viernes, 17 de agosto de 2012

Hay más de 50 productos transgénicos en Bolivia



El país no cuenta con una regulación para el control de estos productos

Más de 50 alimentos que se encuentran en la mesa de los bolivianos tienen elementos que fueron alterados genéticamente, según datos de Greenpeace y del Foro Boliviano de Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade). Ninguna entidad estatal controla estos productos ni está en condiciones de afirmar con seguridad si contienen genes alterados y si afectan o no a la salud de los consumidores.

Bolivia no cuenta con normas que exijan el etiquetado de este tipo de los alimentos importados (en el que se detalle su composición transgénica), de modo que es difícil reconocerlo. No obstante, la mayoría de estos productos ingresa mediante el contrabando.

El único comestible modificado genéticamente y que fue autorizado para el consumo, mediante el Decreto Supremo 24676, es la soya. Con ésta se elaboran varios subproductos que encuentran fuera de control como el aceite y leche de soya.

La licenciada de Inocuidad Alimentaria del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) Carolina Tejerina aclara que “se considera un alimento transgénico cuando se manipula el ADN (ácido desoxirrobonucleico), que contiene la información específica de una especie, para aplicarla en otra”. El ingeniero Aldo Claure, del Ministerio de Desarrollo Rural, cree que “Bolivia debe contar cuanto antes con una ley que exija a las industrias que informen explícitamente a los consumidores que existen productos que contienen organismos genéticamente modificados”, para que —dada la ausencia de normas de control— “por lo menos la gente sepa a qué atenerse y decida si se arriesga o no”.

“Ahora nadie sabe lo que come —agrega—, pero desde el Ministerio ya estamos elaborando una norma (ver apoyo) para obligar que todos los productos tengan una etiqueta que pueda ser entendible para todos los consumidores”.
Una vez que la regulación entre en vigencia, debe ser homologada en todo el mundo, empezando por la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur), de donde proviene la mayoría de los países proveedores.
El profesional recuerda que por el momento está en vigencia el decreto supremo que permite, excepcionalmente, el ingreso de la soya transgénica.


Los productos identificados


El jugo de frutas Ades, el chocolate Toddy, los Doritos, las papas fritas precocidas de varias marcas, la maicena de diferentes industrias y los cubitos de sopa Maggy y Knnor están en la lista del Foro Boliviano de Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade) de alimentos con organismos genéticamente modificados que se comercian en el país. A esta nómina se suman los cereales Kellogg’s, Nestlé, y bebidas deportivas como Gaterade, que se importan de Argentina y Brasil.
Estos productos, según el estudio Alerta Alimentaria de Fobomade (que tiene un desglose en la página 8), contienen soya y maíz manipulados en laboratorio que se usan como aditivos. En las etiquetas se los identifica como jarabe de maíz (glucosa), hidrolizado de proteína de soya, glucosa, dextrosa, aminoácidos, lecticina y agentes espumantes.

Por su lado, la internacional Greenpeace identifica a Nestlé Trigo (papilla de cereales), Nestúm (avena y cereales) y frutas, colados, picados y postres; chocolates en polvo Cola-cao, Milo y Nesquik; leches Nan, Nessucar, Nestlé junior, Nidal y Nido como alimentos transgénicos. Siguiendo la enumeración están los chocolates y golosinas Adams, Ambrosoli, Arcor, Astoria, Costa, Garoto, Grosso, Ideal, Milka y Nestlé. Además, conservas de atún y sardinas Angelmo, Aruba, Eagle, Robinson Crusoe, San José, Van Camps, y las sopas Campbell, Mickelsen, Robinson Crusoe y San José.

Están también las pastas Carozzi, Talliani, Luchetti y Maggi, entre otras, que se encuentran en los mercados del país. Greenpeace cita también a productos infantiles de la línea Gerber, condimentos como Ajinomoto, chocolates y golosinas de la marca Halls.

