Creo en Evo Morales salvador de la patria, iluminado, omnipotente, infalible e incuestionable.
Creo que es hijo único y verdadero, su palabra es la ley y todo lo que sale de su boca es siempre la pura verdad, y nada más que la verdad.
Evo Morales creador de todo lo que existe, nacionalizador verdadero, hoy en Bolivia las transnacionales obedecen. El Papa es evista y Ban Ki-moon también. Se codea con los grandes de este mundo y está sentado allí arriba para que todos desde abajo lo podamos contemplar.
Creo en su bondad, pues regala a los niños el Bono Juancito Pinto, para que no abandonen la escuela, y el Bono Juana Azurduy a las madres para que no mueran de hambre. Regala viviendas sociales y canchas de césped sintético por todo el país. Allí donde no hay nada hoy hay un coliseo; allí donde no hay salud hoy hay una ambulancia. Y todo ese gran cambio ha salido de sus generosas manos.
Evo Morales, luchador contra la pobreza, es el único que conoce el sufrimiento de su pueblo y por eso es el único que puede representarlo. Nadie más sobre la tierra tiene el don de ser el elegido.
Dispuestos estamos todos a amarrarle mil veces los zapatos, a lavarle los calzoncillos con nuestras manos, a plancharle las camisas y a servirle como se hace con los reyes, porque él no es un gobernante, es un rey, el rey máximo de todos nosotros, es el hijo que esperábamos, es el amante con el que soñábamos, es el padre que no tuvimos, es el maestro dispuesto a repetir para nosotros mil veces la misma lección hasta que la entendamos.
Creo en Evo, creemos en Evo, no podemos pensar sino en Evo, todo se lo debemos, todo se lo agradecemos. Nada hay que no haya salido de sus manos.
Si Evo y sus inversiones no usan licitaciones públicas y muchas veces los fondos se depositan en cuentas privadas, como en el caso del Fondo Indígena, no es por falta de honestidad, es por demasiada honestidad, tanto que no hay porqué desconfiar. Por eso mismo no se necesita licitar, porque no se puede perder el tiempo.
Si Evo dice que debemos destruir nuestros bosques para ejercer nuestro derecho a contaminar la tierra es porque quiere descolonizar el consumismo y descolonizar la depredación, y tiene toda la razón. No sé como no se nos ha ocurrido antes una idea tan genial. Ser guardabosques es cosa de colonizados y de primitivos, como dice nuestro líder, nuestro hermano, nuestro elegido entre los elegidos, incluso antes de elegir.
Creo en Evo, no necesito pensarlo, no necesito analizarlo, creo en él porque es él y nada tengo que discernir.
Criticar a Evo es racismo. Criticar a Evo es neoliberalismo. Criticar a Evo es ser de derecha. Criticar a Evo es ser colonizado y, peor todavía, criticarle es ser desagradecido.
El sí para Evo debe ser ciego, sordo y mudo. Debe ser el sí de una novia ante el altar, aunque al día siguiente se tenga que poner a cocinar, lavar y planchar.
El sí para Evo debe ser el sí de un pueblo que no tiene más que una salida, más que una puerta, más que una sola esperanza, una sola idea, una sola cara, una sola cabeza.
El sí para Evo debe ser el sí de un hijo obediente, el sí de un esclavo fiel. El sí que es fe, el sí que es confianza, el sí que es devoción.
La Constitución Política del Estado es obra y gracia de Evo, él por eso él y sólo él la puede cambiar.
No existe ya la pobreza gracias a Evo. No existe ya el racismo gracias a Evo.
Ya tenemos mar gracias a Evo.
Ya tenemos satélite y no importa si no sabemos ni dónde está ni para qué sirve, tenemos un satélite gracias a Evo y se llama Túpac Katari.
Evo no ha necesitado estudiar porque es Evo, porque es genial y todo lo sabe y todo lo entiende, por eso si él dice que necesitamos energía nuclear él sabe lo que está diciendo y nadie más tiene porqué replicar, ni preguntar, ni informar.
Cuando Evo habla que callen los abogados porque él es la ley.
Cuando Evo habla que callen los movimientos sociales porque él es el pueblo.
Cuando Evo habla que callen los curas porque él es Dios.
Cuando Evo habla que suspiren las mujeres porque él es el hombre soñado.
Cuando Evo habla que obedezcan los hombres porque él es el salvador.
Cuando Evo habla que no pregunten los periodistas porque él no puede rebajarse a responder a sus agresiones.
Cuando Evo habla que callen los imperialistas y los capitalistas, porque él es el indígena que el planeta estaba esperando para su redención.
María Galindo es miembro de Mujeres Creando.
fuente: http://www.paginasiete.bo/opinion/2015/10/14/credo-evista-73381.html
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