivo relacionadas con las mismas, cuidado de las
cuencas también es considerado un patrimonio cultural como lo es el paisaje
cultural por la propia UNESCO y UICN encargada de estos temas.
Paisaje cultural es un
concepto patrimonial donde se valoriza la modificación de la naturaleza por
parte de humanos, que en todo caso debería mantener activamente los ecosistemas
y su dinámica en un estado productivo y diverso, es decir las funciones
ambientales. Vínculo de la diversidad cultural y biológica de un área
determinada. Aquella donde se desarrollaron germoplasma u otras actividades
productivas, partiendo que no existen ecosistemas no intervenidos. (UNESCO,
UICN, 2005).
Las amenazas al
patrimonio natural son casi idénticas a las de patrimonio cultural; obras
civiles, públicas o privadas, infraestructura, etc. que se derivan de
emprendimientos y proyectos urbanísticos, agropecuarios, energéticos,
mineros, extracción forestal y
agroindustria mal planificados, y sumamente pragmáticos, relacionada con corrupción y pérdidas para el
Estado. También algo que no merece mucha
atención de los medios de comunicación y activistas es la sobre explotación
pesquera y cacería, bioprospección y biopiratería, que atentan al patrimonio cultural y natural, para ello se
está violando retiradamente leyes, decretos y la Constitución Política del
Estado, derechos de la Madre Tierra, plasmada en la Ley 300, sin reglamento y
de adorno, por no decirlo de otra manera. Estos emprendimientos, e imaginario
extractivo, también son realizados por el mismo Estado a través del Gobierno
Central, Gobierno Departamental, Ejecutivos Seccionales y Gobiernos
Municipales, y por supuesto por privados, independientemente de la afiliación e
ideología política partidaria.
La población en general
no le pone interés a estos temas porque no los conocen y por ello no le dan
valor, pero lo más lamentable: el que le pone menos atención es el propio
Estado, no saben que van contra sus
propios principios y retóricas, contra derechos colectivos, sobre todo aquel
patrimonio natural que brinda agua, esto tal vez se deba a la mentalidad
extractivista y rentista que tenemos. En todo el país, pero en el caso
particular de Tarija, son las Fichas Ambientales las que minimizan los impactos, ya sea que no toman en cuenta
lo arqueológico ni paleontológico, y mucho menos lo biológico, o ecológico, es decir
las funciones ambientales que nos dan agua y suelos. ¿Cómo se puede defender y
amar lo que no se conoce?
EXPLOTACION PESQUERA Y CONTAMINACION De
la manera inapropiada e inadecuada en la que se ha ido pescando, diezmando
poblaciones como los Miskinchos que según la Colección Boliviana de Fauna (CBF)
se tratarían de tres especies endémicas
de la Cuenca Alta del río Bermejo, así también sucede con la pesca y
explotación a poblaciones de cangrejitos y doraditos, que hasta el día de hoy
ninguna de esas especies cuentan con una PLAN DE MANEJO para un aprovechamiento
integral y precautelando los derechos colectivos. A esto hay que añadir la
contaminación por plaguicidas en Valle Central de Tarija, acopiada en el Embalse de San Jacinto. Es decir, los platos típicos
de Tomatitas, etc. están poniendo en peligro especies endémicas por sobre
explotación irracional. No tendría por qué ser así. Estos emprendimientos
culinarios deberían ser los primeros en demandar los Planes de Manejo. Esto se
extrapola para el Río Grande de Tarija y Pilcomayo. En el caso del Pilcomayo y
su ictiofauna, se acrecienta el peligro
dada la contaminación de metales pesados por explotación minera (la actual ley
minera va contra el departamento), cambio climático y la infraestructura de
otros países vecinos que han puesto en riesgo la migración de especies como el
Sábalo. En la cuenca del Bermejo existe sobre explotación pesquera en el Río
Grande de Tarija, es preocupante, sobre todo por el Robal, que habita una
microcuenca siendo el único lugar donde se encuentra en el departamento de
Tarija.
La
falta de criterios técnicos para el manejo de desechos sólidos y líquidos está
prácticamente ausente de la planificación, y la preocupación.
EXPLOTACION
MINERA Después del
gas natural, la minería surge como otra alternativa económica a futuro para
Tarija, en cuyo territorio se descubrieron yacimientos de minerales radiactivos
y metálicos. Tomando en cuenta cómo anda la minería en el país sin control
alguno, y la cuestionada actual Ley 535 de Minería y Metalurgia, promulgada el
28 de mayo de 2014, Tarija se encuentra ante este tema sin mesas de debate ni
cuestionamientos. Este potencial minero se ubica en la región de Rejará, que dista
aproximadamente unos 80 kilómetros de la capital tarijeña y en plena frontera
con Argentina, allí se localizaron minerales radiactivos, como torio y uranio. Pero
hasta el momento no se ha cuantificado el tamaño de la reserva y eso se podrá
definir basados en los trabajos de prospección.
