Las prolongadas sequías y la falta de agua en varias regiones del país preocupan a la región y ponen en alerta a las autoridades, que trabajan en planes de contingencia para atender las emergencias y bosques perdidos, pero el problema es más de fondo.

Los expertos dicen que el origen de la falta de agua está en la deforestación, pues son los bosques, los árboles, los que inician el llamado ciclo del agua, pero como cada vez hay menos espacios verdes, lo más probable es que también haya menos lluvias y menos agua, ahora y en el futuro.

“A más bosques, más agua, a menos bosques, menos agua”, dijo ayer a los medios estatales el nuevo ministro de Medio Ambiente y Agua, Rubén Méndez.

Datos de los organismos especializados muestran que Bolivia está entre los 10 países que más bosques perdieron en los últimos años, por distintos motivos, desde los desastres naturales con incendios, hasta el crecimiento de la frontera agrícola y, cierto, pasando por la industria maderera.