Un llamamiento que es necesario apoyar
El caso Volkswagen muestra una vez más dos cuestiones sobre las que mucha gente ha llamado la atención: la difícil, por no decir imposible, convivencia del capitalismo con las políticas de ajuste ambiental y los fracasos de la regulación neoliberal. La difícil relación de la empresa capitalista y el medio ambiente proviene de que la primera no sólo requiere crecimiento para funcionar con éxito, también porque se trata de una organización -la empresa privada- que está organizada en torno a una determinada línea de actividad, algún tipo de producto específico, y por lo general le resulta difícil adaptarse cuando cambia el tipo de bienes que hay que producir. Albert Recio Andreu (2015)
La pregunta que se nos hace es muy simple: ¿queremos vivir en los próximos años en un mundo donde respirar mate? La respuesta no puede ser afirmativa. La explicación que se nos da:
“El "dieselgate" lo ha evidenciado: las normas europeas que limitan las emisiones de los vehículos contaminantes no se cumplen. Después de haber sostenido el mito del "diesel limpio" durante años, los fabricantes de automóviles preferirían evitar una investigación europea. Pero como eurodiputados europeos, nos negamos a que las instituciones europeas sean el objetivo de grupos de presión que defienden los intereses privados en detrimento de la salud de la ciudadanía. Nos negamos a que estos lobbies dicten la ley”.
Con toda la razón ecológica y social del mundo.
Más allá del caso Volkswagen, las grandes corporaciones del sector están altamente preocupadas “porque se ha hecho público el engaño: que las pruebas de emisiones actuales subestiman considerablemente las emisiones reales de los vehículos”. De hecho, según los firmantes, 1 de cada 10 vehículos diésel que circulan por nuestras carreteras, superan los niveles permitidos. Es decir, el 10%, ¡nada menos que el 10%!
Como resultado de lo anterior, “unos 40 millones de ciudadanas y ciudadanos europeos están hoy expuestos a un aire contaminado y peligroso, que contiene altos niveles de partículas finas y dióxido de nitrógeno, reconocidos como gravemente perjudiciales para la salud y el clima”. Al hablar de gravemente perjudiciales para la salud, hablamos de cánceres.
El coste de esta contaminación “es enorme en términos humanos: hablamos de 400.000 muertes prematuras en Europa cada año”. ¡400 mil muertes prematuras, más de la cuarta parte de la población de Barcelona por ejemplo! Por no hablar, señalan también, “de la enorme carga financiera, ya que la contaminación cuesta cada año cerca de 766 mil millones de euros a la Unión Europea”, el 75%, aproximadamente, del PIB de un país como España.
Se niegan los firmantes, nos debemos negar todos, “a que nuestros niños y niñas sigan siendo envenenados en favor de los fabricantes de automóviles ante el silencio de las instituciones europeas”. Por ello piden “que se actúe con transparencia y que se haga cumplir la ley”.
No será fácil conseguirlo. La instituciones de la UE, realmente existente, no suelen transitar por esos senderos. Sin embargo, la solución es simple: “la Comisión Europea debe, lo antes posible, abrir una investigación sobre la totalidad de vehículos en el mercado europeo. La próxima semana en Estrasburgo, la Comisión deberá pronunciarse sobre las medidas que debe adoptar en este asunto, pues el momento de exigir la protección de los ciudadanos europeos”. A unas semanas de la cumbre internacional sobre el clima de París (la COP21), “la Unión Europea debe asumir sus responsabilidades” señalan y exigen los firmantes con toda razón y urgencia.
Firman la petición: Florent Marcellesi, Portavoz de Equo-Primavera Europea en el Parlamento Europeo; Emmanuelle Cosse, secretario nacional Europa Ecología Los Verdes (EELV); Karima Delli, diputada europea; José Bové, diputado europeo; Denis Baupin, diputado francés; Pierre Serne, vicepresidente de la región parisina IDF; Ronan Dantec, senador francés; Eva Joly, diputado europeo; Marie-Christine Blandin, senadora francesa; Yannick Jadot, diputado europeo; Pascal Durand, diputado europeo; Michèle Rivasi, diputado europeo; Lucile Schmid, Vicepresidenta de la Fundación de la Ecología Política
Es necesario ampliar el ámbito político-ideológico de la petición. Todas, todos, estamos concernidas. ¡No podemos permanecer impasibles!
Nota: La referencia del llamamiento. Carta a Comisión Europea European Comisión. Abre una investigación sobre el caso "Diéselgate" es la siguiente: https://www.change.org/p/comisi%C3%B3n-europea-por-una-investigaci%C3%B3n-sobre-el-caso-di%C3%A9selgate
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