Ambas entidades (Fobomade y Greenpeace) esgrimen en sus argumentos que los principales componentes de esos productos son los granos modificados. Miriam Condori, de Acción Internacional por la Salud (AIS), informó que se ha identificado la presencia de transgénicos en la papa y tomate que llegan de Chile y Argentina.


¿Qué es un transgénico?


Claure explica que un alimento transgénico es el que resulta de la combinación de genes diferentes —ya sea en especies animales o vegetales— que permiten una mejoría cuantitativa y cualitativa en su producción.

“Por ejemplo, la soya contiene un gen especial que la hace inmune a un plaguicida llamado glifosato que se utiliza para combatir malezas que puedan amenazar a la cosecha”.

Similar criterio tiene el ingeniero agrónomo José Luizaga, quien afirma que la biotecnología o manipulación lo que en realidad hace es dar vida a otro ser vivo. “En la agricultura se altera la semilla o la planta. Por ejemplo, se le ponen genes de pescado a semillas de arroz, entonces ésta se hace más fuerte, resiste inundaciones y no se muere por el agua”.

Fobomade dice que una alimento transgénico contiene uno o más genes que han sido insertados de forma artificial en lugar de que la planta los adquiera mediante la polinización que es el mecanismo natural o normal.

En el portal en internet www.formarse.com.ar se lee que “con la manipulación genética se rompen las barreras de los reinos de la biología” y se transforma a los seres vivos (animales y/o vegetales) para crear “cultivos Frankenstein”.


Consecuencias en la salud

El consumo o no de los alimentos transgénicos y su eventual efecto en la salud se convirtieron en los últimos años en una polémica mundial en la que ecologistas, científicos y las industrias productoras no renuncian a sus posiciones.
Mientras unos argumentan que es dañino para la salud, el segundo segmento considera que con la aplicación de tecnología de punta se reducen costos de producción y se garantiza la seguridad alimentaria.

Para el ingeniero Guillermo Tapia, autor de un estudio especíco de Fobomade, “el uso de esta técnica es completamente antinatural y susceptible a errores, e incluso a manejos extraños como el de genes humanos introducidos en plantas, animales mamíferos, bacterias y otros”.

Con respecto a los efectos colaterales, Claure vuelve al vacío legal en el país. “Al no conocer qué alimentos tienen genes modificados, no se puede hacer un estudio completo y, por lo tanto, es difícil saber cuánto daño ocasiona su consumo”.
El experto atribuye el uso de la genética más a una cuestión ética y se pregunta hasta qué punto se pueden mezclar especies. “No entiendo con qué razón han hecho gatos fosforescentes”, interroga, haciendo referencia a un experimento genético japonés. “Supongo para que sus amos los puedan ver”.

No obstante, y a pesar de la carencia de investigaciones nacionales, Claure comenta que “por lo pronto se pudo comprobar que el uso indiscriminado de estos alimentos provoca efectos colaterales leves como alergias y rechazos, es decir, que el organismo no los asimila”.

Según la licenciada Carolina Tejerina, del Senasag, si bien su repartición hace controles sobre los productos de importación (conservas y cereales, entre otros), no se realizan análisis sobre los compuestos transgénicos específicamente y su efecto en el organismo.

“No existe la declaración de productos transgénicos. No sabemos si representan o no un riesgo porque ello aún está en discusión. Por el momento nos abocamos a efectuar otro tipo de controles”. Otro inconveniente—afirma la profesional— es que no se cuenta con un laboratorio certificado para este tipo de detecciones, “por los altos costos de este tipo de estudios, a lo que se debe sumar la falta de personal capacitado”.

El director del Instituto de Laboratorios en Salud (Inlasa), Wálter Ágreda, dijo que este tema (transgénicos) no es materia de estudio en esa entidad y que los exámenes que realizan se hacen de acuerdo con lo que piden las empresas interesadas y con base en parámetros básicos como el tipo, la medida de adictivos u otros ingredientes ya establecidos.

