miércoles, 19 de noviembre de 2025

No habrá justicia climática sin la liberación de Palestina


Fuentes: El Salto

El nivel de destrucción provocado por Israel, y facilitado por un red de complicidad criminal, es tal que muchas voces hablan ya de un genocidio y un ecocidio simultáneos.

Estos días se celebra en Belém do Pará la COP30, la cumbre anual de los países signatarios de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Dos semanas de negociaciones sobre mecanismos de reparación, transición ecológica justa o financiación, en busca de respuestas eficaces ante la catarsis climática a la que nos enfrentamos.

Mientras tanto, Gaza sigue en llamas. Mientras se le prohíbe la entrada a las negociaciones oficiales a los pueblos indígenas, a quienes más sufren en sus carnes el drama del cambio climático, a las víctimas del capitalismo fósil y a quienes podrían aportar algunas respuestas a muchos de los retos que se plantean, las representaciones de los 85 países señalados por Francesca Albanese en su último informe como cómplices necesarios del genocidio, y empresas como Maersk o BP, que se lucran a costa de las vulneraciones de derechos contra el pueblo palestino, se pasean alegremente por los pasillos del centro de convenciones.

El nivel de destrucción provocado por Israel, y facilitado por esa red de complicidad criminal, es tal que muchas voces hablan ya de un genocidio y un ecocidio simultáneos: la aniquilación de toda forma de vida posible, una nueva vuelta de tuerca en la desposesión capitalista que siempre ha sido colonial, patriarcal y violenta.

El establecimiento del Estado de Israel ha sido, desde sus orígenes, un atentado contra la paz y la seguridad a nivel global y, además, un ataque contra la sostenibilidad del planeta y de sus ecosistemas. Las políticas de racismo ambiental que ha llevado a cabo Israel desde hace décadas han supuesto la destrucción de cientos de miles de hectáreas de tierras y campos de cultivo, confiscadas para la construcción del muro del apartheid o la expansión de los asentamientos, la eliminación de más de un millón y medio de olivos en tan sólo los últimos veinte años, olivos que no sólo son un símbolo de la vida y la resistencia palestinas, sino también una de las principales fuentes de ingresos para miles de familias.

El agua tampoco se libra de las políticas de racismo ambiental. El denominado régimen de apartheid del agua, sostenido entre otras por la empresa israelí Mekorot, facilita el acceso a agua potable a las colonias israelíes en territorio ocupado, garantizando un consumo medio de 247 litros al día por persona en los asentamientos, mientras que muchas comunidades palestinas nativas apenas alcanzan los 30 litros por persona y día, por debajo de los 100 recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Por si esto fuera poco, la violencia ambiental ejercida contra Palestina se ha multiplicado exponencialmente en los últimos dos años, culminando en un ecocidio sin precedentes en la región. Solo en los primeros dos meses de bombardeos, Israel liberó unas 281.000 toneladas de CO₂ equivalente, más que las emisiones anuales de más de veinte países entre los más vulnerables al cambio climático. La contaminación del aire y del subsuelo provocada por el fósforo blanco y otras armas químicas ha arrasado con cualquier posibilidad de cultivar en Gaza, agravando aún más la hambruna que sufre la población de la Franja y dificultando enormemente la subsistencia agraria en el futuro más próximo.

Del mismo modo que Israel no puede sostener el nivel de violencia que ejerce sin el apoyo militar que recibe del exterior, el Estado sionista necesita energía para alimentar los tanques, los aviones de combate y los sistemas de inteligencia artificial con los que vigila y asesina en Palestina. Según un informe publicado esta semana en Belém por Oil Change International, 25 países han suministrado o facilitado suministros de petróleo crudo o refinado a Israel. Azerbaiyán y Kazajistán aportan el 70% del crudo que consume Israel; Estados Unidos es el único proveedor de combustible militar; y los puertos de Rusia, Grecia, Chipre o España se encuentran entre los principales puntos logísticos para que estas energías lleguen a su fatal destino.

Las empresas que se encuentran detrás de estas extracciones o de su transporte a través de gasoductos son las mismas que están contribuyendo al calentamiento global y a la extinción de la vida en nuestro planeta. La lucha por la liberación de Palestina es también una lucha contra los combustibles fósiles y contra el modelo extractivista que destruye vidas y ecosistemas en todo el mundo.

Por eso, una coalición de organizaciones palestinas formada por PENGON, el Comité Nacional Palestino de BDSStop the Wall, the Palestine Insitute for Public Diplomacy y la Global Energy Embargo for Palestine, ha viajado hasta el corazón de la Amazonía para gritar que no puede haber justicia climática sin la liberación de Palestina

Hacen un llamado al embargo energético, la maquinaria genocida y la ocupación ilegal no se sostienen sin la complicidad energética. Piden el fin del apartheid del agua, llamando al boicot de empresas como Mekorot, que ahoga a la población palestina y contribuye a la privatización del agua, llevando la militarización a otros territorios y pueblos en lucha por su defensa, como el mapuche. También denuncian la complicidad del agronegocio y el greenwashing, a través de empresas como Netafim o ICL, que, entre otras, es la principal suministradora a Estados Unidos de los minerales necesarios para fabricar el fósforo blanco. Exigen asimismo la expulsión de Israel no sólo del espacio de la COP30, sino de la Convención sobre el Cambio Climático: un Estado colonial responsable de un ecocidio, construido y sostenido por el capitalismo fósil y la industria militar, responsable de al menos el 5% de una de las industrias más contaminantes del planeta,  no puede participar en un espacio de búsqueda de soluciones para la emergencia climática.

Quienes se están lucrando del colapso no pueden ser parte de la solución. En estos momentos de policrisis global, de agotamiento de los recursos y de colapso ecológico, las élites están cerrando filas; y quienes defendemos la vida en todas sus formas tenemos que hacer lo mismo. Es el momento de actuar y de situar la lucha de Palestina como una lucha por la tierra, desde la tierra: una defensa de la vida y del territorio, contra el capitalismo fósil y el extractivismo.

