viernes, 13 de enero de 2012

La ecología política, ¿de izquierdas o de derechas? Hacia un ecologismo sin complejos


Por Florent Marcellesi, coordinador de Jóvenes Verdes
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Desde la aparición del movimiento ecologista en la escena mediática, numerosas voces de pensadores y teóricos discuten su posicionamiento en el tablero político heredado de la oposición entre izquierda y derecha (1). Frente a este panorama binario, los Verdes alemanes en su fundación en 1984 hicieron famoso el lema “la ecología no está ni a la izquierda, ni a la derecha sino que va por delante”. Mientras tanto, el ecologismo político francés establecía el “ni-ni”: ni de izquierda, ni de derecha.
esquema

A pesar de estas intenciones iniciales, tras casi 25 años de la fundación de estos dos partidos, los hechos nos recuerdan que la ecología se ha acoplado mejor en el lado izquierdo del tablero. Parecía haberse zanjado el tema tras el gobierno roji-verde alemán de 1998 a 2005, la voluntad de Los Verdes franceses a partir de 1994 de pactar sólo con partidos de izquierdas o el domino ideológico  del ecosocialismo (2) en España. Sin embargo, la fuerte evolución del ecologismo en los países del Este (3) y el amplio debate ideológico que agita el movimiento verde europeo acerca del liberalismo (4) nos incitan a reabrir el debate.
1. Escenario de la complejidad 

Ante todo, sin tener la pretensión de redefinir aquí las nociones de derecha e izquierda, parece relevante plantear un modelo básico de análisis. Mientras que se sigue clasificando en España las teorías y fuerzas políticas según un eje tradicional y unidimensional (derechas/izquierdas), los anglosajones utilizan a menudo un esquema bidimensional basado en el eje clásico -de corte económico- “izquierda/derecha” y otro eje de corte social llamado “autoritario/libertario” (5). Como se puede observar en el esquema, esta primera distinción permite resaltar unos matices o semejanzas relevantes sobre orientaciones ideológicas que se suelen confundir o alejar de forma abusiva en el eje unidimensional (6).


Sin embargo, con la llegada del ecologismo en el terreno socio-político y la necesidad de tomar en cuenta también los aspectos medioambientales, parece imprescindible hoy en día añadir un tercer eje a este modelo teórico (7). Este tercer eje corresponde a la dialéctica fundamental planteada por la ecología política entre productivismo y antiproductivismo. Dejaremos claro aquí que por “antiproductivismo” no se entiende el rechazo de la producción o de la productividad sino el rechazo de la creencia basada en el crecimiento ilimitado y el aumento de la producción material y económica como principales fuente de riqueza y fines de las organizaciones humanas. Por lo tanto, llegamos a un nuevo esquema tridimensional que suponemos más adaptado a la complejidad de nuestras sociedades y nuevos retos ecológicos.

2. La ecología política en este nuevo escenario

La conciencia y exigencia ecológica nace de los desastres medioambientales fruto de los productivismos tanto capitalista -paradigma hoy dominante- como marxista. Por otro lado, la explotación intensiva de los recursos naturales lleva un cambio radical de las relaciones entre la humanidad y la naturaleza. Frente a estas nuevas fracturas por encima del eje unidimensional izquierda-derecha, la Ecología política tal y como ha sido definida en artículos anteriores aporta una visión crítica, transformadora y global que toma en cuenta y vincula permanentemente los aspectos ecológicos y sociales.

Die GrunenAl luchar por la sostenibilidad ecológica, su identidad fundadora y federadora, la Ecología Política se encuentra definitivamente –y sola- en el extremo del eje antiproductivismo. Al defender la justicia social y la libertad individual y al criticar el papel de las autoridades jerárquicas o burocráticas (como el patriarcado o el Estado), tiende a inclinarse al mismo tiempo hacia el eje “libertario”.

En cuanto al eje económico izquierda-derecha, no se puede llegar a una conclusión tajante dado el amplio abanico de posturas actuales en la familia ecologista. Si se admite que el ecologismo en Europa puede variar desde el ecoliberalismo hacia el ecosocialismo (8), se podría avanzar que tiende a rechazar al mismo tiempo las tesis neoliberales y el marxismo ortodoxo hacia la búsqueda de una deseada tercera vía. Según los sectores, ésta pasa por la apuesta por el decrecimiento (9), la bioeconomía (10) o por la economía solidaria y social que escapa tanto a la lógica del mercado como a la lógica pública-estatal (11), lo que lleva a considerar a menudo la economía ecológica como un objeto difícil de identificar para los economistas.

3. Ecología política y (eco)socialismo

Con la fuerte influencia en España del ecosocialismo tanto en la teoría como en la práctica, la ecología política parece asemejarse bastante a un encuentro de suma positiva entre dos mundos de trayectoria social e histórica a priori distinta. Sin embargo, visto el rechazo frontal de una parte del movimiento verde europeo -y en particular en proveniencia de Europa del Este (12)- a cualquier forma de socialismo, hace falta que estudiemos un poco más a fondo las relaciones teóricas que mantienen ambas ideologías.