La presencia de ambos minerales
radiactivos está corroborada por un informe del Servicio Nacional de Geología y
Técnico de Minas (Sergeotecmin), en el que se desvela que la región de Rejará
se convierte en un área interesante para la futura explotación.
Ya tenemos en Tarija índices de cáncer alarmantes como para no tomar ello en
cuenta a la hora de pensar en ese tipo de minería. Lo penoso es que muchos "defensores" de Tarija la alientan.
PASIVOS AMBIENTALES Tanto
en el Parque Nacional y Área de Manejo Integrado Aguaragüe, y regiones
adyacentes, cuyos pasivos ambientales terminan contaminado agua y suelos de la
cuenca de río Pilcomayo afectando comunidades campesinas e indígenas y urbanas,
poniendo en riesgo su calidad de vida, ya que la Serranía brinda el 70% del
agua a la región, afectando lo derechos culturales, derechos colectivos y
ambientales como sucede con la represa
de Caigua. ¿Cómo
pudo hacerse la Ficha Ambiental y darse Licencia Ambiental a la represa de
Caigua en Villamontes, si se sabía de antemano que la cuenca está contaminada por
hidrocarburos, ya sea de manera natural, o por ser un pasivo ambiental?
Del
mismo modo existen pasivos ambientales provenientes de la pasada explotación
petrolera en la cuenca del Bermejo. Si su origen es antrópico o natural, no
debería ser la excusa de las autoridades para no precautelar o mitigar, porque
más allá que sea natural o no, igual tuvo que ser contemplado en la ficha
ambiental de la obra.
En cuanto a la
exploración sobre todo por el método usado que no ha sido reemplazada por otra
técnica más moderna, tiene impactos en cuencas, bosques, etc. poniendo en
riesgo la disponibilidad de agua y su calidad, cuando se usa dinamita para la
exploración sísmica, como podría ocurrir en la Reserva Nacional de Flora y
Fauna Tariquia, el lugar con mayor precipitación pluvial y biodiversidad del
sur de Bolivia, y por lo tanto área de recarga hídrica. La falta de aplicación
de auditorías petroleras es un aspecto que debería importarle demasiado a los
habitantes del Departamento de Tarija.
DEFORESTACION AGROINDUSTRIA Y ENERGÍA.
La pérdida anual de bosque
en Bolivia entre 2000-2005 fue de 194.000 hectáreas, en tanto que entre
2005-2010 aumentó a 205.000 hectáreas, lo que se traduce en un crecimiento de
deforestación de 0,56 a 0,78%. El estudio muestra que el 76 % de la pérdida de bosque durante el periodo
2000-2010 se concentró en el departamento de Santa Cruz, lo cual afectó a 1
millón 388.903 hectáreas de bosques, seguido de Beni que llegó a 161.798
hectáreas, lo que representa el 8,9 % del total nacional. El Departamento de
Tarija en ese período contribuyó con 47.566 hectáreas es decir solo el 2,6%. Para el periodo
2000-2010 el Departamento de Santa Cruz mostró los mayores valores de pérdida
anual de bosque (150.140 ha/año) y tasa anual de deforestación (0,82%).
Según datos de científicos de la NASA, la pérdida de área
boscosa aumentó en forma pronunciada en Bolivia, Madagascar y Ecuador durante
el tercer trimestre de 2013. El indicador trimestral de cambios de cobertura
(QUICC, por sus siglas en inglés), producto basado en el satélite MODIS que
forma la base del Alerta Global de Perturbaciones Forestales (GloF-DAS) de
http://Mongabay.com./, captó fuertes señales de desforestación en los tres
países tropicales entre el 1 de julio y el 30 de setiembre de 2013.
Según Christopher Potter, un
científico de investigaciones senior en el Centro de Investigaciones Ames de la
NASA que co-lideró el desarrollo de la herramienta, las zonas claves en Bolivia
incluyen grandes áreas de perturbaciones forestales en la región sureña de
Santa Cruz y este de Tarija, entre Yacuiba y Villamontes, es una comparación anual de un trimestre del
año 2013, donde hubo un aumento del 167% respecto al año anterior 2012. Bolivia
es uno de los seis países del mundo que mayor deforestación experimentó entre
2000 y 2012, según un estudio que publica la revista Science y que se hizo con
base en un nuevo mapa en alta resolución, creado con ayuda de Google Earth. En ese sentido, estudios realizados en
los últimos años muestran que la deforestación de nuestro país fluctúa entre
300 mil y 350 mil hectáreas anuales, lo que representa una tasa 20 veces más
alta que el promedio mundial y una de las más altas del planeta.