No habrá justicia climática sin la liberación de Palestina.

Ana Sánchez Mera, Global Energy Embargo for Palestine.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/cop30/no-habra-justicia-climatica-liberacion-palestina

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Brasil: asesinan a un líder guaraní en un ataque a una comunidad indígena


Fuentes: Survival [Imagen: Vicente Fernandes Vilhalva, portavoz del Pueblo Guaraní-Kaiowá, fue asesinado de un disparo en la frente por hombres armados que atacaron su comunidad. © Aty Guasu/Survival International]

Mientras en la COP30 en Brasil continúa el debate sobre los derechos territoriales indígenas, en la madrugada del domingo 16 de noviembre una veintena de hombres armados irrumpió en una comunidad indígena del extremo sur del país y abrió fuego, causando la muerte de un líder guaraní-kaiowá y dejando al menos cuatro heridos.

El ataque tuvo lugar en Pyelito Kue, una comunidad del Pueblo Guaraní-kaiowá que recientemente había retomado parte de su territorio ancestral. Allí, los agresores dispararon contra los habitantes y asesinaron de un tiro en la cabeza a Vicente Fernandes Vilhalva, de 36 años. Además, incendiaron refugios y destruyeron pertenencias de la comunidad.

Un líder de Pyelito Kue, que pidió mantener el anonimato, dijo a Repórter Brasil: “Fuimos rodeados. Los pistoleros no vinieron a hablar, llegaron disparando. No tenemos armas, no tenemos ninguna posibilidad de defensa. Nos retiramos y fuimos hasta la aldea, pero ellos siguieron disparando (…) Quemaron todo en la zona recuperada: nuestras casas, ollas, sillas…”.

El ataque mortal, el cuarto violento contra la comunidad de Pyelito Kue en las últimas dos semanas, es tan solo el último episodio de una larga serie de agresiones brutales que los ganaderos llevan décadas perpetrando contra los guaraní-kaiowás.

“Nosotros, los indígenas guaraní-kaiowás, condenamos los ataques que sucedieron en Tekoha Pyelito Kue, y que resultaron en el asesinato de un líder. Nuestra lucha es por la vida, por el territorio y por el ‘Tekoha Guasu’ [nuestro territorio ancestral completo]. Ya no aceptamos que se nos trate como a invasores en nuestro propio territorio”, afirma la organización guaraní-kaiowá Aty Guasu en un comunicado.

La comunidad de Pyelito Kue, junto con otras comunidades guaraní-kaiowás de la región fue expulsada violentamente de su territorio en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul hace décadas. Desde entonces, casi toda su tierra ha sido ocupada por la agroindustria y explotaciones ganaderas. Su resistencia y sus intentos por recuperar el territorio han sido respondidos con agresiones graves y, a menudo, mortales.

Las familias guaraníes de Pyelito Kue se han visto obligadas a vivir durante más de 10 años en una área de apenas 97 hectáreas, con espacio insuficiente para cultivar. Ante la situación de hambre que enfrentaban, a principios de noviembre recuperaron otra parte de su tierra dentro del territorio indígena de Iguatemipeguá I. Este lugar, donde Vicente ha sido asesinado, está ocupado actualmente por la Fazenda Cachoeira, una extensa explotación ganadera arrendada por Agropecuária Santa Cruz y Agropecuária Guaxuma, ambas empresas exportadoras de ganado.

En 2013, la FUNAI, el departamento de asuntos indígenas del Gobierno brasileño, delimitó la zona en lo que se consideró un primer paso hacia su demarcación. Sin embargo, el proceso quedó paralizado desde entonces, en violación de la legislación brasileña e internacional, dejando a los guaraníes expuestos a ataques violentos y asesinatos perpetrados por agroganaderos y fuerzas policiales, con el apoyo de políticos locales que actúan con impunidad. Ni el acuerdo oficial alcanzado en 2007 entre la Fiscalía, la FUNAI y representantes guaraníes, ni las recientes promesas de demarcación realizadas por el presidente Lula han sido cumplidos.

Según testigos, en este último ataque participaron agentes de la Policía Militar de Brasil y miembros del Departamento de Operaciones Fronterizas (Departamento de Operações de Fronteira).

“La Constitución garantiza nuestros derechos, y el Estado brasileño tiene el deber de proteger a nuestros pueblos”, afirma la declaración de Aty Guasu. “Pedimos el apoyo de la sociedad civil, de las organizaciones de derechos humanos, de la Fiscalía Federal, de la FUNAI y de la Defensoría Pública Federal para que sigan de cerca el caso y garanticen la seguridad de las familias guaraní-kaiowá ante el clima de odio y amenazas que se intensifica”.

Caroline Pearce, directora de Survival International, declaró: “Hace una semana, en Belém, el presidente Lula reconoció que el territorio indígena es fundamental para combatir el cambio climático. Dijo que ‘quizás’ no se ha reconocido adecuadamente una parte suficiente de su territorio. La muerte de Vicente es la cruda realidad de esa falta de reconocimiento: a los indígenas se les expulsa y despoja de su tierra, se les niega su territorio, sus derechos, sus medios de vida y hasta sus propias vidas.

“Resulta obsceno que a los guaraní-kaiowás de Pyelito Kue y de otras comunidades se les dispare y asesine simplemente por vivir en su hogar, en su territorio ancestral. El Gobierno de Brasil debe completar el reconocimiento territorial, garantizar su protección y llevar ante la justicia a quienes los expulsaron y continúan aterrorizándolos”.

Información adicional:

– Fazenda Cachoeira es solo una de las 44 haciendas que se superponen al territorio indígena Iguatemipeguá I. El territorio, de 41.714 hectáreas, abarca muchos tekoha (territorio ancestral guaraní), incluida la tekoha de la comunidad Pyelito Kue.

– En respuesta a los ataques anteriores contra la comunidad Pyelito Kue en 2011 y 2016, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió que se adoptaran medidas cautelares.

