jueves, 15 de septiembre de 2011

La quinua ya tiene “dueño”, es el papá de una Ministra chilena


¿Quién es el dueño de la quinua? Bien se podría asignar ese título, y con carácter simbólico a algún pueblo andino. Tal vez se lo merecerían esos sacrificados productores, especialmente bolivianos y, sobre todo, orureños. Ésos que poseen secretos ancestrales para multiplicar el grano que consumen desde estrellas de cine y monarcas europeos hasta deportistas de élite y astronautas. Sin duda, los aymaras orureños como sus pares de algunos pueblos peruanos y ecuatorianos podrían reclamar el título porque la cultura quinuera tiene cerca de 500 años de memoria.
Pero, no. La ola transgénica que ha golpeado hasta la Ley Productiva de los defensores de la Madre Tierra llegó con gran fuerza a Chile. Allí hasta designó al “dueño” de la quinua, y no se trata de un título simbólico.
Se llama Erik Von Baer, es dueño de la poderosa empresa “Semillas Baer” y progenitor de la Ministra Secretaria General del Gobierno de Sebastián Piñera, Ena Von Baer.
DE LA MANO DE MONSANTO

La apropiación legal de la quinua se produjo a partir del proceso de privatización de las semillas y vía libre a los transgénicos. Esta reforma agroindustrial ha sido impulsada en Chile por transnacionales de la talla de la polémica Monsanto.

Diversas normas aprobadas ya por el Congreso y el Gobierno chilenos derivaron en una acelerada certificación de patentes de las semillas para los empresarios. Al mismo tiempo se ha prohibido o limitado a los campesinos e indígenas el almacenaje de semillas. Vale decir que para realizar sus cultivos deberán adquirir la simiente de las empresas pagando “el derecho de producción”, según el particular propietario que las haya patentado.

En el caso de Erik Von Baer se sabe que tiene patentadas, junto a la quinua, otras 20 variedades de semillas “originarias de Chile”.

El escándalo estalló cuando el representante de Chile sin Transgénicos, Cristián Sauvageot, realizó la sorprendente denuncia en el programa El Semáforo de Radio Universidad de Chile. “De las más de 700 semillas inscritas, la “Quínoa” (anglicismo usado por los medios chilenos para hablar de la quinua) ahora es propiedad de Erick Von Baer, padre de la ministra Secretaria General de Gobierno, hasta el año 2016. Además, “Semillas Baer” entre la veintena de variedades registradas, cuenta con tipos de avena, cebada y una gran variedad en trigo.

Sauvageot subrayó que el polémico convenio se está ratificando, porque es parte de las obligaciones de los tratados de libre comercio que Chile ha suscrito. “Sin embargo, -aclaró- dicha obligación no está considerando otros tratados que protegen los derechos de los agricultores, quienes ahora tendrán que pagar a los dueños de las patentes para sembrar los productos”.

Sauvageot ha demandado una nueva legislación genere un equilibrio para obtentores y agricultores.

Por su parte, un grupo de senadores opositores al Gobierno de Piñera anunció que recurrirá al Tribunal Constitucional para impedir la promulgación de la ratificación de este convenio.

El senador PPD Jaime Quintana, explicó a Radio Universidad de Chile que “el Convenio 169 tiene rango constitucional y esta norma que se acaba de aprobar es un tratado que Chile ratifica tiene un rango legal. Con esa diferencia y supremacía de una norma sobre otra hay que mirar lo que dice el Convenio 169, y cuando se van pasar a llevar derechos o se van a intervenir prácticas, en este caso del mundo campesino particularmente indígena, deben ser consultadas las comunidades, que es lo que no se hizo en este caso, más bien se votó sin escuchar a genuinos representantes del mundo campesino tanto indígena como no indígena”.