Más allá de
transgénesis como técnica de introducción de genes de especies de reinos distintos
a otra especie, y sus repercusiones en el metabolismo humano y medioambiente, o
no, se trata de extensos monocultivos
que requieren de enormes cantidades de plaguicidas y agro tóxicos que
contaminan suelos, agua y aire comprometiendo la salud de las personas y el
resto de la diversidad biológica, tierra en manos de pocas personas, y sobre
todo que la semilla ( que germina
solo una vez) y el paquete tecnológico
de plaguicidas asociado, está en manos de pocas transnacionales, trabajando
en Bolivia mediante subsidiarias. Fenómenos de extranjerizando el territorio
como ocurre en Santa Cruz con la soya y lamentablemente en Tarija, que es al mismo tiempo la causa de las tasas más
altas de deforestación del país, y quizás del mundo, por lo que no contribuye mucho con la
“soberanía” alimentaria y vivir bien, y eso quiere decir que se convierte en
una amenaza al patrimonio cultural y natural. El transgénico de soya es inmune
a su propio herbicida, para eso le transfieren genes de otra especie. El riesgo
que el maíz transgénico “contamine” las variedades de maíz nativo (patrimonio
cultural) es alto, como ya sucedió en
México con lamentables consecuencias de perdida de germoplasma y erosión genética
del maíz nativo.
Culturas campesinas e
indígenas en peligro por mecanización del agro y monocultivos extensivos y
construcción de mega-represas como las de Cambarí, pero sobre todo las de Pilaya y Margarita que además de almacenar
agua contaminada con metales pesados provenientes de la mal manejada minería
potosína y orureña, bloquearían la migración de peces, usarían esa agua para
regar el chaco con extensos monocultivos extensos de soya transgénica, que ya de
por sí usará plaguicidas, para entre otros
objetivos, producir alimento balanceado
para los sábalos, en piscigranjas. Estos proyectos múltiples cuyo objetivo
mayor también es la exportación de energía ponen en riego a campesinos e
indígenas yendo contra el principio de un Estado Plurinacional dado que es un
Estado cualitativo y no cuantitativo respecto a lo poblacional, social y
cultural. Estos megaproyectos deberían ser más difundidos, informados,
consensuados y consultados para que la población tome posiciones y decisiones.
Es
necesario afirmar que a raíz de LA CONVENCION SOBRE LA PROTECCION DEL
PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL aprobada por la Conferencia General en su
decimoséptima reunión en París, 16 de noviembre de 1972 se crea la Ley N°4144 DE
PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL EN EL DEPARTAMENTO DE TARIJA del
29 de diciembre de 2009 considera “Patrimonio Natural” a los lugares naturales
o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal
excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la
belleza natural. La Constitución Política del Estado en el Artículo 346. El
patrimonio natural es de interés público y de carácter estratégico para el
desarrollo sustentable del país. Su conservación y aprovechamiento para
beneficio de la población será responsabilidad y atribución exclusiva del
Estado, y no comprometerá la soberanía sobre los recursos naturales. La ley
establecerá los principios y disposiciones para su gestión. Artículo 381. I. Son
patrimonio natural las especies nativas de origen animal y vegetal. El Estado
establecerá las medidas necesarias para su conservación, aprovechamiento y
desarrollo. Artículo
385. I. Las áreas protegidas constituyen un bien común y forman parte del
patrimonio natural y cultural del país; cumplen funciones ambientales,
culturales, sociales y económicas para el desarrollo sustentable.
CONCLUSIONES
Es
importante conocer para comprender; redes, ciclos, procesos y funciones que
conllevan la generación de agua, suelos y aire, de los cuales dependemos, y así
proteger, conservar, y manejar este patrimonio natural que se encuentra dentro o fuera de Áreas
Protegidas, pero también la impactante
actividad hidrocarburífera, inadecuadas iniciativas e infraestructuras para
matrices energéticas y productivas contraproducentes, el tráfico de flora y
fauna, y actividad minera por venir. Un porvenir de cambio climático debería
hacernos pensar en cuidar mucho más el agua que la renta proveniente de la
destrucción de cuencas.
La posibilidad de ser
un país que cuide sus suelos y agua para producir comida orgánica que tiene una
altísima demanda en el mundo podría ser nuestra oportunidad para dejar de
depender de la explotación de materias primas.
La
conservación y manejo integral de los paisajes y Áreas Protegidas del
Departamento de Tarija son un derecho y
deber constitucionalizado, que podría convertirse en una alternativa para
construir un desarrollo distinto al dependiente de la renta proveniente de la
explotación. La Categoría de Manejo: Áreas Naturales de Manejo Integrado del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia podría ser un punto de partida.
Para mayor información comunicate con nosotr@s al mail: madalbo@gmail.com
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