– Este violento suceso es el último de una serie de brutales ataques contra las comunidades guaraníes. La comunidad guaraní de Guyra Roka, hogar del difunto Ambrosio Vilhalva, quien protagonizó la película Birdwatchers, también ha sido objeto de ataques, en los que hombres armados contratados por ganaderos y la policía local han herido a varias personas con balas de goma y gases lacrimógenos, y han destruido sus casas.

Fuente: https://www.survival.es/noticias/14379



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«Los bosques son los únicos que nos van a salvar del calentamiento global»

El botánico italiano que mostró que las plantas sienten y tienen inteligencia insiste en que “hace un siglo que debería ser el momento de los bosques. Necesitamos plantar un billón de árboles”

Entrevista al neurobiólogo Stefano Mancuso

Si hay cada día más personas que, al mirar alrededor, son capaces de ver, distinguir y apreciar las plantas como seres vivos de un valor casi incalculable es, en gran parte, gracias al botánico italiano Stefano Mancuso (Catanzaro, 1960). Seres inteligentes y sensibles “de los que dependemos”, explica Mancuso. “Todo lo que comemos. El oxígeno que respiramos. Literalmente dependemos de ellas”, aclara el científico justo después de recoger en Madrid el galardón a la Personalidad Ambiental de los premios Ecovidrio.

Mancuso, que lleva décadas dedicado a abrir los ojos de la sociedad y curarla de la llamada ceguera de las plantas, no solo habla con pasión de la flora, sino que tiene claro que son la solución para sacar a la humanidad del atolladero en el que se ha metido al provocar el cambio climático. En conversación con elDiario.es, el científico desgrana las fórmulas con las que las plantas pueden ayudarnos y cómo nos enseñan que cuidarnos en comunidad es “más eficiente para sobrevivir” que dar la batalla cada uno por su lado.

Ahora estamos en plena Cumbre del Clima, la COP30 de Brasil, y el presidente del país, Lula da Silva, ha dicho que esta va a ser, o debe ser, la cumbre de los bosques ¿Es posible algo así?

De hecho hace un siglo que debería ser el momento de los bosques. No sé si será la cumbre de los bosques, pero así lo espero. Porque, para seguir en Brasil, y hablando de Lula, el bosque de la Amazonia está a punto de desaparecer. Si continúan talando porciones de bosque al ritmo actual, dentro de cuatro años, la Amazonia estará condenada a desaparecer y convertirse en otra cosa con consecuencias en el clima mundial.



¿A qué consecuencias se refiere?

La Amazonia es el motor de la lluvia de toda Latinoamérica. Así que si eliminas la Amazonia, todo va a cambiar a nivel planetario porque –¿cómo lo diría?– La mayoría de las nubes que viajan por el mundo están producidas por la Amazonia. Así que sí: este es el momento de los bosques en el sentido de que no podemos permitirnos más talas de árboles. Al contrario, deberíamos replicar los bosques que hemos creado en los últimos años. La clave no está tanto en no cortar más árboles, sino en replantar, al menos, un billón de árboles. Sé que parece un número increíble, pero es lo que necesitamos.

La reforestación es a menudo presentada como un arma poderosa contra el cambio climático, pero en otras ocasiones –como por ejemplo en España tras la ola de incendios forestales del verano pasado– parece que los bosques fueran un enemigo porque arden. Y se habla de limpiar de sotobosque…

El enemigo es el calentamiento global. En España se dio un número loco de incendios forestales no por casualidad, sino por el calentamiento global. Por supuesto esto no afecta solo a España. Luego puede venir Italia y luego Alemania. Hoy, en Europa, los árboles no mueren porque se los tale, mueren derribados por el viento y quemados en incendios. Hace solo unos años registramos en Italia 20 millones de árboles muertos por el viento, algo que era inimaginable antes. Y estos fenómenos extremos son consecuencia del calentamiento global. Los bosques son los únicos que nos van a salvar de ese calentamiento así que debemos multiplicar su superficie muchas, muchas veces.

¿Cómo nos salvan?

Esto es primordial y mucha gente no lo sabe: los bosques son la única cosa que capta CO₂ de la atmósfera. El calentamiento global está producido por los gases de efecto invernadero (sobre todo el CO₂) que atrapa el calor del planeta por lo que, además de dejar de emitir gases, debemos reducir la cantidad de ese CO₂ en la atmósfera que ya es un montón. Lo único que actualmente podemos hacer para quitar CO₂ es captarlo con árboles. Absorben ese gas y de una manera tan eficiente que ninguna otra tecnología puede ni soñar. Por cada euro invertido en plantar, fijamos mil veces más carbono que cualquier otra tecnología.

¿Son la mejor máquina de secuestro de carbono a pesar de todo lo que se habla de nuevas técnicas o desarrollos?

La mejor por mucho. Es que no hay nada ni siquiera similar en el mundo de la tecnología humana.

En este sentido, el último Global Carbon Budget ha calculado que todas las tecnologías humanas juntas absorben en 2025 unos 0,008 millones de toneladas de CO₂, mientras que los bosques están captando más de dos millones de gigatoneladas, es decir, más de 2.000 millones de toneladas.

¿A pesar de esa dimensión gigantesca como captadores de gas, nos dan más servicios para aplacar la crisis climática?

Claro. Los bosques no se quedan ahí, nos ofrecen otros beneficios. Por ejemplo reducen la temperatura. Cuando tenemos un bosque cercano a las ciudades donde pasamos la mayoría de nuestras vidas, la transpiración de agua que producen los árboles rebaja de manera increíble la temperatura.

¿Hasta cuánto?

Los parques o los bosques urbanos la bajan hasta tres o cuatro grados en comparación con sus alrededores. ¿Por qué? Porque al evapotranspirar el agua, las plantas absorben calor, es un principio químico: para transformar agua líquida en vapor necesitan energía así que al hacer ese proceso absorben energía, es decir, calor y hacen que la temperatura caiga.

