Fundación TIERRA
Limoncito, 20 de septiembre de 2011
Aproximadamente a las 13.00, de hoy 20 de septiembre, los indígenas de la VIII Marcha indígena llegaron a la hacienda Yenny, sobre el camino San Borja – Yucumo, en el Beni, y se encontraron con un contingente de más de cien policías que les impidió seguir su recorrido. Con el argumento de que querían evitar que los marchistas se encontraran con una columna de colonos que salió de Yucumo a primera hora de la mañana, los uniformados optaron por impedir incluso que los marchistas se aprovisionaran con el agua del río Chaparina, curso de agua ubicado a unos 150 metros del punto de encuentro (ver mapa).
Debido al calor de esa hora y los escasos árboles para protegerse del sol amazónico, los marchistas comenzaron a corear: “¡queremos agua!” “¡queremos agua!” ante la inflexible posición de los uniformados, quienes como argumento de ese bloqueo leyeron una carta del defensor del pueblo, Rolando Villena, quien pedía “que eviten los enfrentamientos, garanticen los derechos de la marcha y precautelen la vida de la población”. Después de las 14.00 una comitiva de la marcha indígena entregó agua a sus pares. Este líquido fue trasladado de Limoncito.
Aproximadamente a la misma hora el representante de la Defensoría en Santa Cruz, Hernán Cabrera, quien se encuentra en el lugar, reclamó ante los policías porque la citada misiva fue remitida por Villena hace unos dos semanas.
Pero antes de esta reacción, los marchistas de tierras altas, afiliados al Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Kullasuyu (Conamaq), como una medida para reivindicar que el movimiento indígena es pacifista, tendieron un aguayo en frente de la guardia policial e hicieron un rito de challa con hojas de coca.
En esta misma línea, el presidente de la Central de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) reiteró: “Nuestra marcha es pacífica. No vamos a responder a las amenazas de violencia de los colonos. No tenemos nada que negociar con los colonizadores de Yucumo porque no les debemos nada. Si tienen algún problema tienen que hablar con el gobierno”.
Este criterio no sólo respondía a los policías, también estaba dirigido a los colonizadores que llegaron a la Chaparina, ya que anunciaron que esperarían en ese lugar para dialogar con los caminantes.
Banderas
Antes de este encuentro la marcha indígena reinició su recorrido con rumbo a la sede de gobierno al mediodía desde el corazón de la comunidad Limoncito, espacio en el que descansaron las últimas dos noches con la esperanza de que los colonos de Yucumo levantarán el bloqueo de la vía que sostienen desde hace más de 20 días a las afueras de ese pueblo, sobre el puente San Lorenzo.
Los indígenas dejaron Limoncito acompañados por los sones interpretados con los instrumentos tradicionales de los pueblos de tierras bajas. Banderas bolivianas, banderas blancas adornadas con el patujú y una whipala presidían la manifestación que recorría por un costado de la carretera acompañada por representantes de organizaciones de derechos humanos, indígenas de otros países y otras personas que se solidarizaron con el movimiento indígena. Entre éstos: Ligia Pinto de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Santa Cruz; la Defensoría con los representantes de Santa Cruz, Hernán Cabrera y de Beni, Luis Revollo; algunos religiosos de la iglesia católica y una delegación de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).
madalbo@gmail.com
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