Greenpeace alega que desde que Estados Unidos y algunos países europeos autorizaron esta industria, aumentaron las alergias cutáneas y la resistencia del organismo a los antibióticos.

“En EEUU —señala la página web de la entidad— se dio el el conocido caso ‘Maíz Starlink’ (2000). Luego de que no se pudiera dar con una extraña afección en un menor, al hacer estudios y cultivos se encontraron, en la cadena alimentaria, restos de un maíz transgénico no autorizado para consumo humano que provocó reacciones alérgicas hasta entonces desconocidas”. Sin embargo, coinciden los profesionales bolivianos consultados, aún queda mucha tela por cortar al respecto.


Las empresas


Un ingeniero de la empresa de lácteos Delizia aseguró que en la producción de derivados de soya como yogur, leche y jugos “no utilizamos componentes modificados” y que de acuerdo con su proveedor cruceño, procesan el grano convencional “que tiene un color beige y es de tamaño pequeño”.

Dijo que en las reuniones que mantiene con productores agropecuarios en Santa Cruz “nunca escuchó hablar de la soya transgénica”. Consultado sobre la presencia de estos productos en La Paz, respondió que es posible que circulen en el mercado. “Se pueden cambiar sin problema las etiquetas, no hay regulación”.
Su colega Valeria Morales, de la importadora Companex, sostiene que sus productos de pescado y sardinas sólo tienen entre sus componentes agua y sal. “No hay compuestos manipulados genéticamente”.

La empresa Nestlé informó a El Deber que los alimentos que se encuentran en la lista de observados por Greenpeace no se comercian en el país. Similar respuesta dio Jorge Parejas, gerente de la Kraft Food, que importa los cholocates Lacta. Este medio contactó a la empresa Proesa para conocer sobre los productos chilenos Dos en Uno, pero la encargada Carola Ortiz se encontraba de viaje, y nadie más quiso dar informes.

También se trató de contactar —sin éxito— a Cadbury Adams, Arcor y Silsita que importan varios productos de las listas observadas.


Los transgénicos en la nueva Constitución


La nueva Constitución Política del Estado aprobada en diciembre, y sujeta a un referéndum, ratifica la prohibición de la producción, importación, uso y experimentación con plantas y mercancías transgénicas. La Carta Magna expresa en sus artículos:
254 (inciso 8). Seguridad y soberanía alimentaria para toda la población, prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente.
405. Se prohíbe la producción, uso y comercialización de organismos genéticamente modificados.
Desde el 1 de julio de 1997 está vigente el Decreto Supremo 24676, que es el reglamento sobre bioseguridad normada por la Ley 1580, que tiene como finalidad minimizar los riesgos y prevenir los impactos ambientales negativos sobre los organismos genéticamente modificados obtenidos por la biotecnología. En ese sentido, Aldo Claure, especialista del Ministerio de Desarrollo Rural, anuncia para el primer semestre de este año un estudio de impacto económico y social sobre la soya transgénica. Además informa que el decreto marco (24676) está sujeto a nuevas modificaciones.


Antecedentes de la carrera biotecnológica


En 1996 se cosecharon en Estados Unidos los primeros cultivos transgénicos para uso comercial y en los años siguientes el área sembrada con éstos creció de manera explosiva.
Para el año 2002 había alrededor de 145 millones de acres en el mundo sembrados con este tipo de producción biotecnológica. Hoy, un 94 por ciento de estas parcelas manipuladas en el mundo se siembra en cuatro países del hemisferio americano: Estados Unidos (63 por ciento), Argentina (21), Canadá (6) y Brasil (4 por ciento). La mayoría de estas producciones son de soya y maíz, y el resto es mayormente algodón y canola, que es un tipo de cereal. En 2003, 80 por ciento de la soya, 70 del algodón, 60 de la canola y 38 por ciento del maíz sembrados en Estados Unidos fueron mutados. Aproximadamente 70 por ciento de los productos procesados en los supermercados estadounidenses tiene contenido genéticamente modificado. La Empresa Multinacional Monsanto tiene el 80 por ciento del mercado de esta clase de plantas, seguido por Aventis con el 7 por ciento, Syngenta (antes Novartis) con el 5, BASF con el 5 y DuPont con el 3. Estas empresas también producen el 60 por ciento de los plaguicidas y el 23 de las semillas comerciales. (Fuentes: Greenpeace, formarse.com.ar).