La secuencia lógica es que, si el calentamiento global hace que las ciudades se vuelvan islas de calor con temperaturas dañinas, tener más plantas en las ciudades es una estrategia ganadora para aliviar esas olas, ¿no?

Y, sin embargo, ninguna ciudad en Europa está haciendo lo necesario que es quitar, al menos, el 20% de la superficie en favor de las plantas. Hay algunas ciudades que están haciendo cosas como Barcelona o Copenhague, pero no es suficiente.

¿Y esa superficie a que se dedicaría?

A transformarlas en bosque porque, si no, no hay espacio suficiente para los árboles necesarios para mitigar la temperatura en las ciudades. Y no solo se trata del calor. Esas plantas también se van a quedar con el exceso de CO₂, ya que el 80% de este gas se produce en las ciudades. Si fuéramos capaces de crear ese gran bosque europeo que absorbiera gran parte del CO₂, supondría una gran ayuda en la lucha climática a una escala planetaria.

Otro de los impactos del cambio climático que en países como España, Italia o Grecia ya estamos padeciendo es la multiplicación y empeoramiento de las sequías y las plantas también pueden echar una mano en esto.

Desde luego. Podemos decir que los bosques generan agua para nosotros. Y esta es una cuestión interesante porque una de las críticas que suelo escuchar cuando hablo de plantar billones de árboles en Europa es que no hay agua suficiente. Y es absolutamente al contrario.

¿Cómo al contrario? ¿No necesitan agua?

Quiero decir que, cuando plantas un gran número de árboles nuevos y les provees de agua durante los primeros tres años de su vida para que crezcan –tres años–, luego ya se convierten en autónomos. Continúan su vida. Son capaces de crear su clima. Eso es lo increíble de los árboles: crean sus propias nubes.

Los bosques son capaces de crear su clima. Eso es lo increíble de los árboles: crean sus propias nubes

Hace unos años hicimos unos estudios muy serios para Arabia Saudí en los que se mostraba que, en lugar de gastar esa cantidad ingente de dinero en proyectos estúpidos como una ciudad alargada en el desierto, deberían reforestar la península arábiga porque, por mucho menos, cambiarían el futuro no solo de su país, sino del mundo. Con la cantidad adecuada de agua, y ellos no tienen problemas para conseguir el agua que necesitan con desalinizadoras, podrían reforestar el país y transformar su clima hasta convertirse en un paraíso tropical. Y absorberían tal cantidad de CO₂ que cambiarían el futuro del planeta.

¿Cuánto depende el futuro de la humanidad de las plantas?

El 100% del futuro de nuestra especie depende de los bosques. Ellas no están en peligro en el sentido de que han vivido 500 millones de años. Los que estamos en peligro, como especie, somos nosotros. La humanidad tiene 300.000 años, pero la invasión a base de la agricultura comenzó hace unos 12.000 años. En solo ese tiempo hemos talado la mitad de los árboles que había. Y en los dos últimos siglos 20.000 millones de árboles. Es una locura. Y si seguimos a este ritmo haremos del planeta una isla de Pascua donde, al acabar con los árboles, se quedaron sin recursos.

¿Qué podemos aprender los humanos de las plantas en cuanto a adaptarnos al cambio climático?

Un montón. Nosotros creemos que somos la única especie inteligente del planeta, pero si la inteligencia consiste en resolver problemas, los humanos no los resolvemos, en realidad lo que hacemos es escapar del problema. Nos alejamos de los problemas, pero estos permanecen. Las plantas no pueden hacer eso. Es imposible así que necesitan resolver verdaderamente las situaciones porque no pueden escapar.

¿Puede ejemplificar?

Las plantas son tan diferentes a nosotros que nos cuesta comprender cómo funcionan, pero hay unos cuantos principios importantes. Uno de ellos es su concepto de comunidad. Las plantas viven en comunidad, no son un individuo único. Cuando entras en un bosque no estás caminando entre un grupo de árboles diferenciados, estás ante un único superorganismo. Cada árbol está relacionado con el otro. Están conectados por redes subterráneas. Y mediante esas redes se comunican y por ellas viajan desde el agua hasta los nutrientes. Todo.

Suena a una especie de altruismo vegetal.

La comunidad de los árboles cuida a cada individuo y sus necesidades sin pedir nada a cambio. Y no lo hacen porque tengan una moral, o sean buenos o por ética. Lo hacen porque es la manera más eficiente de sobrevivir como especie. Así que, lo primero que deberíamos aprender de las plantas es a crear una comunidad sólida.

Así que una de las lecciones sería: estad juntos en lugar de ser salvajemente individuales.

La modernidad trata sobre todo de la individualidad. Sobre personas en singular. Y, con el paso del tiempo, estamos perdiendo una de las cosas más importantes para la supervivencia de la especie que es que la comunidad es lo crucial, no un individuo u otro. Durante mucho tiempo los humanos hemos actuado teniendo en la cabeza el futuro de la humanidad, pero en las últimas décadas eso ha cambiado y los grupos ya no son lo importante. Eso es un gran problema.

Mientras tanto, en la naturaleza prolifera lo contrario.

No hay especies en las que los individuos se imponen a la especie. Por ejemplo, ahora si le proponemos un problema a una inteligencia artificial creada por humanos –con su manera de pensar–, nos devolverá una solución pensada para un individuo y esto es un error. Si buscas una solución para uno solo o buscas una para toda la especie, las respuestas van a ser completamente diferentes. Al apostar por solventar los problemas de un solo individuo ponemos en peligro al colectivo. Y es lo que vemos que está ocurriendo constantemente.

¿Por qué tengo la impresión de que, al final, a la población no le importa demasiado lo que ocurra con las plantas?

No es que no les importe es que no las ven. Se llama ceguera de las plantas y ha sido ya descrito como un fenómeno que nos hace incapaces de comprender cuántas son y lo importantes que resultan para los humanos. Y es un problema porque desemboca en que no sepamos que dependemos de las plantas. No es una exageración: literalmente dependemos de las plantas. Para todo lo que comemos. Para el oxígeno que respiramos. Pero no podemos verlas. Nuestro cerebro no está preparado para captar todo ese verde como un organismo vivo así que lo confundimos con el fondo.