Por supuesto, como le recuerda Andrew Dobson, la cuestión de si el socialismo y la ecología política son o no compatibles depende de una pregunta preliminar: “¿de qué clase de socialismo estamos hablando?” (13). Tanto la ecología política como el ecosocialismo repudian claramente el marxismo-leninismo y el estalinismo y se inspiran en filosofías comunes como el socialismo descentralizador, no burocrático, no autoritario y no productivista, el socialismo utópico y las corrientes anarquistas y libertarias. A pesar de estas afinidades, pensadores de la Ecología política como Alain Lipietz o André Gorz, provenientes del marxismo crítico, han protagonizado una ruptura simbólica con la denominación y orientación (eco)socialista. En un polémico libro, Gorz plasma su “Adiós al proletariado” (14) mientras que Lipietz teoriza la evolución de “lo rojo a lo verde” (15).

Por un lado, la ecología política plantea la cuestión del sentido de la producción. Lo que nos lleva a preguntarnos si la oposición capital-trabajo sigue todavía determinante. De hecho, más allá del reparto equitativo entre capital y trabajo y de la colectivización de los medios de producción, es crucial la cuestión de la orientación de la producción. La verdadera pregunta es por lo tanto: ¿por qué, para qué y cómo producimos? Por otro lado, la ecología política critica de manera aguda la dialéctica y oposición clásica entre cultura y naturaleza. Frente a esta visión cientificista y determinista del progreso, propone una “nueva alianza” (16) entre seres humanos y naturaleza donde las sociedades humanas no viven fuera de los ecosistemas sino que pertenecen al mundo natural con el cual mantienen una relación viva, retroactiva y dinámica.

Otras cuestiones tambalean las raíces del marxismo. El concepto del “valor trabajo” en el post-fordismo (17), la era de la información y la economía del conocimiento o la realidad de la lucha de clases frente a los “movimientos sociales” o “multitudes” nos tienen que animar a seguir reflexionando sobre los nuevos tiempos y la posibilidad de emanciparse de teorías elaboradas en el siglo XIX. Sin renunciar a herramientas y aportes de calidad de la teoría marxista, recordemos que según el propio Marx nuestro modo de interpretación debe adaptarse al mundo social contemporáneo y, por lo tanto, debe cambiar con la historia (18). 

A nuestro entender, la ecología política toma en cuenta esta nueva realidad y se convierte así en la nueva esperanza para el siglo XXI. Por estas razones, como lo recuerda Alain Lipietz, parece más correcto utilizar el término “ecología política” (o “ecologismo”) para referirse a la complejidad del mundo y a las nuevas fuerzas transformadoras. Es decir: asumir sin ningún complejo ser un ecologista.

Notas:
(1) Desde un punto de vista más teórico, diríamos entre “trabajo” y “capital”.
(2) “El Manifiesto por una internacional ecosocialista” se puede encontrar en la dirección siguiente: http://www.una.ac.cr/ambi/Ambien-Tico/102/ecosocialista.htm 
(3) En 2006, los Verdes checos decidieron entrar en un gobierno de centro-derecha.
(4) Ver por ejemplo el debate acerca de la Constitución europea en los partidos verdes europeos y el apoyo de las grandes organizaciones ecologistas a la propuesta medioambiental de la Constitución europea más allá de las cuestiones económicas.
(5) http://www.politicalcompass.org/analysis2 
(6) Se podría realizar un ejercicio similar con “los partidos de izquierda” en el mundo (PRD en México, Frente Sandinista en Nicaragua, etc.). Más allá de los discursos y etiquetas, esto puede dar un resultado sorprendente. La Izquierda, más que un concepto bien definido hoy en día: un sentimiento del imaginario colectivo
(7) En estos tiempos de construcción europea, haría falta seguramente reflexionar sobre un cuarto eje  - que aquí no trataremos- acerca de la superación o no del Estado-nación (federalismo/soberanía).
(8) Según las corrientes presentes en el partido verde europeo.
(9) Serge Latouche, “Por una sociedad de decrecimiento”, en Le Monde Diplomatique, Noviembre 2003.
(10) René Passet. “Principios de Bioeconomía”, Economía y Naturaleza 5. Fundación Argentaria-Visor Distribuciones, 1996
(11) Alain Lipietz, “Qu’est-ce que l’économie sociale et solidaire ?”, disponible en: http://lipietz.net/spip.php?article950 
(12) Ver la actuación de los verdes checos a favor de la ilegalización de los símbolos comunistas y su fuerte compromiso en los movimientos de los derechos humanos que tanto sufrieron del régimen soviético.
(13) Andrew Dobson, “Pensamiento político verde, una nueva ideología para el siglo XXI”, Ediciones Paidós Ibérica, 1ª edición 1997
(14) André Gorz, “Adiós al proletariado”, 1980
(15) Alain Lipietz, “Du rouge au vert. Portrait d’Alain Lipietz par Alain Lipietz”, EcoRev, mayo de 2006
(16) Ilya Prigogine e Isabelle Stengers, “La Nueva alianza”, Alianza, Madrid, 1983
(17) Así se llama al sistema de producción que caracteriza nuestra época. Se llama así en referencia al fordismo, modo de producción en cadena dominante en el siglo XX.
(18) Karl Marx, Grundrisse, trad. Martín Nicolaus, Vintage, Nueva York, 1973


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