Lista de alimentos transgénicos




Aceites y margarinas
Producto Marca Producto Marca
Mantequilla Lonco Leche Aceite de maíz Arco
Mantequilla Soprole Aceite vegetal Bonanza
Aceite vegetal Doña Flor
Margarina Bonella
Margarina Lonco
Margarina Soprole Margarina Nestlé



Alimentos para mascotas
Whiskas lata Whiskas Pellets Champion
Frieskies lata Frieskies Pellets Cachupín
Pellets Purina
Pellets Puppy
Pellets Pedigree
Pelletscat Purina
Pellets KiteKat



Bebidas
Jugos Watt’s Gaseosa Coca-Cola
Jugo líquido Zuko Néctar light Parmalat
Néctar Soprole Néctar light Lonco L.
Néctar Parmalat Gaseosa Pepsi



Alimentos infantiles
Jugos Nestlé Cereales Trigo Nestlé
Colados Nestlé
Picados Nestlé
Chocolate Cola Cao
Milo Nestlé
Nesquik Nestlé
Nan, Nido Nestlé
Cereales para el desayuno
Choco crispi Kellogg’s Cereal Mix Arcor
Granola Garden House Adelgazul Maver
Froots Loops Kellogg’s
Choko Crispi Kellogg’s
Zucosos Nestlé
Cuadrito de avena Quaker
Floops Selecta
Chocolates y golosinas
Toffe Ambrosoli Caramelos Adam’s
Toffe Arcor Chocolates Ambrosoli
Calugas Dos en Uno Bon o Bon Arcor
Chocolate M & M Astoria Astoria
Rayitas Marinela Privilegio Dos en Uno
Sapito Dos en Uno
Chocolates Garoto
Chicle Grosso
Chocolates Milka
Chocolates Nestlé
Mentas Smint



Conservas
Cholgas Angelmo Cholgas al aceite Angelmo
Atún en agua Aruba Lomitos en aceite Aruba
Filetes Aceite Vancamps
Espárragos Campbell
Pescado San José



Fideos y masas
Tallarines Don Vittorio Macarrini Carozzi
Ravioli Carozzi
Pasta pronta Luchetti
Corbatas Luchetti
Pre pizza O’Clock



Leches y Lácteos
Descremada Lonco Leche cultivada Lonco
Condensada Parmalat Yogur cereal Nestlé
Zucosos Nestlé
Leche decremada Nestlé
Entera Nestlé
Chococrispies Nestlé



Salsas
Mostaza Hellmann’s Mayonesa Hellmann’s
Salsa tomate Luchetti Mayonesa Maggi
Salsa tomate Malloa
Salsa tomate Arcor
Salsa tomate Pomarola
Salsa tomate Carozzi



Pan y Galletas
Galletas Arcor
Galletas Costa Kids
Amandita Lacta
Porteñitas Bagley
Waffer Bauducco



Harinas, sémola y carne de soya
Sémola Lucchetti Harina Carozzi
Sémola nutrina Carozzi Harina Luchetti
Carne de soya Gourmet Polvo para hornear Royal


Postres, jugos en polvo y Mermeladas
Helado Royal
Budín Aurora
Refresco Ambrosoli
Flavoraid Flavoraid
Yupi Yupi
Zuko Zuko
Mermeladas Watt’s
Papas fritas, manÍEs
Palitos queso Cheetos
Papas fritas Pringles
Maní salado Líder Sopas en polvo
Sopas Maggi
Cremas Maggi
Sopas Knorr
Cremas Knorr
Caldos Maggi
Caldos Luchetti
Sopas para uno Maggi
Sopas para uno Knorr