¿Si solo pudiera salvar un ecosistema forestal cuál sería?

Es un dilema imposible. Desde luego sería un bosque primario, es decir, bosque como siempre ha sido, sin intervención humana. Hace 200 años Europa estaba cubierta de bosques templados primarios, pero ahora no queda ni un metro cuadrado. Así que probablemente elegiría la Amazonía por su gran tamaño.

Las plantas nos mandarían un mensaje muy largo y lo primero sería que dejemos de destruir nuestro medio ambiente del que dependemos. Nos dirían: «Dejad de ser estúpidos

Usted ha demostrado la sensibilidad e inteligencia vegetales, ¿puede explicarlo con palabras sencillas?

Pensamos que la inteligencia es la consecuencia de tener cerebro, pero ¿cuánta vida en el planeta tiene cerebro? Si asumimos que todos los animales, eso supondría el 0,3% de la vida. O dicho de otra manera, que el 99,7% de la vida en el planeta es estúpida. Que es una máquina orgánica. Eso es algo imposible para mí. No se puede creer. No existe ni una especie que no se enfrente a problemas que debe solventar. Comer, comunicarse, reproducirse… y es imposible resolver esto sin inteligencia. La nuestra es diferente, obvio, pero no por eso es mejor. Probablemente, no sea la mejor.

Si las plantas pudieran enviarnos un mensaje ¿cuál sería?

Dejad de ser tan estúpidos.

Así de simple…

Seguramente, sería un mensaje muy largo y lo primero que dirían es que dejemos de destruir nuestro medio ambiente del que dependemos. Esa es una singularidad de nuestra especie porque no hay otra, ni planta ni animal, que se dedique a destruir el entorno que necesitan para vivir.

Porque suena a suicidio.

Lo es. Pero es lo que estamos haciendo. Si nos miráramos desde fuera, como si fuéramos un biólogo extraterrestre, diríamos: “Mirad qué estúpidos son. Se consideran la única vida inteligente en el planeta y son los únicos que no comprenden cómo funciona la vida”.

Con todo, ¿es usted optimista o pesimista?

¿Queremos aliviar los incendios forestales? Dejad que los bosques se hagan viejos

Soy optimista en el sentido de que no creo que nuestro cerebro suponga una desventaja sino una gran ventaja, pero somos aún una especie tan joven que utilizamos esta potente herramienta de la peor manera posible. Somos como un niño pequeño al que le das un martillo, que es una herramienta muy útil, y la utiliza para destrozar la habitación. Eso es lo que somos: una especie tan joven que está destrozando su casa con su herramienta que es el cerebro. Pero soy optimista y creo que nos convertiremos en adultos para utilizarla bien. Espero que en un periodo corto, antes de que sea demasiado tarde.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/stefano-mancuso-neurobiologo-bosques-son-unicos-salvar-calentamiento-global_128_12764411.html





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miércoles, 29 de octubre de 2025

El capitalismo ama la competencia, pero la naturaleza tiene otras ideas

Los darwinistas sociales usan la «supervivencia del más apto» como excusa para privatizar tierras o eliminar la red de seguridad social. Pero eso no reconoce cómo funciona realmente la naturaleza.




Los economistas y líderes empresariales adoptan un concepto retorcido de la evolución: las corporaciones y los sistemas sobreviven, dicen, debido a ventajas competitivas, lo que los hace superiores y capaces de dominar (o destruir) sistemas, compañías, personas y naciones más débiles.

Esto, argumentan, hace que los sistemas humanos sean como la naturaleza. Los débiles se desvanecen de los ecosistemas, mientras que los fuertes persisten: la llamada «supervivencia del más apto».

El científico cuya obra inspiró ese término no estaría de acuerdo con ellos.

Impartí una clase en la New School en la ciudad de Nueva York sobre la relación entre cultura y medio ambiente. Como les dije a mis estudiantes, los defensores del capitalismo usan la «supervivencia del más apto» y una percepción incorrecta de la competencia en el mundo natural para justificar la eliminación de las redes de seguridad social para las personas más vulnerables de nuestra sociedad, una justificación implícita, por ejemplo, en las acciones actuales de la administración vigente.

Según mi experiencia, cada vez que alguien cuestiona si la competencia debería ser un valor central —como en el capitalismo—, la gente a menudo dice: «¡Es natural! ¡Solo hay que mirar la naturaleza!».

Pero, ¿y si esta defensa del capitalismo como algo natural es defectuosa y la competencia nunca ha sido la única forma de «sobrevivir» o ser «apto» en un ecosistema? ¿Qué pasa si aquellos que interpretaron las teorías del naturalista Charles Darwin y las aplicaron a las sociedades y economías humanas simplemente seleccionaron selectivamente las partes de la teoría que parecían justificar su agenda?

Darwinismo social

A mediados de la década de 1850, Darwin comenzó a observar y estudiar cómo los organismos y las especies individuales encuentran su nicho. Cuando un animal ha encontrado su lugar y función en un ecosistema, escribió, ese animal ha encontrado su nicho. Aunque las especies pueden competir por un nicho, también pueden adaptarse y cooperar por uno. Una especie es la más apta cuando suficientes de sus miembros han encontrado un nicho dentro del ecosistema donde viven. Y cuando suficientes miembros han encontrado un nicho, Darwin explicó este proceso como «supervivencia del más apto».

En las décadas posteriores a la publicación del innovador libro de Darwin, El origen de las especies, un grupo de pensadores occidentales utilizó su teoría de la selección natural para intentar explicar la competencia feroz y cruel en la sociedad humana.

El darwinismo social, tal como lo definieron, argumenta que los individuos, grupos y pueblos están sujetos a las mismas leyes darwinianas de selección natural que las plantas y los animales. Pensadores ingleses como Herbert Spencer abogaron por esta teoría a finales del siglo XIX y principios del XX, y sigue resonando hoy en día.