El parlamentario recalcó que este convenio no tenía la obligación de ser ratificado y que sólo lo fue por la presión de grandes consorcios económicos que quieren que Chile produzca alimentos transgénicos (como el caso de Monsanto) y ese es un debate mucho más de fondo.
RAÍCES ALEMANAS

Los Von Baer tienen ascedencia alemana directa. En medio del escándalo se ha recordado que la ministra Ena von Baer, ex candidata a senadora por la región de La Araucanía, aparte de ser hija de Erik von Baer, es sobrina de Bern von Baer, destacado miembro del ejército alemán que batalló en la Segunda Guerra Mundial, y que falleció en Chile a la edad de 70 años.

Fue por esto que, medio en broma medio en serio, el senador DC Andrés Zaldívar dijo que por su actitud de poca apertura al diálogo en temas legislativos y políticos más que Ministra parecía una persona “un poco salida de las juventudes hitlerianas”.

La legislación de las patentes de semillas se produjo mientras decenas de miles se manifestaban en las calles en contra del proyecto eléctrico Hidroaysén. El Senado chileno aprobó el convenio UPOV 91, a través del cual los agricultores del país pierden el derecho a guardar las semillas de sus cultivos, y son obligados a comprarlas año a año a los productores internacionales de la simiente.

El convenio de la UPOV, firmado por el senado a mediados de mayo, otorga derechos a los “obtentores” de semillas, es decir, a las “personas que hayan creado o descubierto y puesto a punto una variedad”, o bien al empleador de esa persona. Esto significa que las empresas patentan las variedades de frutas y verduras que se siembran los agricultores, y luego les cobran un derecho por usar las semillas de esas variedades.

Lo que logra en términos simples es que los agricultores tengan que comprar semillas todos los años, y que guardar las semillas de las plantas y sembrarlas sea ilegal, confiscándosele la cosecha al campesino.

Una serie de organizaciones se han manifestado en contra de la aprobación de este convenio, principalmente por los motivos explicitados más arriba, afirmando que son los campesinos más pobres los que pagarán el costo de esta adhesión. Pero por otra parte se teme que con el acuerdo todos los vegetales producidos en Chile sean transgénicos, técnica usada ampliamente por las empresas “obtentoras”.

Asimismo, organizaciones indígenas han mostrado su rechazo a este convenio, argumentando que el Estado chileno no sólo le ha quitado la propiedad de sus tierras y agua, sino que ahora también regalarán sus semillas al capital internacional.

La UPOV, organización que propone estos convenios, tiene su sede en Ginebra, Suiza, y fue fundada por los transnacionales del negocio de la semilla, principalmente el gigante Monsanto (que controla el 90 por ciento del comercio de la semilla transgénica), y empresas como Bayer y Syngenta.
BOLIVIA PIDE EL AÑO MUNDIAL DE LA QUINUA

El caso ha generado múltiples batallas legales. Von Baer, Monsanto y otras 24 empresas libran en estos días de junio una nueva lid en el afán de que su experimentación con transgénicos pueda llevarse a cabo de manera reservada. Una norma emitida por las autoridades hace un año exigía que dicha labor debería ser debida y detalladamente informada a las autoridades y personas legales interesadas.

Mientras la quinua tiene un nuevo dueño en Chile, las autoridades bolivianas han lanzado tímidas iniciativas para proteger su producción. El viceministro de Desarrollo Rural y Tierras, Víctor Hugo Vásquez informó este martes 28 de junio que en Bolivia se produce por año alrededor de 30 mil toneladas quinua, de las cuales se exporta 15 mil toneladas, generando importantes ingresos para los productores y convirtiendo al país en el principal productor mundial.

Para proteger el origen de la quinua, Vásquez anunció que plantearán en la reunión de la FAO que se desarrollará desde este miércoles 29 en Roma, se declare el 2013 como año internacional de la quinua. Aseguró que así se podrá dar a conocer mundialmente que la quinua es boliviana y que posee grandes valores nutritivos. Actualmente se tiene un cultivo de 52 mil hectáreas y se producen aproximadamente 30 mil toneladas de las cuales 15 mil son para la exportación y se genera más de 43 millones de dólares”, dijo.
madalbo@gmail.com

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