La Paz  -  Bolivia, Estado Plurinacional de01 de marzo de 2008
La Prensa. Suplemento Sabatino

VIDEO, realizado el 2021 por (Kevinifero 666)
50 PRODUCTOS TRANSGÉNICOS EN BOLIVIA

Las semillas transgénicas fueron modificadas para mejorar su rendimiento y eliminar su capacidad reproductiva (no se multiplican) por lo que deben ser compradas una y otra vez. En Bolivia, la legislación nacional prohíbe la producción, importación, distribución y comercialización de Organismos Genéticamente Modificados-Transgénicos con excepción de la soya. Acá te presentamos 7 datos actualizados sobre el impacto de los transgénicos en Bolivia y el mundo.

1.- En el 2005, el gobierno del presidente Carlos Mesa aprobó la producción y comercialización de soya transgénica resistente al herbicida glifosato. Para ello tuvo que pedir a la policía que desaloje a periodistas y representantes de organizaciones campesinas que se hicieron presentes en el Ministerio de Desarrollo Sostenible, durante la reunión del Comité de Bioseguridad, entidad responsable de tal aprobación. (FOBOMADE).

  1. La investigación del doctor Gilles Seralini publicada el año 2012 consistió en alimentar a 200 ratas de laboratorio con maíz transgénico y agua de Roundup de Monsanto. Al terminar la investigación las ratas habían desarrollado múltiples tumores. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año alrededor de Un Millón de personas sufren intoxicaciones agudas en el mundo y aproximadamente unas 220 Mil mueren debido al uso de los agroquímicos. Si bien recientes estudios afirman que los cultivos orgánicos en el país cuestan 30% más que los transgénicos en estos, no contemplan los daños que implican a futuro a la salud pública.
  2. El uso de semillas transgénicas NO supone disminución del hambre, Bolivia actualmente se encuentra entre los 5 países con índices más altos de sub alimentación de Latino América. Sin embargo ocupamos el puesto número 11 en volúmenes de producción mundial de soya (Probioma), lo que indica que la producción de alimentos diversificados de transgénicos no está suponiendo un cambio en la alimentación de la población.
  3. El uso de transgénicos en Bolivia NO supone la soberanía alimentaria el año 2014 durante el primer semestre Bolivia importó alimentos en un valor de 359 millones de dólares. Se importaron: Manzanas: 22 mil toneladas, arroz: 11 mil toneladas, almidón de maíz: 3 mil toneladas, papa: 2500 toneladas, almendras con cáscara, leche evaporada, frutas frescas, tomates y lentejas. En diez años (2003-2013) Bolivia gastó cerca de 1000 millones de dólares en importaciones de trigo y harina. Por lo que aún somos dependientes de otros mercados con productos que eran y pueden ser producidos en el país como ser el trigo y la harina. (Erbol)
  4. La plantación de productos transgénicos en el país está suponiendo un aumento en la deforestación nacional. Bolivia ya se encuentra  entre los 6 países con mayores tasas de  deforestación del mundo, que entre el 2000 y 2012, ha  deforestado una área de 2.986.700  de hectáreas de bosques. La deforestación supone un impacto directo al cambio climático. (Fundación Solón y Probioma
  5. Productos transgénicos en Bolivia que no son soya. Pese a la restricción legal se estima  que en Bolivia hay cultivos ilegales de maíz transgénico estimados en 40.000 hectáreas. Todo el algodón en Bolivia es transgénico. Hay denuncias de arroz transgénico sin embargo aún los datos no se han cuantificado. Hay denuncias de plantaciones de trigo transgénico. El año 2012 solamente el 0,4% de plantaciones de soya eran de semillas convencionales. (Probioma)
madalbo@gmail.com

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