El darwinismo social afirma que las clases altas han competido por ser aptas y han ganado el juego de la selección natural. Sugiere falsamente que ciertas clases sociales son superiores, y que la inequidad social y la inacción política son un resultado natural de la competencia.

No debería sorprender que los pensadores colonialistas europeos utilizaran el darwinismo social para racionalizar la presión por reformas progresistas.

Pero tal justificación se basa en un malentendido y una adulteración de las observaciones de Darwin, porque él también había observado el papel igualmente importante de la cooperación en los ecosistemas. La competencia y la cooperación son ambas naturales entre todas las especies.

La cooperación como mutualismo

Es esencial no tergiversar la dinámica del ecosistema para justificar una forma de organizar la sociedad humana.

Según el estudio de la ecología, una relación entre dos especies que ambas se benefician de la cooperación se conoce como mutualismo. Esta relación les da a ambas especies una ventaja que de otro modo no tendrían. El mutualismo es una cooperación biológica que permite a dos organismos mejorar sus posibilidades de éxito y reproducción en el ecosistema.

Por ejemplo, los delfines necesitan la ayuda del atún para encontrar los peces más pequeños de los que ambos se alimentan. Los ecólogos llaman a esto caza conjunta. En otro caso, los pájaros picabueyes se comen las garrapatas del pelaje de los antílopes impala africanos. El picabueyes se beneficia de tener una comida, y el antílope se beneficia de tener menos garrapatas molestas.

La polinización es otro ejemplo: los insectos transportan polen de una planta a otra mientras se benefician de la fuente de alimento de néctar de las flores en las que aterrizan. A medida que insectos como abejas o mariposas aterrizan en las flores para comer, también fertilizan las plantas con el polen en sus cuerpos. El polen se transfiere del estambre al estigma, lo que permite la producción de flores y frutos. Los insectos que polinizan específicamente las plantas a cambio de alimento se conocen como insectos beneficiosos.

La cooperación como adaptación

En El origen de las especies, Darwin describió un proceso en el que ciertas especies prevalecieron sobre otras porque eran mejores en la adaptación. Habían cooperado con otros organismos o con factores no vivos en su entorno para poder sobrevivir. Los ecólogos se refieren a la adaptación como el proceso de cambiar con el tiempo para que un organismo pueda estar mejor preparado para encontrar un nicho y sobrevivir en el ecosistema. Cuando el ecosistema cambia o desaparece rápidamente, la especie se ve obligada a considerar una nueva cooperación dentro del nuevo ecosistema.

Las primeras y más famosas descripciones de adaptación de Darwin fueron sus estudios de los animales de las Islas Galápagos de Ecuador. Después de observar las aves allí, Darwin notó que las formas de los picos de los pinzones se habían adaptado con el tiempo para ajustarse a las formas de lo que se estaban alimentando: flores, insectos, semillas y frutas.

Los camellos también se han adaptado con éxito a uno de los ecosistemas más duros: el desierto cálido y seco. Un camello puede pasar una semana o más sin beber agua, lo que es más de lo que la mayoría de los animales pueden tolerar. Sus cuerpos también conservan agua al no sudar a medida que aumenta la temperatura. Los camellos también pueden durar varios meses sin comida, porque almacenan grasa en sus jorobas. Sin embargo, si el desierto seco de repente se volviera frío y húmedo, un camello no estaría preparado y se vería desafiado a adaptarse rápidamente.

Algunos animales se han adaptado a sus entornos como protección contra los depredadores. Una excelente manera de evitar ser comido por un depredador es camuflarse entre el follaje. Muchos insectos, como la mantis religiosa, han evolucionado para parecerse a las hojas entre las que viven.

A lo largo de miles de años, las plantas y los animales han evolucionado para tolerar perturbaciones repentinas o condiciones persistentes en sus entornos locales. Todo organismo vivo es parte de una especie que ha descubierto cómo prosperar a pesar de las condiciones fluctuantes del ecosistema. Adaptación significa que la especie necesita rediseñarse y remodelarse para encontrar un nuevo nicho en un ecosistema cambiante. Para sobrevivir, la especie tendrá que encontrar un nuevo propósito.

Cambio climático: la falta de adaptación

Los cambios rápidos en un ecosistema, como el cambio climático, son problemáticos y no dan tiempo para que los humanos, los animales y las plantas se adapten al cambio nuevo y repentino en su ecosistema.

Los animales y las plantas se adaptan y cooperan, pero este no es un proceso rápido, y los cambios adaptativos dentro de un ecosistema pueden tomar múltiples generaciones o siglos. Una especie muere si no se adapta lo suficientemente rápido, pero las especies que muestren la mayor cooperación y adaptación tendrán una enorme ventaja al enfrentar perturbaciones y desastres.

Para llevar la idea de la adaptación un paso más allá, yo argumentaría que nuestro fracaso en combatir el cambio climático está arraigado en nuestra incapacidad humana para adaptarnos a las condiciones que causan el cambio climático. Nos adaptamos reconociendo las limitaciones de los entornos en los que vivimos y planificando en consecuencia para no explotar, consumir en exceso y contaminar. Si pudiéramos adaptarnos a las limitaciones de lo que nuestros ecosistemas pueden tolerar —por ejemplo, cuánto carbono puede tolerar nuestra atmósfera—, tendríamos una mejor oportunidad de supervivencia.

Competencia y falsa escasez

Las especies siempre están compitiendo por un nicho, ya que se esfuerzan por el mismo lugar en el ecosistema. La competencia ocurre cuando los organismos luchan por un mismo nicho o similar porque no hay un suministro adecuado de un recurso limitado en la misma área.

Por ejemplo, los guepardos y los leones se alimentan de presas similares (como impalas). Estos competidores también se matarán entre sí en la lucha por los recursos.

Cuando las especies luchan por un nicho, dependen de la competencia. La especie que gana la competencia transmite sus rasgos físicos a las generaciones futuras, mientras que la especie que pierde se extinguirá. La competencia «funciona» debido a la escasez de recursos.

Como sociedad humana, podemos decidir y organizarnos para determinar qué hacer cuando los recursos son escasos. Tenemos una función ejecutiva que nos permite gestionar o compensar la escasez. Yo argumentaría que muchos gobiernos crean escasez falsa a través de sus prioridades y políticas y las elecciones de qué programas cívicos deciden financiar y cuáles no. Esto prácticamente garantiza «perdedores» en nuestros sistemas sociales.

Reconociendo la cooperación humana

Darwin explicó en sus escritos que los «más aptos» no son necesariamente los más grandes, más fuertes o mejores luchadores del grupo. Detalló cómo una especie puede ser «apta» y sobrevivir mediante la cooperación.

La aplicación errónea de la teoría de Darwin por parte de los pensadores occidentales para centrarse selectivamente en la competencia es de gran alcance; el sesgo darwinista social hacia la competencia se ha utilizado para justificar la propiedad privada de los recursos del ecosistema en lugar de la propiedad comunal. Cuando los colonizadores desembarcaron en las Américas, Australia, Nueva Zelanda y África, dividieron las tierras indígenas de propiedad comunal y forzaron la privatización. En la propiedad privada, las personas compiten para poseer individualmente un bien del que se puede excluir el uso a otros. En la propiedad comunal, se requiere adaptación y cooperación para desarrollar una estructura de reparto.

En otra de mis conferencias, discutí cómo Elinor Ostrom ganó un Premio Nobel de Economía por su trabajo al oponerse a la inevitabilidad de la «tragedia de los comunes» e ilustrar que los recursos de propiedad comunal pueden ser bien administrados. Describió caso de estudio tras caso de estudio de cómo se desarrollaron las instituciones culturales indígenas para gestionar la cooperación, o como ella la llamó, acción colectiva, como un desafío directo a la idea de que la privatización es una parte necesaria de la modernización y el statu quo en el mundo occidental.

Los darwinistas sociales han negado los muchos aspectos y comportamientos de la sociedad humana que se basan en la cooperación, y eso ha tenido numerosas implicaciones negativas para la humanidad y el planeta. Es importante que no descuidemos e ignoremos la existencia de una cooperación exitosa dentro de nuestra propia ecología humana. Con una comprensión de la dinámica real del ecosistema, en lugar de extrapolaciones sesgadas y falsas, podemos reivindicar la cooperación.

Este análisis de Mona Shomali fue publicado originalmente en inglés en ‘The Revelator‘. Lo publicamos en español como parte de la alianza Covering Climate Now, que busca ampliar la cobertura sobre el cambio climático a nivel mundial.

Mona Shomali es una autora, artista y profesional del medio ambiente iraní-estadounidense. Su carrera comenzó como investigadora del caso Sarayaku contra Ecuador en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Como profesora adjunta, impartió clases en The New School, Pace y NYU. También ha enseñado ecología en el Jardín Botánico de Nueva York. Su libro de ficción sobre el clima, Water Mamas, explora el choque entre la espiritualidad indígena y la ciencia occidental.

Fuente: https://climatica.coop/capitalismo-ama-competencia-pero-naturaleza-otras-ideas/



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martes, 28 de octubre de 2025

Puente que une a Cochabamba con Santa Cruz presenta daños; el paso está restringido




La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), a través de un comunicado, informó que se aplicará restricción vehicular por el lugar desde el lunes por “tiempo indefinido”, por lo que el tráfico en el sentido Cochabamba-Santa Cruz será desviado.




El puente del Valle Sacta, que une a Cochabamba y Santa Cruz por la carretera nueva, presenta datos en su infraestructura por lo que el paso vehicular quedó restringido.

La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), a través de un  comunicado, informó que se aplicará restricción vehicular por el lugar desde el lunes por “tiempo indefinido”, por lo que el tráfico en el sentido Cochabamba-Santa Cruz será desviado.

Según Unitel, debido al daño la plataforma del puente tiene una separación de al menos 40 centímetros.

“El tráfico será restablecido una vez se concluyan los trabajos técnicos correspondientes que garanticen la seguridad de nuestros usuarios”, añade la ABC.


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BD/MC/JA

lunes, 27 de octubre de 2025

Bolivia, el país de la región donde menos preocupa el cambio climático y deforestación, según encuesta

En Bolivia, el 17% de las personas dijo que le preocupa la deforestación y el cambio climático, un porcentaje considerablemente menor al de México, que lidera la lista con 42% o Brasil, con un 33%.



Bolivia es el país de Latinoamérica donde hay menos preocupación por el cambio climático y la deforestación, según un estudio internacional presentado por Forest Stewardship Council (FSC, Consejo de Administración Forestal).

El estudio, que se basa en una encuesta realizada por Ipsos, fue publicado este martes y se aplicó a 40.000 personas en 50 países.

En Bolivia, que el año pasado vivió los peores incendios forestales de su historia con 12,4 millones de hectáreas quemadas, el 17% de las personas dijo que le preocupa la deforestación y el cambio climático, un porcentaje considerablemente menor al de México, que lidera la lista con 42% o Brasil, con un 33%.

En los diez países encuestados de Latinoamérica se detectó "una brecha significativa dentro de la región", según el estudio citado por EFE, que aclara que solo Brasil y México muestran un incremento en la preocupación respecto a la encuesta de 2022.

Además, Brasil resalta a nivel mundial como el único país donde la preocupación casi se duplicó, ya que pasó del 18% al 33% en los últimos dos años.

Otros países

Argentina pasó del 26 al 21% de preocupación

Colombia del 29 al 25% 

Chile del 30 al 26% 

Perú del 27 al 26% 

La FSC considera que la disminución por la preocupación evidencia "una creciente desconexión" entre la urgencia de la crisis climática y la percepción pública en varios países de la región, añade EFE.

"La amplia dispersión en Latinoamérica muestra que la atención y el riesgo no son uniformes. Pero esto no es apatía: es una señal para actuar con pragmatismo. Cuando la gente ve riesgos forestales concretos, como incendios, estrés hídrico o pérdida de biodiversidad, responde", aseguró la directora general de FSC, Subhra Bhattacharjee, entrevistada por la agencia española.

Pese al desinterés por el cambio climático y la deforestación, existe interés por la sostenibilidad y los productos que protegen los bosques.

A nivel global el 72% de los consumidores afirma preferir productos que no dañen a las plantas ni a los animales. En América Latina, este sentimiento es aún más fuerte, con un promedio del 82% en Brasil, un 79% en Chile y un 84% en México, indica EFE.

Otros tópicos

El estudio también consultó sobre otras preocupaciones a nivel mundial. La lista la lideran las guerras y conflictos (52%), las muertes y enfermedades (45%) y problemas económicos (44%). El cambio climático está   en cuarto lugar (31%). 

También preocupa a la gente el desempleo (30%), la contaminación (17%), las desigualdades (15%), la falta de alimentos (14%), la pérdida de especies de animales y plantas (12%) y la deforestación (9%). 

El estudio se presentó en la reunión de la Asamblea General de FSC en Ciudad de Panamá, que debate el futuro del manejo forestal responsable y su función para hacer frente a la emergencia climática, según EFE.

BD/JA



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lunes, 6 de octubre de 2025

Defensor hace un “llamado urgente” a las autoridades para mejorar las condiciones de trabajo de los bomberos

Dentro de una reciente resolución por incendios forestales, el Tribunal Agroambiental también exhortó a la provisión de insumos de los bomberos y a la cobertura de sus necesidades operativas de seguridad y de bienestar




El Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, se sumó a las expresiones de solidaridad con la familia del sargento Abel Chillca, quien perdió la vida tras sufrir heridas en un incendio en el Parque Industrial de Santa Cruz.

“Este lamentable hecho debe ser un llamado urgente a las autoridades competentes para mejorar y garantizar las condiciones necesarias que protejan la vida de quienes, como él, arriesgan todo por salvaguardar a los demás”, afirmó Callisaya, mediante su cuenta en X.

En el mismo sentido, el pasado 8 de septiembre, el Tribunal Agroambiental también, entre otras medidas cautelares sobre los incendios forestales en Bolivia, exhortó a que se garanticen las necesidades operativas de los bomberos.

“Considerando que los bomberos voluntarios son reconocidos como defensores ambientales, en el marco del artículo 9 del Acuerdo de Escazú, se exhorta al nivel central del Estado y a las instancias legales competentes a garantizarles la provisión de insumos, así como la cobertura de sus necesidades operativas de seguridad, legales y de bienestar”, cita un comunicado del Tribunal.

El sargento Chillca resultó gravemente herido, junto a otros tres bomberos, en la explosión en un silo ubicado en el Parque Industrial de Santa Cruz el 19 de agosto.

Tras casi un mes de hospitalización, el bombero murió el pasado fin de semana.  Sus camaradas de diferentes unidades le rindieron homenaje el domingo y sus familiares informaron que su cuerpo será enterrado en Oruro.




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Gobernación cruceña prepara declaratoria de emergencia departamental por incendios forestales

La Gobernación de Santa Cruz anunció que se prepara para emitir la declaratoria de emergencia departamental debido al incremento de incendios forestales que afectan a distintos municipios, particularmente en la Chiquitania.

La Gobernación de Santa Cruz anunció que se prepara para emitir la declaratoria de emergencia departamental debido al incremento de incendios forestales que afectan a distintos municipios, particularmente en la Chiquitania.

El gobernador Luis Fernando Camacho explicó que la medida permitirá disponer de recursos económicos, logísticos y humanos para reforzar la atención de los focos de calor, varios de los cuales se encuentran en comunidades de difícil acceso. “He instruido que se active la declaratoria para poder contar con los recursos necesarios y atender esta crisis”, señaló.

Camacho realizó un recorrido terrestre por municipios afectados, entre ellos San Ignacio de Velasco, que ya declaró desastre municipal. En el lugar entregó ayuda humanitaria a familias damnificadas y reconoció que en algunas zonas solo es posible llegar con apoyo aéreo. Asimismo, lamentó que este año el fuego incluso alcanzara áreas protegidas como el parque Noel Kempff Mercado, lo que motivó investigaciones para establecer el origen de los incendios.

A nivel nacional, el Gobierno central declaró emergencia por incendios forestales el 21 de agosto, a través de un Decreto Supremo que busca proteger la salud de la población, la biodiversidad y las actividades productivas.

En el ámbito departamental, la Gobernación ya había declarado alerta roja el lunes, en aplicación de la Ley 602 de Gestión de Riesgo, con el objetivo de activar planes de prevención y respuesta. Según explicó Paulo Viruez, director de Recursos Naturales, esta medida obliga a los municipios a activar sus Comités de Operaciones de Emergencia (COEM) y movilizar recursos locales. “Recomendamos que cada gobierno municipal, según su situación, declare emergencia o desastre para responder con mayor rapidez”, añadió.

Actualmente, 26 municipios de Santa Cruz se encuentran en riesgo alto o extremo de incendios forestales, lo que ha intensificado la preocupación de las autoridades. En este contexto, la Gobernación insistió en la necesidad de fortalecer la coordinación interinstitucional y ejecutar de manera inmediata los planes de contingencia para reducir los impactos ambientales y sociales de la emergencia.





Fuente: https://brujuladigital.net/sociedad/2025/09/10/gobernacion-crucena-prepara-declaratoria-de-emergencia-departamental-por-incendios-forestales-50944?fbclid=IwY2xjawMu-KZleHRuA2FlbQIxMQABHt-c0sw7C-jI-rUeVy6Oi_WMXsuBV1KHW28n3akobE5V8vp6WrPkaN8RpP1X_aem_gala_IziCFA2Sagfw1u0zQ




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